Uno, dos, tres... Uno, dos, tres... El ritmo de la música hacía que el cuerpo de Victoria se moviese con precisión a cada segundo. Conocía la coreografía a la perfección a pesar de haber comenzado a ensayar hacía un par de días, y la representaba como una verdadera artista en el escenario.

Porque era una trainee. Lo había sido desde hacía cinco años, casi seis. Había comenzado cuando apenas era una pequeña niña con talento y poca técnica. Sin embargo, una vez entrando a la Academia de SM, después de un difícil casting, se había convertido en una artista completa, dispuesta a debutar en cualquier momento.

Aunque aún la SM Entertainment no la hubiese incluido en ningún grupo todavía.
Victoria frunció el ceño un segundo antes de que acabase de bailar. Se encontraba en el mismo estudio de baile que la había visto crecer desde el primer día, aquel mismo que la había acogido durante horas y horas de ensayo, las cuales incrementaban al tiempo que se apasionaba más y más.

Pero ya no se sentía tan bien como los primeros años. A veces se preguntaba si realmente algún día brillaría, si compartiría el escenario con algún grupo y finalmente se daría a conocer con lo que más soñaba en el mundo.

Victoria suspiró.

Sudaba a chorros después de tres horas de entrenamiento. Normalmente solo era una hora de clase obligatoria, pero nadie molestaba a Victoria si se quedaba un tiempo más, sobre todo si ya nadie ocupaba el espacio. Tomó sus cosas guardadas en la mochila verde que llevaba siempre colgada de un hombro y se dirigió hacia las duchas.

Pensando en cosas triviales, Victoria tropezó con alguien quien parecía ser igual de distraído que ella. La mochila se deslizó de su brazo y salió volando por los aires, para su mala suerte, pues terminó rasgada por una barda de protección que estaba constituida por barrotes de punta picuda, desgarrándola y haciendo que sus cosas cayeran al suelo.

—¡Aw! —la voz del chico parecía sorprendida más que molesta, aunque ella se sintió realmente culpable.

—¡Lo siento! —se apresuró a decir Victoria, sintiéndose tonta una vez más por su acento extraño, comenzando a incorporarse e inclinando su cabeza con torpeza—. De verdad no te vi...

El chico que tenía frente a él ya se había parado por completo y tenía una sonrisa dibujada en el rostro mientras le tendía una mano a Victoria, quien terminó de levantarse sin dejar de pedir disculpas.

—No te preocupes —dijo con amabilidad, señalando las cosas esparcidas en el suelo—. Te ayudaré

Victoria enmudeció cuando el chico comenzaba a recoger las dos libretas que había en su mochila y tomando el anillo de plata del suelo que tanto apreciaba la chica. Cuando se giró para verla, Victoria ya había cerrado su boca de la sorpresa.

Y es que él era toda una sorpresa. Alto y con rasgos masculinos que se extendían en todo su rostro, denotando una madurez en sus ojos rasgados, aunque su sonrisa era pícara y a ambos lados había hoyuelos que lo hacían irresistible.

Y ella sabía de quién se trataba.

Se llamaba Kim Dak-Ho y era el hijo del presidente de la SM Entertainment, el cual había entrado a la misma casi al mismo tiempo que Victoria, aunque jamás habían cruzado media palabra entre sí. Era demasiado extraño tenerlo frente a ella, con sus libretas en la mano y hojeándolas como si fuesen suyas.

—¿Escribes canciones? —preguntó mientras pasaba las hojas y se detenía en una que le había llamado la atención—. Nada mal

—Es privado —susurró Victoria, sonrojada y tendiendo la mano—. Dak-Ho Oppa...

Él arqueó las cejas pero le tendió sus cosas. Sonrió una vez más cuando Victoria observó hacia otro lado, y se encontró con la mirada de dos curiosas que veían con interés a Dak-Ho... Quizá de su club de admiradoras.

—Me han pedido que te mande llamar con mi padre —soltó él—. Te iba a buscar en la sala de baile, pero creo que tendrás que darte una ducha antes de acudir a él. Habrá una junta con más trainees más en la Sala Principal en media hora...

Ella soltó un grito ahogado. Siempre que llamaban a una junta quería decir que la empresa había tomado una decisión. Quizá aquella llamada era todo cuanto Victoria anhelaba.

Apresurada, Victoria inclinó la cabeza ante su Oppa y balbuceó un poco antes de correr hacia su dormitorio, para tomarse una ducha acelerada. Se entretuvo un poco arreglándose un poco más de lo normal y tomando un aspecto serio pero relajado y, finalmente, se acercó a la Sala Principal, donde ya había otras tres chicas sentadas en sillas de cuero.

Victoria las conocía. Grecia, Destiny y Katrina. Las tres tampoco eran coreanas como ella misma, y habían sido aceptadas por la SM por el simple hecho de que su talento era demasiado bueno como para desperdiciarlo, sin importar siquiera el origen de las chicas.

—Hola —saludó ella, relajada. Tomó un asiento entre Grecia y Katrina. Las tres le devolvieron el saludo relajadas y sonrientes.

Grecia, al igual que Victoria, provenía de México. Ambas habían crecido juntas y siempre se habían apoyado, sobre todo cuando Grecia entró, un par de años después a la academia. Tenía la piel morena y talle fino. Era una chica común y corriente si la veían de lejos, pero una vez que cantaba, el ambiente cambiaba alrededor. Y también era muy lista, a decir verdad, pues era la única que no había bajado sus notas escolares una vez entrando a la academia. La mayoría lo hacía debido a que se dedicaba al cien por ciento en sus clases artísticas, aunque aquello no la había detenido.

