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La mujer que nunca podrás tener
Título: La mujer que nunca podrás tener
Autor: Fuerza Friki
Género: Yaoi, Comedia
Parejas: JongKey, 2min
-¡¿Pero, qué he hecho?! – Sollozaba de nuevo a todo volumen sobre la mesa de la cafetería mientras mi amigo un poco mayor que yo comía despreocupadamente.
-Metiste la pata.- Agregó riendo tras tragar un pedazo de emparedado que mi abuela había empacado para mí. La receta de todos los miércoles, atún y mayonesa en dos tristes panes.
-¡Waaa!- Solté un aullido de desesperación extendiendo mis brazos sobre la mesa roja del amplio comedor con techos altos e iluminación de luz fría. La muchedumbre balbuceaba alrededor y los cubiertos y platos chocaban causando agudos sonidos.
-¿No tienes más? – Le miré con odio, no podía haberme conseguido un amigo más desinteresado en mí. Su único interés radicaba en la comida, cosa que ofrecía ya que mi abuela siempre insistía en preparar todos mis alimentos.
-Eres tan despreciable – tomé otro de esos emparedados y se lo di. Yo debía ser el centro de atención, miraba a los lados de las personas que murmuraban, por primera vez sabía que hablaban de mí. Les había tomado tanto, cada mañana que me veía al espejo sabía que la admiración de todos debía ser mía. Pero los muy tontos no se daban cuenta de mi insistencia por más que intentaba. Y ahora por una discusión me había vuelto el centro de atención.
-Querías que todos te notaran, ¿no? – Mi compañero de mesa parecía leer mis pensamientos, pero solo pude hacer un puchero. Yo no deseaba que me notaran por eso, quería asombrarlos con mi imagen, mi sentido del estilo y mi perfección, no por ser el idiota que desafió al más grande idiota de la escuela.
-No así, tonto - mi primer año en la preparatoria había sido arruinado por mi temperamento. Una chica me señaló y luego ella y su amiga se rieron -¡Si bruja mal vestida, yo fui quién retó al playboy de la escuela! – Saqué mis garras, nadie que parecía vestida por una trituradora de basura hablaría mal de mí. La chica me miró con temor y se fue corriendo con su amiga, cuando tomaron una distancia alejada volvieron a reír. – Que odiosas.- Volví a quejarme. Tan solo recordar lo que había sucedido unas horas antes me causaba dolor.
Flashback
Caminaba luciendo fabuloso, como siempre, esa mañana. Mi uniforme decorado con seguros de plata, accesorios, cadenas, mis zapatos fabulosos, corte perfecto y perfumado. Caminaba por la entrada principal de la preparatoria caracterizada por una calzada de adoquines con arboledas a ambos lados. Cuando sufrí un altercado en mi contra. Un enano sin estilo y con mala fama me hizo tropezar.
-¡¿Pero qué te pasa imbécil?! – Apenas había logrado poner mis manos para no marcar mi rostro, pero mis rodillas y pecho habían arremetido contra el piso. Lo insulté tan rápido como pude al notar que mi uniforme estaba arruinado, mi pulcra y perfecta imagen era manchada por ese tarado con cara de perro.
-Debes fijarte por donde vas, princesa – me levanté sacudiéndome parándome recto con dignidad.
-Tú debes fijarte con quien te metes, enano.- Me estaba por girar, llevándome mi honor intacto, sintiéndome superior.
-Ni sé quién eres – Soltó palabras que me dolían directamente en el corazón.
-¿No sabes quién soy? – Me volteé y pregunté con un tono agudo -¿Qué acaso no asistes a esta escuela? – Fingí popularidad.
-Yo soy la cara de esta escuela – sonrió e intente aparentar que no sabía quién era. Pero eso no funcionaría, por lo menos no con él. Tenía razón era la imagen de esta escuela, no era una buena imagen, pero todos lo conocían por ello.
-Y eso es lo deprimente de este mundo.- Pensé en marcharme, no podría defenderme después de eso. El playboy más grande de la escuela estaba llamando la atención de las chicas y comenzaban a rodearnos, no quería que me dejara mal. Cuando tu imagen está en riesgo es mejor retirarse con gracia.
-Ya quisieras tú por lo menos tener una décima parte de mi fama.- Y esa fue la gota que derramó el vaso y que también me llevó a mi perdición.
-Nunca querría esa fama de jugador y desgraciado. – Me acerqué bastante a su rostro para decirle esto.
-No podrías tener fama de mujeriego aunque quisieras – me volvió a retar tomando el cuello del chaleco del uniforme.
-Yo puedo tener a cualquier mujer que se me plazca.- Me atreví a decir, sabía que él era atractivo, pero yo lo era más.
-Ni en tus sueños.-
-Te lo puedo asegurar cara de perro.- Y aquí sentencié mi condena. – Puedo tener a una mujer que tú nunca podrás tener.-
-¿Estás seguro de ello? – Afirmé con decisión y sonreí con superioridad girando un poco mi rostro. – Entonces trato hecho – soltó mi ropa empujándome – tienes un mes para conseguir a esa tal mujer que yo nunca podré tener.- Tragué saliva notando que había cometido un error al expresarme. Estaba por retirarme pero me asqueé al ver su sonrisa mientras tomaba sus cosas ¿Cómo se atrevía a mostrar esa sonrisa al verme? Me sentía sucio y degradado cuando lo hacía.
-Hasta me sobrará tiempo, cerdo asqueroso – me giré con la frente en alto y seguí caminando con paso decidido y seguro hasta la entrada del edificio principal. El rumor se fue esparciendo cual epidemia mortal, para mí, y después de un par de clases había notado que el chico musculoso de segundo año había estado con la mayoría de las chicas de la escuela.
Fin del flashback
Y así llegué hasta el almuerzo sintiendo como estaba en las bocas de todos. Me había juntado con Onew, mi amigo de tercer año, que solo había corroborado que mis palabras habían sido insensatas y me había guiado por el orgullo. Y ahora se comía mis alimentos sin darme una solución. Mis quejas continuaron cuando salimos del comedor. Él simplemente no dejaba de comer. Mientras salía varias chicas pasaban.
-Solo quedan chicas poco agraciadas – suspiré mirando algunas de las chicas que sabía que no habían salido con el playboy de la preparatoria. – Creo que la chica que nunca podrá tener ese perro, simplemente no existe. –
-Al contrario –mi único amigo en esa escuela donde no apreciaban la moda sonrió. Yo lo miré intrigado, ¿de qué estaba hablando? – Esa chica existe, él nunca la podrá tener, por seguro.- Le miré un con cautela, si me estaba engañando descargaría toda mi furia contra él, bien lo sabía.
-¿Quién es esa chica con cerebro? – Era la única explicación lógica por la cual todas querían salir con él, definitivamente les faltaba materia gris.
-Está en mi grupo.- Él mayor me habló con seguridad e intenté recordar a sus compañeros. Había estado un par de veces en su salón para tomar o entregar cosas, pero no había notado mucho a la gente que lo rodeaba. – Kim AhYoung.-
-¿Kim AhYoung? – Intenté recordar a la chica, pero no llegaba a mi mente y luego lo pensé un poco más -¡ESTAS LOCO! – Solté al recordar de quién se trataba.
-Él nunca podrá tenerla – dijo riendo, esto era aún más torcido para tratarse de una broma.
-¿Su hermana mayor? ¿Estás enfermo? ¿Cómo se te ocurre? – Intentaba comprender su torcido cerebro.
-Buscabas cómo callarlo, no es mala estrategia – suspiré – pero ahora también ha de saberlo. – Tomó su celular mientras seguía interrogando las locuras del plan- ¿Qué clase de hermana saldría con un tipo que solo quiere fastidiar a su hermano? –
-Ella – me mostró la pantalla del aparato.- Acaba de aceptar salir contigo para fastidiar a su hermano menor.- Alcé la vista para ver a mi superior. Esto estaba más torcido que nada.
-Olvídalo – tomé todas mis cosas y me fui corriendo. No podía seguir con esto, se volvía tan enfermo. Estaba bien podría vivir con la vergüenza de perder un par de años más. Me comenzaba a resignar cuando me acerqué a la reja principal.
-Ese idiota cree que habrá una chica así – uno de los amigos del tarado hablaba. Me congelé y decidí esconderme en los arbustos.
-Esa princesa es un blanco perfecto, fastidiarlo por el resto de la preparatoria será divertido – suspiré, me debía defender ahora para que esto no continuara. – Es un completo fracasado, me siento asqueado con solo verlo, se esfuerza tanto poniéndose toda esa basura encima, ni amigos tiene. – No pude salir, me sentí herido en exceso. Escuché como se alejaban después de un rato de seguir destruyéndome y sentí como las lágrimas rodaban por mis mejillas. Mucho menos podría salir ahora que estaba llorando tan desconsoladamente.
Horas pasaron, me costó tanto calmarme y el llanto regresaba a ratos. Al final, cuando obscureció pude salir de mi escondite y me dirigí a casa. Yo no molestaba a nadie, solo me quería mostrar cómo era. Mis gustos no dañaban a nadie ¿O sí? Tomé un baño y me miré el espejo. – Eres perfecto Kibum – me dije con los ojos cristalinos y al borde del llanto. Me había decidido a cambiar después de mis momentos más obscuros durante la secundaria, no había tomado bien la muerte de mis padres, mi apariencia, mi inteligencia, todo me dañaba. Me dañaba tanto que debía dejar salir el dolor de mi cuerpo de una manera. No me cortaba para llamar la atención, ni para hacerme daño, solo lo hacía para qué el malestar dejase mi cuerpo.
Me lancé en la cama y pensé por un momento.- El viejo Kibum se quedaría aquí sintiendo como sus venas se llenan de angustias de nuevo.- Observé las verdosas venas resaltadas en mi blancuzca piel -¿Qué haría Key en este caso? – Tome mi celular y comencé a escribir “Ok, saldré con ella”. Una frase concisa que mandé y luego aventé el teléfono en mi cama lejos de mi cuerpo. Lo que importaba ahora era mostrarle a ese enano que yo no era un chico del cual podía abusar tan fácilmente y si podía hacer su vida imposible no estaría tan mal mis experiencias en preparatoria.
***
El siguiente fin de semana me encontré frente a frente con mi cómplice por primera vez. Nos juntamos en un centro comercial y Onew hyung nos había acompañado para comer pollo frito mientras nosotros poníamos nuestros términos. Había sido divertido organizarnos por celular, me había sentido malvado y eso me gustaba. Pero para poner nuestro plan en acción debíamos convencer al enano imbécil.
-Creo que podemos empezar desde hoy.- AhYoung dijo sonriendo y yo bebí un poco de café.
-Ya que estemos aquí usemos la estrategia del centro comercial, venimos de compras juntos y te llevaré a casa para ayudarte con las bolsas.- Volteé a ver al mayor que comía alegremente. –Debes prestarme tu automóvil – él me miró raro y luego afirmó con su habitual sonrisa.
