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Derrotando a la bestia
Título: Derrotando a la bestia
Autor: Fuerza Friki
Género: Fantasía, Yaoi
Parejas: Jongyu, Minkey, Ontae
Nota: Este fic en gran parte es comedia.
En el año 1345 el pequeño reino feudal de La Roche comenzó a crecer gracias a las conquistas del gran Rey Jean. Los reinos vecinos desaparecían ante las manos del sangriento rey y muchos monarcas temían tan solo a las banderas amarillas que aparecían en el horizonte.
El rey no tardó en expandir su territorio hasta un pacífico castillo famoso por albergar una princesa con una peculiar belleza que agradaba a todos los viajeros. Ante el temor de que su reino fuera devastado por Jean de La Roche, el rey y la reina aceptaron el trato de permitir el matrimonio entre la princesa y el déspota rey cuando este volviese de conquistar las tierras del norte.
Lamentablemente, cuando cayó el invierno, la peste negra atacó al pequeño feudo y una de las víctimas fue la princesa de cabello claro y ojos obscuros. Los reyes desesperados cortaron el cabello de la princesa y la enterraron con las ropas del hijo menor de la familia para esconder el hecho de que la única forma de salvar su reino había desaparecido.
Intentando encontrar una solución los reyes comenzaron a buscar una sustituta en el reino, pero no había nadie entre la escaza población. Completamente desesperados y cuando los pobladores comenzaron a notar la extraña ausencia de la princesa después del funeral de su hermano, decidieron que el hijo menor de la familia real ocuparía el lugar de la heredera.
El plan parecía sencillo, realizar todo el cortejo, compromiso y boda para fingir su muerte durante la celebración, envenenado con el vino del banquete. Así el rey no debía enterarse de que se trataba un chico y no lanzaría su furia contra el reino.
Los reyes y vasallos cercanos a la familia estaban listos para preparar el brebaje que dormiría al chico y le haría parecer muerto el día de la boda. Sin embargo el rey tan pronto terminó la ceremonia tomó a la princesa y se dirigió a la habitación nupcial.
La fiesta continuó sin los novios, pero los reyes eran comidos por los nervios de saber lo que estaba sucediendo. Durante toda la noche el reino de La Roche celebró, y a la mañana siguiente el rey salió en su cabalgata matutina de forma normal. Los reyes vigilaban desde la ventana del cuarto de huéspedes algo anonadados por el comportamiento del rey.
Al llegar el medio día, se dispusieron a partir en su carruaje bastante confundidos y sin poder aproximarse a la habitación del rey. Justo cuando iban a salir la puerta se abrió y Jean de La Roche arrojó una trenza de cabello claro al interior del cuarto. “En lo personal creo que los varones se ven mejor con cabello corto” soltó antes de cerrar la puerta con una torcida sonrisa.
Los monarcas fueron en el carruaje muertos de miedo, temiendo que el torcido rey llegara en cualquier momento a terminar sus vidas, pero esto no pasó. Sin embargo al llegar a su reino pudieron ver las llamas en el firmamento y al acercarse los graneros y casas de la aldea estaban devastados en cenizas. Los pocos aldeanos vivos lloraban sobre los cuerpos de aquellos que habían muerto en el cruel ataque y la cabeza del hijo mayor de la familia real estaba colgada a la entrada del pequeño palacio.
Los reyes no murieron, pero vivieron con el sufrimiento de haber perdido a su pueblo y sus hijos. No se sabe que sucedió con el hijo menor, pero se asegura que posiblemente murió el mismo día de la boda.
La voz de mi abuela contando su historia favorita retumbaba aun dentro de mis oídos mientras las cálidas lágrimas rodaban por mi rostro. No podía dejar de ver ese enorme adorno con bellas flores blancas que enmarcaban el rostro sonriente de mi abuela en la fotografía.
El piso de madera se calentaba a mis pies, podía ver a mi padre contra la pared sentado llorando mientras seguía tomando y algunos otros familiares que entraban y salían al cuarto de paredes de madera a veces me hablaban.
Pasó un largo tiempo mientras yo seguía con el traje negro y me gire a ver a mi padre que había perdido el conocimiento en el alcohol. Miré de nuevo el rostro de mi abuela en el retrato, a mis 12 años la abuela que me había criado y protegido había muerto y me había dejado solo con la bestia.
Autor: Fuerza Friki
Género: Fantasía, Yaoi
Parejas: Jongyu, Minkey, Ontae
Nota: Este fic en gran parte es comedia.
INTRO
En el año 1345 el pequeño reino feudal de La Roche comenzó a crecer gracias a las conquistas del gran Rey Jean. Los reinos vecinos desaparecían ante las manos del sangriento rey y muchos monarcas temían tan solo a las banderas amarillas que aparecían en el horizonte.
El rey no tardó en expandir su territorio hasta un pacífico castillo famoso por albergar una princesa con una peculiar belleza que agradaba a todos los viajeros. Ante el temor de que su reino fuera devastado por Jean de La Roche, el rey y la reina aceptaron el trato de permitir el matrimonio entre la princesa y el déspota rey cuando este volviese de conquistar las tierras del norte.
Lamentablemente, cuando cayó el invierno, la peste negra atacó al pequeño feudo y una de las víctimas fue la princesa de cabello claro y ojos obscuros. Los reyes desesperados cortaron el cabello de la princesa y la enterraron con las ropas del hijo menor de la familia para esconder el hecho de que la única forma de salvar su reino había desaparecido.
Intentando encontrar una solución los reyes comenzaron a buscar una sustituta en el reino, pero no había nadie entre la escaza población. Completamente desesperados y cuando los pobladores comenzaron a notar la extraña ausencia de la princesa después del funeral de su hermano, decidieron que el hijo menor de la familia real ocuparía el lugar de la heredera.
El plan parecía sencillo, realizar todo el cortejo, compromiso y boda para fingir su muerte durante la celebración, envenenado con el vino del banquete. Así el rey no debía enterarse de que se trataba un chico y no lanzaría su furia contra el reino.
Los reyes y vasallos cercanos a la familia estaban listos para preparar el brebaje que dormiría al chico y le haría parecer muerto el día de la boda. Sin embargo el rey tan pronto terminó la ceremonia tomó a la princesa y se dirigió a la habitación nupcial.
La fiesta continuó sin los novios, pero los reyes eran comidos por los nervios de saber lo que estaba sucediendo. Durante toda la noche el reino de La Roche celebró, y a la mañana siguiente el rey salió en su cabalgata matutina de forma normal. Los reyes vigilaban desde la ventana del cuarto de huéspedes algo anonadados por el comportamiento del rey.
Al llegar el medio día, se dispusieron a partir en su carruaje bastante confundidos y sin poder aproximarse a la habitación del rey. Justo cuando iban a salir la puerta se abrió y Jean de La Roche arrojó una trenza de cabello claro al interior del cuarto. “En lo personal creo que los varones se ven mejor con cabello corto” soltó antes de cerrar la puerta con una torcida sonrisa.
Los monarcas fueron en el carruaje muertos de miedo, temiendo que el torcido rey llegara en cualquier momento a terminar sus vidas, pero esto no pasó. Sin embargo al llegar a su reino pudieron ver las llamas en el firmamento y al acercarse los graneros y casas de la aldea estaban devastados en cenizas. Los pocos aldeanos vivos lloraban sobre los cuerpos de aquellos que habían muerto en el cruel ataque y la cabeza del hijo mayor de la familia real estaba colgada a la entrada del pequeño palacio.
Los reyes no murieron, pero vivieron con el sufrimiento de haber perdido a su pueblo y sus hijos. No se sabe que sucedió con el hijo menor, pero se asegura que posiblemente murió el mismo día de la boda.
La voz de mi abuela contando su historia favorita retumbaba aun dentro de mis oídos mientras las cálidas lágrimas rodaban por mi rostro. No podía dejar de ver ese enorme adorno con bellas flores blancas que enmarcaban el rostro sonriente de mi abuela en la fotografía.
El piso de madera se calentaba a mis pies, podía ver a mi padre contra la pared sentado llorando mientras seguía tomando y algunos otros familiares que entraban y salían al cuarto de paredes de madera a veces me hablaban.
Pasó un largo tiempo mientras yo seguía con el traje negro y me gire a ver a mi padre que había perdido el conocimiento en el alcohol. Miré de nuevo el rostro de mi abuela en el retrato, a mis 12 años la abuela que me había criado y protegido había muerto y me había dejado solo con la bestia.