Sin embargo, Victoria apenas tenía contacto con Destiny, quien provenía de Inglaterra y siempre se le veía en los jardines, practicando violín y cantando dulces melodías, aunque siempre parecía encontrarse en su propio mundo. Tenía unos ojos azules tan profundos que, al reflejarse cualquier persona en ellos, parecía que uno veía el cielo.

Katrina, una chica española, era quizá la más popular de la academia. No era la típica chica popular que era molesta y quieres romperle la cara, si no que era la más popular debido a que siempre se preocupaba por los demás; era como una madre para la mayoría de las trainees.

—¿Qué crees que sea? —preguntó Grecia, sin contenerse—. ¿Crees...? ¡Oh! ¿Crees que sea la llamada a un grupo?

Katrina sonrió al tiempo que entraba otras dos chicas, Alice e Irene. No eran hermanas de verdad, pero eran tan unidas que así les decían. Alice era de Irlanda y tenía un acento tan inconfundible que era posible distinguirlo entre cientos de personas. Irene, en cambio, era Argentina y su cabello dorado relucía entre las multitudes. Siempre juntas, como gemelas.

Casi al tiempo entró el presidente de la SM junto con un par de maestros de la academia. Era Lee Yoon y Kim Sun-Gi, el coreógrafo y maestro vocal de la clase de Victoria. Ambos se sentaron en las tres sillas de la derecha y la junta comenzó.

—Después de tanto tiempo de meditar y de realizar un casting interno en la academia, hemos decidido formar otro grupo femenino, que junto con f(x) y SNSD, formarán parte de la cara de SM Entertainment.

El presidente comenzó a hablar acerca de las propuestas y del largo proceso de selección que había dado comienzo entre los profesores, tomando nota de los estilos y diferentes facultades artísticas de cada una.

—Éste grupo de K-pop será el más diferente sobre todos los demás, ya que ninguna es coreana. Será el primer grupo multicultural. Así pues, nuestros analistas han decidido utilizar un nombre que signifique algo nuevo, un nombre que pueda representarlas con una sola palabra. “Olympic”. Nosotros habremos de ver el éxito del grupo para entonces cambiarlo un poco e incluir un grupo masculino que será su complemento. “Olympic” significará para las personas escuchar música digna de dioses, música del mismo Olimpo. Así pues, todas tendrán nombres artísticos...

Dicho eso, pasó a cada una carpeta, que contenía gráficos sobre nuestro estilo de música y ropa, además de nuestro propio nombre artístico.

“Hera” decía la de Victoria. “Bailarina Líder, Vocalista, Maknae”

Estar a un par de semanas de debutar era grandioso. Victoria podía sentir esa sensación mientras practicaba pasos de baile nuevos, tan rítmicos como su propia canción. “Olympic” había comenzado a difundirse como un rumor, e incluso había personas expectantes por su debut.

Era el último ensayo antes de grabar el video. La canción se llamaba “Down” y estaba completamente en inglés, lo cual también era una novedad en un grupo novato. Ninguna era coreana y habían aprendido el idioma con tanto esfuerzo, aunque aún no lo dominaban del todo, con excepción de Grecia, quien lo estudiaba arduamente cada día.

Grecia o “Atena” como era su nombre artístico. Victoria se estaba acostumbrando poco a poco a su nuevo nombre, “Hera”, lo cual era un poco molesto a veces, pues escuchar otro nombre no la hacía reaccionar tan deprisa pero, seguramente, pronto se acostumbraría.

—Les ha quedado perfecto —había dicho el coreógrafo una vez que terminaron el ensayo—. Ahora vayan por el vestuario y las veré aquí en veinte minutos.

La pose final del baile se deshizo en pocos segundos. Algunas comenzaron a estirarse mientras se dirigían con los encargados del vestuario, bromeando. Victoria se sentía en las nubes mientras tomaba con cuidado el vestido que ella tendría que ponerse y se dirigía a los vestidores.

Sintió la tela rozar su piel desnuda en cuanto se lo colocó con sumo cuidado, admirando cada detalle del vestuario. Salió del vestidor para acercarse a un espejo de cuerpo completo y ver como le quedaba. No era tan largo como había esperado, lo cual era un alivio, pues Victoria temía arruinarlo mientras bailaba. Mientras lo veía, comenzó a reír de gozo, cubriendo su boca con las manos. ¡Realmente iba a debutar!

Tan ensimismada estaba en sus pensamientos, que no se percató que alguien la miraba desde lejos, con interés.




—¿Taemin? —la voz de Minho lo llevó a la realidad—. ¿Porqué estás tan distraído?

Taemin se encogió de hombros. Ambos vestían atuendos complementarios a las chicas del nuevo grupo de SM. Él había estado observando a la que sería su compañera, desde que los ensayos habían comenzado y, a decir verdad, no podía quitar sus ojos de ella.
Pero aquello no se lo iba a decir a nadie, por supuesto. A Taemin casi no le gustaba hablar de atracción hacia las chicas, puesto que no sabía como actuar en situaciones así. Sin embargo, aquella risa...

Sacudió la cabeza un par de veces mientras volvía a tomar un trago de agua. ¿Qué era lo que pasaba? ¿Es que acaso no había nada más que ver que los suaves rasgos de aquella extranjera? ¿Porqué tenía tanto interés en sus labios, carnosos y deseaba...? ¿Qué era lo que deseaba?