-En ese caso – la chica se puso de pie – debo ir de compras – no pude evitar sentir felicidad por esto.
-Yo también voy – me levanté y le dejé un poco de dinero a Onew – sigue comiendo, esto tardará un poco.- Y me enfrasqué en mi mundo de maravilla con colores, telas y marcas que podía reconocer. AhYoung también parecía disfrutarlo. Podría decirse que si éramos algo compatibles. Nos deleitaba el rosa a ambos y bailar, teníamos gustos finos y comprendíamos de moda. Ella a diferencia de su hermano no tenía cara de perro y se veía tierna siendo bajita. Al principio le pregunté por qué había decidido hacer esto y estaba harta del cara de perro. La molestaba todo el tiempo, llevaba chicas a casa y se quedaban toda la noche mientras sus padres trabajaban, rompía con ellas y lo seguían acosando. Estaba cansada del mujeriego empedernido con el que vivía.
El plan se puso en marcha después del largo día de compras, esperamos hasta el momento preciso en que Jonghyun apareció con su motocicleta frente a la entrada principal de la casa de dos pisos. Seguí en el auto de mi hyung y nos detuvimos en la casa. El chico miró asombrado el auto rojo, a Onew sus padres le habían obsequiado un deportivo ya que tuvo un año sin accidentes graves. Salí y me pasé por el frente del auto para abrir la puerta del copiloto y dejar salir a la chica que me acompañaba.
-Ahora bajo todo noona – acerqué mi mano para ayudarle a salir y luego abrí la puerta trasera para tomar sus bolsas.
-Gracias Key – con su sonrisa el chico que sostenía su casco se nos acercó.
-¿Qué pretenden? – Nos miró un poco despreocupado. Sabía que no creería nuestra farsa tan pronto.
-El aire comienza a apestar – me atreví a decir ignorándole mientras cerraba las puertas.- Adelante noona, yo te sigo – le abrí paso a la puerta principal para que la chica siguiera.
-Sí, mejor entro, creo que hay una pila de basura por aquí – amé su respuesta y la seguí hasta los escalones de la entrada donde dejé las bolsas con cuidado.
-Nos vemos mañana noona – salí despidiéndome amablemente y caminé hacia el automóvil. El chico seguía parado ahí observándonos.
-Creí que buscabas a la chica que nunca podre tener.-Me giré con una sonrisa de lado.
-Ahí está la chica que nunca podrás tener, con la que nunca andarás y la que sabe cómo es tu asquerosa presencia en realidad.- Vi la furia en sus ojos y él amenazantemente soltó el casco y se acercó a empujarme contra el auto.
-Yo no creo su juego – dijo frente a mi rostro y yo sonreí.
-No lo creas – lo empujé y tomé las llaves para rodear el auto y subir a él. Se me quedó viendo en la acera mientras me alejaba feliz, ese solo era el comienzo de nuestro intricado plan. En un mes Jonghyun se estaría comiendo sus palabras.
***
Si queríamos convencer al cara de perro debíamos convencer a toda la escuela. Así que empezamos con la siguiente fase. Aparentar ser algo en la escuela. Esto se volvió muy sencillo, solo teníamos que tomarnos de las manos a la salida y las brujas chismosas que tenía por compañeras pasaban la voz a los cuatro vientos. Una que otra vez comíamos juntos y hablábamos de moda o de los lugares que habíamos descubierto para comprar cosas originales. Como solo me juntaba con el glotón sonriente todos al instante notaron nuestra peculiar relación.
-Mis amigas llegaron y dijeron “AhYoung tenemos que decirte que ese chico de primer año te está usando”.- Las imitó riendo.
-Tardaron mucho – Onew comentó por primera vez esa tarde, terminamos en un restaurante de pollo frito algo lejos de nuestro distrito escolar para no ser descubiertos en nuestra planeación.
-Ese rumor está por todos lados – tomé un poco de malteada – pero tu hermano aún no parece reaccionar. –Llevábamos dos semanas con la farsa y el cara de perro seguía manteniendo distancia.
-Tal vez… - El mayor se movió y golpeo un vaso de soda con el codo.
-¡Mis pantalones! ¡Son de diseñador! – Me levanté deprisa para no ser manchado.
-¡Ya lo limpio! – Tomó una servilleta y se giró tirando la cubeta con huesos de pollo.
-¡Deja de moverte! – AhYoung lo detuvo del brazo.
-No se preocupen – Un joven empleado llegó.- Ahora lo limpio, se agachó y comenzó a limpiar sobre la silla y donde escurría la mesa.
-Gracias – lo miré asombrado, debía ser de secundaria. Le tomó un momento limpiar todo, recoger los huesos y secar el piso para luego despedirse inclinándose.
-Es lindo – AhYoung lo miraba intensamente mientras volvía tras el mostrados.
-Es muy atento – el mayor también lo miraba – Se llama Taemin, leí su gafete cuando me servía pollo.-
-Es tan joven –observé la mesa y luego a los otros dos que parecían anonadados -¡Dejen de verlo! – Sentí un poco de enojo y volví a mi malteada. Pero luego noté que el muchacho perdía la mirada hacia el exterior donde un chico alto pasaba trotando. Todos seguimos viendo y cuando por fin el chico salió del área de servicio pudimos volver a nuestros planes.
-Creo que debemos llegar a algo extremo. – La chica jugó con los hielos de su vaso y el popote.
-¿Extremo? – El chico con la boca llena preguntó y yo me giré para no ver la desagradable escena.
-¿Vas a ir a la fiesta después del partido?-
-Eso es para gente de tercer año – crucé lo brazos.
-Bueno, entonces nosotros dos te invitamos –rodé los ojos mientras el par me sonreía.
-Pero tu hermano está en segundo.-
-Pero aun así estará ahí, no se puede resistir a esas cosas – el mayor afirmó y suspiré. No me gustaban ese tipo de fiestas, todos se encerraban en una sala a beber como tontos, prefería los clubs todo parecía tener más clase con la ensordecedora música.
-Bueno ¿Y qué haremos en ese lugar? – Volví a tomar malteada.
-Nos besaremos – escupí la malteada y Onew la volteó a ver.
-Ahora armaremos toda una función teatral – comencé a limpiarme.
***
Y el día de la función llegó, ahí estaba acomodando la chaqueta rosada con la que saldría mientras Onew golpeaba su cabeza contra el volante. A él no le gustaban ese tipo de reuniones, tampoco a mí, me había tomado más de mis tres horas habituales para estar listo.
-¿Me puedo quedar aquí? – Le lancé una de mis miradas fulminantes.
-¡No! Si yo debo entrar tú también. – Bajé del auto y el chico resignado me siguió arrastrando los pies con dirección a la ruidosa casa. En el camino empedrado de la entrada algunas chicas bebían y platicaban.
-¡Es él! – Pude escuchar a una de las chicas aun con todo el alboroto del lugar.
-Ya eres famoso – Onew dijo sobre mi hombro y yo sonreí un poco. Se sentía bien tener algo de atención, ahora parecía ser fácilmente notado, así que las horas de arreglarme no habían sido en vano. Entramos y no tardé en encontrar a la chica que saludaba con su mano en alto.
-¿Pintaste tu cabello? – Rodé los ojos cuando una de sus amigas hizo una pregunta tan obvia.
-¡Nooo! Le cambia de color conforme su estado de ánimo – AhYoung soltó una de sus ocurrencias y afirmé, luego tomó mi mano y nos fuimos a bailar dejando a Onew cerca de la mesa de bocadillos. Aquí fue cuando nuestro supuesto plan comenzó a fallar, estaba bastante bien mientras bailábamos. Pero luego llegaron corriendo unas de sus amigas diciendo que una de las chicas estaba rara. Onew ya estaba ahí, intentando que reaccionara.
-La drogaron – dije y varias voltearon a verme horrorizadas.
-Si, Key tiene razón – Onew me defendió abriendo sus ojos y notó sus pupilas dilatadas. – Posiblemente pusieron algo en su bebida.- AhYoung tomó su brazo y lo pasó por su hombro.
-Tenemos que llevarla a casa chicas – las muchachas se quedaron quietas y se vieron entre ellas.
-Aún es temprano para irnos – una se atrevió a decir y otras dos afirmaron.
-¡Tontas! – La otra chica tomó el brazo izquierdo de la chica drogada y lo puso sobre sus hombros.
-No te enojes, ella fue la que no cuidó su bebida.-
-Es muy posible que su novio la drogara – me miraron con enojo, era obvio que yo no les agradaba.-
-Esta droga permite que las chicas sean más fáciles de ser violadas- Onew explicó y tomó sus llaves. – La llevaré a casa. – Afirmé y el par de chicas avanzaron tras el mayor llevando a la que se encontraba casi inconsciente. Las demás se giraron y volvieron con la muchedumbre mirando sobre sus hombros a ratos.
-¡Vaya amigas! – Dije cuando estábamos al exterior. Ayude a subir a la chica recostándola en las piernas de la chica que había ayudado y luego le abrí la puerta a AhYoung.- Dale las direcciones a hyung, noona – ella afirmó y el mayor se subió con torpeza debido a que las llaves se caían de sus manos.
-¿Volveré en un rato? – El mayor se asomó por la ventana del copiloto y afirmé. Podía caminar un poco lejos de ahí para dejar la patética fiesta. Ya los vi marcharse, de seguro tardarían más de lo que imaginaban en el hospital, así que tomar un taxi lejos de ahí no era mala idea. Bueno ese era mi plan, hasta que observé a un grupo de chicos saliendo con gritos rodeando a un par, que ya habían comenzado a lanzarse golpes.
Me acerqué con algo de curiosidad, mi tiempo era valioso, pero era más que obvio que esa noche ya había sido un fracaso así que no me costaba nada ver una pleito de mocosos.
-¡¿Qué estabas pensando?! – El que gritó no era ningún otro que el cara de perro.
-¡Yo hago lo que quiero! – Le dio un puñetazo en el rostro e intenté adelantarme pero el círculo de estudiantes no permitía pasar. Todos gritaban extasiados empujándose entre sí para ver como Jonghyun correspondía con otro puñetazo. No tardaron en terminar en el piso golpeándose sin piedad. Fue hasta que Jonghyun se puso sobre el otro y golpeaba constantemente sobre sus mejillas que fue cargado por un grupo de chicos para separarlos.
-¡No te sobrepases enano de segundo año! – Un par lo tomaron de los brazos y el que estaba en el suelo se levantó torpemente para golpear su estómago. Esto había dejado de ser una pelea justa. Varios comenzaron a decir que era porque se había metido en una fiesta de los de tercero y justificaciones absurdas para que unos seis tipos lo golpearan consecutivamente. Empujé a unos algo molesto y entré al centro donde el espectáculo ocurría con mi celular en la mejilla.
