Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Ir abajo

La cama numero 29 (MINKEY) Empty La cama numero 29 (MINKEY)

Mensaje por b2uty Sáb Mayo 18, 2013 4:25 pm

Titulo: La cama numero 29

Autor: B2UTY

Género: two-shot un poco Angust

Parejas: MinKey

Sinopsis: Minho es el capitán de una tropa y es el hombre mas codiciado y es mandado a Ruan donde conoce a Kibum el hombre mas guapo del pueblo y se convierten en amantes pero ¿Que pasara cuando Minho regrese de la guerra?

Advertencia: muerte de un personaje U.U

Nota: Es una adaptación del cuento del mismo nombre y el autor es Guy de Maupassant...y es lo primero que escribo así que...¡por favor cuiden de mi!...espero que les guste y también muchos comentarios...el segundo capitulo lo subiere el lunes :3...se aceptan criticas y patadas...pero no muy fuertes ¿¿si??..bueno ya me callare para que puedan leer:

CAPITULO 1

Cuando el capitán Choi pasaba por la calle, todas las mujeres volvían la cabeza para verlo. Ofrecía el verdadero prototipo del gallardo oficial de Húsares. Por eso se pavoneaba y estiraba, siempre orgulloso y preocupado por sus movimientos y por sus formas. Su cintura era delgada como si llevase corsé, mientras el abultado pecho, masculino, ancho y saliente, denotaba fuerza y vigor; las piernas de admirable corrección (Ausencia de faltas), como las de un gimnasta o de un bailarín, dibujaba su perfecta musculatura en todos los movimientos a través del pantalón rojo y ajustado.

Andaba en ese balanceo propio de los jinetes, que separan las piernas y los brazos meciendo el torso; ese balanceo que da un aire conquistador al uniforme y hace vulgar una levita (Prenda masculina con mangas, entallada y con faldones cruzados que llegan hasta la rodilla).

Como pocos militares el capitán Choi vestía malamente de paisano. Envuelto en un traje gris o negro parecía un dependiente de comercio; pero de uniforme, triunfaba. Tenía una hermosa cabeza; la nariz pequeña y recta; unos ojos café oscuros casi negros; unos labios delgados y esponjosos; una frente amplia por la cual caía su cabello negro y ondulado.

Despreciaba en general, a todo el mundo, pero tenía varios grados de desprecio. Desde luego para el no existían los burgueses. Únicamente los militares eran para él personas atendibles, aunque no sentía por igual estimación. Solo respetaba a los buenos mozos, convencido de que la única virtud militar era la arrogancia.

El capitán Choi era un conquistador famosos y triunfaba entre el bello sexo. Cada vez que cenaba con la compañía de una mujer estaba seguro de pasar la noche con ella en dulce aventura; y, si obstáculos invencibles lo impedían de momento, no dudaba en hallarla continuación en la noche siguiente. Sus compañeros evitaban que tratase a sus queridas, y los tenderos que tenían mujeres hermosas le temían y le odiaban rabiosamente.

Estaba de guarnición (tropas que protegen) en Ruan. Pronto se dio a conocer en la ciudad. Iba todas las tardes como a eso de las 5, al café de la comedia, pero antes de entrar al café daba un paseíto por las calles para lucir su figura y su marcialidad. Los comerciantes que paseaban también, con las manos en lazadas a la espalda, preocupados por sus negocios, al cruzarse con el susurraban:

-¡Que figura tan arrogante!

Y algún tiempo después, cuando le vieron con más frecuencia:

-¡El capitán Choi! Un gallardo mozo

Las mujeres, al verlo, hacían un pequeño movimiento de cabeza, que era una especie de estremecimiento de pudor, como si se sintieran débiles o desnudas ante él. Agachaban un poco la cabeza con una sombra de sonrisa en los labios y un deseo de que las encontrara encantadoras y les concediera una mirada. Cuando se paseaba con un compañero, éste no dejaba nunca de murmurar con envidia, cada vez que se daba cuenta de este manejo:

-¡Tiene suerte, este maldito Choi!

Entre las mantenidas de la ciudad se había establecido un combate, una carrera, a ver quién se lo llevaba. Todas acudían a las cinco, la hora de los oficiales, al paseo Boleldieu, y arrastraban sus faldas, de dos en dos, de una punta a la otra del paseo, mientras los tenientes, capitanes y comandantes, de dos en dos también, arrastraban sus sables por la acera, antes de entrar en el café.