Re: Derrotando a la bestia
espero con ansias la continuación de esta historia, no es 2min T.T pero se ve interesante. :)
k.will
SHINee
105
Re: Derrotando a la bestia
01
-¡Ya levántate! – El estruendoso y agudo grito resonó en mis oídos e intenté cubrirme con el cobertor para ignorar el ruido -¡He dicho que te levantes! – Un fuerte golpe en la cabeza me despertó de golpe.
-¡Viejo! ¡Te he dicho que no me lances botellas! – Me sobé la frente donde había golpeado el fondo de vidrio.
-Es tu problema por no levantarte – miré al hombre encorvado que se sujetaba del marco de la puerta. Miré alrededor del desastroso cuarto donde la pintura abandonaba las paredes y los montones de ropa desgastada cubrían pedazos del piso. Yo estaba sentado sobre el viejo futón decidido a sostener una mirada retadora contra La Bestia, el horrible hombre que solo me despertaba para fastidiarme.
-Ya me levanto viejo – me comencé a parar.
-No regreses si no consigues dinero – se alejó por el estrecho pasillo y yo tomé algo de la ropa regada para ponérmela y salir pronto del lugar. Debía llegar a trabajar al almacén y cargar cajas para traerle dinero a la bestia. Así había sido desde que había dejado la secundaria y así sería hasta que cumpliera 18, de verdad deseaba cumplir 18 pronto.
Salí de mi pequeño cuarto y bajé las escaleras para cruzar las cortinas que daban a la cocina del obscuro bar cuando caí directamente en el piso.
-¡Ay! Te tropezaste – miré al odioso chico que trabajaba en el bar con mi padre.
-Sí, creo que mi condición es más fuerte por las mañanas – me levanté con una sonrisa y sacudí mis pantalones. Sabía que él había sido la causa de mi caída, pero desde que comenzó a trabajar en el bar de mi padre solo intentaba fastidiarme.
-No sé cómo puedes vivir con tanta torpeza – dijo cargando una charola con platos. – Mira – tomó uno de los vasos con su mano estirándola y lo dejó caer al piso – ya rompiste otro vaso.-
-Soy una causa perdida – tomé mis cosas de junto a la puerta y comencé a ponerme los zapatos.
-¡Jefe Lee! – Lo miré abriendo los ojos tan amplio como mis estrechos parpados lo permitían – ¡El muchacho ya rompió otro vaso!- Corrí a abrochar mis zapatos.
-¡Inútil pedazo de mierda! – Su voz retumbó y abrí la puerta mientras enredaba mi bufanda en mi cuello -¡Te haré trizas! ¡No traes dinero y de por sí destrozas todo por lo que he luchado!-
-Estás en problemas – el odioso empleado de “La Bestia” sonrió con maldad.
-Nos vemos – sonreí despidiéndome con mi mano y corrí tan rápido como pude.
-¡Muchacho cobarde! ¡Vuelve! ¡No quedará nada de ti imbécil! – Seguí corriendo mientras los gritos aminoraban detrás de mí. Giré en la esquina de la calle principal y noté que el autobús ya estaba en la parada, volví a correr y salté al interior justo antes de que las puertas se cerraran terminando sobre el piso del autobús mientras varias personas me veían asombrados.
-Me gusta entrar con estilo – me levanté de un salto sonriendo y luego saludé a todos, para luego pagar al chofer. – Nunca volveré a hacer ejercicio – dije sentándome y luego tomé mis audífonos para relajarme a escuchar música. El aire fuera del bar se sentía tan bien y la música inundaba mis sentidos.
-¡Con un demonio! – Me levanté deprisa al notar que mi parada estaba quedando atrás -¡Alto por favor!- Corrí tropezándome entre los asientos y bajé tan pronto abrieron las puertas. – Y yo que decía que no haría ejercicio – caminé estirándome -Tal vez consiga algo delicioso para desayunar.- Seguí avanzando hasta oler ese intoxicante aroma.- Pollo – canté sonriendo y corrí hasta el pequeño puesto en la calle algo solitaria donde solo había algunos estudiantes dirigiéndose a las escuelas. –Cinco piezas por favor – le dije a la mujer que sazonaba algunas partes de pollo antes de freírlas.
-1000 por cada pieza – puso algunas en un plato de papel y yo miré alrededor antes de agacharme a tomar el dinero que escondía en mi calcetín. Era mejor ocultar parte de lo que ganaba para que no lo gastara La Bestia en alcohol y apuestas.
-Interesante elección – Escuché a alguien detrás de mí y di un saltito por el susto. – Sabes que hay calcetines con bolsillos – negué asombrado mirando al chico con uniforme de preparatoria con ojos agudos que subía y bajaba la mirada – linda bufanda – dijo justo antes de irse.
Le di el dinero a la señora – tenía cara de gato – la mujer se asomó a ver de quién hablaba.
– Es el nieto de la dueña de la tienda de abarrotes. Un muchacho peculiar – me entregó mi comida y sonreí.
-Pollo pollo – canté alejándome y despidiéndome alegremente de la mujer del puesto, ella había completado una mañana perfecta en lo que mi vida respecta.
-¡Jinki! – Me llamaron tan pronto entré al almacén – llegas comiendo pollo como siempre.-
-Desearía que fuese siempre – reí y removí mi bufanda y comencé a desabrochar mi abrigo para guardarlos en mi casillero. Tan pronto lo abrí el gran espejo de la puerta me mostró mi apariencia. Una marca rojiza había quedado en mi frente donde la botella había arremetido esta mañana, mi cabello era largo y peinado un poco de lado, no me importaba recortarlo y mis ojos parecían que sonreían por si solos.
-En el reino de La Roche – escuché una voz familiar detrás de mí, pero al girarme no había nada.
-¿Sucede algo Jinki? – Negué y sonreí para volver a mirar el espejo.
-Hoy se cumplen 5 años abuela – miré la fotografía que tenía junto a mi abuela en el casillero. – Prometo visitarte cuando termine mi trabajo.-
-Apresúrate muchacho – miré al jefe que llamaba y luego caminé pesadamente hasta el lugar a veces me llenaba de flojera mover cajas.
Mi vida no era lo mejor, pero estaba acostumbrado a ella y podía sacar lo mejor de cada instante. Nunca esperé que todo cambiara ese día, 5 años tras la muerte de mi abuela.
-¿Está pesado? – Escuché mientras levantaba cajas.
-Solo un poco.- Otra vez la voz sonó tras de mí y me giré rápido al notar que había respondido a esa voz. Pero otra vez no había nada. –Creo que el golpe en la cabeza me afectó.-
-¿Otra vez hablando solo Jinki? – Afirmé con una sonrisa.
-Pero hoy creo que estoy peor – reí y dejé la caja – ya me cansé.-
-Es un nuevo record de Jinki tirando la toalla – mis compañeros comenzaron a hablar mientras yo me sentaba en el piso.
-Si te atrapan de nuevo perderás el trabajo-
-Solo es un momentito – comencé a mover los pies mientras seguía sentado en el piso.
-Tu jefe ya viene – me levanté deprisa y tomé una caja. Unos segundos después el jefe apareció detrás de otro montón de productos.
-Gracias – dije y los chicos se miraron entre ellos.
-¿Por qué? –
-Avisarme que ya venía el jefe – sonreí moviendo cajas.
-Nosotros no sabíamos que venía – siguieron moviendo cajas y yo comencé a ver alrededor. No entendía que estaba pasando ese día pero debía hacer todo lo posible para sobrellevarlo tranquilo.
-¡Genial! – Uno de los chicos saltó mientras tomábamos las cosas de los casilleros. –Vamos a beber esta noche.- Movía el sobre del pago de esa semana con alegría.
-Yo pasaré – sonreí – soy menor de edad y debo ir con mi abuela – reí y enrollé mi bufanda.
- ¿No está muerta? – El chico que preguntó recibió un codazo de otro.
-Sí, pero hoy es su aniversario luctuoso – dije tranquilo.
-¿No harán ceremonia en tu casa? – Sonreí negando.
-La bestia no aprueba esas cosas – tomé mis cosas y salí dejándolos confundidos.
-Sienten mucha lástima – afirmé a esa voz.
-Pero odio que me vean como un ser lastimoso – negué de un lado al otro. – Otra vez le estoy contestando a la nada, mejor voy al doctor después de ver a mi abuela.- Caminé con dirección al lugar de descanso de mi abuela algo adolorido por el golpe de la mañana. – También debo comprar bocadillos para que comamos juntos y flores.-
En el camino pasé por la tienda de abarrotes para comprar la comida y flores para la abuela sobando mi cabeza. Cuando salía choqué con el mismo chico que encontré en la mañana y me asombré bastante pero él veía fijamente sobre mi hombro y luego saludó inclinándose.
