-Vamos Diva debes apurarte tu acto está por comenzar- decía un viejo regordete mientras acariciaba el rostro del chico que se encontraba dándose los últimos toques de maquillaje frente al espejo

- ya te he dicho que no me llames así- con fastidio contestaba

-no seas irrespetuoso, recuerda que si no te portas bien te puede ir mal Divita-ponía más fuerza sobre el rostro del muchacho

-ya, ya olvídalo- una mueca de dolor

- así es mejor, recuérdalo yo soy el que manda aquí- decía mientras deshacía el agarre y se disponía a marcharse – ah! y no olvides que hoy harás el acto especial con Choi y mas te vale que nada salga mal- advirtió el viejo

- ya sé lo que tengo que hacer- dijo en susurro para sí mismo mientras miraba a través del espejo como se retiraba el viejo.

Ya no recordaba cómo había terminado en ese sitio, solo supo que un día dos hombres lo desviaron de su camino regreso a casa y de pronto se encontraba ahí un lugar espantoso donde un montón de personas acudían comenzada la media noche para divertirse un rato, pero él sabía que no solo iban a eso, esas personas asistían para sentir un poco de emoción al ver como los artistas bonitos del lugar sufrían, si porque ese lugar no era como un circo normal, no era de esos lugares donde las sonrisas eran sinceras, no, aquí el dolor era reprimido y suplantado por sonrisas falsas. Kim KiBum o Key como algunos le decían a esas alturas de su vida había olvidado el significado de la libertad, el andar sin que alguien controlara sus movimientos, él no era dueño de su vida.

-Key ya es tu turno- le avisaba un joven de cabellos rubios

- ya voy Taeminnie- aquel rubio era alguien especial para Key, puesto que ambos entraron a ese lugar el mismo día y no se separaron desde aquello, pocos años menor que él, prácticamente era como un hijo.

-¿todo saldrá bien verdad?- cuestiono el pequeño

- no te preocupes, todo acabara muy rápido-lo abrazo esperando trasmitirle un poco seguridad aunque él mismo estaba nervioso, el acto especial era un tanto peligroso- ya debo salir- se retiro de su camerino.

Su respiración aumentaba de velocidad al tiempo en que caminaba por aquel túnel que lo llevaba a la carpa , siempre era lo mismo cada vez que se encontraba rodeado de esas bancas la muchedumbre hacia un gran revuelto no por nada aquel hombre le decía Diva, Key era la estrella en ese lugar, un muchacho de cabello rubio ondulado con facciones definidas, una mirada felina, piel nívea y con demasiado estilo, la mayoría de los presentes esperaban su acto que como siempre era el mejor realizado pero esta noche sería diferente se estrenaría el acto especial donde Key necesitaba la ayuda de Minho un joven de ojos grandes mirada penetrante, moreno, alto que cuando llego al circo Key llevaba ya un par de años en ese infierno.

-ya debemos entrar- la voz ronca lo hizo volver, a su lado se encontraba el moreno, casi olvidaba que debían entrar juntos y solo asintió en respuesta

-todo saldrá bien ensayamos este acto miles de veces- tomo la mano del mas bajo- no debes preocuparte, confía en mí- y deposito un casto beso sobre los labios del mayor.

Si porque de entre todo lo malo de ese lugar, Key se había enamorado, lo supo mientras veía al alto entrar a la carpa con algunos golpes en el rostro y en ese momento sus miradas se encontraron, fue como lo que solían llamar amor a primera vista.

Las luces en el centro de la carpa y los gritos ensordecedores del público le comunicaban que después de todo el show debía continuar. El acto daba comienzo con música y un baile atrevido de parte de los dos jóvenes, causando algo de conmoción en los presentes que sabían que algo diferente pasaría en el último acto, la música cambio por una más rápida como de persecución mientras el más bajo era colocado contra la firme madera en forma rectangular con brazos y piernas extendidas y sujetadas por una especie de metal, el alto se colocaba frente a él con algunos metros de separación, en cuestión de segundos Key sintió como el primer cuchillo era clavado, vino un segundo, un tercero y de nuevo la muchedumbre se hacía presente con gritos de euforia, Minho podía ver como su novio moría de miedo cada vez que lanzaba un cuchillo pero por fin era tiempo del último lanzamiento, Key sentía su corazón acelerarse y la luces se apagaron seguidas de un grito de dolor que hizo que la audiencia se alarmara y de nuevo las luces se encendieron, más gritos llenos de horror fueron emitidos pero esta vez de parte de los presentes, un cuerpo atravesado por ese último cuchillo se encontraba en el centro de la carpa…

… Sentía la adrenalina en sus venas después de clavar ese último cuchillo salió corriendo del lugar, sabía que era una oportunidad perfecta para escapar de ese infierno que no podía desperdiciar, aun sintiendo pasos detrás suyo siguió con su carrera, paro cuando se vio lo realmente lejos del aquel circo.

-lo logramos- decía el de mirada felina mientras separaba su mano del alto para abrazarlo eufóricamente-somos libres Minho – su felicidad era grande

- lo sé, lo sé – el moreno sentía que su corazón saldría de su pecho de tantas emociones que estaba experimentando. Sus labios se unieron de nuevo para casi devorarse, se amaban y se habían prometido que juntos lograrían salir de aquel lugar, de aquel infierno.

-Hey!! No se olviden que aun seguimos Aquí- decía Taemin esbozando una gran sonrisa, todo había salido como lo planearon, todos los que habían sido obligados a entretener en ese circo lograron huir en ese último acto.

Porque en efecto aquel seria su último acto, y ese último cuchillo no estaba dirigido a Key desde un principio, y ese cuerpo en el centro del circo no era más que el de aquel viejo regordete culpable de todo el sufrimiento vivido por esos artistas bonitos.