POV MINHO

Ya estaba acostumbrado a ver a las damas morir por mí, pero últimamente un tal Kibum, querido, según se decía, del señor Templier-Papon, el rico fabricante, asistía a las 5 al café y me mandaba miradas insinuantes, yo al principio me quede extrañado porque a pasar de ser hombre era muy hermoso, mucho más hermoso que todas las mujeres con las que he tenido aventuras, y como negarlo me atraía  y mucho, pero no me atrevía a hacer ningún movimiento debido a que me preocupaba lo que pensarían de mí, ¡yo no soy gay!, nunca me ha gustado otro hombre más que él, hasta que un día  mandó a parar su coche enfrente del café. Bajándose, tan sólo para poder pasar ante las mesas de los oficiales y lanzar al capitán una mirada que quería decir: "Cuando usted quiera", tan claramente que el coronel Prune, que estaba bebiendo el líquido verde con su teniente coronel, no pudo evitar gruñir:

-¡Tiene suerte ese maldito!

Y como no si Kibum a pesar de ser hombre era muy codiciado debido a su gran belleza; cabello rubio un poco largo; unos ojos con la forma de un felino que te llevan a la locura, tan provocativos y sexys; unos labio abultados y rosados en forma de corazón y una piel tan blanca como la leche y suave a simple vista; una cintura como ninguna otra mujer con las que me he acostado y una piernas inigualables.

Se difundió la frase del coronel; y conmovido por aquella aprobación de mi superior, me vestí con mi  uniforme de gala al día siguiente bajo las ventanas de Kibum.

Él me vio, se mostró, sonrió.

Aquella misma noche lo hice mi amante.

FIN DE POV


Se mostraban en público, llamaron la atención, se comprometieron mutuamente, orgullosos ambos de su aventura.
Los amores del bello Kibum con el oficial eran la comidilla de toda la ciudad. El único que los ignoraba era el señor Templier-Papon.

El capitán Choi estaba radiante de gloria. Y, a cada instante, repetía:

-Me acaba de decir Kibum...

-Kibum me decía anoche...

-Ayer, cenando con Kibum...

Durante más de un año paseó, lució y ondeó por Ruan sus amores, como una bandera cogida al enemigo. Se sentía crecido por aquella conquista, envidiado, más seguro de alcanzar la cruz que tanto deseaba, pues todo el mundo tenía puestos los ojos en él y no hay nada mejor que ser muy conocido para que no olviden a uno.

Pero estalló la guerra, y el regimiento del capitán fue uno de los primeros en ser enviados a la frontera. La despedida fue muy triste. Duró toda una noche.

El sable, los pantalones rojos, el quepis, el dormán, habían caído del respaldo de una silla al suelo; todas la ropas estaban esparcidas, caídas también, mezcladas con las prendas del uniforme, en desorden sobre la alfombra, y toda la habitación revuelta como después de una batalla. Kibum, enloquecido, con los cabellos sueltos, arrojaba sus brazos desesperados al cuello del oficial, lo estrechaba, y luego, soltándolo, se dejaba caer, arrastrando los muebles, desgarraba los sillones, le mordía los pies, mientras el capitán, muy emocionado, pero incapaz de consolarlo, repetía:

-Kibum, mi pequeño Kibum, tranquilízate. Lo siento Kibum pero es obligatorio.

Y le enjugaba de cuando en cuando, con la punta de un dedo, una lágrima que le brotaba en el rincón de los ojos.
Se separaron al amanecer. El siguió en coche a su amante durante la primera etapa. Lo besó casi delante del regimiento en el instante de la separación. A todos les pareció esto muy noble y digno, y los compañeros estrecharon la mano del capitán diciéndole:

-¡Enhorabuena! Es pequeño tiene corazón.

Verdaderamente, veían en aquel gesto algo de patriótico.

El regimiento fue sometido a muchas pruebas durante la campaña. El capitán se comportó heroicamente y al fin fue condecorado con la cruz. Luego, terminada la guerra, volvió a Ruan de guarnición.

POV MINHO

Al regresar pedí noticias de Kibum, pero nadie pudo decirme nada concreto.

Según unos, se había divertido con todo el estado mayor prusiano.

Según otros, se había retirado a vivir con sus padres, que eran labradores en las cercanías de Yvetot.

