—Minho, si tuvieras la oportunidad de ir a algún lugar, no importa a dónde sea, ¿cuál escogerías?

Preguntó, esperando por una respuesta que le pudiera aclarar qué opción elegir para contestar el cuestionario de su libro de texto. Él pensó que quizá una respuesta por parte de un niño de cinco años podía serle de ayuda para darse una idea, porque después de todo, Minho no sabía mentir.

—Un lugar donde me sienta feliz, Hyung.

—Buena respuesta, eso sería grandioso. A mí... a mí me encantaría conocer Europa.

Se rió por la sencillez de su propia respuesta, a pesar de que aquel pequeño no entendía la razón de su sonrisa.

— ¿Y ahí crees que sea un lugar alegre?

No le quedó más remedio que preguntar, pero el mayor se extrañó ante esta cuestión.

— ¿Eh? Pues... supongo, ¿por qué lo preguntas?

—Porque cuando te vayas, me gustaría acompañarte.

—Oh, ya veo, ya entiendo, pequeño... —Acarició su cabello mientras reía, para después regresar a su libro de texto, y volver a pensar en qué responder—. Si esa fuera mi respuesta, entonces no importaría el lugar, ¿sabes por qué? —El niño miró a su Hyung, y negó con la cabeza, causándole otra tierna sonrisa—. Porque ahora mismo me siento contento contigo.

El pequeño sonrió también, mucha felicidad se había desbordado dentro de su pecho son sólo escuchar esas palabras.

—Gracias Hyung, eres el mejor.

Le dijo con sinceridad. Él mayor le sonrió.

—Tú también lo eres, Minho.