Demasiadas preguntas en su cabeza. Taemin quería apartarla de su mente, aunque hacía unas horas la había conocido, ya parecía ser dueña entera de su cabeza, sin ni siquiera dirigirle una palabra. Aquello lo volvía loco.

Minho y Jonghyun platicaban animadamente a ambos lados suyos, sin prestar mucha atención al maknae. Ellos, Leetuck, Eunhyuk y Key eran las estrellas invitadas en el MV de las novatas de SM. Habían ensayado un par de veces la coreografía, aunque nunca había sido con ellas, pues ellos siempre estaban ocupados en los tiempos que ellas ensayaban, pero eran lo suficientemente profesionales como para hacerlo a la primera con nuevas bailarinas. Ellas también debían serlo.

Dado el hecho que no habían ensayado juntos, solo los chicos sabían que bailarían con ellas. “Olympic” no sabía nada sobre las estrellas invitadas al MV; eran su sorpresa. Así que las habían visto de lejos ensayar aquel día y desde entonces Taemin no pudo dejar de verla.

Taemin volvió a observar a la chica. “Hera” era su nombre artístico. Sin embargo, tenía gran curiosidad por saber su nombre verdadero, pues la empresa había mantenido los nombres originales en secreto, para que así todos les llamaran así y las chicas se fuesen acostumbrando. Él hizo una mueca. Recordaba que no había sido gran cosa para Key y Onew ser llamados de otra manera. Eran nombres que ellos habían elegido, aunque para ellas no era el caso. Pensó que quizá alguna habría preferido mantener su verdadero nombre, como él.




—Mira, Victoria —Grecia le hablaba en español mientras mostraba su vestido vaporoso color verde—. ¿A que es precioso? ¡El tuyo es divino!

Victoria rió más. Sin duda el nerviosismo se estaba apoderando de ella, pero tenía que controlarlo poco a poco. Todavía no daban una presentación en vivo y sentía que las palmas de sus manos comenzaban a sudarle.

—¿Nerviosas? —inquirió Irene, sonriendo ante el sonido de su lengua materna. Se acercó junto a Katrina—. Quizá deberíamos proponer más adelante una canción en español. Somos más las que lo hablamos. Destiny y Alice tienen suerte.

Grecia asintió entusiasmada. Victoria sentía un hueco en el estómago al ver a Lee Yoon acercarse a ellas, pues significaba que todo estaba listo, que comenzarían su primer MV en pocos instantes.

—Tengo un buen presentimiento —les dijo mientras las llevaba hacia el centro del set—. Además, las estrellas invitadas a su video harán maravillas. Serán muy populares.

Victoria se preguntó vagamente a qué se refería. Sabía que habría alguien de SM en el video, y que bailaría con una de ellas gran parte de la canción, la cual habían ensayado con bailarines invisibles o, en caso de que alguna estuviese muy perdida, con el propio coreógrafo.

Sin embargo, al entrar en posición inicial y ver que se acercaban varias personas, su corazón dio un vuelco.

Las seis estrellas entraron haciendo que las chicas marcaran gritos ahogados. ¡Harían su video con integrantes de SHINee y Super Junior! Cada quien se acercó a Lee Yoon mientras éste les explicaba alguna cosa que Victoria no pudo captar. Se sentía tan sorprendida al ver a parte de las grandes estrellas de la SM frente a ella.

Victoria apenas reaccionó cuando Minho y Key se pararon al lado de Grecia y Destiny, respectivamente. Escuchó claramente a su coreógrafo indicarle a Leetuck ponerse junto a Katrina. Eran complementos, ambos líderes.

Esperó pacientemente cuando Eunhyuk se juntó a Irene. Jonghyun se acercó a Alice y, finalmente, Taemin se colocó al lado de Victoria.

Victoria sentía que su corazón palpitaba más rápido de lo normal al verle de cerca. Era cierto que no debió parecerle extraño si los habían juntado, sobre todo por la pareja que formaban Leetuck y Katrina. Ambos eran maknaes y los líderes de baile de su grupo.

Taemin le sonrió. Victoria pudo observar el brillo en sus ojos rasgados cuando la observó. Sin embargo, no pudo apreciar como quería al maknae de SHINee, pues la música comenzó a sonar y fue aquello lo que hizo que comenzara a moverse automáticamente.

Down, Down, Down
When you’re not here
I feel...
Down, Down, Down

Taemin bailaba increíble. Victoria no podía pensar en otra cosa que él era el mejor bailarín que había conocido, que había tenido por pareja. Ambos se movían en una sincronía espectacular. Victoria sentía que eran solo ellos dos y que no había nadie más a su alrededor. Sentía sus manos electrocutar cada parte de su ser en cada pequeño roce, haciéndola corresponder a su movimiento con otro complementario.

Look inside your heart, boy
You know it’s true
I’m falling in love with you
I just feel down
When you ignore me

Para Minho las cosas se ponían difíciles. La coreografía era estupenda, pero no podía dejarse sentir intimidado cuando “Atena” cantaba. Había algo en su voz y en sus ojos, que lo atraían tanto... ¿Qué demonios era eso?

Don’t, Don’t, Don’t
Look my eyes
This is love
Make me feel
Down, Down, Down
When I know you feel the same

“Deméter” Era el nombre de aquella chica que bailaba junto a Key. Era simple y pura. Su voz sonaba como el mismo canto de los ángeles y los pasos de baile se complementaban a los de él con tanta precisión, que parecían hechos el uno para el otro. Key lo supo en un instante porque era un romántico. Había una atracción.