-¡Si! ¡Policía! ¡Vivo en la delegación de Taewon y hay una fiesta demasiado ruidosa en la calle de Micheon número…! – Me giré a ver la puerta mientras todos me observaban fijamente, inclusive los que habían estado golpeando al cara de perro me habían volteado a ver – ¡715! – Agregué sonriendo y varios comenzaron a murmurar.
-Está mintiendo – colgué y sonreí.
-Puedes quedarte a averiguarlo – me giré y salí del circulo caminando apaciguamente.
-¡Espera maldito! – Un tipo me giró y tomó mi chaqueta -¿Por qué la basura de otros años está en una fiesta de tercero?- Estaba por contestar pero un puñetazo fue recibido por su cara y giré un poco el rostro golpeado del enano que respiraba con fuerza.
-¡Corre! – Tomo mi brazo y comenzó a correr llevándome a rastras mientras los demás gritaban. No tardaron en aparecer sonidos de sirenas y las luces de las patrullas -¿Si llamaste a la policía? – Jonghyun preguntó mientras seguíamos corriendo calle abajo, lejos de todos los autos de los asistentes.
-Claro que sí. – Jalé mi brazo para que me soltara.
-Debemos irnos antes de que la policía patrulle por aquí – el chico intentó señalarme a donde con la cabeza y yo negué.
-Puedo irme solo.- La sirena sonó más cerca y me obligó a voltear.
-Vamos, tengo mi motocicleta aquí.- Me volvió a jalar y me dio un casco, lo dudé por un segundo y luego me lo puse para subir tras de él.
-Ni se te ocurra tocarme, princesa- lo golpeé en la espalda y me sostuve de la parrilla trasera.
-Ya quisieras cara de perro – arrancamos tan deprisa que casi pierdo el equilibrio. Pero no caí. Manejó lejos de ahí por un rato y terminamos frente al río después de un rato. No sé cómo sucedió pero estaba ahí viendo el agua obscura y los autos pasar por el puente mientras esperaba al enano.
-Toma- llegó entregándome un café enlatado y lo tomé con ambas manos y luego se sentó al lado.
-No voy a agradecerte cara de perro.- Él se bufó y luego abrió despreocupadamente su lata de café para beber, creo que sonriendo porque su rostro estaba hinchado.
-Yo tampoco voy a agradecer aunque me haya ayudado –rodé los ojos.
-Yo no te ayudé, enano, solo estaba asqueado de esa fiesta tan mala.- Abrí el café para beberlo y nos quedamos en silencio un rato -¿Por qué fue esa pelea?-
-Un idiota drogó a su novia porque ella no quería ceder.- Observé mi celular, hace unos minutos me habían mandado el mensaje de que aún no sabía cómo se encontraba.
-Imbécil – dije volviendo a beber el café y en silencio aun. Pasó un largo rato en que ambos solo observábamos hacia el río hasta que él se puso de pie tomando su chaqueta.
-¿Te llevo a casa cuñado? – Yo negué con orgullo y me levanté sacudiéndome.
-Ve curar tus heridas, no estaría bien que deformaras tu cara de perro – metí mis manos en mi chaqueta – sería triste que te quedaras sin tu apodo. –
Me alejé y después de un rato escuché la motocicleta alejarse. – Mucho ruido pocas nueces – dije volteando a ver al lugar donde habíamos estado sentados. Definitivamente ese playboy no era tan indecente.
***
La siguiente semana, yo no fui noticia en la escuela comparado con el escándalo del chico que había drogado a su novia, la cual había terminado en el hospital.
-Esto se sale de nuestras manos – otra vez nos habíamos juntado en el restaurante del otro distrito mientras pensaba que lo mejor era detener esa locura.
-Mi hermano se ve tranquilo con todo esto – AhYoung se recostó en la mesa y Jinki afirmó.
-No podremos enseñarle una lección, ya le da igual si salimos o no - parecía que mi pelea con el cara de perro era insignificante para él. Tampoco me molestaría más, aún lo odiaba pero me enojaba tanto ser irrelevante para él.
-¿No es tu hermano? – Onew señaló a la ventana y todos volteamos asombrados. Se encontraba asomándose y junto a él había un chico alto con el uniforme de la preparatoria de ese distrito.
-¿Crees que nos haya descubierto? – AhYoung preguntó y observé hacia donde miraba.
-El muy idiota no se ha dado cuenta de que estamos aquí – me levanté y salí, él seguía intentando ver más allá de nuestra mesa por lo que no notó que me había parado a su lado. – Vas a ensuciar la ventana cara de perro.-Dio un salto y me observó por un momento.
-¿Qué haces aquí princesa? – Él más alto se me quedó viendo y parecía algo avergonzado.
-Alimento a mi amigo y platico con mi novia, bobo – señalé a los dos que nos veían desde el interior.
-Todo el grupo de raros en un solo lugar.- Rodé los ojos.
-¿Por qué vigilan a Taemin? – El más alto comenzó a toser y cubrió su rostro.
-Ya veo – sonreí ampliamente.
-¡No te metas tonto! – Le dio palmadas en la espalda al alto.- Tranquilo Minho, él es el idiota con el que sale la tarada de mi hermana.-
-El tarado es otro – me acerqué al alto – dame tu teléfono.- El chico me miró confundido y me entregó el celular. -Si lo quieres de vuelta tendrás que pedírselo a él – entré deprisa hasta el mostrador, el par de tontos con los que me juntaba se me quedaron viendo. – Toma – se lo entregué al pequeño del mostrador que lo veía curioso. – En un momento vendrán a pedirte esto.-
Me regresé a mi lugar y no tardó en llegar el asqueroso cara de perro a tomar el cuello de mi uniforme de forma amenazante - ¿Qué estás haciendo imbécil? – AhYoung se levantó para hacer que me soltase.
-Mira – Señalé con la mirada al alto que ya se encontraba al mostrador. El enano me soltó y lo miró un poco asombrado.
-Disculpa, creo que tienes mi teléfono.- Él alto llegó con una sonrisa.
-Es un coqueto – Onew volvió a hablar.
-¡Ah! Eso era – el más joven se lo entregó, pero el alto no lo tomó.
-¿Puedes poner tu número en él? – El empleado se sonrojó y afirmó agachando la mirada mientras anotaba. –En ese caso te llamaré para tomar un café luego – volvió a afirmar sin decir una palabra con sus mejillas a rojo vivo y el alto salió con paso decidido.
-¡Espérame altote! – El cara de perro corrió tras él.
-¿Qué fue todo eso? – Mi amiga preguntó mientras veía al jovencito parecer que moría de alegría.
-Tu hermano estaba de apoyo porque el alto quería pedirle una cita a nuestro Minnie – sonreí – Minnie siempre veía a ese chico pasar. – Señalé levantando un poco la barbilla y ambos lo voltearon a ver.
-No puedo creerlo del estúpido de Jjong – reí ante la observación de mi novia pretendida. Tampoco podía creer que fuese apoyo moral de esa forma cuando se la pasaba llamándome princesa.
***
Parecía que conseguir un momento con el cara de perro era complicado, entre las pirujas y los tarados que lo rodeaban estaba todo el día ocupado. Así que tuve que ir a buscarlo al último lugar al que quería. Estuve tocando la puerta por un rato, y cuando por fin se abrió el cara de perro se asomó sin camisa y con pantalones de pijama.
-Flojo – me quité los lentes de sol y el chico rasco su cabeza.
-Mi hermana no está – estaba por cerrar la puerta pero la detuve con mi mano.
-Lo sé cara de perro – pasé sin preocupación alguna y el me observó fijamente.
-¿Quieres qué te dé una paliza? – Preguntó y le respondí con una mueca. Se encaminó a la cocina y sirvió un vaso con agua. Comenzó a beberla.
-¿Qué es lo que te asquea de mí? – El chico escupió el agua.
-¿Quién te lo dijo? – Se limpió con el antebrazo.
-Yo mismo lo escuché.- Se quedó estático dándome la espalda, una espalda muy linda por cierto, formada, bronceada.
-Solo ignóralo – se encaminó al pasillo.
-Pensé que era por cómo me veo y actúo, pero luego llegas y ayudas al chico de otra escuela a pedirle una cita a un muchachito.- Tomé mis lentes y me giré para marcharme.
-No soy homofóbico – me detuve.- De todos modos tú no eres homo, es tu actitud superior y la forma en que te contoneas por toda la escuela lo que me da asco. Solo exiges la atención de todos.-
Seguí avanzando, ahora sentirse un poco mejor es algo así como un pecado por lo que parece, al llegar a la calle pateé un tronco. –Bien Kibum, otra vez das la imagen equivocada.- Suspire y vi hacía la calle. Me gustaba sentirme superior, pero no hacía menos a nadie.
***
Y llegó el final, solo eso puedo decir, el mes pasó y nadie recordaba nada de eso. Yo no me metía con el cara de perro y él no se metía conmigo. Seguía juntándome con ese par a comer pollo, no habíamos desmentido nada pero no se hablaba de nosotros de todos modos.
-¿Me queda bien este nuevo color? – AhYoung preguntaba por tercera vez, yo ya había mencionado que me gustaba antes así que ahora no dije nada.
-Deberíamos pedir más pollo –rodé los ojos ante la respuesta del mayor.
-Después este mes estaremos más ocupados – volvió a hablar pretendiendo que no le importaba la respuesta – deberíamos salir más antes de que empiecen todos los estudios para lo de la universidad.- El chico se levantó a pedir más de comer ignorando de nuevo. – Ese cabeza hueca – suspiré y me puse de pie -¿A dónde vas? –
-Tengo que hacer algo más – me puse el saco del uniforme – debes ser ultra directa con ese glotón e intenta hablarle cuando no esté comiendo. – Salí dejando a mis superiores ahí. No me había tomado tiempo notarlo, pero simplemente me sentía mal por ella, ya que con Onew hyung no había manera de saber.
Salí con dirección a la preparatoria cuando noté algo que llamó mi atención. En un pequeño café, en una esquina poco concurrida una tímida pareja parecía intercambiar unas cuantas palabras entre algunos silencios. – Tu novio se ve como alguien decente – me quedé en la calle de enfrente para ver un poco mejor. – Ha de tener mi misma edad.-
-La tiene – di un salto para atrás y me giré para encontrarme con quien no deseaba volver a cruzar palabras nunca más. – También es un chico decente, capitán del equipo de futbol y bastante honesto – el cara de perro continuó y yo volví a ver a ese par. Supongo que era lindo estar enamorado de esa manera -¿Vienes a llamar la atención a esta zona también? – Hice una mueca.
-Huele mucho a perro mojado, mejor me marcho.- Comencé a avanzar y sentí que el enano me seguía -¿No te quedarás con tu protegido? –
-Lo mismo pregunto, está bien dejar al chico con alguien mayor.- Rodé los ojos, como si a él le importara, había dejado que su hermana saliera con un engreído como si nada.
-Taemin es atento, amable y trabajador, pero eso es lo de menos, lo que me importa es que se ve feliz – me detuve en la parada del camión.