Mande incluso a su ordenanza al ayuntamiento para que mirara en el registro de defunciones. Pero su nombre no aparecía en él. Cosa que me tranquilizo un poco, pero aún me sentía invadido de una gran pesadumbre, de la que también hice gala. Acusaba al enemigo de mi desgracia y atribuía a los prusianos que habían ocupado Ruan la desaparición de mi  joven amante, declarando:

-¡Me las pagarán en la próxima guerra, esos miserables!

Una mañana, al entrar en el comedor de oficiales a la hora del almuerzo, un recadero, un viejo con blusón y gorra de plato, me entregó un sobre. Lo abrí y decía: “Querido mío: Me encuentro en el hospital, muy enfermo. ¿No vas a venir a verme? ¡Me darías una alegría tan grande!... Kibum.”

FIN DE POV


El capitán se puso pálido y, apiadado, exclamó:

-¡Dios mío, pobrecillo! En cuanto termine de comer voy a verlo...

Y a lo largo de toda la comida no paró de contar a los oficiales que Kibum estaba en el hospital; pero que él lo sacaría aquella misma mañana. La culpa era de esos malditos prusianos. Debía de haberse encontrado solo, sin dinero, en plena miseria, pues seguramente le robaron todos sus bienes.

-¡Ah, los muy canallas!

Todos se emocionaron al oírle.

Apenas hubo metido su servilleta enrollada en el aro de madera, se levantó. Recogió el sable del perchero, abombó su pecho para poder abrocharse el cinturón, y partió a toda prisa para ir al hospital civil.

Pero la entrada al edificio, contra lo que él esperaba, le fue negada terminantemente, y tuvo que ir a ver a su coronel, a quien explicó el caso, para que le diera una recomendación para el director. El cual, tras haber hecho esperar cierto tiempo al apuesto capitán en su antesala, le dio al fin una autorización, con un saludo frío y desaprobador.

Ya en la puerta se sintió molesto en aquel asilo de la miseria, del sufrimiento y de la muerte. Un mozo de servicio lo guio.
Iba de puntillas para no hacer ruido en los largos corredores en los que flotaba un repugnante olor a moho, enfermedad y medicamentos. De cuando en cuando un murmullo de voces turbaba el impresionante silencio del hospital. A veces, por una puerta abierta, el capitán entreveía un dormitorio, una hilera de camas cuyas ropas estaban abultadas por la forma de los cuerpos. Mujeres y hombres convalecientes, sentados en sillas al pie de sus camas, vestidos con un traje de uniforme en tela gris.


**********************************************************************************************************************************************

Espero que les haya gustado.....nos vemos el lunes ;D


Última edición por b2uty el Vie Jul 26, 2013 4:21 pm, editado 1 vez
b2uty
b2uty

Femenino

I ♥ todos son tan lindos que es difícil decidir pero como tengo que escoger uno escogeré al lindo ONEW
Mensajes 217

Volver arriba Ir abajo

La cama numero 29 (MINKEY) Empty Re: La cama numero 29 (MINKEY)

Mensaje por enilk Sáb Mayo 18, 2013 7:04 pm

fgffgfgf PRIMERA!! \O/
enilk
enilk

Femenino

I ♥ minho *o* siempre el num.1 :D pero onew le sigue muy de cerca con su hermosa sonrisa y su tierna forma de ser ♥ y jonghyun cuando canta no puedo quitar mis ojos de el LoL ohh taemin es una lindura y key dios! es tan genial! *o* los quiero a todos!! pero minho es mi marido num 1 en el mundo ♥.♥ *la patean*
Mensajes 691

Volver arriba Ir abajo

La cama numero 29 (MINKEY) Empty Re: La cama numero 29 (MINKEY)

Mensaje por Damsanm Dom Mayo 19, 2013 9:14 pm

oooooo Oo continiula......... wuwuwu se enamoro de bummi... que le pasa a key....
oooo
saludos
Damsanm
avatar

Femenino

I ♥ onew
Mensajes 1008

Volver arriba Ir abajo

La cama numero 29 (MINKEY) Empty Re: La cama numero 29 (MINKEY)

Mensaje por b2uty Lun Mayo 20, 2013 10:28 pm

eniilk..jajaja mi primer two-shot y aqui estas :3

Damsanm ...kyaaaaaa me encanta que te encante el minkey porque a mi tbm xD..es por eso me que cuando lei el cuento dije "esto debe ser un minkey"...tbm me alegra que te guste el capitulo, solo espero que este te guste tambien ya que es el final u.u

bueno espero que les guste este capitulo chicas y a los fantasmas tbm :3* se va corriendo antes de que la pateen por tanta habladuría*

capitulo 2

A veces, por una puerta abierta, el capitán entreveía un dormitorio, una hilera de camas cuyas ropas estaban abultadas por la forma de los cuerpos. Mujeres y hombres convalecientes, sentados en sillas al pie de sus camas, vestidos con un traje de uniforme en tela gris.