Cuando la música terminó, el set entero estalló en aplausos. Se realizaron unas cuantas repeticiones que fueron tan buenas como la primera. Había un gran ambiente en el lugar, pensó Alice, acariciando la tela de su vestido rosa cuando terminaron por fin.

—Eso ha sido bueno, “Afrodite” —comentó Jonghyun, su pareja de baile. Alice le sonrió coquetamente, guiñándole un ojo y se marchó en dirección a Katrina, dejándolo completamente desconcertado—. Chicas...




Victoria sonrió hacia Taemin, quien abrió la boca para decirle algo, pero Jonghyun se acercó a ellos, con gesto malhumorado, comenzando a hablar sobre la extraña naturaleza de las chicas.

Taemin escuchó ausentemente. Solo tenía ojos para “Hera”, pensando en la extrema suavidad de su piel y las ganas que tenía de volver a bailar con ella. La chica simplemente miró a Jonghyun y Taemin, cuando Grecia la tiró del brazo y le susurraba cosas en español al oído, cosas que el chico no comprendía y que, al escuchar a “Hera” pronunciar algo en el mismo idioma, quería aprender.

—¡Espera! —Taemin fue apresado por la mano de Jonghyun, lo que molestó al maknae. No quería que ella se marchara.

—¿Qué ocurre? Tiene que terminar las tomas individuales... —Jonghyun miró detenidamente a Taemin—. ¿Qué es lo que te ocurre? ¿Porqué la miras así? Taemin... ¿Te gusta?

—Es una tontería —dijo, pero las mejillas del maknae se encendieron pronto, así que decidió confesar—. Un poco

—¡Minho! ¡Minho! ¡Nuestro Taeminnie se ha enamorado!

Taemin quería taparle la boca. Lo había gritado y algunas personas del set se habían vuelto al chico, rojo como un tomate. Minho había mantenido una conversación con Leetuck, y Key. Al escucharlo, Key corrió a ellos, riendo.

—¿Porqué bromeas, hyung?

—No lo hago, a Taeminnie le gusta... —el aludido logró taparle la boca con una mano, deseando no encontrarse ahí.

—Por favor, hyung...

—De acuerdo —susurró cuando se deshizo de la mano de Taemin—. Lo diré en voz baja. A Taemin le gusta “Hera”.

Key rió. Minho había llegado de mala gana y arqueó una ceja. En aquellos precisos momentos, los cuatro se giraron al escuchar “¡Acción!” de la boca del director del MV. Haciendo su parte en solitario, “Hera” cantaba. Taemin sonrió y supo que aquello que Jonghyun había dicho se quedaba corto. Se había enamorado de una chica a la que apenas conocía.

Katrina caminaba por las calles después de un largo día de grabaciones y ensayos. Había preferido dar un paseo en vez de marchar con las demás al departamento en el que vivían con su manager, Kim Lia.

Había demasiada gente a su alrededor. Mucha más que en España, claro. Extrañaba horrores a su familia y, a veces deseaba volver, dejándolo todo atrás. Después recordaba que sus padres habían trabajado mucho para enviarla a Corea y mantener los gastos de la academia. Entonces sabía que debía trabajar más duro y triunfar.

Pero a veces necesitaba estar sola.

Era la mayor del grupo, la líder. Debía mantener la calma y ser como la hermana mayor de aquellas chicas. No se le daba del todo mal, pues tenía un instinto maternal que se notaba a leguas, pero no sabía si cumpliría con las expectativas, después de todo. Katrina era una persona demasiado perfeccionista y dura consigo misma.

Después de andar por un buen rato sin rumbo fijo, la chica pensó que era hora de comer algo. Su estómago comenzaba a rugir por algo de comida y el primer local que encontró fue uno de pollo, al centro de la ciudad.

Había gente dentro, pero había mesas vacías. Katrina pidió algo de pollo con ensalada en el mostrador y se sentó en una mesa solitaria, frente a la de un chico que comía una cubeta de pollo entera. Tenía el cabello castaño cayéndole en su frente y una sonrisa angelical se le dibujaba en los labios, llenos de comida.

—Aquí está lo que ordenó —un mesero le había llevado el pedido a la chica, que se preguntó mentalmente cuanto tiempo había estado viendo al chico, que casi terminaba de comer. Asintió, tomando sus cubiertos y sin poder cerrar su boca, de sorpresa.

Por un momento, él se detuvo. Observó hacia todos lados, como si sospechara que alguien estuviese viendo en su dirección y, efectivamente, se encontró con la mirada de Katrina, quien tuvo tiempo de cambiar su expresión a una indiferente pero curiosa... y sin la boca abierta.

El chico sonrió, como si la reconociera. Tomó su comida y se cambió a la misma mesa que Katrina, frente a ella. La imagen era realmente tierna. Onew, líder de SHINee, con una pierna mordida en la mano y abrazando la cubeta de pollo con su otro brazo.

—“Hestía” —saludó él, dejando la cubeta en la mesa.

Katrina parpadeó varias veces hasta reaccionar. Claro que Onew la conocía, los demás miembros habrían tenido una foto de “Olympic” antes que nadie, sobre todo para reconocerlas mientras hacían el video. Onew debió haber visto las fotos.

—Onew —ella sonrió mientras comenzaba con su ensalada, sin entender cómo era que sus mejillas comenzaban a sonrojarse levemente. Intentó evitar contacto de miradas entre ellos y así no avergonzarse más de lo que ya estaba.