-¿Y tú super auto? – Le lancé una mirada, por primera vez en hace tiempo lo veía con atención.
-Es de hyung, me lo presta a veces.- Miré hacia el lado contrario, de donde venía el tráfico.
-Bueno prin… - Se detuvo abruptamente. – Key – corrigió – me voy a hacer cosas más interesantes.-
-Adelante, que aquí el que aburre eres tú – me empujó y se encaminó de regreso por donde habíamos caminado. No tardó en pasar el transporte y subí tranquilamente para llegar a casa con mi abuela.
Esa tarde pasó lenta, era raro cuando el cara de perro era un poco más decente, ya ni ganas me daban de decirle nada. Mi estado a la defensiva todo el tiempo era inútil si se comportaba así. Me eché en mi cama y me puse a admirar el techo. -Cuando hyung y noona terminen me quedaré solo ahí y todavía estará Jonghyun alrededor, mejor hago las paces con él.- Suspiré, yo era el que debía dejarlo atrás.
Cerré los ojos por un largo rato hasta que mi celular sonó. –Bueno – contesté notando que tal vez me había quedado dormido porque ya había caído la noche.
-¡KEY! – Alguien gritó en mi oreja y me senté rápido algo asustado, miré la pantalla del teléfono.
-¿Noona? – Estaba más que confundido.
-Key, es un idiota.-
-Si hablas del hyung glotón, lo es – algo sonaba bastante raro.
-Es el más graaaande idiota-
-¿Bebiste? – Me puse de pie y observé el reloj de la pared eran las 3 de la mañana.
-Mis amigas creyeron que era lo mejor para olvidar – se rio – pero luego desaparecieron.- Claro solo sus supuestas amigas harían algo como eso. Inhale profundamente.
-¿Dónde estás? – Se volvió a reír.
-Creo que es un bar llamado el punto rosa.-
-Voy para allá- salí del cuarto y tomé las llaves de la camioneta de mi abuela. Ella repartía comida así que no la tomaba para salir, pero esto era considerado una emergencia. Revisé el lugar en el celular y me decidí a ir. No quedaba lejos cuando llegué AhYoung estaba recostada en la barra y observé alrededor, quedaba poca gente. El cantinero parecía estarla vigilando.
-¿Eres el idiota? – Me preguntó cuándo me acerqué y negué.
-Soy el amigo del idiota – la sacudí suavemente. – Noona – le hablé suave y ella se medio despertó.
-¡KEY!- Me abrazó.
-Vamos noona – tomé su bolso y me incliné un poco para despedirme del cantinero mientras la llevaba medio a rastras. Subirla a la camioneta fue un lio, pero bajarla cuando llegamos a su casa fue aún más difícil.
-No quiero entrar – se aferró a su puerta.
-Vamos – la jalaba desde el interior de la casa.
-Nadie está, no quiero estar sola – tomó el marco de la puerta con ambas manos.
-Ya son las 4 de la mañana.- Jalé más fuerte.
-¡No quiero! – Lloró.
-Me quedaré contigo, no estarás sola. Solo entra y deja de hacer ruido, despertarás a los vecinos.- Se soltó después de eso.
-Pero eres un chico – la empujé hacia su habitación.
-Pero soy tu amigo gay – se giró a verme.
-Es verdad – se rio y entró a su cuarto a tirarse en la cama. Negué un par de veces y le quité loa tacones para cobijarla. Estaba por salir pero me detuvo con una pregunta.
-¿Cómo puedo llamar su atención? – Cerré la puerta y me senté contra ella.
-No soy bueno para eso, intento llamar la atención de todos pero no consigo nada.-
-Ni siquiera fui tan notable para que me rechazaran.-
-Hyung es mucho más despistado que cualquier ser humano.- Intenté consolarla.
-No es justo ¿Por qué me gusta alguien tan despistado? –
-Nunca es justo – miré al piso sintiéndome impotente – a mí me gusta alguien que me odia por ser como soy.- Comencé a llorar pero fui interrumpido por un ronquido, levanté la vista para ver a la chica completamente perdida en sueños. – Eso fue cruel – me puse de pie y abrí la puerta para salir tranquilamente limpiando mis lágrimas.
-¿Qué haces saliendo de ahí? – Una voz con bastante agresividad apareció ante mí y al girar un poco mi rostro me encontré con un chico en el pasillo que me veía con odio.
-¿Qué te importa? – Intenté cruzar y seguir avanzando, pero me empujó e hizo que mi cuerpo chocara contra el muro y luego puso sus brazos a ambos lados de mí atrapándome contra la fría superficie -¿Qué haces?-
-No me importó que usaras a mi hermana porque parecía que estaba involucrada en ello, pero si te propasas…-
-¿Qué? – Lo miré intensamente - ¿Me molerás a golpes? Adelante, hazlo – se quedó estático solo mirándome. – Eso pensé – empujé uno de sus brazos para salir del encierro pero cuando estaba saliendo jaló mi brazo.
-Entonces eres de esos hombres que desaparecen antes del amanecer – sonreí y me mordí la lengua frente a él.
-Lo mismo podría decir.- Jalé mi brazo con fuerza sintiendo algo de dolor por mi acción.
-Deja de suponer que soy de esa manera.-
-A no, tú las traes aquí.- Intenté marcharme una vez más, pero esta vez el agarre hizo que me girara y para mi sorpresa quedé frente a él, sintiendo su respiración acelerada por el coraje chocar contra mi rostro. Eso me volvería loco. – Está bien, no hice nada con tu hermana, deja tu estado de hermano celoso de una… - No pude terminar por que sus lisos y agradables labios chocaron contra los míos. Me sentí algo mareado por ello, sus suaves roces me confundían. No entendía lo que sucedía, su aroma era embriagante, esta era la crueldad máxima. Lo empujé con fuerza cuando noté que había cerrado los ojos y de cierta forma lo disfrutaba -¡Idiota! – Grité cuando lo vi chocar contra la pared y salí corriendo tan rápido como pude tomando las llaves para encender la camioneta de la abuela. Escapé por un momento y luego me orille y detuve a llorar. Fui tan lejos con esa tontería que ahora todo estaba más enredado y raro.
Había visto varias veces a Jonghyun desde que llegué a esa escuela, nunca lo vi con superioridad, solo me gustaba verlo. Cuando dijo que le daba asco que lo observara me sentí devastado y lo odie tanto. Pero al fin y al cabo me gustaba.
***
-Faltaste toda una semana – Onew parecía en el cielo sentado en la cocina de mi abuela.
-Y no quiero volver.- Dije sirviendo un poco de la especialidad de mi abuela. Ahí estaba con mantel trabajando en el local tranquilamente.
-¿No me contarás lo qué pasó? – Le dejé la comida al frente, pero no comió.
-No – dije con una sonrisa.
-Tiene que ver con tu amor platónico.- Odiaba a ese chico que aparentaba no escuchar pero estaba pendiente de todo.
-Esto fue tu culpa.- Le pequé en la nuca con la palma abierta.
-¿Cómo pudo ser mi culpa?-
-Ocúpate de tus asuntos primero antes de venir a indagar en los míos.- Comenzó a comer después de lanzarme una mirada risueña.
-¿Qué hiciste? – Me preocupé al instante.
-No ha de tardar.-
-¡Oh, NO! – Comencé a apagar la estufa y luces, estaba planeando salir tan pronto como pudiese de ahí. Pero cuando estaba por tomar las llaves, él ya estaba ahí en la puerta.
-Te odio – pateé la silla del que decía ser mi amigo.
-¿Podemos hablar? – Le miré molesto y crucé los brazos.
-¿Por qué haría eso? – Me giré sintiendo que este era el final. Me pudo dejar seguirle viendo y todo hubiese quedado igual.
-Mejor salgo – el chico risueño tomó su plato y salió como si nada.
-No debí actuar así.- Comenzó el bajito.
-Qué bueno que te das cuenta – fingí limpiar una mesa.
-¿Podrías verme por lo menos?-
-¡¿Para qué?! – Me giré y lo encontré llorando, me congelé en ese momento.
-No me das asco – comenzó con esa frase que me confundió más – odio que quieras llamar la atención de todos y la gente te observe contonearte de esa manera.
-Perdona por ser así – bajé la mirada.
-No te disculpes por ser así… - le miré – así estás bien, muy bien. O algo así.-
-Deja de balbucear.- Estaba desesperado.
-Yo quería decir, que me tomó tiempo entender que estaba celoso y cuando quise llamar tu atención salió peor y luego todo se torció más. Ahora tú debes sentir asco de mí.-
-¿Asco?-
-No debí besarte solo porque salías del cuarto de tu novia, varias veces lo negué, aparecías y dolía. Me ayudaste en la fiesta y con mi amigo, pero luego estabas con mi hermana… soy la peor de las criaturas.- Negué con la cabeza mientras él seguía balbuceando sin sentido y me acerqué a sus labios, dejé impreso un corto beso que detuvo sus palabras.
-¿Qué fue eso?-
-Un intento de que pares la palabrería.- Volví a limpiar la mesa. – No me interesa salir con un jugador, ya sea con hombres o mujeres – lo observé de reojo – así que primero debes quitarte esa mala fama.-
-¿Y AhYoung? – Se acercó a mí tan despacio.
-Será mi cuñada y aún mi buena amiga.- Sonreí algo coqueto y luego sentí que era abrazado con fuerza por la espalda. –Dije que primero te quitas la mala fama cara de perro.
-¿Y si me la quito saliendo contigo? – Depositó un suave y cálido beso sobre mi cuello.
-No soy tan fácil – intenté salirme, pero ya era tarde había sido atrapado desde hace tiempo.
-Pero si ya pasaste una noche en mi casa – le di un pisotón. El cara de perro seguía sacándome de quicio.
Autor: Fuerza Friki
Género: Yaoi, Comedia
Parejas: JongKey, 2min
La mujer que nunca podrás tener
-¡¿Pero, qué he hecho?! – Sollozaba de nuevo a todo volumen sobre la mesa de la cafetería mientras mi amigo un poco mayor que yo comía despreocupadamente.
-Metiste la pata.- Agregó riendo tras tragar un pedazo de emparedado que mi abuela había empacado para mí. La receta de todos los miércoles, atún y mayonesa en dos tristes panes.
-¡Waaa!- Solté un aullido de desesperación extendiendo mis brazos sobre la mesa roja del amplio comedor con techos altos e iluminación de luz fría. La muchedumbre balbuceaba alrededor y los cubiertos y platos chocaban causando agudos sonidos.
-¿No tienes más? – Le miré con odio, no podía haberme conseguido un amigo más desinteresado en mí. Su único interés radicaba en la comida, cosa que ofrecía ya que mi abuela siempre insistía en preparar todos mis alimentos.
-Eres tan despreciable – tomé otro de esos emparedados y se lo di. Yo debía ser el centro de atención, miraba a los lados de las personas que murmuraban, por primera vez sabía que hablaban de mí. Les había tomado tanto, cada mañana que me veía al espejo sabía que la admiración de todos debía ser mía. Pero los muy tontos no se daban cuenta de mi insistencia por más que intentaba. Y ahora por una discusión me había vuelto el centro de atención.