-¡Aléjate! – Gritó señalando arriba de mí y avanzó al interior de la tienda sin dejar de ver a ese lugar – ¡Chico de la bufanda ten cuidado con lo que se pegó a ti! – Cubrió sus ojos y salió corriendo.
-¿Qué fue eso?- Miré a mi alrededor y volví a avanzar sin preocuparme más. Ya había sido peculiar desde la mañana. Subí al tren y viajé hasta el cementerio para ver el montículo de mi abuela caminé algo deprimido y cuando llegué me senté junto a él, noté que el pasto lo cubría bien y el árbol se veía en buen estado aunque fuese invierno.
-Mira abuela, traje tus dulces favoritos – abrí la bolsa y comencé a comer – pronto podré alejarme de la bestia así que debemos celebrar abuela, puede que el siguiente año sea libre – sonreí y abrí una botella de té para regar el pasto sobre el montículo de mi abuela.
-¿Es su favorito? –
-Sí, lo es – miré alrededor.- No otra vez – sollocé lastimosamente. – Abuela escucho voces, creo que la bestia me dañó la cabezota.- Decidí seguir comiendo con mi abuela un rato más antes de irme, la única solución sería preguntarle al doctor. Miré el sobre de mi pago- pero no puedo ir al doctor, si no llevo suficiente dinero la bestia me matará.-
-Algo viene deprisa – miré alrededor – muévete a la derecha – le hice caso a la voz por reflejo y de un momento a otro una motocicleta pasó deprisa junto a mí.
-¿Pero qué? – Miré de nuevo alrededor, algo raro de verdad estaba sucediendo. – Debo descansar- subí al autobús bastante alterado y mirando en todas direcciones, lo que pasaba era demasiado para mí.
Cuando bajé en la esquina de la cuadra del bar tomé una bocanada de aire, mi cabeza dolía al máximo y comenzaba a sentirme mareado.
-Bobo – un fuerte manotazo cayó sobre mi espalda. –Debo decirle al jefe que su pequeño ha llegado – le miré sonriendo.
-Eso sería muy amable de tu parte – sonreí aun presionando mi cabeza. El empleado de mi jefe tenía todo ese año molestándome era más chico que yo en edad y estatura, pero podía hacer mi vida imposible fácilmente.
-¿Te sucede algo torpe? –
-Muévete hacia adelante- la voz volvió a resonar en mi cabeza y la obedecí. Como resultado el enanito, empleado de mi jefe, golpeó la pared con su puño cerrado tan fuerte que hasta yo sentí dolor.
-¿Cómo fue qué…?- Tomaba su mano con fuerza.
-Agáchate.- Volví a escuchar y obedecer, el resultado ahora fue él tropezando y chocando con la pared.
-Debo dormir – me alejé zigzagueando por el mareo.
-¡Espera!- Lo escuché caminar detrás de mí pero todo giraba en las escaleras tanto que de un momento a otro me desplomé, algo raro de verdad estaba sucediendo.
***
Me sentía tan débil que no podía no abrir mis párpados, pesaban como si tuviese ladrillos y estaban pegados como cuando yo preparaba arroz. Reí por mi propio chiste aun en el estado aletargado en el que me encontraba.
-¿Te sientes mejor? – Una dulce voz preguntó poniendo su mano sobre mi frente, era cálida, eso me gustaba, nadie me trataba con tanta calidez desde la muerte de mi abuela.
-Un poco – junté toda mi fuerza para abrir mis ojos, mientras los abría un chico delgado con un lindo rostro me sonreía. Pero cuando terminé de abrirlos ya no estaba. Se había esfumado. Giré un poco el rostro para buscarle, pero no había nadie en la habitación.
-Ya era hora.- Eso fue lo primero que dijo el chico fastidioso que trabajaba para mi padre. – El Jefe Lee dice que si tienes tiempo de desmayarte tienes tiempo para limpiar- me arrojó una escoba y cerré los ojos para esperar el golpe, pero este nunca llegó, solo estaba flotando en el aire sobre mí -¿Pero qué demonios? – El chico con cabello decolorado intentó tomar la escoba inerte en el aire. Esta solo se movió y antes de que me pudiese sentar el odioso había caído sobre mí.
-¡Quítate!- Grité mientras sentía su cuerpo presionar mi pecho y me removía.
-¡Cállate torpe! –Puso sus brazos a ambos lados y noté lo marcados que estaban de seguro era por su entrenamiento constante usándome como saco de boxeo. –Pagarás por esto – su rostro estaba justo frente al mío y me veía con sus ojos obscuros y profundos.
-¿Yo? – Pregunté también confundido.
-¡Jonghyun! ¡¿Dónde están la caja de..?! – Y mi padre entró a la escena y le miré con temor. Sin embargo el chico que estaba sobre mi sonrió con malicia -¡¿Qué estás haciendo inútil bueno para nada?!-
-¡¿YO?! –Volví a preguntar asombrado, yo era él que estaba preso bajo el cuerpo de otro chico.
-¡Pedazo de mierda! – El viejo tomó la escoba que ahora estaba en la pared y lo miré horrorizado, intenté empujar al chico que parecía disfrutar estar encima de mí - ¡Ahora además me sales con joterías! ¡Y con mi mejor empleado! – Empujé más fuerte y rodé antes de que la escoba me golpeara. Nunca había sido tan ágil.
-¡Tranquilo viejo! – Dije poniéndome de pie resbalando por las cosas en el piso. Pero el hombre enfurecido venía tras de mí otra vez con la escoba.
-Desgraciado, imbécil, solo intentas arruinarme – bloqueaba la puerta y no sabía qué hacer, ahora si quedaría destrozado. Miré al chico que estaba sentado en el suelo sonriendo, cómo lo odiaba, era el ser más horrible.
-¡¿Cómo esto te arruina a ti, viejo?! – Mire al chico, no era tan joven como le gustaban como para que se enojase conmigo por “seducirlo” -¿Acaso ahora buscas amantes más grandecitos? –
-¡IMBÉCIL! – Volvió a gritar y dirigió con velocidad el palo de escoba hacía mí.
-¡Déjalo! – Él palo golpeó algo directamente en el aire con un sordo sonido.
-¡¿Qué demonios?! – “La bestia” cayó de sentón en el piso retrocediendo, yo no pude quitar mi vista del chico delicado que sostenía la escoba con ambas manos en el aire.
-¡Está flotando! – El bastardo bajito se levantó mirando hacia las manos del chico. Pero no estaba flotando, ese muchacho lo sostenía.
-¡NO! ¡ERES COMO ESA BRUJA! – Mi padre comenzó a gritar como loco - ¡IGUAL QUE TU PUTA ABUELA! – Seguía viendo al chico que ahora soltaba la escoba y esta golpeaba en el piso.
-¿Qué rayos? –Jonghyun se acercó a tomar el palo de la escoba y mirarlo detenidamente.
-¡No lo toques! – Mi padre le arrojó un libro que lo golpeó en la espalda. -¡Está endemoniado!- Siguieron gritando y preguntado cosas mientras yo los ignoraba para acercarme al muchacho.
-¿Quién eres? – Pregunté al chico que parecía tener unos 13 o 14 años.
-¡AHORA HABLA CON ELLOS! – El viejo se puso de pie.- ¡LARGATE AHORA CON TUS DEMONIOS!-
-¿Demonios? – El empleado me miró aún más extrañado, mi padre se movió de la puerta jalando al fastidio de empleado.
-¡VETE! –En este momento me era claro que ninguno de ellos podía ver al chico, ahora ni yo podía verle -¡NO VUELVAS NUNCA A MI CASA PEDAZO DE MIERDA!- Estaba molesto y confundido, tomé mi mochila y algunas de las cosas en el piso. De todos modos no tenía mucho solo eso y la bufanda. Cuando me acerqué a tomarla “La Bestia” retrocedió un par de pasos. Era la primera vez que me temía. No era la primera vez que me corría de casa, pero esta vez era seguro que iba en serio.
-Gracias viejo, temí que tuviese que seguir viendo tu asqueroso rostro un día más – dije sonriendo y noté el odio extremo en su mirada, pero no dijo nada, no hizo nada. Solo me dejó marchar con lo poco que tenía y mi pequeño salario.
Salí del bar y giré un momento para verlo. Toda mi infancia con ese hombre había sido horrida y tortuosa, pero aun así dolía que terminara corriéndome sin remordimiento o dolor alguno.