—¿Cómo les ha ido con la grabación? —preguntó Onew después de un rato de silencio, en el cual solo se escuchaban los cubiertos y las mordidas que el líder daba a sus piezas de pollo. Cuando Katrina observó hacia él, notó que ya había terminado de comer y en aquellos momentos se limpiaba la cara y los largos dedos con una servilleta.

“Sus manos son lindas” pensó. Por un momento, se preguntó cuál sería su tacto, aunque lo suponía suave como la seda. Tenía tantas ganas de tomar su mano y averiguarlo...

—Bien —dijo, volviendo a la realidad y girando la cabeza hacia otro lado—. Leetuck es un gran bailarín.

Onew no contestó. Katrina comenzó a decirle sobre los otros miembros de SHINee, y elogiarlos por sus buenas dotes artísticas. Por alguna razón se había dado cuenta de que a Onew le había disgustado completamente aquel comentario.

—“Hestía” —volvió a decir, interrumpiéndola—. ¿Porqué no eres “Hera”? Se supone que era la reina de los dioses del Olimpo, ¿no? Eres la líder.

—“Hestía”... Diosa del fuego y calor que da a los hogares. Quizá los de la SM se dieron cuenta de que mi personalidad no iba a ser compatible con “Hera” a Victoria le queda mucho mejor. Es probable que ella hubiese sido mejor líder que yo. Simplemente no sé que hacer.

—“Hera” se llama Victoria... ¿Cuál es tu verdadero nombre? —preguntó él, observándola a los ojos.

—Nos han dicho que no revelemos nuestros verdaderos nombre —tartamudeó ella, poniéndose nerviosa y sintiéndose torpe.

—Descuida, guardaré tu secreto —la mano de Onew se acercó lentamente a la de ella, aunque pareció pensarlo mejor después de dos segundos, retirándola violentamente—. Solo quiero saber tu nombre

El silencio los invadió un largo tiempo. ¿Realmente quería saberlo? ¿Le importaba, acaso? Pensaba ella.

—Quizá... es tiempo de marcharme —Katrina observó su plato recién vacío y llamó al mesero, pidiendo la cuenta. Onew también la pidió.

Cuando el mesero llegó, el chico pagó ambas cuentas. Aquello hizo que Katrina se sorprendiera y le reclamara un poco, pues no estaba acostumbrada a que un chico le pagase comida... Era como si hubiesen estado en una cita, o algo por el estilo. Quizá no se habría molestado de haber sido un amigo, pero apenas y conocía a Onew...

—Tranquila, soy un caballero —dijo seriamente—. Y será mejor que te acompañe a casa. Se está haciendo tarde y no es un lugar adecuado para que una mujer ande sola... Sobre todo una tan guapa.

Onew le guiñó el ojo a Katrina, quien se sonrojó de nuevo y aceptó su propuesta, todavía incómoda.

Caminaron ya que el edificio no se encontraba lejos. Quedaba a pocas cuadras del edificio donde vivían los miembros de SHINee. Hablaron poco y mantenían una distancia que molestaba a Katrina. Onew miraba al suelo todo el tiempo, mostrando un interés nulo en ella.

La chica llegó a suspirar cuando la corta conversación sobre su primer single había terminado, sentía que Onew simplemente la trataba así porque había una conexión muy escasa entre ellos o porque sentía curiosidad sobre el nuevo grupo. Pero, quizá, cuando se encontraran de nuevo, no volvería a hablar como habían hecho momentos atrás, con tanta informalidad.

Y eso era un punto que Katrina odiaba de Corea. La formalidad era algo realmente importante, si olvidabas inclinarte o saludar con respeto a los mayores, entonces te veías en problemas. Tampoco era bien visto besarse en público. Katrina no estaba acostumbrada a tantas cosas diferentes a su cultura, era como si hubiese llegado a otro planeta.




Onew no podía saber hacia donde iban los pensamientos de Katrina. La comprendía en cierto modo porque él también era un líder y la mayor parte del tiempo no se sentía merecedor del título.

Sin embargo también le había dejado hablar con informalidad, misma que él también había procurado en su conversación, lo cual no era propio de él mismo. Onew se preguntaba porqué la había dejado hacerlo. ¿Qué era ella para él?

Caminaban juntos. Cada vez se acercaban más. El chico podía apreciar los finos rasgos extranjeros que la caracterizaban. Estaban tan cerca que podía oler el delicioso aroma que producía su cabello, dándole la tentación de olerlo y enroscar un dedo en un mechón pelirrojo y rizado. ¿Le empezaba a gustar una chica que ni siquiera le quería dar su nombre?

Intentó ignorarla. Por todos los medios. Empezó a dar respuestas secas a cada comentario que ella hacía, a poner muecas cada vez que ella le observaba y a ignorarla cuando intentaba hacer contacto visual con él. Onew no podía enamorarse. Simplemente no podía. No tenía tiempo ni ganas de que alguien pudiese tener el poder de romperlo en mil pedazos.

Las canciones que él cantaba con el alma eran sobre el amor, pero aquello era algo que el líder no podía permitirse. No debía distraerse con algo que quizá no fuese seguro, algo que pudiese ser un capricho y nada más.




Llegaron a casa pocos minutos después. Onew la acompañó hasta la puerta de su departamento. Katrina tomó las llaves dentro de su bolsa de mano. A punto de introducirlas a la cerradura, ella se volvió.

El chico ya estaba a mitad de pasillo, directo hacia el elevador cuando ella tomó una decisión y lo llamó.

Onew se volteó lentamente. Ella caminó hacia él con decisión, llegando a estar frente a frente a pocos centímetros de él.

—Katrina —musitó, mirando sus ojos rasgados, que en aquellos momentos le parecieron los más hermosos en el mundo—. Mi nombre es Katrina.