-Querías que todos te notaran, ¿no? – Mi compañero de mesa parecía leer mis pensamientos, pero solo pude hacer un puchero. Yo no deseaba que me notaran por eso, quería asombrarlos con mi imagen, mi sentido del estilo y mi perfección, no por ser el idiota que desafió al más grande idiota de la escuela.
-No así, tonto - mi primer año en la preparatoria había sido arruinado por mi temperamento. Una chica me señaló y luego ella y su amiga se rieron -¡Si bruja mal vestida, yo fui quién retó al playboy de la escuela! – Saqué mis garras, nadie que parecía vestida por una trituradora de basura hablaría mal de mí. La chica me miró con temor y se fue corriendo con su amiga, cuando tomaron una distancia alejada volvieron a reír. – Que odiosas.- Volví a quejarme. Tan solo recordar lo que había sucedido unas horas antes me causaba dolor.
Flashback
Caminaba luciendo fabuloso, como siempre, esa mañana. Mi uniforme decorado con seguros de plata, accesorios, cadenas, mis zapatos fabulosos, corte perfecto y perfumado. Caminaba por la entrada principal de la preparatoria caracterizada por una calzada de adoquines con arboledas a ambos lados. Cuando sufrí un altercado en mi contra. Un enano sin estilo y con mala fama me hizo tropezar.
-¡¿Pero qué te pasa imbécil?! – Apenas había logrado poner mis manos para no marcar mi rostro, pero mis rodillas y pecho habían arremetido contra el piso. Lo insulté tan rápido como pude al notar que mi uniforme estaba arruinado, mi pulcra y perfecta imagen era manchada por ese tarado con cara de perro.
-Debes fijarte por donde vas, princesa – me levanté sacudiéndome parándome recto con dignidad.
-Tú debes fijarte con quien te metes, enano.- Me estaba por girar, llevándome mi honor intacto, sintiéndome superior.
-Ni sé quién eres – Soltó palabras que me dolían directamente en el corazón.
-¿No sabes quién soy? – Me volteé y pregunté con un tono agudo -¿Qué acaso no asistes a esta escuela? – Fingí popularidad.
-Yo soy la cara de esta escuela – sonrió e intente aparentar que no sabía quién era. Pero eso no funcionaría, por lo menos no con él. Tenía razón era la imagen de esta escuela, no era una buena imagen, pero todos lo conocían por ello.
-Y eso es lo deprimente de este mundo.- Pensé en marcharme, no podría defenderme después de eso. El playboy más grande de la escuela estaba llamando la atención de las chicas y comenzaban a rodearnos, no quería que me dejara mal. Cuando tu imagen está en riesgo es mejor retirarse con gracia.
-Ya quisieras tú por lo menos tener una décima parte de mi fama.- Y esa fue la gota que derramó el vaso y que también me llevó a mi perdición.
-Nunca querría esa fama de jugador y desgraciado. – Me acerqué bastante a su rostro para decirle esto.
-No podrías tener fama de mujeriego aunque quisieras – me volvió a retar tomando el cuello del chaleco del uniforme.
-Yo puedo tener a cualquier mujer que se me plazca.- Me atreví a decir, sabía que él era atractivo, pero yo lo era más.
-Ni en tus sueños.-
-Te lo puedo asegurar cara de perro.- Y aquí sentencié mi condena. – Puedo tener a una mujer que tú nunca podrás tener.-
-¿Estás seguro de ello? – Afirmé con decisión y sonreí con superioridad girando un poco mi rostro. – Entonces trato hecho – soltó mi ropa empujándome – tienes un mes para conseguir a esa tal mujer que yo nunca podré tener.- Tragué saliva notando que había cometido un error al expresarme. Estaba por retirarme pero me asqueé al ver su sonrisa mientras tomaba sus cosas ¿Cómo se atrevía a mostrar esa sonrisa al verme? Me sentía sucio y degradado cuando lo hacía.
-Hasta me sobrará tiempo, cerdo asqueroso – me giré con la frente en alto y seguí caminando con paso decidido y seguro hasta la entrada del edificio principal. El rumor se fue esparciendo cual epidemia mortal, para mí, y después de un par de clases había notado que el chico musculoso de segundo año había estado con la mayoría de las chicas de la escuela.
Fin del flashback
Y así llegué hasta el almuerzo sintiendo como estaba en las bocas de todos. Me había juntado con Onew, mi amigo de tercer año, que solo había corroborado que mis palabras habían sido insensatas y me había guiado por el orgullo. Y ahora se comía mis alimentos sin darme una solución. Mis quejas continuaron cuando salimos del comedor. Él simplemente no dejaba de comer. Mientras salía varias chicas pasaban.
-Solo quedan chicas poco agraciadas – suspiré mirando algunas de las chicas que sabía que no habían salido con el playboy de la preparatoria. – Creo que la chica que nunca podrá tener ese perro, simplemente no existe. –
-Al contrario –mi único amigo en esa escuela donde no apreciaban la moda sonrió. Yo lo miré intrigado, ¿de qué estaba hablando? – Esa chica existe, él nunca la podrá tener, por seguro.- Le miré un con cautela, si me estaba engañando descargaría toda mi furia contra él, bien lo sabía.
-¿Quién es esa chica con cerebro? – Era la única explicación lógica por la cual todas querían salir con él, definitivamente les faltaba materia gris.
-Está en mi grupo.- Él mayor me habló con seguridad e intenté recordar a sus compañeros. Había estado un par de veces en su salón para tomar o entregar cosas, pero no había notado mucho a la gente que lo rodeaba. – Kim AhYoung.-
-¿Kim AhYoung? – Intenté recordar a la chica, pero no llegaba a mi mente y luego lo pensé un poco más -¡ESTAS LOCO! – Solté al recordar de quién se trataba.
-Él nunca podrá tenerla – dijo riendo, esto era aún más torcido para tratarse de una broma.
-¿Su hermana mayor? ¿Estás enfermo? ¿Cómo se te ocurre? – Intentaba comprender su torcido cerebro.
-Buscabas cómo callarlo, no es mala estrategia – suspiré – pero ahora también ha de saberlo. – Tomó su celular mientras seguía interrogando las locuras del plan- ¿Qué clase de hermana saldría con un tipo que solo quiere fastidiar a su hermano? –
-Ella – me mostró la pantalla del aparato.- Acaba de aceptar salir contigo para fastidiar a su hermano menor.- Alcé la vista para ver a mi superior. Esto estaba más torcido que nada.
-Olvídalo – tomé todas mis cosas y me fui corriendo. No podía seguir con esto, se volvía tan enfermo. Estaba bien podría vivir con la vergüenza de perder un par de años más. Me comenzaba a resignar cuando me acerqué a la reja principal.
-Ese idiota cree que habrá una chica así – uno de los amigos del tarado hablaba. Me congelé y decidí esconderme en los arbustos.
-Esa princesa es un blanco perfecto, fastidiarlo por el resto de la preparatoria será divertido – suspiré, me debía defender ahora para que esto no continuara. – Es un completo fracasado, me siento asqueado con solo verlo, se esfuerza tanto poniéndose toda esa basura encima, ni amigos tiene. – No pude salir, me sentí herido en exceso. Escuché como se alejaban después de un rato de seguir destruyéndome y sentí como las lágrimas rodaban por mis mejillas. Mucho menos podría salir ahora que estaba llorando tan desconsoladamente.
Horas pasaron, me costó tanto calmarme y el llanto regresaba a ratos. Al final, cuando obscureció pude salir de mi escondite y me dirigí a casa. Yo no molestaba a nadie, solo me quería mostrar cómo era. Mis gustos no dañaban a nadie ¿O sí? Tomé un baño y me miré el espejo. – Eres perfecto Kibum – me dije con los ojos cristalinos y al borde del llanto. Me había decidido a cambiar después de mis momentos más obscuros durante la secundaria, no había tomado bien la muerte de mis padres, mi apariencia, mi inteligencia, todo me dañaba. Me dañaba tanto que debía dejar salir el dolor de mi cuerpo de una manera. No me cortaba para llamar la atención, ni para hacerme daño, solo lo hacía para qué el malestar dejase mi cuerpo.
Me lancé en la cama y pensé por un momento.- El viejo Kibum se quedaría aquí sintiendo como sus venas se llenan de angustias de nuevo.- Observé las verdosas venas resaltadas en mi blancuzca piel -¿Qué haría Key en este caso? – Tome mi celular y comencé a escribir “Ok, saldré con ella”. Una frase concisa que mandé y luego aventé el teléfono en mi cama lejos de mi cuerpo. Lo que importaba ahora era mostrarle a ese enano que yo no era un chico del cual podía abusar tan fácilmente y si podía hacer su vida imposible no estaría tan mal mis experiencias en preparatoria.
***
El siguiente fin de semana me encontré frente a frente con mi cómplice por primera vez. Nos juntamos en un centro comercial y Onew hyung nos había acompañado para comer pollo frito mientras nosotros poníamos nuestros términos. Había sido divertido organizarnos por celular, me había sentido malvado y eso me gustaba. Pero para poner nuestro plan en acción debíamos convencer al enano imbécil.
-Creo que podemos empezar desde hoy.- AhYoung dijo sonriendo y yo bebí un poco de café.
-Ya que estemos aquí usemos la estrategia del centro comercial, venimos de compras juntos y te llevaré a casa para ayudarte con las bolsas.- Volteé a ver al mayor que comía alegremente. –Debes prestarme tu automóvil – él me miró raro y luego afirmó con su habitual sonrisa.
-En ese caso – la chica se puso de pie – debo ir de compras – no pude evitar sentir felicidad por esto.
-Yo también voy – me levanté y le dejé un poco de dinero a Onew – sigue comiendo, esto tardará un poco.- Y me enfrasqué en mi mundo de maravilla con colores, telas y marcas que podía reconocer. AhYoung también parecía disfrutarlo. Podría decirse que si éramos algo compatibles. Nos deleitaba el rosa a ambos y bailar, teníamos gustos finos y comprendíamos de moda. Ella a diferencia de su hermano no tenía cara de perro y se veía tierna siendo bajita. Al principio le pregunté por qué había decidido hacer esto y estaba harta del cara de perro. La molestaba todo el tiempo, llevaba chicas a casa y se quedaban toda la noche mientras sus padres trabajaban, rompía con ellas y lo seguían acosando. Estaba cansada del mujeriego empedernido con el que vivía.
El plan se puso en marcha después del largo día de compras, esperamos hasta el momento preciso en que Jonghyun apareció con su motocicleta frente a la entrada principal de la casa de dos pisos. Seguí en el auto de mi hyung y nos detuvimos en la casa. El chico miró asombrado el auto rojo, a Onew sus padres le habían obsequiado un deportivo ya que tuvo un año sin accidentes graves. Salí y me pasé por el frente del auto para abrir la puerta del copiloto y dejar salir a la chica que me acompañaba.