-Me las pagarás viejo.- Tomé mi mochila y miré al otro lado.
-Perdón – escuché esa voz de nuevo y retrocedí algo asustado. A mi lado estaba el chico que aparecía y desaparecía. – No quería que te quedaras sin un techo.-
-Me volví loco – golpeé mi frente contra el muro.
-Solo despertaste – gire para volver a verlo, pero se desapareció difuminándose en un humo amarillo que se elevó al cielo. Me aterroricé y salí corriendo con mis cosas tan rápido como pude. Despertar era una experiencia de lo más confusa.
Re: Derrotando a la bestia
oh! que interesante... quisiera saber que fue todo eso del chico que aparecía y desaparecía y que quiso decir con "despertaste"... espero seguir leyéndote :)
k.will
SHINee
105
Re: Derrotando a la bestia
02
Desperté estirándome tranquilamente y mirando alrededor. Solo unos cuantos quedaban dormidos en el piso del túnel subterráneo. Removí los periódicos de mi cuerpo y tomé mis cosas que había abrazado toda la noche.
-Buen día Taemin – Le dije al muchacho que ahora me acompañaba a todos lados y solo yo podía ver. Muchas veces pensaba que era parte de mi demencia, pero luego hacía cosas extraordinarias y dudaba un poco. Pero por lo general me consideraba un loco, un loco feliz.
-Buenos días – dijo saludando y luego regresó a dibujar en el muro. Algunas personas se espantaban de esto, pero parecía intentar hacer un mapa o dibujar algo de sus recuerdos así que se lo permitía.
-Hoy es mi cumpleaños – dije al ver uno de los periódicos del día anterior que estaba doblando.
-¿18? – Preguntó acercándose a mí de rodillas.
-Sí, por fin 18 años, deberíamos ir a celebrar con pollo frito – él afirmó sonriendo. La verdad no me importaba estar loco si se podía estar tan tranquilo.
-Pero primero debes ir al trabajo – solté un quejido.
-Pero es mi cumpleaños.-
-Pero vives en las calles y duermes en una cueva.-
-Es un túnel – lo corregí. Y me levanté, tal vez mi locura no era tan positiva.-Vamos a trabajar.- Aún movía cajas, pero siendo menor de edad no podía ni conseguir dónde vivir, además las rentas eran excesivas. Así que al final me había vuelto un vagabundo con algún tipo de esquizofrenia.
-¿Puedo escuchar música mientras trabajas? – Le miré algo molesto.
-Desearía ser como tú.- Sería bueno ser un ser que no debe trabajar ni hacer nada.
-Pero no puedo jugar o comer a menos que haya alguien conmigo.- Se vio un poco desanimado.
-Está bien como es mi cumpleaños y me acompañarás por pollo, te compraré una de esas leches de plátano que te gustan – saltó emocionado y sonreí.
Es común preguntarse qué es Taemin. Cuando comencé a verlo intenté huir de él, pero era muy difícil, parecía que estaba atado a mí. Aparecía en todos lados, estaba siempre ahí, me decía que debía hacer para no salir lastimado, aunque cuando huía terminaba chocando contra cosas o cayendo en algún lado. Fue hasta el día que se interpuso entre un auto y mi cuerpo que descubrí que era un tonto por intentar librarme de él.
Y así fue que escuché su triste historia. Taemin no recordaba quien era, ni de dónde había venido, si era un fantasma, o hada, o algo. El conoció a mi abuela y decía que ella le había llamado para que me protegiese cuando niño. Pero no había podido porque si no hay nadie que lo vea o escuche no puede interceder. Al final le dije que era un ángel y le di el nombre de Taemin, tenía cara de Taemin, por eso me pareció el mejor nombre.
***
-Hyung – Taemin me llamó mientras comíamos en una mesa en la calle del restaurante. Los lugares encerrados no eran convenientes porque todos se me quedaban viendo ya que parecía que estaba hablando solo.
-¿Qué sucede? – Estaba comiendo mi delicioso pollo sin que me importase nada en el universo. Solo necesitábamos estar mi pollo y yo… Y a veces Taemin.
-Esa chica tiene algo en sus hombros – miré a la chica de cabello negro largo con un uniforme rosado.
-No veo nada- para mí no había nada extraño así que seguí comiendo. Pero dio unos pasos más y una maseta cayó desde un piso superior casi golpeándola -¡Rayos! – Me levanté con el pollo en la boca.
-Te dije – el chico cruzó la calle corriendo, intenté llamarlo cuando un automóvil se dirigía a alta velocidad hacía él. Pero cuando saltó ligeramente unos 5 metros en el aire alcanzando la acera de enfrente me volví a sentar recordando que no era un chico normal. Comí deprisa mi pollo, no lo iba a desperdiciar, y corrí tras el chico que llevaba bastante ventaja.
Me cansé y decidí sentarme en un parquecito a tomar una siesta después de la extrema cantidad de 3 cuadras. Sentí el sol del atardecer en mi rostro y cerré los ojos por la agradable situación.
-Tienes que hacer ejercicio- T aemin llegó antes de que quedara dormido y me gire a verlo con un puchero. – Ya sé dónde está la chica – me puse de pie.
-Vamos – dije alegre, la verdad no sabía de qué se trataba pero parecía preocuparle a Taemin.
-Mejor no, no te va a gustar.- Le miré un poco curioso.
***
Y era verdad no me gustaba para nada esto -¿Estás seguro? – Preguntaba por octava vez mientras veía el edificio de mis pesadillas frente a mí.
-Sí, ella entró ahí – Suspiré, supongo que era la forma en que el universo se divertía, poniéndonos en situaciones muy incómodas.
-¿Qué está haciendo ese viejo dejando que las niñas de preparatoria entren? – Taemin me miró y le sonreí. Si tenía que ir al bar de mi padre para ver lo que le preocupaba estaba bien. El chico me siguió con rostro de preocupación. Seguimos hasta la entrada trasera, tenía tiempo sin hacer eso, se sintió algo extraño.
-¡Noooo! – Una voz femenina apareció detrás de la puerta.
-¡Ya te lo he dicho! – La chica fue empujada y volteé a ver a Taemin que la observaba fijamente. –No vuelvas a buscarme. – El chico de cabello decolorado salió tras ella y tomó su brazo.- Ahora lárgate.-
-¡Jonghyun! – La chica chilló volteando a verle con recelo.- Te lo advierto, si no regresas a mí por las buenas, debes atenerte a las consecuencias.-
-Claro, claro, las consecuencias – la empujó contra el muro del callejón y se giró para volver adentro.
-¿Tú? – Preguntó al verme. -¡Jefe L…! –Taemin cubrió su boca y yo negué riendo mientras él estaba confundido.
-¿Estás bien? – Le pregunté a la muchacha que había cerrado sus ojos cuando había golpeado el muro con la espalda. La chica apenas pudo afirmar sorprendida. El desagradable empleado de mi padre intentaba entender que pasaba tocando sobre sus labios. La chica comenzó a llorar y salió corriendo, miré curioso a donde se alejaba.
-Alguien debería seguirla – dije al aire y Taemin saltó agraciadamente tras ella.
-¡¿Qué rayos?! – Jonghyun podía hablar de nuevo.
-Fue tan agradable como siempre – seguí sonriendo y me comencé a alejar pero sostuvo mi muñeca con una fuerza excesiva.
-¿Dónde has estado? – Me miró de arriba hacia abajo.
- En el país de las maravillas – me reí tranquilo. Me había vuelto aún más despreocupado sin mi padre alrededor.
-No bromeo – me tomó del cuello presionándolo con fuerza. – El jefe lee está preocupado.-
-¿Por qué no le traigo dinero? –
-Eres un torpe – su puño se dirigió a mi rostro y cerré los ojos. Pero no sentí ese puño sentí algo caliente y suave en mis labios. Abrí los ojos para encontrarme con el rostro de piel lisa y nariz un poco protuberante pegado por los labios al mío. Lo empujé y me le quedé viendo mientras retrocedía caminando hacia atrás -¡No lo malinterpretes! – Afirmé un par de veces sin detener mi retroceso y luego salí corriendo -¡JEFE LEE! – Escuché el grito pero ya estaba bastante lejos.
Cuando por fin llegué fuera de un restaurante de pescado abrí la llave del agua de la calle y comencé a lavar mis labios frotando con mi mano con fuerza ¿Qué demonios había pasado?
-¿Qué haces Hyung? – Apareció de la nada y di un salto hacia atrás.