Él parpadeó varias veces. Parecía indeciso cuando acarició la mejilla de ella, como si en realidad no quisiera hacerlo. Sin embargo se inclinó hacia ella, sonriendo levemente.

—Es un nombre precioso

Katrina esperaba que Onew la besara por el modo en que se había acercado a ella. Sabía que, si se acercaba más, debía rechazarlo. Lo haría cualquier chica decente que hubiese conocido a un chico por un día, unas horas a lo mucho. Sin embargo, lo deseaba tanto... Deseaba sentir sus labios posados en los de ella, sentir su aliento acariciando su garganta. Deseaba...

El ruido del elevador los devolvió a la realidad. Katrina observó impotente, como Onew se alejaba y sacudía la cabeza con vehemencia, como si no se hubiese dado cuenta de sus actos. Aquello la desilusionó por completo.

Cuando las puertas del elevador se abrieron, Katrina se encontró con los grandes ojos cafés de Victoria, iluminados y sonriéndole a su acompañante. Parecía realmente feliz de estar al lado de Taemin, quien solo tenía ojos para Victoria.

—Quizá debamos ir nuevamente —dijo él—. Me he divertido mucho

—También yo —ambos salieron del elevador, aún sin darse cuenta de la presencia de Onew y Katrina—. Podríamos ir al lugar que mencionaste hace rato...

—¿Eso sería una cita?

Victoria se detuvo bruscamente. Se había puesto roja al notar la presencia de Onew y Katrina. La chica miró al líder, quien no parecía aguantarse la risa. Se preguntó porqué tenía aquel comportamiento tan extraño.

—¿Lo sería, Vic... “Hera”? —preguntó Onew—. Lo siento, no me he presentado...

—De verdad no tienes que hacerlo —Victoria sonrió incómoda y viendo en dirección a Katrina—. Jinki.

—¿Porqué...? Lo siento, no debí hacerlo. Pero, ¿Qué no has salido hoy con Taemin? ¿Cómo es que no sabe tu nombre?

—Nosotros... no.... hemos... salido... —musitó Victoria—. ¿Acaso sabes tú el de “Hestía”?

—Lo se —Onew rió—. Creo que ustedes deberían relajarse un poco. Cuando la compañía dice que no quiere que no digan sus nombres, no quiere decir que lo tengan que ocultar a todo mundo. Solo piensen en nosotros como si fuésemos sus amigos. Recuerden que vivimos en la SM Town.

Onew tomó de improviso la mano de Katrina y la llevó frente a la puerta del departamento. Ella la abrió y entró, confusa.

—Deja que se despidan —musitó mientras cerraba la puerta y volvía a mirarla, dándose cuenta de que Katrina era la chica más hermosa que había conocido en toda su vida.

Onew simplemente suspiró. Estaba perdido.

—Entonces, ¿Nos veremos luego? —Taemin estaba triste, muy triste. Su expresión le rompía el corazón a Victoria, quien, sin aguantar el impulso, le echó los brazos al cuello.

—Taemin —susurró ella en su oído. ¿Quién iba a pensar que se encontraría tan cerca del chico al cual había admirado desde siempre?. Había visto a Taemin desde su debut en el grupo, y por ello se había decidido a seguir aquel camino y rechazar una gran beca a una prestigiosa escuela de Estados Unidos. Había aceptado la de SM.

El chico no pronunció una sola palabra. Ella pensó por un momento que la apartaría y la vería como si estuviese loca. En cambio la estrechó con más fuerza.

—Me gustas —dijo él—. Mucho. Nunca había sentido esto por alguien

—¿Cómo es posible? Nos hemos conocido hace poco tiempo...

—Solo lo sé —Taemin se separó de ella. Victoria se sintió decepcionada—. ¿Quiéres salir conmigo?

—Si, pero creo que debemos comenzar de nuevo —ella sonrió y le tendió la mano—. Soy Victoria.

—Taemin —el la volvió a abrazar cuando Onew salió del departamento. Entonces Victoria se separó nuevamente e hizo una reverencia a ambos mientras iba hacia la puerta.

—¡Nos vemos luego, Taemin!




—¡Demos lo mejor de nosotras! —exclamó Katrina, mientras las chicas formaban un círculo, abrazadas—. ¡Seamos las mejores!

Victoria sonrió. Sus piernas le temblaban mientras el círculo se deshacía y tomaba la mano de Taemin. Al ser su primera presentación, los mismos chicos que habían estado en el video, presentarían la canción con ellas. Aquello le daba fuerzas a Victoria, pues Taemin se había convertido en un gran amigo para ella.

Habían salido un par de veces desde que ocurrió su encuentro en el pasillo. Habían ido a un parque de diversiones y a un zoológico. Lo tuvieron que hacer disfrazados, pues Taemin era muy popular y reconocido; las fans no lo hubiesen dejado en paz de haberlo reconocido.

Salían. Mientras se colocaban en posiciones, Victoria observó hacia la muchedumbre. Eran muchas personas que lucían expectantes. Todos se volvieron locos cuando vieron a los chicos entrar en posición de igual manera. Victoria intentó mirar directamente a las cámaras para ponerse menos nerviosa, aunque su interior gritaba “Music Bank, realmente estoy aquí”

La música comenzó a sonar. Los movimientos mil veces ensayados salieron a flote. Victoria tenía su propio solo de baile con Taemin. Mientras cantaba y se movía al ritmo, sintió que no era más que otro ensayo en el estudio, dando lo mejor de sí como siempre.