Mujeres y hombres convalecientes, sentados en sillas al pie de sus camas, vestidos con un traje de uniforme en tela gris. De pronto, su guía se detuvo ante una de aquellas galerías llenas de enfermos. Sobre la puerta se leía en grandes letras: “Sifilíticos”. El capitán se sobresaltó; luego se puso colorado. Una enfermera estaba preparando un medicamento en una mesita de madera, a la entrada.

-Yo lo llevaré -dijo la enfermera-. Es en la cama veintinueve -y empezó a caminar delante del oficial-. Es aquél -dijo, señalando una cama.

Sólo se veía un bulto bajo las mantas. Hasta la cabeza estaba oculto por las ropas.

De todas las camas se incorporaban caras pálidas, extrañadas, que miraban el uniforme; rostros de mujeres, jóvenes y viejas, pero que parecían todas feas y vulgares con el humilde uniforme reglamentario.

El capitán, muy turbado, con el sable en una mano y el quepis en la otra, murmuró:

-Kibum.

Un gran movimiento se produjo en la cama, y el rostro de su querido surgió, pero tan cambiado, tan fatigado, tan flaco, que no lo reconoció.

El jadeaba, sofocado de emoción, y exclamó:

-¡Minho!... ¡Minho!... ¡Eres tú!... ¡Oh!... Gracias...

Y se le llenaron los ojos de lágrimas.

La enfermera trajo una silla.

-Siéntese, caballero.

Se sentó, y miró la cara pálida, tan miserable, de aquel muchacho a la que había dejado tan bello y tan fresco.Dijo:

-¿Qué tienes?

El, llorando, respondió:

-Ya lo has visto: está escrito en la puerta.

Ocultó sus ojos bajo el embozo de las sábanas.

Y él, fuera de sí, avergonzado, siguió:

-Pero ¿cómo has cogido eso, mi pobre Kibum?

-Esos cerdos prusianos -murmuró-. Me violaron y me dejaron envenenado.

No supo qué decir. La miraba y hacía girar su quepis sobre las rodillas.

Las otras enfermas lo examinaban, y él creía sentir un olor a podredumbre, un olor a carne corrompida y a infamia en aquel dormitorio lleno de mujeres con aquella innoble y terrible enfermedad.

Kibum murmuró:

-No creo que escape de ésta. El médico dice que es muy grave -luego, al ver la cruz sobre el pecho del oficial, exclamó-: ¡Si te han condecorado! ¡Cuánto me alegro! ¡Cuánto me alegro! ¡Si pudiera besarte!

Un estremecimiento de miedo y repugnancia recorrió la piel del capitán sólo de pensar en aquel beso.

Sentía ya ganas de marcharse, de estar al aire libre, de perder de vista a aquella mujer. Pero se quedaba porque no sabía qué hacer para levantarse, para despedirse. Balbució:

-Entonces, no te cuidaste.

Una llamarada pasó por los ojos de Kibum:

-No. Quise vengarme, aun a riesgo de morir. Y los envenené a ellos también, a todos, todos, a todos los que pude. Mientras estuvieron en Ruan no me cuidé.

Con un tono turbado, en el que se percibía cierta alegría, el capitán declaró:

-En ese aspecto, hiciste bien.

Ella, animándose, con los pómulos encendidos, dijo:

-Puedes estar seguro de que más de uno morirá por mi causa. Te garantizo que me he vengado.

Él dijo aún:

-Muy bien.

Luego, levantándose:

-Bueno, tengo que dejarte, porque debo estar a las cuatro con el coronel.

Él se emocionó mucho:

-¡Tan pronto! ¿Ya me dejas? ¡Si acabas de llegar...!

El capitán quería marcharse a toda costa. Dijo:

-Ya has visto que vine en seguida, pero es que tengo que estar sin falta con el coronel a las cuatro.

-¿Sigue siendo el coronel Prune? -le preguntó.

-El mismo. Fue herido dos veces.

-¿Y entre tus compañeros? -siguió el-. ¿Hubo muertos?