-Lavo un recuerdo confuso y raro.-
-¿Te volvió a golpear? – Negué tan pronto lo dijo y me sacudí las gotas de agua de mi abrigo.
-Eso hubiese estado bien – sería algo a lo que ya estaba adaptado.
-¿Hyung, eres masoquista? – Preguntó con ternura y los ojos muy abiertos lo que me hizo negar riendo rápidamente.
-No, no es eso.- Seguí riendo, ahora era un masoquista para un niño de 14 años. – Es cierto ¿Encontraste a esa chica? – Él afirmó y comenzó a avanzar, decidí seguirlo. Mi cumpleaños número 18 fue más de lo que esperaba, y por alguna razón marcó el comienzo de una nueva era para mí.
***
Pasaron otras dos chicas tomadas de brazo riendo y rasqué mi nuca con algo de vergüenza. Supongo que un vagabundo fuera de una preparatoria de chicas era una mala señal, pero las muchachas parecían haberme tomado como un animal de zoológico o una maravilla. Tenía ya unas 8 horas ahí y seguía esperando a Taemin que había entrado detrás de la chica insistiendo que esa cosa había crecido el doble del tamaño del día anterior. Por lo que había ignorado mi trabajo para ayudarle.
Aún no sabíamos que debíamos de hacer con eso, pero sabía que era algo malo. Taemin apareció con su humo amarillo junto a mí en un instante y le volteé a ver.
-Ya viene- Miré salir a la chica de cabello negro sola, mirando hacía el suelo y afirmé. –Hubo accidentes extraños todo el día.-
- Y la cosa negra – seguí intentando verla.
-Sigue sobre ella y aun crece.- Suspiré cruzando los brazos.
-En ese caso no debemos dejarla sola hasta saber qué es – sonreí y comencé a caminar a distancia de ella.
-Nos está viendo – Taemin habló después de unas 4 o 5 cuadras.
-¿Qué hacemos? – Intenté preguntar discretamente.
-No lo sé. Parece que ahora habla al oído de la chica.-
-¿Puede escucharlo? – Estaba integrado, deseaba poder ver lo mismo que él -¿Cómo luce?-
-No parece escucharle – Taemin enfocó la vista entrecerrando sus ojos – es como un ser peludo negro con espinas en el lomo y un hocico lleno de filosos dientes. Sus ojos son amarillos y a ratos parece humo negro – afirmé al escucharle. Me comenzaba a imaginar a la criatura. La chica giro en una esquina junto a una tienda de helados y esperamos un instante para ir tras ella. Al entrar estaba parada de espaldas, estática, mirando al muro del callejón sin salida.
-¡YA NO ESTA! – Taemin dijo y comenzó a mirar en todas las direcciones.
Yo sentí como cuando era pequeño y mi padre estuvo sin darme de comer varios días. Mi energía desapareció como si la hambruna me afectase. Todo se volvió negro -¡HYUNG! – Taemin me llamó e intenté alcanzarlo estirando mi brazo, pero no logré nada. Todo desapareció en la obscuridad.
***
Me dolía la cabeza intenté estirar mis brazos mientras despertaba pero no lo logré, parecía que algo los sostenía detrás de mí.
-¿Hyung? – Escuché la voz de mi amigo invisible para todos y abrí los ojos. Notando que aquello que sentía que presionaba sobre mi mejilla era el frio piso de una habitación obscura. Comencé a buscarle, al parecer mis brazos estaban atados a mi espalda. Doblé las rodillas intentando subir mi torso.
-¡BOBO! – Un segundo grito se escuchó y cuando logré ponerme de rodillas observé una bodega llena de velas y formas pintadas en el piso.
-Hyung –Miré a un lado y Taemin se encontraba dentro de uno de los círculos dibujados que marcaba el comienzo de una niebla negra dispersa que subía lentamente. Sus manos estaban apoyadas en ella como si fuese un muro.
-¿Estás bien? – Pregunté sonriendo aunque su rostro era de preocupación y el afirmó.
-¡Eres el torpe más grande del mundo! – Me giré para ver al empleado del bar sobre una silla con el torso rodeado por una cuerda y las piernas amarradas y sus dos palmas apuntaban hacia arriba.
-Es mi condición, empeora en lugares obscuros – intenté buscar a la chica o a la cosa negra.
-¡¿Quién es?! – Apuntó al lugar donde estaba Taemin.
-¿Puedes verle? – Pregunté confundido.
-Claro, torpe, está ahí gritándote desde que los trajeron.- Me intenté poner de pie con un salto, pero caí de nuevo golpeando con mi costado el piso -¡Imbécil! ¡Mejor ya vete rodando! –
-Taemin ¿Sabes qué es esto? – El chico negó y me giré para quedar boca abajo e intentar hincarme de nuevo.
-¡¿Cómo va a saber?! ¡Solo es un niño! – Suspiré porque eso era verdad.
-Todo se siente como tinieblas – Taemin habló y afirmé, también sentía algo negro y rancio por ahí.
-¿Tinieblas? – El de la silla habló pero luego miró hacia mí con horror -¡¿QUÉ ES ESO?! – Me hinqué y giré a ver. Ahí estaba la cosa negra en 4 patas, con cola larga, ojos amarillos y despidiendo un apestoso humo negro de su cuerpo.
-¡Ya lo veo! – Dije con emoción, aunque supongo que ahora no podría estar sobre los hombros de la chica porque era del tamaño de un tigre.
-¡BRAVO POR TI BOBO! –Jonghyun me gritó -¡AHORA MUÉVETE!-
-No es necesario – Una voz femenina apareció en el lugar y volví a girar para buscar la procedencia.
-Se podrán ir tú y ese espíritu que está contigo cuando esto termine.- La chica de rosa se comenzaba a mover entre el ambiente que se llenaba con el humo negro de la criatura. Ésta solo gruño.
-¿Qué demonios haces? – Jonghyun la veía con intensidad y luego me lanzó una mirada.
-No quería traer a todos aquí, solo a ti – se acercó y puso su dedo sobre el pecho del chico. –Te dije que vinieras por las buenas.-
-Ya veo – Jonghyun miró a las figuras del piso. – Nos arrastraste a todos al infierno con tu portal.-
-No es mi portal – la chica se sentó en sus piernas y volví a caer en el piso.
-¿El infierno? – Rodé hasta donde estaba Taemin.
-Eres un oppa muy astuto – acarició su rostro y la criatura me gruño un poco.
-¡Tranquilo! – Gritó la chica que parecía que su piel comenzaba a mancharse. Algo muy raro sucedía.- Te dije que si me ayudabas a que me amara podrías tomarme a mí y a él. Ellos dos no tienen que ver en esto.-
-Eres una tonta – Jonghyun sonrió de lado.- Nos condenaste a todos, aquellos que entran al infierno aunque sea parcialmente no pueden salir nunca jamás.- Me asombré por lo que el empleado abusivo decía.
-En ese caso no importa, porque estoy contigo – lo abrazó del cuello y la criatura entró al círculo que contenía la silla, en ese momento creció mucho más y me hinqué junto a Taemin.
-Lo estaré -Alzó la vista- pero no te corresponderé a menos que liberes al chico del círculo. – Su mirada estaba fija a nosotros -¿Lo tienes encerrado ahí por qué no es un chico normal? – La muchacha afirmó -¡HEY TÚ! – Le gritó a Taemin -¿Puedes sacarlo de aquí? – Miré al chico que parecía adolorido afirmar.
-Está bien – la chica se puso de pie y noté que la piel de sus piernas y rostro comenzaba a caer como si se tratase de una cascara pelándose. Miré un poco horrorizado, pero el ser rugió con fuerza cuando la chica estaba por pisar el límite del círculo. –Pero debo sacarlo – la criatura la miró con odio y saltó saliendo de los límites sin tocar el borde, al instante volvió del tamaño de un tigre. Pasó junto a mí mirándome y gruñendo y luego al círculo para tocar con su pata y borrar un fragmento.
Al instante algo tronó y la niebla se rompió como si se tratase de un espejo en fragmentos que caían al piso y se evaporaban.
-¡Váyanse! – La chica que cada vez tenía menos piel gritó con fuerza.
-Taemin, ayúdame a levantarme – Dije mientras el pequeño salía y luego mire hacía Jonghyun que agachaba la cabeza. El chico que desprendía humo amarillo se acercó pero yo rodé al otro lado antes de que pudiese tocarme – Aigoooo, me caí – dije rodando sobre el margen del círculo y arrastrándome en órbitas intentando borrar el borde de tiza.