Cuando todo terminó y finalizaron con la pose final, Victoria no lo podía creer. La adrenalina estaba completamente en ella, quería más. Quería cantar y bailar más canciones, y por el grito de la gente, comprendió que su sentimiento era mutuo. Sin embargo se controló, sonrió y se inclinó con los demás ante el público. Después salieron del escenario.

—¡Ha estado increíble! —el mismo director de la SM se encontraba ahí, emocionado—. “Olympic” será un éxito.

Todas se inclinaron. Varias marcharon hacia los vestidores. Victoria quería hablar con Taemin, pero había varios camarógrafos ahí y el la ignoró completamente. Como había sido discreta, Victoria simplemente se marchó de ahí siguiendo a la mayoría. Solo Alice y Katrina se habían quedado viendo las demás presentaciones.

Victoria quería llorar. Taemin se había vuelto otro con cámaras ahí presentes. ¿Qué rayos le pasaba a ese chico?

Los vestidores de “Olympic” se usaron poco tiempo. Las chicas volvieron para ver en vivo las presentaciones que seguían. Solo Victoria quedó ahí.

El sonido de la puerta hizo que sus esperanzas volvieran, que Taemin iba a cruzar la puerta y explicarle su comportamiento. En cambio, vio una cara conocida, pero no la que esperaba.

Tenía rasgos femeninos que lo hacían parecer una chica, aunque su vestimenta era todo lo contrario. Los cabellos rubios, casi blancos, estaban sujetos a lo alto de su cabeza, dejando varios mechones fuera. Los ojos rasgados la miraban fijamente, aunque más cabello tapaba su frente.

Era Ren, de NU’EST.

—Hola —dijo ella, formalmente. Se inclinó un poco—. Soy “Olympic’s” “Hera”

—“NU’EST” Ren. Hola —él le correspondió el saludo—. He visto su presentación. Me ha gustado mucho... y su estilo también.

—Gracias. Face ha sido buena presentación también. —ella sonrió al chico—. Me gusta mucho esa canción.

—Ahora nos podemos declarar fans mutuos —Ren se acercó a Victoria, sentándose a su lado—. Quizá podamos hacer algo juntos alguna vez.

“¿Para que después te conviertas en un idiota como Taemin?” pensó Victoria.

—Quizá... —ella iba a añadir algo, pero las puertas se abrieron y se encontraron a Taemin, Minho y Grecia. Éstos últimos dos hablaban animadamente.

—¿Los interrumpimos? —Taemin observaba a Ren con curiosidad. Victoria pensó que, al ser de diferentes compañías, ellos quizá hubiesen tenido muy poca interacción. Casi nula.

—Claro que no —Ren sonrió a Taemin con educación—. Solo hemos elogiado las canciones del otro. Tenemos mucho en común, ¿no crees? Somos rookies... Y parece que seremos todo un éxito.

Victoria rió. Hablaba de un modo juguetón y de broma, aunque a la vez lo hacía con una seriedad que parecía creérselo. Mientras hablaba jugueteaba con sus manos y no paraba de ver a Victoria.

—Quizá tengan cosas en común —dijo Taemin, fúrico—. Pero yo la he visto primero

Victoria se sonrojó. ¿Qué era lo que decía?

—Se notó —Ren observó a Victoria—. Tanto que la ignoras frente a cámaras. He estado presente para felicitar a las chicas, pero he visto tus groseros modales y he venido con “Hera”.

Taemin frunció el ceño. Minho parecía demasiado enfrascados en la expresión del chico como para hablar. Victoria pensó que quizá nunca lo había visto de aquel modo. Grecia se acercó a Victoria.

—Eso es cierto. ¿Qué te ha pasado, Taemin?

—No podemos ser muy cercanos frente a cámaras —dijo él, finalmente, dirigiendo sus palabras a Victoria pero mirando fijamente a Ren—. ¿Tienes idea de lo que pasaría si supieran que salimos?

—No salimos, Taemin —suspiró ella—, no después de esto. ¿Crees que voy a esconderme para siempre?

El chico no dijo nada. Dio media vuelta y se marchó, molesto. Minho le siguió de cerca. Victoria los vio desaparecer y sintió algo que nunca antes había sentido, un hueco en el corazón, ganas de ir corriendo hacia él y arreglarlo todo. Decirle que quería seguir saliendo con él. Que la perdonara.

—Ren —dijo Grecia después de un rato, tímidamente—. Si nos has querido felicitar... bueno... también me ha gustado su presentación.

—Gracias —otra voz. Minhyun se acercó a ellos—. ¿Qué le ha pasado a Taemin hyung? Está hecho chispas...

Se detuvo en cuanto vio la cara de Victoria.

—Lo siento —se colocó junto a Grecia, que seguía portando su vestido de la presentación—. Te queda muy bien

—Gr... Gracias —Grecia y él comenzaron a hablar sobre el concepto de sus propias canciones y el modo que las habían representado aquel día.

—Siento haberte dado problemas con tu novio —Ren observó a Victoria a los ojos. Los otros dos no se habían dado cuenta, estaban muy enfrascados en su conversación—. No era mi intención.

—Está bien... Y no es mi novio —Victoria le sonrió—, ¿Sabes? Mañana tenemos día libre, aunque en la tarde vamos a presentarnos de nuevo. Podríamos ir a algún lado juntos.

—¿Qué te parece si vamos a algún parque? Paso por ti

—No sabes dónde vivimos...

—Tengo mis métodos —Ren guiñó el ojo a Victoria antes de salir, casi arrastrando a Minhyun.