-Sí. Saint-Timon, Savagnat, Poli, Sapreval, Robert, De Courson, Pasafil, Santal, Caravan y Poivrin, murieron. Sahel perdió un brazo y a Courvoisin le tuvieron que amputar una pierna; Paquet perdió el ojo derecho.

El escuchaba llena de interés. Luego, de pronto, balbució:

-Me besarás antes de marcharte, ¿verdad? Ahora no está la señorita Langlois.

Y, a pesar de la repugnancia que sentía, puso sus labios sobre aquella frente pálida, mientras el, rodeándolo con sus brazos, llenaba de besos enloquecidos el paño azul de su dormán.

-¿Volverás? ¿Volverás? Prométeme que volverás.

-Sí, te lo prometo.

-¿Cuándo? ¿El jueves?

-Sí, el jueves.

-¿A las dos?

-El jueves a las dos.

-¿Me lo prometes?

-Te lo prometo.

-Adiós, querido mío.

-Adiós.

Y se marchó, confundido, entre las miradas de todo el dormitorio, encogiéndose un poco para pasar inadvertido. Al sentirse en la calle, respiró.

Por la noche, sus compañeros le preguntaron:

-Bueno, ¿qué tal está Kibum?

Él, con un tono embarazado, respondió:

-Ha tenido una pulmonía. Está muy mal.

Pero un teniente joven, oliéndose algo, pidió informes y, al día siguiente, cuando el capitán entró en el comedor de oficiales, fue acogido por una descarga de risas y bromas. Al fin se vengaban.

Supieron, además, que Kibum había participado en las juergas del estado mayor prusiano, que había recorrido la región a caballo con un coronel de húsares azules y con muchos otros, y que, en Ruan, no la conocían más que por la “mujer de los prusianos”.

Durante ocho días el capitán fue la víctima del regimiento. Recibía por correo frases alusivas de las ordenanzas, recetas de médicos especialistas, incluso paquetes de medicamentos cuyas indicaciones estaban escritas en el exterior.
Y el coronel, puesto al corriente, declaró con un tono severo:

-Bien, bien, el capitán tenía buenas amistades. Tengo que felicitarlo.

Doce días después fue llamado por una nueva carta de Kibum. La rompió, con rabia, y no la contestó.Ocho días más tarde le escribió de nuevo que se encontraba muy mal, y que quería despedirse de él.

No contestó.

Pasaron unos días aún, y recibió la visita del capellán del hospital.

El señor Kibum Pavolin, en su lecho de muerte, le suplicaba que fuera a verlo.

No se atrevió a negarse a seguir al capellán, pero entró en el hospital con el corazón lleno de perverso rencor, de vanidad herida, de orgullo humillado.

Apenas la encontró cambiada y pensó que se había burlado de él.

POV KIBUM

-¿Qué quieres? –me dijo.

-He querido despedirme de ti. Parece que me muero.

-Escucha: me has convertido en el hazmerreír de todo el regimiento, y esto no puede continuar.

-¿Yo? -pregunte-. Pero ¿qué te he hecho yo?

-¡No pienses que voy a volver aquí para que se ría de mí todo el mundo!

Al principio cuando lo vi me entristecí, pero empecé a enojarme, y le dije:

-¿Qué te he hecho yo? ¿Es que no me he portado bien contigo? ¿Te he pedido alguna vez algo? De no haber sido por ti, yo habría seguido con el señor Templier-Papon y hoy no me encontraría aquí. Si alguno de los dos tiene reproches que hacer, no eres tú.

Y él continuó, con tono vibrante:

-No te hago reproches, pero no puedo seguir viniendo a verte, porque tu comportamiento con los prusianos ha sido la vergüenza de toda la ciudad.

Y en un arranque, me senté en la cama:

-¿Mi comportamiento con los prusianos? Pero si te he dicho que me violaron y que no me cuidé porque quise envenenarlos. De haber querido curarme no habría sido difícil, pero yo quería matarlos, y los he matado.

Él se mantenía de pie:

-De todas formas, es vergonzoso -dijo.

Al oirá aquello me sentí ahogado, pero continué:

-¿Qué es lo que es vergonzoso? ¿Dejarme morir para exterminarlos? ¿Eh? ¡Di! ¡No hablabas así cuando venías a mi casa de la calle Jeanne d’Arc! ¡Vergonzoso! ¡Tú no habrías sido capaz de hacerlo, con toda tu cruz de honor! ¡Me la he merecido yo más que tú, sí, más que tú, y he matado a más prusianos que tú!