-¡¿Qué haces?! –La chica grito y no tardó en gruñir la criatura. Pero Taemin la detuvo de la cola mientras yo seguía rodando y sacudiéndome por el piso aún con las manos atadas -¡Nos condenarás a todos!- Seguí girando y riendo, mi abrigo de vagabundo era perfecto borrador.
-¡Eres un torpe, no puedes detenerlo con eso! – El chico volvió a gritar y miré hacia atrás para verlo.
-Pero Taemin si puede – levantó la vista para ver al pequeño girar sosteniendo la cola de esa cosa y levantándolo del piso para arrojarlo en otra dirección.
-¡Están locos! – La chica cayó de rodillas y noté que como el otro círculo este se empezaba a romper.
-¡Debemos salir de aquí! – Rodé hasta junto a ella. – Esa basura de ahí no te merece, creo que puedes encontrar algo mejor.- La chica me miró con lágrimas en sus ojos.
-¡¿A quién llamas basura?! –
-Pero… - La chica empezó a hablar mientras ignorábamos al cautivo.- Hice un pacto con ese demonio de que podría tenerme a mí y a él si lo traía a mi lado.- Miré al demonio que trataba de atrapar a mi compañero que saltaba de un lado al otro.
-En ese caso hay que impedir que lo traiga a tu lado – volví a girar y tiré la silla de lado.
-¿Pero qué haces torpe bueno para nada? – El chico se comenzó a sacudir con la silla. La chica reaccionó y corrió hasta nosotros para desatarme. Sentí alivio en mis muñecas cuando removió la cuerda de mis manos. Me puse de pie deprisa y levanté la silla del chico que seguía gritándome de cosas, estaba pesado. Así que la empujé con dificultad fuera de lo que restaba del círculo.
-¡IDIOTA! ¡No puedes vagar por el infierno así como así! – Me dijo mientras veía como la chica corría en la dirección contraría hacía donde estaba Taemin y el ser negro.
-Está bien – Cuando no pude verles entre la niebla me agaché para comenzar a liberarlo.
-¡Te puedes perder y nunca volver! ¡Ya no hagas tonterías y solo vete! – Levanté la vista un momento para observarle.
-Tú decidiste arriesgarte para que yo saliese de aquí, no quiero dejar cuentas pendientes y mucho menos contigo – me puse de pie y fui tras la silla para liberar sus manos y torso.
-¡Torpe! – Me empujó tan pronto lo liberé -¡Quítate!- Salió corriendo de regreso a donde habíamos venido y no me quedó de otra que seguirlo. Corrí cerrando los ojos en la niebla negra, me pareció una buena idea pero llegué tropezándome con las cuerdas que me habían aprisionado.
-¡DEMONIO! –El chico gritó y la cosa volteó a verlo empujando de lado a Taemin -¡¿QUÉ LE PROMETISTE A ESTA NIÑA TONTA?! – La chica ayudó a Taemin qué veía curioso a la criatura a avanzar hasta su presa. –Le prometiste mi corazón, ¿verdad? Pero te diste cuenta que yo ya se lo había dado a alguien.- Miré como los ojos amarillos de la criatura brillaban y disminuía de tamaño poco a poco. – Así que creaste está elaborada treta para llevarnos.-
La criatura soltó un zarpazo pero Jonghyun giró en el piso esquivándolo.- Es triste ver a un demonio usando trucos de magia negra para llevarse a una chica en pedazos.- La niebla comenzaba a disiparse y la chica se desmayó pero fue atrapada por el pequeño.
-¿Qué pasa? – Miré alrededor, volvía a ser una bodega amplia.
-La chica ya no tiene energía.- El demonio volvió a gruñir y comenzó a correr hacia donde estaba la muchacha. Era difícil verlo ahora, parecía que se volvía invisible.
-¡¿Dónde está?! – Grité corriendo a donde se dirigía. Jonghyun tomó una varilla de metal y veía desubicado alrededor.
-¡Saltó a esa viga! ¡Sobre ustedes! – Taemin gritó y levanté la vista.
-¿Dónde? – No pude verlo pero Jonghyun aún preguntaba.
-¡Está saltando sobre ustedes! – El chico volvió a gritar sin soltar a la muchacha.
-¡Viene desde arriba! – Le dije al chico de mi lado y este empuño la varilla al aire. Y solo un humo negro fue despedido.
-Ya no está – Taemin habló de nuevo.
-Se fue – le dije al chico que me miró suspirando.
-¡Eres un idiota! –Tomó el cuello de mi abrigo y me jaló hacía él.
-Solo a ratos – sonreí y miré hacia donde Taemin.-Tenemos que llamar una ambulancia.-
-¿Aun está aquí ese niño? – Jonghyun comenzó a buscarlo sin soltarme.
-Sí, está con ella.- Me empujó agresivamente al soltarme.-Ahora llamo.-Tomó su celular.- Deben salir de aquí, los espíritus pueden ser arrastrados aún al infierno aunque hayamos cerrado el portal.- Afirmé algo confundido y le hice una seña con la cabeza al chico que dejó con cuidado a la niña en el suelo y luego me siguió fuera de la bodega.
Esperamos un rato afuera y cuando llegó la ambulancia vimos al empleado de mi padre salir. –Bobo- me golpeó en la espalda.- Debes hablar con mi abuela.-
Re: Derrotando a la bestia
03
Dormir es algo hermoso, bueno, eso cree uno hasta que siente el golpe de agua fría por todo el cuerpo.
-¡Ahhh! – Grité al sentir las gotas caer en chorro sobre mi cuerpo.
-Te dije que te despertaras, torpe.- Y ahora se reían de mí mientras parpadeaba y escupía el agua que había tomado al gritar. Intenté sentarme empujando el piso con mis brazos mientras mi cabello escurría y el chorro de agua directo a mi rostro no me dejaba abrir bien los ojos. Definitivamente estaba en la regadera. Intenté estirar el brazo para cerrarla llave. Mientras el chico seguía riéndose de mí a carcajadas, así fue, hasta que el tercer inquilino de ese apartamento lo aventó a la ducha y él se detuvo con la pared empapando toda su espalda y protegiéndome del chorro de agua.
-¿Taemin? – Me preguntó con molestia en el rostro y yo afirmé sonriendo. Así fue nuestra primera mañana juntos. Empezó el día anterior cuando llegamos al amanecer a la casa de la abuela de Jonghyun.
***
-¿Por qué venimos aquí? – Taemin me preguntó y yo miré hacia la puerta del local de una chaman.
-No sé – miré curioso a Jonghyun que nos lanzaba una mirada asesina. Bueno solo a mí, ya no podía ver a Taemin.
-Hablaré primero con mi abuela, torpe, quédate aquí.- Se adelantó dentro del local. Y me senté en la calle con Taemin.
-Muero de hambre – sobé sobre mi estómago.
-Yo también, tenemos desde casi 24 horas sin comer.- Recordé que solo habíamos pasado por algo en la mañana antes de que la chica saliese de su casa.
-¿Y si vamos a comer? – Me puse de pie pensando en pollo.
-Dijo que esperaras – Taemin habló y suspiré para ver hacia la puerta. Luego un fuerte golpe retumbo -¡¿Qué fue eso?! – Un grito siguió el golpe.
-¡Ve Taemin!- Dije al notar que la puerta estaba cerrada y el chico se volvió humo para entrar.
Esperé unos momentos y luego se abrió la puerta y Jonghyun salió con sangre escurriéndole de la cabeza.
-Estás… - señalé.
-No digas cosas obvias y entra – me empujó al interior de la tienda adornada como salón tradicional y al centro, en una mesa baja una anciana con un hanbok negro y rojo se abanicaba mirándome de una forma pesada.
-¿Tu lo mandaste aquí? – Señaló a Taemin que estaba parado en un rincón levantando los brazos como si fuese un castigo en la secundaria.
-Le pedí que viniera a ver – señaló frente a ella y me senté.
-¿Y bien vieja bruja? – Miré molesto a Jonghyun por llamar a su abuela de esa manera, pero ella lanzó el abanico golpeando su cabeza directamente.
-Muchacho inútil – lo miró molesta y regresó a verme. Sentí un escalofrió mientras sus ojos pasaban por mi cuerpo. – No lo tienes – me comencé a tocar.
-¿Qué no tengo? – Revisaba mi cuerpo minuciosamente.
-Solo haces que pierda mi tiempo – le gritó a Jonghyun y se puso de pie.- No existe una manera de que un inservible muchacho como tú pueda seguir con el negocio familiar. – Estaba por salir detrás de una cortina de seda pero se detuvo cuando su nieto le habló.
