La familia Kim, una de las familias más adineradas y reconocidas de Corea del Sur. Kim Taewoon, la cabeza de la familia y un empresario muy exitoso, siendo el propietario de una cadena bancaria extendida por todo el país. Su único hijo, Kim Kibum está en sus últimas vacaciones colegiales para empezar su carrera universitaria y en sus 19 años de vida no le ha hecho falta nada. Incluso sus deseos de comprar ropa y anillos de todo tipo que como todo un experto nato en moda tiene, han sido saciados gracias a su posición social y su muy buena situación económica. Por supuesto todos sus caprichos -- incluyendo teñirse el cabello -- han sido cumplidos con una condición, ser el sucesor de su padre en las empresas de la familia, por eso planea estudiar administración y Kibum, mejor conocido como “Key”, está de acuerdo con ello, porque es una carrera que le gusta y le agrada la idea de manejar su propio dinero y tomar sus propias decisiones. Se podría decir que es una vida perfecta, lo único que le falta a Kim Kibum… es libertad.

Kibum piensa que hay que tener modales y mostrar respeto a las personas pero la mayor parte de su vida su padre lo ha forzado a ser demasiado formal, sin mostrar mucho de sí, sin confiar en nadie más que en él mismo. Por esa razón, Kibum nunca ha tenido realmente un grupo de buenos amigos como ve en los doramas y mucho menos una pareja. Él ha tratado de no llegar a ser frío y distante, pero se le hace muy difícil, al ser el hijo único de Kim Taewoon tiene que ir a reuniones y juntas con otros empresarios que sólo lo ven como Kim Kibum, futuro heredero de todos los negocios de su padre. Él quiere que lo vean como Key, alegre y gracioso joven amante de la moda y los anillos.
Un día como cualquier otro, Key había terminado sus compromisos y su padre le había dado el resto del día libre, por lo que pensó hacer lo que acostumbraba aparte de comprar ropa, ir a una panadería y tomarse un capuccino. Ese día se sentía ansioso por la brisa y el sol que brillaba, así que prefirió no llevar auto, sino caminar.

Era un poco tarde, cualquier adolescente se escaparía a esa hora para salir a una fiesta hasta la madrugada, pero Key sólo quería ir a tomar un buen café.

Caminaba tranquilamente, cuando sintió que la lluvia comenzaba a caer justo sobre él. Lo único que se le ocurrió fue correr hasta conseguir un refugio, cosa que lo hacía sentir incómodo, pero era la única idea lógica, después llamaría a su chofer para que lo recogiera en uno de sus autos.

Pero en su plan no estaba incluido lo que ocurriría. Al cruzar una esquina corriendo tropezó con alguien. Bien, sólo debía disculparse y seguir, pero…

- ¡¡DÍOS MÍO!! – exclamó Key al darse cuenta de que la persona con la que había chocado estaba a punto de desmayarse y tenía una herida en el abdomen que sangraba sin parar. Lo levantó como pudo, era un chico más o menos de su edad - ¡No te mueras, por favor! ¡B-buscaré ayuda, despierta! – gritaba desesperado y como pudo sacó su móvil y en poco tiempo su Ferrari 458 Italia rojo apareció frente a él

Los médicos atendieron al chico de inmediato pero no llevaba ninguna identificación, por lo que no pudieron llamar a sus padres. Un doctor explicó que había sido una herida superficial y que podría irse al día siguiente cuando despertara, de alguna forma Key se sintió aliviado. Por su ropa, el chico no parecía alguien de mucho dinero, sólo un chico común, así que Key decidió pagar la cuenta del hospital.

Antes de irse entró a verlo. A pesar de su muy básico sentido de la moda, era un chico bastante apuesto y de hecho parecía alguien amable.

- Eres muy raro – dijo y volvió a casa, pero lo ocurrido lo guardaría en secreto si quería seguir obteniendo un poco de libertad

Al día siguiente, después de almorzar, Key fue al hospital, esta vez en su limusina más sencilla, y entró a la habitación del joven desconocido, que acababa de despertar y estaba siendo examinado por las enfermeras y el doctor. Estaba perfectamente bien, y una vez que quedaron solos, Key se dispuso a averiguar cómo alguien podía ser herido de esa manera.