-Ahora bajo todo noona – acerqué mi mano para ayudarle a salir y luego abrí la puerta trasera para tomar sus bolsas.
-Gracias Key – con su sonrisa el chico que sostenía su casco se nos acercó.
-¿Qué pretenden? – Nos miró un poco despreocupado. Sabía que no creería nuestra farsa tan pronto.
-El aire comienza a apestar – me atreví a decir ignorándole mientras cerraba las puertas.- Adelante noona, yo te sigo – le abrí paso a la puerta principal para que la chica siguiera.
-Sí, mejor entro, creo que hay una pila de basura por aquí – amé su respuesta y la seguí hasta los escalones de la entrada donde dejé las bolsas con cuidado.
-Nos vemos mañana noona – salí despidiéndome amablemente y caminé hacia el automóvil. El chico seguía parado ahí observándonos.
-Creí que buscabas a la chica que nunca podre tener.-Me giré con una sonrisa de lado.
-Ahí está la chica que nunca podrás tener, con la que nunca andarás y la que sabe cómo es tu asquerosa presencia en realidad.- Vi la furia en sus ojos y él amenazantemente soltó el casco y se acercó a empujarme contra el auto.
-Yo no creo su juego – dijo frente a mi rostro y yo sonreí.
-No lo creas – lo empujé y tomé las llaves para rodear el auto y subir a él. Se me quedó viendo en la acera mientras me alejaba feliz, ese solo era el comienzo de nuestro intricado plan. En un mes Jonghyun se estaría comiendo sus palabras.
***
Si queríamos convencer al cara de perro debíamos convencer a toda la escuela. Así que empezamos con la siguiente fase. Aparentar ser algo en la escuela. Esto se volvió muy sencillo, solo teníamos que tomarnos de las manos a la salida y las brujas chismosas que tenía por compañeras pasaban la voz a los cuatro vientos. Una que otra vez comíamos juntos y hablábamos de moda o de los lugares que habíamos descubierto para comprar cosas originales. Como solo me juntaba con el glotón sonriente todos al instante notaron nuestra peculiar relación.
-Mis amigas llegaron y dijeron “AhYoung tenemos que decirte que ese chico de primer año te está usando”.- Las imitó riendo.
-Tardaron mucho – Onew comentó por primera vez esa tarde, terminamos en un restaurante de pollo frito algo lejos de nuestro distrito escolar para no ser descubiertos en nuestra planeación.
-Ese rumor está por todos lados – tomé un poco de malteada – pero tu hermano aún no parece reaccionar. –Llevábamos dos semanas con la farsa y el cara de perro seguía manteniendo distancia.
-Tal vez… - El mayor se movió y golpeo un vaso de soda con el codo.
-¡Mis pantalones! ¡Son de diseñador! – Me levanté deprisa para no ser manchado.
-¡Ya lo limpio! – Tomó una servilleta y se giró tirando la cubeta con huesos de pollo.
-¡Deja de moverte! – AhYoung lo detuvo del brazo.
-No se preocupen – Un joven empleado llegó.- Ahora lo limpio, se agachó y comenzó a limpiar sobre la silla y donde escurría la mesa.
-Gracias – lo miré asombrado, debía ser de secundaria. Le tomó un momento limpiar todo, recoger los huesos y secar el piso para luego despedirse inclinándose.
-Es lindo – AhYoung lo miraba intensamente mientras volvía tras el mostrados.
-Es muy atento – el mayor también lo miraba – Se llama Taemin, leí su gafete cuando me servía pollo.-
-Es tan joven –observé la mesa y luego a los otros dos que parecían anonadados -¡Dejen de verlo! – Sentí un poco de enojo y volví a mi malteada. Pero luego noté que el muchacho perdía la mirada hacia el exterior donde un chico alto pasaba trotando. Todos seguimos viendo y cuando por fin el chico salió del área de servicio pudimos volver a nuestros planes.
-Creo que debemos llegar a algo extremo. – La chica jugó con los hielos de su vaso y el popote.
-¿Extremo? – El chico con la boca llena preguntó y yo me giré para no ver la desagradable escena.
-¿Vas a ir a la fiesta después del partido?-
-Eso es para gente de tercer año – crucé lo brazos.
-Bueno, entonces nosotros dos te invitamos –rodé los ojos mientras el par me sonreía.
-Pero tu hermano está en segundo.-
-Pero aun así estará ahí, no se puede resistir a esas cosas – el mayor afirmó y suspiré. No me gustaban ese tipo de fiestas, todos se encerraban en una sala a beber como tontos, prefería los clubs todo parecía tener más clase con la ensordecedora música.
-Bueno ¿Y qué haremos en ese lugar? – Volví a tomar malteada.
-Nos besaremos – escupí la malteada y Onew la volteó a ver.
-Ahora armaremos toda una función teatral – comencé a limpiarme.
***
Y el día de la función llegó, ahí estaba acomodando la chaqueta rosada con la que saldría mientras Onew golpeaba su cabeza contra el volante. A él no le gustaban ese tipo de reuniones, tampoco a mí, me había tomado más de mis tres horas habituales para estar listo.
-¿Me puedo quedar aquí? – Le lancé una de mis miradas fulminantes.
-¡No! Si yo debo entrar tú también. – Bajé del auto y el chico resignado me siguió arrastrando los pies con dirección a la ruidosa casa. En el camino empedrado de la entrada algunas chicas bebían y platicaban.
-¡Es él! – Pude escuchar a una de las chicas aun con todo el alboroto del lugar.
-Ya eres famoso – Onew dijo sobre mi hombro y yo sonreí un poco. Se sentía bien tener algo de atención, ahora parecía ser fácilmente notado, así que las horas de arreglarme no habían sido en vano. Entramos y no tardé en encontrar a la chica que saludaba con su mano en alto.
-¿Pintaste tu cabello? – Rodé los ojos cuando una de sus amigas hizo una pregunta tan obvia.
-¡Nooo! Le cambia de color conforme su estado de ánimo – AhYoung soltó una de sus ocurrencias y afirmé, luego tomó mi mano y nos fuimos a bailar dejando a Onew cerca de la mesa de bocadillos. Aquí fue cuando nuestro supuesto plan comenzó a fallar, estaba bastante bien mientras bailábamos. Pero luego llegaron corriendo unas de sus amigas diciendo que una de las chicas estaba rara. Onew ya estaba ahí, intentando que reaccionara.
-La drogaron – dije y varias voltearon a verme horrorizadas.
-Si, Key tiene razón – Onew me defendió abriendo sus ojos y notó sus pupilas dilatadas. – Posiblemente pusieron algo en su bebida.- AhYoung tomó su brazo y lo pasó por su hombro.
-Tenemos que llevarla a casa chicas – las muchachas se quedaron quietas y se vieron entre ellas.
-Aún es temprano para irnos – una se atrevió a decir y otras dos afirmaron.
-¡Tontas! – La otra chica tomó el brazo izquierdo de la chica drogada y lo puso sobre sus hombros.
-No te enojes, ella fue la que no cuidó su bebida.-
-Es muy posible que su novio la drogara – me miraron con enojo, era obvio que yo no les agradaba.-
-Esta droga permite que las chicas sean más fáciles de ser violadas- Onew explicó y tomó sus llaves. – La llevaré a casa. – Afirmé y el par de chicas avanzaron tras el mayor llevando a la que se encontraba casi inconsciente. Las demás se giraron y volvieron con la muchedumbre mirando sobre sus hombros a ratos.
-¡Vaya amigas! – Dije cuando estábamos al exterior. Ayude a subir a la chica recostándola en las piernas de la chica que había ayudado y luego le abrí la puerta a AhYoung.- Dale las direcciones a hyung, noona – ella afirmó y el mayor se subió con torpeza debido a que las llaves se caían de sus manos.
-¿Volveré en un rato? – El mayor se asomó por la ventana del copiloto y afirmé. Podía caminar un poco lejos de ahí para dejar la patética fiesta. Ya los vi marcharse, de seguro tardarían más de lo que imaginaban en el hospital, así que tomar un taxi lejos de ahí no era mala idea. Bueno ese era mi plan, hasta que observé a un grupo de chicos saliendo con gritos rodeando a un par, que ya habían comenzado a lanzarse golpes.
Me acerqué con algo de curiosidad, mi tiempo era valioso, pero era más que obvio que esa noche ya había sido un fracaso así que no me costaba nada ver una pleito de mocosos.
-¡¿Qué estabas pensando?! – El que gritó no era ningún otro que el cara de perro.
-¡Yo hago lo que quiero! – Le dio un puñetazo en el rostro e intenté adelantarme pero el círculo de estudiantes no permitía pasar. Todos gritaban extasiados empujándose entre sí para ver como Jonghyun correspondía con otro puñetazo. No tardaron en terminar en el piso golpeándose sin piedad. Fue hasta que Jonghyun se puso sobre el otro y golpeaba constantemente sobre sus mejillas que fue cargado por un grupo de chicos para separarlos.
-¡No te sobrepases enano de segundo año! – Un par lo tomaron de los brazos y el que estaba en el suelo se levantó torpemente para golpear su estómago. Esto había dejado de ser una pelea justa. Varios comenzaron a decir que era porque se había metido en una fiesta de los de tercero y justificaciones absurdas para que unos seis tipos lo golpearan consecutivamente. Empujé a unos algo molesto y entré al centro donde el espectáculo ocurría con mi celular en la mejilla.
-¡Si! ¡Policía! ¡Vivo en la delegación de Taewon y hay una fiesta demasiado ruidosa en la calle de Micheon número…! – Me giré a ver la puerta mientras todos me observaban fijamente, inclusive los que habían estado golpeando al cara de perro me habían volteado a ver – ¡715! – Agregué sonriendo y varios comenzaron a murmurar.
-Está mintiendo – colgué y sonreí.
-Puedes quedarte a averiguarlo – me giré y salí del circulo caminando apaciguamente.
-¡Espera maldito! – Un tipo me giró y tomó mi chaqueta -¿Por qué la basura de otros años está en una fiesta de tercero?- Estaba por contestar pero un puñetazo fue recibido por su cara y giré un poco el rostro golpeado del enano que respiraba con fuerza.
-¡Corre! – Tomo mi brazo y comenzó a correr llevándome a rastras mientras los demás gritaban. No tardaron en aparecer sonidos de sirenas y las luces de las patrullas -¿Si llamaste a la policía? – Jonghyun preguntó mientras seguíamos corriendo calle abajo, lejos de todos los autos de los asistentes.
-Claro que sí. – Jalé mi brazo para que me soltara.
-Debemos irnos antes de que la policía patrulle por aquí – el chico intentó señalarme a donde con la cabeza y yo negué.
-Puedo irme solo.- La sirena sonó más cerca y me obligó a voltear.