-¿Entonces por qué puede verlo? – La anciana miró a Taemin.
-Alguien con talento de verdad lo pegó a él – me observó – debes cuidar bien de aquello que te han obsequiado. – Afirmé algo confundido y la anciana me sonrió por un momento. – Me alegra ver a alguien que respeta a los espíritus y no como el tarado de mi nieto.- Salió molesta de nuevo y Taemin bajó los brazos.
-Es muy poderosa – dijo mirando a donde había salido.
-Se ve simpática – sonreí y me puse de pie para salir. Jonghyun también se levantó. – Tenemos que curarte – dije abriendo la puerta y me lanzó una mirada amenazante.
-Creí que podría utilizarte.- Abrí grande los ojos, solo a él se le ocurría decir eso.
-Más bien querías utilizar a Taemin.- El pequeño afirmó pero el chico no lo iba a ver. -Oh, ahí está una farmacia – tomé su brazo y él lo quitó rápido. – Bueno solo sígueme.- Empecé a avanzar.
-No necesito tu ayuda torpe.- Suspiré y sonreí.
-No la necesitas, pero viniste aquí por mi culpa – entré a la farmacia con Taemin dejándolo afuera, si se quería ir estaba bien, si se quedaba le ayudaría con su herida en la cabeza. También compramos unos helados y salimos de ahí. Para mi sorpresa si se quedó, le entregué uno de los helados y me vio molesto y fastidiado.
-Será rápido – dije tomando las cosas mientras se sentaba una silla. Taemin comenzó a comer su helado en la otra silla.
-Es complicado porque puedo ver el helado moverse – miró hacía Taemin -¿Me puedes oír?- Sonreí.
-Dice que sí – limpié la herida con cuidado.
-Torpe – me empujó y sonreí.
-Lo siento – regresé a limpiar y luego desinfecté, se quejaba a ratos, pero no me volvió a apartar de él. Terminé de curarle y soplé sobre la herida.
-¿Qué haces? – Hizo una cara de incomodidad. Reí rascando mi nuca.
-Mi abuela hacía eso, perdón – Se puso de pie y retrocedí rápido.
-Me voy torpe – metió sus manos en los bolsillos de su chaqueta. –No le diré al Jefe Lee que te vi. – Me sentí agradecido. – Por lo menos es bueno ver que aún vives.-
-Tú también, cuídate del viejo – miré a Taemin – vamos a buscar un lugar para dormir un rato.-
-¿Buscar un lugar? – La voz del muchacho hizo que me detuviese.
-Nos quedamos por aquí y por allá – sonreí. – Es divertido.-
-Eres el torpe más grande del mundo – tomó mi mano.- Sígueme y no hables… Ni tú, lo que seas.- Volteó a la otra dirección e iba a decirle que Taemin estaba del otro lado pero su mirada hizo que cerrara mi boca como si le pusiera un candado.
Caminamos un par de cuadras y llegamos a un viejo edificio. – Suban – le seguimos por las escaleras al exterior y en el segundo piso avanzamos un par de puertas hasta el número 56. –Pueden quedarse aquí – abrió la puerta y adentro estaba un poco desordenado, pero se veía bien.
-Mejor, no, no quiero causar problemas – me empujó al interior.
-Dije que te quedaras aquí torpe – me habló desde la puerta y le miré. – Voy a trabajar, vuelvo en un rato – cerró la puerta dejándonos en el pequeño departamento.
-¿Deberíamos dormir un rato? – Le pregunté a Taemin que estaba sentado en el piso y afirmó. –Bueno, descansemos un par de horas y nos vamos antes de que vuelva.- Pero no pude despertar, después de mucho tiempo no estaba durmiendo en la calle así que ahora descansaba bien. Aunque se tratara de la casa de ese abusivo me sentía más seguro que en el exterior.
***
Me secaba el cabello mientras comíamos algo, Taemin parecía orgulloso de su acción y Jonghyun usaba un secador para arreglar su cabello.
-Gracias por dejarnos quedar – le dije aún molesto por la forma en que me había despertado. Pero estaba contento de no haberme molestado en toda la noche.
-Eres tan raro – me arrojó una playera directo a la cara. –Cámbiate de una buena vez.- Afirmé y comencé a quitarme la ropa -¡Aquí no! –Le miré confundido - ¡Ve al baño! – Volví a afirmar y me metí al baño.
-¡¿Estás trabajando torpe?! – Me preguntó desde el área principal.
-¡Si! – Contesté alegremente.
-¿No has conseguido dónde quedarte? ¿Esperas tener 18? – Salí ya cambiado.
-Ya tengo 18 – dije orgulloso volviendo a sentarme en el piso frente a la mesa en la cual seguía Taemin comiendo.
-¿18? – El chico miró hacía la pared.- Fue antier.- Asombrado miré hacía donde veía y había un calendario.
-¿Cómo lo sabes? – Se giró y tomó sus llaves.
-Solo lo sé – parteo la mesa, muchas de sus actitudes eran muy agresivas. -Vendré a la hora de la comida – le miré muy confundido.
-Creo que saldremos antes – me puse de pie e hice una reverencia.
-Quédate torpe – me empujó y caí de sentón. Él se puso de cuclillas frente a mí. – Ven después del trabajo, pensaba utilizar tus habilidades para entrar al negocio familiar.- Suspiró.- Pero resultas inútil sin un chico que pueda percibir esas cosas.- Parpadeé un par de veces.
-¿Para qué me quedo entonces? – Taemin se acercó.
-Por qué no tienes a dónde ir aún.- Se puso de pie y se dirigió a la puerta.
-Eres más amable de lo que esperaba – dije sonriendo.
-Dilo de nuevo y morirás.- Cerró la puerta.
-También deberíamos irnos – le dije a Taemin y él me miró con un puchero.
-Ayer trajo carne en la noche – sonreí al escucharle.
-Será el día de descanso de Taemin – acaricié su cabeza. – No comas mucho, debemos dejarle algo.- El pequeño afirmó y tomé mis cosas para salir. Me daba pendiente dejarlo, pero había hecho que luchara con esa cosa y había estado cuidando de mí sin descanso.
***
En el trabajo tuve que ser constante y tomar pocos descansos ya que no tenía a Taemin para que me avisara si el jefe se acercaba. Ahora había sido más pesado pero como había dormido bastantes horas pude soportar bien el estar cargando cajas.
Pasé por la tienda y pensé tomar una de esas leches de plátano para Taemin, parecía que se había vuelto un miembro importante de mi familia - ¿Qué le llevaré a Jonghyun? – Me asombré de mi propia pregunta – solo lo hago porque no quiero deberle nada a ese abusivo – me intenté convencer.
-Claro, claro y yo no quiero un par de zapatos nuevos – di un salto al escuchar la voz detrás de mí y me giré. –Eres el chico de la bufanda – retrocedió un poco y entrecerró los ojos -¿Te deshiciste de ello?- Le miré confundido y recordé a ese chico con rasgos un poco felinos que había dicho que algo se me había pegado.
-Aaaa, se quedó en casa – tomé un té para Jonghyun y el chico me siguió.
-¿En casa? – Me miró de arriba abajo -¿Puedes hacer eso?-
-Yo no lo hago – había sido decisión de Taemin, pero aun así no dejaba de barrerme con la mirada.
-Esas cosas no se despegan fácil –suspiró y miró hacia afuera.
-¿Puedes verlas todas? – Recordé a la anciana de la mañana, cuando me veía él no se sentía tan intimidante, pero sentía algo.
-Es una maldición.- Se acercó a ver mi playera -¿Dónde la compraste?-
-Me la prestó un amigo – cambiaba el tema, por la forma que se había asustado y ahora por como evadía el tema estaba seguro que no le agradaba eso para nada. Tomé el dinero de mi mochila y él sonrió.
-Bueno, ese es un adelanto, no más dinero en los pies – afirmé sonriendo y él chico pálido con uniforme de preparatoria se despidió desde la tienda.
-Es tan peculiar como siempre.- Salí sonriendo y abrí un jugo que me había comprado. Se sentía bien pensar que alguien te esperaba en casa.
***
-¿Qué demonios estás haciendo? - Jonghyun me encontró acostado frente la puerta del apartamento. Ya era de madrugada, bueno, los bares son cerrados en la madrugada, así que era lógico que llegara a esa hora.
-Buscaba un buen lugar para dormir.- Me giré en el piso y el pasó pisándome.