- Tú eres el chico que me salvó ¿Verdad? Muchas gracias, no sé cómo podría pagarte – habló el chico primero, interrumpiendo sus intensiones
- Bueno, no podía dejarte ahí solo y sangrando, sólo fue sentido común
- De todos modos gracias – sonrió el chico, al parecer de verdad era un chico amable, no sólo lucía como uno – ¿Qué edad tienes?
- ¿Qué edad tengo? – preguntó Key confundido
- Sí - ¿Qué clase de pregunta era esa? Se supone que primero se pregunta el nombre… ¿Acaso las personas comunes no lo hacían así?
- 19
- ¿19? Yo tengo 20 ¡Soy tu hyung! – exclamó el chico emocionado – entonces gracias, dongsaeng – Key frunció el ceño – me llamo Lee Jonghyun
- Un placer Lee hyung, mi nombre es Kim Kibum – Key hizo una reverencia y Jonghyun se le quedó mirando unos segundos hasta que rió a carcajadas, Key lo miró desconcertado
- ¡Qué gracioso eres, Kibum! – dijo desordenándole el cabello sin parar de reír, acto que dejó a Key más que confundido, completamente desorientado, nunca nadie lo había tratado así, tan informalmente
- ¿Cómo es que te encontrabas en medio de la lluvia con una herida de esa magnitud? – preguntó Key tratando de no verse como se sentía
- Unos chicos querían robarme y me resistí, así que uno perdió el control y me hirió con una navaja… - Jonghyun hizo un puchero – acababan de pagarme en mi trabajo y lo perdí todo, menos mal que Taemin… - Jonghyun se sorprendió de repente haciendo que Key también se sorprendiera - ¡TAEMIN! ¿Me prestas tu movil?
- E-eh… sí… claro – Key le pasó su móvil y Jonghyun marcó rápidamente
- ¿Hola? – contestó otro chico al otro lado de la línea
- ¡Onew! Por favor dime que Taemin está contigo – habló desesperado Jonghyun
- Sí, olvidaste recogerlo en el centro comercial, ¿Dónde has estado, Bling Bling?
- Es una larga historia pero en cuanto salga del hospital voy para allá
- ¿Hospital? ¡¿Ocurrió algo?! ¿Estás bien?
- Sí, estoy bien, emm… sólo de visita, ¡Nos vemos!
- Está bien, adiós
- Adiós – Jonghyun suspiró de alivio. Key quería preguntar quiénes eran esas personas mencionadas pero pensaba que sería inadecuado tratar de averiguar cosas que no eran de su incumbencia – Taemin es mi hermano menor, - comentó Jonghyun como si leyera el pensamiento - tenía que acompañarlo a casa y no pude, por suerte mi mejor amigo lo cuidó. Taeminnie ya no es un niño pero si lo vieras, tiene una carita tan linda que siempre tengo que ahuyentar a todos los pretendientes, se nota que es mi hermano
- Interesante relato…
- Sí, bueno, me cambiaré de ropa para poder irme. No te preocupes, te pagaré el costo del hospital, no me gusta deber dinero. Toma, anota tu número y estemos en contacto ¿Sí? – Jonghyun le dio un papel a Key para que anotara su número, pues le habían robado el móvil también y se dispuso a cambiarse. Se quitó la bata del hospital y comenzó a ponerse la ropa con la que había llegado. Key terminó de escribir su número un poco inseguro y se dio cuenta de que Jonghyun estaba sin camisa, desvió la mirada sonrojado y de vez en cuando volteaba un poco para ver el bien formado cuerpo del moreno
- No tienes que pagarme, de todos modos mi desayuno es más costoso que esa cuenta – Jonghyun volvió a estallar en risas
- Eres muy bueno con los chistes – comentó con gracia, pero Key no había mentido
Ambos salieron de la habitación y caminaron juntos fuera del hospital. Key se ofreció a llevar a Jonghyun y éste trató de negarse al principio pero al ver la limusina de Key se emocionó tanto que terminó montándose, siempre había querido hacerlo así que ¿Por qué no?
- ¡No puede ser! ¡Dime que es verdad! – exclamó Jonghyun emocionado mientras el auto arrancaba
- ¿Qué cosa?
- ¡Crema chantilly!
- Ah, sí, si quiere sírvase lo que quiera
- ¿En serio? Me serviré un poco entonces – Jong tomó una copa y echó algo de helado y crema chantilly arriba. No es que él fuera fan de los dulces en particular, pero sí lo era de la comida en general y por alguna razón siempre, siempre había un espacio en su estómago que nunca se llenaba. Key miraba a la ventana analizando todo lo ocurrido, no entendía del todo la forma en que Jonghyun lo trataba aún sabiendo que él tenía mucho dinero. Se preguntaba si realmente era honesto o sólo fingía ser amable para engañarlo de algún modo. Sus pensamientos fueron interrumpidos con un toque en su nariz lleno de crema chantilly
- ¿Por qué hizo eso? – preguntó indignado
- Estabas muy pensativo – rió Jonghyun y con un puchero Key tomó crema de la maquina y le puso a Jong en la mejilla