Estaba estupefacto ante mí, temblando de indignación:

-¡Cállate!... ¡Cállate!..., porque... no te consiento... que hables... de ciertas cosas...

Pero no lo escuchaba:

-¡Mucho daño le hicieron ustedes a los prusianos! Esto no habría ocurrido si ustedes les hubieran impedido llegar hasta Ruan. Eran ustedes quienes tenían que detenerlos, ¿me oyes? Y yo les he hecho más daño que tú, yo, sí, más daño, porque voy a morir, mientras tú sigues presumiendo y luciéndote para embaucar a las mujeres...

De cada cama se había alzado una cabeza y todas las miradas coincidían en aquel hombre de uniforme que tartamudeaba:

-¡Cállate!... ¡Cállate!...

Pero no me callaría, y gritaba cada vez más fuerte:

-¡Sí! ¡No eres más que un guapo presumido! Te conozco, claro que te conozco. Te digo que yo les he hecho más daño que tú, sí, yo, y que he matado más que todo tu regimiento junto... ¡Anda, vete!... ¡Gallina!

Y, en efecto, se marchó, huyó, a grandes pasos, por entre las dos filas de camas donde se agitaban las sifilíticas. Y oía la voz jadeante, sibilante, y continuaba:

-¡Más que tú, sí, he matado más prusianos que tú, más que tú...!

FIN POV KIBUM

El capitán bajó la escalera de cuatro en cuatro y corrió a encerrarse en su casa.

Al día siguiente se enteró que Kibum había muerto.
**********************************************************************************************************

por favor no me pateen es que así termina el cuento y siento que una buena adaptación debe de segur la historia casi al pie de la letra la historia original (así como debieron ser la peliculas de HP...jejeje lo siento me sale lo potterica xD)...espero que les haya gustado y no haberlas decepcionado :$

bueno eso es todo por ahora...intentare ver si hago otra adaptación con otro couple...o tal vez vuelva a ser minkey de nuevo...no lo se lo pensare, pero ya tengo una historia prospecto ;D

adios y gracias por leer >.<
b2uty
b2uty

Femenino

I ♥ todos son tan lindos que es difícil decidir pero como tengo que escoger uno escogeré al lindo ONEW
Mensajes 217

Volver arriba Ir abajo

La cama numero 29 (MINKEY) Empty Re: La cama numero 29 (MINKEY)

Mensaje por enilk Mar Mayo 21, 2013 1:42 am

askash PRIMERA OTRA VEZ!!♥

oiee debiste avisarme para que editara el anterior ;-;
enilk
enilk

Femenino

I ♥ minho *o* siempre el num.1 :D pero onew le sigue muy de cerca con su hermosa sonrisa y su tierna forma de ser ♥ y jonghyun cuando canta no puedo quitar mis ojos de el LoL ohh taemin es una lindura y key dios! es tan genial! *o* los quiero a todos!! pero minho es mi marido num 1 en el mundo ♥.♥ *la patean*
Mensajes 691

Volver arriba Ir abajo

La cama numero 29 (MINKEY) Empty Re: La cama numero 29 (MINKEY)

Mensaje por b2uty Mar Mayo 21, 2013 6:21 pm

jajaja eniilk por eso avise que actualizaría el lunes...es mas actualice ya tarde como a las 10 de la noche..bueno ya solo edita este XD
b2uty
b2uty

Femenino

I ♥ todos son tan lindos que es difícil decidir pero como tengo que escoger uno escogeré al lindo ONEW
Mensajes 217

Volver arriba Ir abajo

La cama numero 29 (MINKEY) Empty Re: La cama numero 29 (MINKEY)

Mensaje por Adrie_tibbers Vie Jul 12, 2013 11:42 am

Uuhuhu :'( tonto presumido, osh! Tan trágico esto que también me ha gustado! No he leído tantos Minkey trágicos(?) donde muera algún personaje aahaha siempre huyo de esos por que soy nena y no me gusta sufrir xD Pero bueeno, me gustó *^* diferente a lo que he leído. Gracias por adaptarlo y compartir yuhu<3
Adrie_tibbers
Adrie_tibbers

Femenino

I ♥ MinHo Onew
Mensajes 108

Volver arriba Ir abajo

La cama numero 29 (MINKEY) Empty Re: La cama numero 29 (MINKEY)

Mensaje por Contenido patrocinado

Contenido patrocinado

Volver arriba Ir abajo

Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Volver arriba


 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.