—Vaya chicos —Grecia estaba sonrojada y veía a Victoria con preocupación—. ¿Cómo estas?

—Mal —Victoria le miró fijamente, hablando en español por si alguien pasaba y quería escuchar su conversación—. ¿Porqué Taemin se comporta de esa manera?

—Quizá tenía miedo de que las Shawols te hagan algo. Quizá su contrato no lo permita

—El nuestro entonces no lo permitiría. Además, Jonghyun tuvo novia alguna vez, ¿no? ¿No crees que Taemin simplemente quería pasar un rato conmigo, sin nada serio? Eso es una posibilidad.

—No lo sé, se veía muy feliz las veces que salieron —Grecia suspiró—. Tampoco yo comprendo muy bien a éstos chicos. Creí que Minho me invitaría a salir un día de éstos, pero ¡Nada!

—Quizá deba decirle a Ren que lleve a Minhyun —Victoria rió—. Parece que ambos tuvieron química

—¡No es cierto! —Grecia comenzó a reír—. A Ren le gustas mucho. He escuchado decírselo a JR...

—¿Es por eso que Taemin ha venido de ese modo? ¿Le ha escuchado?

—No. Minho y yo le escuchamos y hemos ido con Taemin a decírselo. Parecía a punto de estrangular a alguien cuando se dirigía hacia acá —Grecia tomó la cabeza de Victoria y la miró fijamente—. ¿De verdad no son novios? Parecía demasiado celoso...

—No lo hemos sido. Te lo hubiera dicho. Ni novios, ni besos... solo salíamos juntos. No había nada más entre nosotros.

—Chicos —suspiró Grecia, sentándose en el lugar que antes había estado Ren—. ¿Quién les entiende?




Taemin se sentó en uno de los sillones frente a la televisión de plasma. Estaban los cinco chicos ya en su departamento, observando las presentaciones del “Music Bank”. Siempre lo hacían. Ahora pasaban la presentación de “Girl’s Day”.

—Son buenas —comentó Key—. Después sigue NU’EST, ¿no?

—Si... —Minho observó a Taemin, con el control en la mano, esperando que el menor hiciera alguna seña para cambiar el canal en su presentación. Tenía la sensación de que había comenzado a odiar al grupo por un solo integrante... Y él también, a decir verdad, aunque se tratasen de distintos miembros.

El chico no hizo absolutamente nada. Observaron su presentación. Ese chico, Ren, era bueno cantando y bailando, aunque no sabía que rayos había visto Victoria en él.

Victoria... Salió inmediatamente después de la presentación. Estaban en backstage y tomaba la mano de Taemin, sonriéndole. Entonces él se sintió realmente mal. ¿Qué tantas cosas le había dicho por estar enojado?.

—Hacen linda pareja —la voz de Onew sonó un poco molesta al ver a Katrina tomada de la mano de Leetuck—. Taemin y Victoria, quiero decir.

—Sabemos que mueres por Katrina, Onew —Jonghyun parecía de malhumor, aunque no había dicho el porqué—. Y si, creo que se ven bien juntos.

Comenzó la presentación. “Down” había sido excelentemente bien recibida, sobre todo por los chicos. “Afrodite”, la imagen del grupo, era la más asediada.

—Lindo —Onew parecía algo molesto en cuanto terminó.

Pasaron las escenas de ellos volviendo al backstage. Las chicas marchando al vestidor con excepción de “Afrodite”, Katrina y Victoria. Ésta última parecía querer dirigirse a Taemin, pero el chico la pasaba de alto, mirando fijamente hacia otro lado, aunque ella le hubiese llamado. Entonces ella se marchó.

—¿Pero qué...? —Key observó a Taemin—. ¿Porqué lo has hecho? ¿Sabes lo mal que te has visto? ¿Crees que ella seguirá saliendo contigo?

Taemin deseó por un momento que Key omma le hubiera dicho eso antes, cuando la ignoró. En aquellos momentos ya no había remedio de lo que había hecho.

—Lo sé. Creí que... si yo le hacía caso y se daban cuenta de que salimos... Creí que nuestras fans pudiesen afectarle. Jonghyun...

—Definitivamente no. Si realmente quieres a alguien las fans lo notan después de un tiempo. Se dan cuenta de que serás feliz con esa persona. Te dejarán en paz.

Taemin bajó la cabeza. En realidad también tenía miedo. Jamás había estado enamorado de alguien, y sentir que perdía a la única persona a la que había querido con toda su alma, a pesar de conocerla poco tiempo, era realmente doloroso.

—Habla con ella —le sugirió Key—. Por cómo te vez pasó algo realmente feo

—Otro la ha invitado a salir —informó Minho, malhumorado—. Al parecer mañana irán a un parque...

—¿Cómo sabes eso? —Key parecía un poco divertido—, ¿La has espiado por Taemin?

—No... Quería invitar a salir a “Atena” —todos parecían sorprendidos—. Pero ella saldrá con ellos y con Minhyun.

—¿De verdad? —Taemin observó al suelo—. Creí que la invitarías antes. Bueno, quizá no está de más checar que las cosas no vayan muy lejos...

—¿Qué quieres decir?

—¿Recuerdas mi primer cita, en aquel programa de televisión? —esperó a que Minho asintiera—. Ustedes me siguieron para asegurarse de que todo iba bien.

—¿Quieres decir que hay que seguir a los cuatro? —Jonghyun observó a Taemin con sorpresa—. ¿Tanto te importa?

“No te imaginas cuanto” pensó él, sin decir nada.