-Vamos, tengo mi motocicleta aquí.- Me volvió a jalar y me dio un casco, lo dudé por un segundo y luego me lo puse para subir tras de él.
-Ni se te ocurra tocarme, princesa- lo golpeé en la espalda y me sostuve de la parrilla trasera.
-Ya quisieras cara de perro – arrancamos tan deprisa que casi pierdo el equilibrio. Pero no caí. Manejó lejos de ahí por un rato y terminamos frente al río después de un rato. No sé cómo sucedió pero estaba ahí viendo el agua obscura y los autos pasar por el puente mientras esperaba al enano.
-Toma- llegó entregándome un café enlatado y lo tomé con ambas manos y luego se sentó al lado.
-No voy a agradecerte cara de perro.- Él se bufó y luego abrió despreocupadamente su lata de café para beber, creo que sonriendo porque su rostro estaba hinchado.
-Yo tampoco voy a agradecer aunque me haya ayudado –rodé los ojos.
-Yo no te ayudé, enano, solo estaba asqueado de esa fiesta tan mala.- Abrí el café para beberlo y nos quedamos en silencio un rato -¿Por qué fue esa pelea?-
-Un idiota drogó a su novia porque ella no quería ceder.- Observé mi celular, hace unos minutos me habían mandado el mensaje de que aún no sabía cómo se encontraba.
-Imbécil – dije volviendo a beber el café y en silencio aun. Pasó un largo rato en que ambos solo observábamos hacia el río hasta que él se puso de pie tomando su chaqueta.
-¿Te llevo a casa cuñado? – Yo negué con orgullo y me levanté sacudiéndome.
-Ve curar tus heridas, no estaría bien que deformaras tu cara de perro – metí mis manos en mi chaqueta – sería triste que te quedaras sin tu apodo. –
Me alejé y después de un rato escuché la motocicleta alejarse. – Mucho ruido pocas nueces – dije volteando a ver al lugar donde habíamos estado sentados. Definitivamente ese playboy no era tan indecente.
***
La siguiente semana, yo no fui noticia en la escuela comparado con el escándalo del chico que había drogado a su novia, la cual había terminado en el hospital.
-Esto se sale de nuestras manos – otra vez nos habíamos juntado en el restaurante del otro distrito mientras pensaba que lo mejor era detener esa locura.
-Mi hermano se ve tranquilo con todo esto – AhYoung se recostó en la mesa y Jinki afirmó.
-No podremos enseñarle una lección, ya le da igual si salimos o no - parecía que mi pelea con el cara de perro era insignificante para él. Tampoco me molestaría más, aún lo odiaba pero me enojaba tanto ser irrelevante para él.
-¿No es tu hermano? – Onew señaló a la ventana y todos volteamos asombrados. Se encontraba asomándose y junto a él había un chico alto con el uniforme de la preparatoria de ese distrito.
-¿Crees que nos haya descubierto? – AhYoung preguntó y observé hacia donde miraba.
-El muy idiota no se ha dado cuenta de que estamos aquí – me levanté y salí, él seguía intentando ver más allá de nuestra mesa por lo que no notó que me había parado a su lado. – Vas a ensuciar la ventana cara de perro.-Dio un salto y me observó por un momento.
-¿Qué haces aquí princesa? – Él más alto se me quedó viendo y parecía algo avergonzado.
-Alimento a mi amigo y platico con mi novia, bobo – señalé a los dos que nos veían desde el interior.
-Todo el grupo de raros en un solo lugar.- Rodé los ojos.
-¿Por qué vigilan a Taemin? – El más alto comenzó a toser y cubrió su rostro.
-Ya veo – sonreí ampliamente.
-¡No te metas tonto! – Le dio palmadas en la espalda al alto.- Tranquilo Minho, él es el idiota con el que sale la tarada de mi hermana.-
-El tarado es otro – me acerqué al alto – dame tu teléfono.- El chico me miró confundido y me entregó el celular. -Si lo quieres de vuelta tendrás que pedírselo a él – entré deprisa hasta el mostrador, el par de tontos con los que me juntaba se me quedaron viendo. – Toma – se lo entregué al pequeño del mostrador que lo veía curioso. – En un momento vendrán a pedirte esto.-
Me regresé a mi lugar y no tardó en llegar el asqueroso cara de perro a tomar el cuello de mi uniforme de forma amenazante - ¿Qué estás haciendo imbécil? – AhYoung se levantó para hacer que me soltase.
-Mira – Señalé con la mirada al alto que ya se encontraba al mostrador. El enano me soltó y lo miró un poco asombrado.
-Disculpa, creo que tienes mi teléfono.- Él alto llegó con una sonrisa.
-Es un coqueto – Onew volvió a hablar.
-¡Ah! Eso era – el más joven se lo entregó, pero el alto no lo tomó.
-¿Puedes poner tu número en él? – El empleado se sonrojó y afirmó agachando la mirada mientras anotaba. –En ese caso te llamaré para tomar un café luego – volvió a afirmar sin decir una palabra con sus mejillas a rojo vivo y el alto salió con paso decidido.
-¡Espérame altote! – El cara de perro corrió tras él.
-¿Qué fue todo eso? – Mi amiga preguntó mientras veía al jovencito parecer que moría de alegría.
-Tu hermano estaba de apoyo porque el alto quería pedirle una cita a nuestro Minnie – sonreí – Minnie siempre veía a ese chico pasar. – Señalé levantando un poco la barbilla y ambos lo voltearon a ver.
-No puedo creerlo del estúpido de Jjong – reí ante la observación de mi novia pretendida. Tampoco podía creer que fuese apoyo moral de esa forma cuando se la pasaba llamándome princesa.
***
Parecía que conseguir un momento con el cara de perro era complicado, entre las pirujas y los tarados que lo rodeaban estaba todo el día ocupado. Así que tuve que ir a buscarlo al último lugar al que quería. Estuve tocando la puerta por un rato, y cuando por fin se abrió el cara de perro se asomó sin camisa y con pantalones de pijama.
-Flojo – me quité los lentes de sol y el chico rasco su cabeza.
-Mi hermana no está – estaba por cerrar la puerta pero la detuve con mi mano.
-Lo sé cara de perro – pasé sin preocupación alguna y el me observó fijamente.
-¿Quieres qué te dé una paliza? – Preguntó y le respondí con una mueca. Se encaminó a la cocina y sirvió un vaso con agua. Comenzó a beberla.
-¿Qué es lo que te asquea de mí? – El chico escupió el agua.
-¿Quién te lo dijo? – Se limpió con el antebrazo.
-Yo mismo lo escuché.- Se quedó estático dándome la espalda, una espalda muy linda por cierto, formada, bronceada.
-Solo ignóralo – se encaminó al pasillo.
-Pensé que era por cómo me veo y actúo, pero luego llegas y ayudas al chico de otra escuela a pedirle una cita a un muchachito.- Tomé mis lentes y me giré para marcharme.
-No soy homofóbico – me detuve.- De todos modos tú no eres homo, es tu actitud superior y la forma en que te contoneas por toda la escuela lo que me da asco. Solo exiges la atención de todos.-
Seguí avanzando, ahora sentirse un poco mejor es algo así como un pecado por lo que parece, al llegar a la calle pateé un tronco. –Bien Kibum, otra vez das la imagen equivocada.- Suspire y vi hacía la calle. Me gustaba sentirme superior, pero no hacía menos a nadie.
***
Y llegó el final, solo eso puedo decir, el mes pasó y nadie recordaba nada de eso. Yo no me metía con el cara de perro y él no se metía conmigo. Seguía juntándome con ese par a comer pollo, no habíamos desmentido nada pero no se hablaba de nosotros de todos modos.
-¿Me queda bien este nuevo color? – AhYoung preguntaba por tercera vez, yo ya había mencionado que me gustaba antes así que ahora no dije nada.
-Deberíamos pedir más pollo –rodé los ojos ante la respuesta del mayor.
-Después este mes estaremos más ocupados – volvió a hablar pretendiendo que no le importaba la respuesta – deberíamos salir más antes de que empiecen todos los estudios para lo de la universidad.- El chico se levantó a pedir más de comer ignorando de nuevo. – Ese cabeza hueca – suspiré y me puse de pie -¿A dónde vas? –
-Tengo que hacer algo más – me puse el saco del uniforme – debes ser ultra directa con ese glotón e intenta hablarle cuando no esté comiendo. – Salí dejando a mis superiores ahí. No me había tomado tiempo notarlo, pero simplemente me sentía mal por ella, ya que con Onew hyung no había manera de saber.
Salí con dirección a la preparatoria cuando noté algo que llamó mi atención. En un pequeño café, en una esquina poco concurrida una tímida pareja parecía intercambiar unas cuantas palabras entre algunos silencios. – Tu novio se ve como alguien decente – me quedé en la calle de enfrente para ver un poco mejor. – Ha de tener mi misma edad.-
-La tiene – di un salto para atrás y me giré para encontrarme con quien no deseaba volver a cruzar palabras nunca más. – También es un chico decente, capitán del equipo de futbol y bastante honesto – el cara de perro continuó y yo volví a ver a ese par. Supongo que era lindo estar enamorado de esa manera -¿Vienes a llamar la atención a esta zona también? – Hice una mueca.
-Huele mucho a perro mojado, mejor me marcho.- Comencé a avanzar y sentí que el enano me seguía -¿No te quedarás con tu protegido? –
-Lo mismo pregunto, está bien dejar al chico con alguien mayor.- Rodé los ojos, como si a él le importara, había dejado que su hermana saliera con un engreído como si nada.
-Taemin es atento, amable y trabajador, pero eso es lo de menos, lo que me importa es que se ve feliz – me detuve en la parada del camión.
-¿Y tú super auto? – Le lancé una mirada, por primera vez en hace tiempo lo veía con atención.
-Es de hyung, me lo presta a veces.- Miré hacia el lado contrario, de donde venía el tráfico.
-Bueno prin… - Se detuvo abruptamente. – Key – corrigió – me voy a hacer cosas más interesantes.-
-Adelante, que aquí el que aburre eres tú – me empujó y se encaminó de regreso por donde habíamos caminado. No tardó en pasar el transporte y subí tranquilamente para llegar a casa con mi abuela.
Esa tarde pasó lenta, era raro cuando el cara de perro era un poco más decente, ya ni ganas me daban de decirle nada. Mi estado a la defensiva todo el tiempo era inútil si se comportaba así. Me eché en mi cama y me puse a admirar el techo. -Cuando hyung y noona terminen me quedaré solo ahí y todavía estará Jonghyun alrededor, mejor hago las paces con él.- Suspiré, yo era el que debía dejarlo atrás.
Cerré los ojos por un largo rato hasta que mi celular sonó. –Bueno – contesté notando que tal vez me había quedado dormido porque ya había caído la noche.
-¡KEY! – Alguien gritó en mi oreja y me senté rápido algo asustado, miré la pantalla del teléfono.
-¿Noona? – Estaba más que confundido.