-Eres un torpe.- Se dirigió hacia la nevera y yo estiré mis brazos -¿Y esto? – Tomó la botella desechable de té que había comprado en la tarde.
-Es tuyo – se senté cruzando las piernas – es lo que tomas por lo general.- Me lanzó una mirada y lo abrió para tomarlo.
-¿Qué vamos a cenar? – Pregunté tocando mi estómago, ya deseaba comer.
-¿No has comido?-
-Estábamos esperándote- Miró curioso alrededor.
-¿Estábamos…? Ah es cierto, ese chico. Se me olvida que existe – Miré a Taemin darle un puntapié al bajito - ¡Au!- Me vio riendo y tomó la botella vacía y me la lanzó.
-¿Yo qué? -Pregunté sobando mi frente.
-A ti si te veo.- Hice un puchero y vi al chico girar para que no lo viese. – Cenen lo que gusten – me lanzó una mirada y luego observó hacia donde veía.
-Yo invito, nos dejaste quedar aquí – me puse de pie. – Creo que hay una tienda abierta las 24 horas cerca.-
-Deberías descansar torpe – me empujó y tomó sus llaves. – Vamos entonces, además de inútil eres un fastidio.-
-¿Te interesa mucho el negocio de tu abuela? – Taemin caminó detrás de nosotros tarareando alegremente.
-Es algo que me obligaron a aprender tonto – golpeó mi espalda. Escuché a Taemin tras de nosotros.
-Taemin dice ¿Qué si es por eso tienes tantos libros? – Miró alrededor.
-Debe tener cuidado con ellos – giro deteniéndonos a todos intentando ver directamente al chico. –A veces tienen cosas poderosas que pueden aprisionar espíritus.-
-¿Tu puedes hacer eso? – Él volvió a avanzar.
-Claro que no idiota, si pudiese no estaría buscando una solución para esto.- Llegamos a la tienda y nos sentamos a comer fideos. Nos observaron raro cuando dejamos la porción extra a mi lado.
-¿Te gusta eso de los chamanes, espíritus y esas cosas? – Volví a preguntar.
-Lo odio – bebió un poco de té.
-¿Entonces por qué buscar a alguien? – Dejó la botella de golpe en la barra con enojo.
-Tengo razones para hacerle ver a esa vieja.- Afirmé comiendo, parecía que Jonghyun quería mostrar un punto.
-Taemin tiene curiosidad por saber a qué se dedica tu abuela.- Mentí, Taemin estaba callado comiendo y me miró algo molesto, solo levanté los hombros sonriendo y el siguió comiendo.
-Es un chamán, arregla cosas del mundo de los espíritus cuando se mezcla con el nuestro. Debe tener conocimientos, habilidades de percepción, entendimiento y tacto con los espíritus.- Bebió el caldo de su sopa y miró alrededor. –Iré por más.- Me quedé pensando y miré a Taemin.
-¿Qué serán habilidades de percepción? – Le pregunté a Taemin que estaba atento bebiendo un chocolate caliente.
-Creo que es poder ver cosas como yo.-
-Yo solo te puedo ver a ti – afirmé ante mi obvia observación – pero…-
-Está ese chico que me pudo ver – Taemin parecía que entendía en lo que pensaba.
-Eres raro cuando hablas con él a solas, todos te miran – observé alrededor cuando Jonghyun volvió recitando estas palabras y no pude evitar sonreír, de verdad era todo un loco. Más ahora que estaba pensando seguir el plan de quién nos dejaba quedarnos en su apartamento.
***
-¿Qué haremos? – El pequeño me preguntó mientras me asomaba desde la esquina hacía el interior de la tienda.
-No lo sé – me recargué en la pared escondiéndome. – Ese chico parece que no quiere tener nada que ver con eso.- Taemin se quedó viendo hacia la tienda donde me había encontrado al chico peculiar de mirada felina.
-Hay algo raro.- Miré hacia donde observaba.
-¿A qué te refieres? –
- Creo que hay algo ahí.- Señaló hacia una callecita junto a la tienda, en ese lugar se guardaba el carrito ambulante donde la agradable señora vendía pollo. Intenté fijar la vista, pero fuese lo que fuese yo no podía ver nada.
-Tampoco lo veo a él, creo que mejor nos marchamos – Taemin afirmó y nos giramos para alejarnos pero luego giró rápido hacia la otra dirección con una mirada alarmante.
-Está gritando – se esfumó deprisa y pude ver el rastro del disperso humo negro cruzando la calle hacía la tienda.
-¡Espera! – Grité y comencé a correr esquivando una bicicleta y luego chocando con un chico alto que me miró confundido. Me disculpé con una sonrisa y seguí corriendo hacia el callejón. Pero cuando llegué no había nada, giré alrededor rascando mi cabeza, pero no estaba. Pasé un rato buscando entre los ladrillos de los muros agachándome para ver al piso, pero no había nada.
Cuando pasó más de una hora me rendí de buscar por mí mismo y me dirigí a la tienda. En el lugar solo estaba la ancianita detrás de la caja.
-Disculpe… - Pensé preguntar por Taemin, pero de seguro ella no podría ayudarme. – Su nieto, digo, el chico qué siempre está aquí… - Hizo un rostro de fastidio.
-Otro de estos muchachitos – se alejó de a caja y comenzó a acomodar cosas – ¿Hasta cuándo mi nieto atraerá chicos raros? –
-¿Atraer? – Pregunté riendo mientras iba ayudando a poner cosas en los estantes sin notarlo.
-Cada semana viene algún chico a preguntar por él.- Dejó de golpe una botella y se giró a la caja.
-Suena popular.-
-¿Popular? – Me miró con confusión. – Enfermo he de decir, tengo el peor nieto de todos.- Sonreí, esa mujer estaba preocupada por el chico, no había dejado de hablar de él.
- ¿Vendrá por aquí? – Pregunté aun acomodando cosas.
-No lo intentes, hay más chicos y más guapos que tú – afirmé sonriendo – solo quería pedirle ayuda, perdí algo.-
-¿Algo? – La anciana inclinó la cabeza y luego aplaudió -¡Vienes por el don de mi pequeño! – Se puso de pie y sacó una caja de abajo del mostrador. –Mi nieto siempre ha tenido algo especial.- Sacó una foto de un pequeño rechoncho con esos ojos felinos. – Lloraba de la nada y hablaba solo así que lo llevé con una psíquica – me pasó otra foto – mi niño tiene un don.- Afirmé sonriendo mientras seguía observando las fotos del pequeño. – Pero… - Soltó un largo suspiro – él odia su don porque lo hace diferente.-
-Ser diferente no es malo – dije a la anciana con alegría.
-De todos modos – comenzó a guardar todo – hoy no vendrá por aquí, está con su madre de compras o algo así.-
-En ese caso tendré que volver luego – tomé mi mochila y me dispuse a salir.
-Espera muchacho – me gire a ver a la anciana que extendía su mano hacia mí con una lata de café en ella. –Toma esto – lo tomé haciendo una reverencia. Y luego se giró a ver su pequeño televisor, salí y comencé a buscar a Taemin de nuevo. Regresé al callejón y estuve varias horas buscando. Pero nunca apareció.
***
-¿Por qué llegas hasta ahora? – Fue la primer pregunta que apareció tan pronto entré al pequeño apartamento que compartíamos.
-No lo encuentro.-
-¿Qué no encuentras? – Jonghyun preguntó tan pronto me dejé caer en el piso derrotado. Había pasado rato sin Taemin, pero no sin saber dónde se había metido.
-Taemin no está- El bajito miró alrededor y luego a mí.
-Mi abuela te dijo que no lo perdieras – me golpeó en la nuca con fuerza, yo no pude moverme ni responder - ¡Vamos! – Tomó sus llaves y se puso junto a la puerta.
-¿A dónde? – Me levanté algo confundido.
-Cenaremos algo torpe y seguiremos buscando, todo lo tengo que hacer yo.- Salió rápido y le seguí, en ese momento no lo sabía, pero estaba por seguirlo a un lugar bastante peligroso.
Re: Derrotando a la bestia
SIGUELOOOOOOOOOOOOOOOOO<3
Lolish yo te seguiré hasta el fin del mundo por tu fic xD okya
Lolish yo te seguiré hasta el fin del mundo por tu fic xD okya
Ontokisshi
Onew
966
Re: Derrotando a la bestia
Hi! lamento haberme desaparecido pero regrese con ganas de leer y me dejaste con mas ganas de leer que antes, estuvieron increíbles los capi... quiero conti :)
k.will
SHINee
105
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