Sólo eso bastó para comenzar un juego que podría llamarse “Guerra de crema chantilly en la limusina de Key”, lo que empezó con inofensivos toques se convirtió en gramos y gramos de crema por todos lados y risas que hasta el chofer podía oír. Key nunca se había reído de esa manera tan libre y relajante, así que quería disfrutar, por lo que se dejó llevar y jugó con toda su dedicación, sin importarle ensuciar su costoso vehículo y disfrutando agregar helado al juego sólo por el simple hecho de que Jonghyun hacía muecas y se retorcía con la sensación fría de éste. Fue muy divertido para ambos, hasta que llegaron a su destino. El chofer abrió la puerta y se encontró con Key encima de Jong echándole helado en el cabello, tirados en el suelo de una llena de comida limusina. Sin embargo, lo más impactante fue la hermosa sonrisa de Key. Él nunca la mostraba porque nunca sonreía sinceramente, sólo por cortesía.

Por suerte, habían decidido ir a la casa de Jong primero para que se cambiara la camisa con sangre, así que tenían la casa para ellos solos y nadie se daría cuenta de que actuaron como unos niños pequeños.

- ¿Quieres bañarte primero? – preguntó Jong tomando servilletas para limpiarse lo que pudiera
- Está bien, ¿Dónde se encuentra el baño? – contestó Key por primera vez en su vida limpiándose con servilletas
- Esa puerta de ahí – señaló Jonghyun y Key entró al baño. Totalmente la peor idea del siglo.

Comparado con el suyo, aquel baño era… ¡Horrible! Es decir, no horrible de apariencia porque de hecho estaba ordenado y limpio pero, sí horrible de todo lo demás. Primero, ¿Dónde estaba la bañera y el jacuzzi? Segundo, ¿Por qué es tan ridículamente pequeño? Tercero, ¿Acaso son utensilios y decoraciones baratas? Y por último, ¿Por qué sólo hay un shampoo y un jabón, dónde está lo demás? No, Key no se podía bañar ahí ni por necesidad.

- ¿Qué sucede? – preguntó Jonghyun al ver que Key seguía parado en el marco de la puerta
- Disculpe, ¿No hay algún otro baño? – contestó Key tratando de ocultar su incomodidad
- No, ¿Por qué? ¿Qué hay de malo en este? – Jonghyun estaba un poco confundido, no veía el problema
- Lo que sucede es que… estoy acostumbrado a baños… más grandes
- Ahh ya veo… - Jong se puso pensativo unos minutos hasta que se le ocurrió una idea - ¡Lo tengo! Así que baños más grandes, ¿Eh? Ven conmigo

Jonghyun, alias Bling Bling, tomó la mano de Key y lo llevó al patio trasero donde había una manguera. No era muy grande pero sí más grande que el baño y estaba bien cuidado con flores y plantas. Había incluso una pequeña siembra de ajo y cebollín producto de un día de invento de los hermanos Lee. El ambiente era bueno, fresco y puro.

- Párate aquí, por favor – indicó Jong colocando a Key en medio del patio y antes de poder evitarlo Key fue atacado por un gran chorro de agua proveniente de la manguera sostenida por Bling Bling. Al principio, Key sólo pudo tratar de defenderse inútilmente pero poco a poco tomó fuerzas e inició una batalla con el moreno por el control de la manguera. Ambos se mojaban entre sí y de nuevo, reían divertidos.
- ¿Acaso estás loco, Lee Jonghyun? – preguntó Key hablando informalmente sin darse cuenta en medio de todo el escándalo
- Ya no tenemos comida encima – sonrió Jong

Una vez terminaron de jugar, Jonghyun le prestó a Key una toalla y ropa para que no se resfriara. Era extraño para Kibum, la ropa no era de alta calidad y no tenía mucho estilo. Pero lo que más le sorprendía a Key incluso más que el pequeño baño, fue que Lee Jonghyun lo hizo comportarse como siempre había querido y reír sin parar dos veces en sólo un día, y era el primer día de conocerlo.

Lamentablemente, Key recibió una llamada de su padre, eso significaba más compromisos aburridos, así que tuvo que irse.

Mientras, Jong se cambió de ropa una vez más y después de agradecer a la vida que su herida fuera lo bastante superficial para no abrirse después de semejante ejercicio físico fue en busca de su hermano a la casa de su mejor amigo, que no quedaba muy lejos.