-Key, es un idiota.-
-Si hablas del hyung glotón, lo es – algo sonaba bastante raro.
-Es el más graaaande idiota-
-¿Bebiste? – Me puse de pie y observé el reloj de la pared eran las 3 de la mañana.
-Mis amigas creyeron que era lo mejor para olvidar – se rio – pero luego desaparecieron.- Claro solo sus supuestas amigas harían algo como eso. Inhale profundamente.
-¿Dónde estás? – Se volvió a reír.
-Creo que es un bar llamado el punto rosa.-
-Voy para allá- salí del cuarto y tomé las llaves de la camioneta de mi abuela. Ella repartía comida así que no la tomaba para salir, pero esto era considerado una emergencia. Revisé el lugar en el celular y me decidí a ir. No quedaba lejos cuando llegué AhYoung estaba recostada en la barra y observé alrededor, quedaba poca gente. El cantinero parecía estarla vigilando.
-¿Eres el idiota? – Me preguntó cuándo me acerqué y negué.
-Soy el amigo del idiota – la sacudí suavemente. – Noona – le hablé suave y ella se medio despertó.
-¡KEY!- Me abrazó.
-Vamos noona – tomé su bolso y me incliné un poco para despedirme del cantinero mientras la llevaba medio a rastras. Subirla a la camioneta fue un lio, pero bajarla cuando llegamos a su casa fue aún más difícil.
-No quiero entrar – se aferró a su puerta.
-Vamos – la jalaba desde el interior de la casa.
-Nadie está, no quiero estar sola – tomó el marco de la puerta con ambas manos.
-Ya son las 4 de la mañana.- Jalé más fuerte.
-¡No quiero! – Lloró.
-Me quedaré contigo, no estarás sola. Solo entra y deja de hacer ruido, despertarás a los vecinos.- Se soltó después de eso.
-Pero eres un chico – la empujé hacia su habitación.
-Pero soy tu amigo gay – se giró a verme.
-Es verdad – se rio y entró a su cuarto a tirarse en la cama. Negué un par de veces y le quité loa tacones para cobijarla. Estaba por salir pero me detuvo con una pregunta.
-¿Cómo puedo llamar su atención? – Cerré la puerta y me senté contra ella.
-No soy bueno para eso, intento llamar la atención de todos pero no consigo nada.-
-Ni siquiera fui tan notable para que me rechazaran.-
-Hyung es mucho más despistado que cualquier ser humano.- Intenté consolarla.
-No es justo ¿Por qué me gusta alguien tan despistado? –
-Nunca es justo – miré al piso sintiéndome impotente – a mí me gusta alguien que me odia por ser como soy.- Comencé a llorar pero fui interrumpido por un ronquido, levanté la vista para ver a la chica completamente perdida en sueños. – Eso fue cruel – me puse de pie y abrí la puerta para salir tranquilamente limpiando mis lágrimas.
-¿Qué haces saliendo de ahí? – Una voz con bastante agresividad apareció ante mí y al girar un poco mi rostro me encontré con un chico en el pasillo que me veía con odio.
-¿Qué te importa? – Intenté cruzar y seguir avanzando, pero me empujó e hizo que mi cuerpo chocara contra el muro y luego puso sus brazos a ambos lados de mí atrapándome contra la fría superficie -¿Qué haces?-
-No me importó que usaras a mi hermana porque parecía que estaba involucrada en ello, pero si te propasas…-
-¿Qué? – Lo miré intensamente - ¿Me molerás a golpes? Adelante, hazlo – se quedó estático solo mirándome. – Eso pensé – empujé uno de sus brazos para salir del encierro pero cuando estaba saliendo jaló mi brazo.
-Entonces eres de esos hombres que desaparecen antes del amanecer – sonreí y me mordí la lengua frente a él.
-Lo mismo podría decir.- Jalé mi brazo con fuerza sintiendo algo de dolor por mi acción.
-Deja de suponer que soy de esa manera.-
-A no, tú las traes aquí.- Intenté marcharme una vez más, pero esta vez el agarre hizo que me girara y para mi sorpresa quedé frente a él, sintiendo su respiración acelerada por el coraje chocar contra mi rostro. Eso me volvería loco. – Está bien, no hice nada con tu hermana, deja tu estado de hermano celoso de una… - No pude terminar por que sus lisos y agradables labios chocaron contra los míos. Me sentí algo mareado por ello, sus suaves roces me confundían. No entendía lo que sucedía, su aroma era embriagante, esta era la crueldad máxima. Lo empujé con fuerza cuando noté que había cerrado los ojos y de cierta forma lo disfrutaba -¡Idiota! – Grité cuando lo vi chocar contra la pared y salí corriendo tan rápido como pude tomando las llaves para encender la camioneta de la abuela. Escapé por un momento y luego me orille y detuve a llorar. Fui tan lejos con esa tontería que ahora todo estaba más enredado y raro.
Había visto varias veces a Jonghyun desde que llegué a esa escuela, nunca lo vi con superioridad, solo me gustaba verlo. Cuando dijo que le daba asco que lo observara me sentí devastado y lo odie tanto. Pero al fin y al cabo me gustaba.
***
-Faltaste toda una semana – Onew parecía en el cielo sentado en la cocina de mi abuela.
-Y no quiero volver.- Dije sirviendo un poco de la especialidad de mi abuela. Ahí estaba con mantel trabajando en el local tranquilamente.
-¿No me contarás lo qué pasó? – Le dejé la comida al frente, pero no comió.
-No – dije con una sonrisa.
-Tiene que ver con tu amor platónico.- Odiaba a ese chico que aparentaba no escuchar pero estaba pendiente de todo.
-Esto fue tu culpa.- Le pequé en la nuca con la palma abierta.
-¿Cómo pudo ser mi culpa?-
-Ocúpate de tus asuntos primero antes de venir a indagar en los míos.- Comenzó a comer después de lanzarme una mirada risueña.
-¿Qué hiciste? – Me preocupé al instante.
-No ha de tardar.-
-¡Oh, NO! – Comencé a apagar la estufa y luces, estaba planeando salir tan pronto como pudiese de ahí. Pero cuando estaba por tomar las llaves, él ya estaba ahí en la puerta.
-Te odio – pateé la silla del que decía ser mi amigo.
-¿Podemos hablar? – Le miré molesto y crucé los brazos.
-¿Por qué haría eso? – Me giré sintiendo que este era el final. Me pudo dejar seguirle viendo y todo hubiese quedado igual.
-Mejor salgo – el chico risueño tomó su plato y salió como si nada.
-No debí actuar así.- Comenzó el bajito.
-Qué bueno que te das cuenta – fingí limpiar una mesa.
-¿Podrías verme por lo menos?-
-¡¿Para qué?! – Me giré y lo encontré llorando, me congelé en ese momento.
-No me das asco – comenzó con esa frase que me confundió más – odio que quieras llamar la atención de todos y la gente te observe contonearte de esa manera.
-Perdona por ser así – bajé la mirada.
-No te disculpes por ser así… - le miré – así estás bien, muy bien. O algo así.-
-Deja de balbucear.- Estaba desesperado.
-Yo quería decir, que me tomó tiempo entender que estaba celoso y cuando quise llamar tu atención salió peor y luego todo se torció más. Ahora tú debes sentir asco de mí.-
-¿Asco?-
-No debí besarte solo porque salías del cuarto de tu novia, varias veces lo negué, aparecías y dolía. Me ayudaste en la fiesta y con mi amigo, pero luego estabas con mi hermana… soy la peor de las criaturas.- Negué con la cabeza mientras él seguía balbuceando sin sentido y me acerqué a sus labios, dejé impreso un corto beso que detuvo sus palabras.
-¿Qué fue eso?-
-Un intento de que pares la palabrería.- Volví a limpiar la mesa. – No me interesa salir con un jugador, ya sea con hombres o mujeres – lo observé de reojo – así que primero debes quitarte esa mala fama.-
-¿Y AhYoung? – Se acercó a mí tan despacio.
-Será mi cuñada y aún mi buena amiga.- Sonreí algo coqueto y luego sentí que era abrazado con fuerza por la espalda. –Dije que primero te quitas la mala fama cara de perro.
-¿Y si me la quito saliendo contigo? – Depositó un suave y cálido beso sobre mi cuello.
-No soy tan fácil – intenté salirme, pero ya era tarde había sido atrapado desde hace tiempo.
-Pero si ya pasaste una noche en mi casa – le di un pisotón. El cara de perro seguía sacándome de quicio.
Re: La mujer que nunca podrás tener
Wait! D:
Sólo actualizo Colorful y regreso ~
Edito:
¡Estuvo genial! Hacía mucho tiempo que no leía un JK <3 Me gustó mucho, ya sabes que amo tus Jongs, ya sean playboy's confundidos, molestoso o groseros(?), siempre tiene una pizca de gracia que me mata x) Me sacan una sonrisa estúpida que no puedo negar y que me hacen el día.
Lamento llegar tan tarde a leer y editar este post pero es que quería disfrutarlo bien, por eso regresé cuando tuve algo de tiempo ;)
¡Qué lindo! Por un momento pensé que Jinki iba a proponer que vistieran a alguien de mujer para que se hiciera pasar por la novia de Key, pero esto fue mucho mejor.
Saludos <3 ~ Chuu ~
Sólo actualizo Colorful y regreso ~
Edito:
¡Estuvo genial! Hacía mucho tiempo que no leía un JK <3 Me gustó mucho, ya sabes que amo tus Jongs, ya sean playboy's confundidos, molestoso o groseros(?), siempre tiene una pizca de gracia que me mata x) Me sacan una sonrisa estúpida que no puedo negar y que me hacen el día.
Lamento llegar tan tarde a leer y editar este post pero es que quería disfrutarlo bien, por eso regresé cuando tuve algo de tiempo ;)
¡Qué lindo! Por un momento pensé que Jinki iba a proponer que vistieran a alguien de mujer para que se hiciera pasar por la novia de Key, pero esto fue mucho mejor.
Saludos <3 ~ Chuu ~
Star...☆
Taemin & Bithae
1046
Re: La mujer que nunca podrás tener
Waaaaaa!!!!!!! Que genial shot!! Pobre de Key tratando de ser el centro de atención de todo mundo y sin saberlo fue el centro de atención de Jjong!
Buen JonKey y 2min!!!
Buen JonKey y 2min!!!
xeronew
Onew
100
Re: La mujer que nunca podrás tener
Wah!!!
Hace tanto que no leía algo tan lindo ;____;
Gracias por compartir, me ha gustado mucho <3
Los dos niños fueron muy tontos, pero lo bueno es que al final desenredaron sus sentimientos y situación \o/ que lindos :´)
Hace tanto que no leía algo tan lindo ;____;
Gracias por compartir, me ha gustado mucho <3
Los dos niños fueron muy tontos, pero lo bueno es que al final desenredaron sus sentimientos y situación \o/ que lindos :´)
Yakumo
Jonghyun
527
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