“Feliz cumpleaños” es lo que mas deseas escuchar cuando llega ese día, pero, quieres escucharlo de una persona en especial. Si, te alegra el que tu papa que casi no tiene tiempo y se le olvida todo, pero se ha acordado ese día de que es tu cumple años y fue a tu cuarto, te abrazó y te dice que ese el día que naciste fue el mejor de todos. Te alegra que tu mama a pesar de estar atareada en la cocina y aun a si te pregunta si tienes el deseo de comer algo en especial. Te alegra que tus amigos vengan a tu casa sin que tu les hayas dicho y te sorprendan con su grata visita. Pero, aun es mas especial que esa persona te mande un simple mensaje diciéndote un Felicidades, Eres especial o un Este día es el más genial. Eso es lo que pensaba Lee JinKi, u Onew como le decían sus amigos.
El a pesar de ser el mayor de todos sus amigos; ser mayor aun que su novio, el lo pensaba así. El era maduro y siempre veía primeramente por los demás, por lo que, aunque pensara de otra manera siempre veía lo mejor para la otra. Aunque en su interior se estuviera realizando una batalla campal.
Pero como no ponerse nervioso por no saber casi nada de tu novio en casi 2 semanas, apenas habían cruzado palabras en los últimos quince días y ni siquiera había querido salir con el. ¿Será que haya dicho algo malo la última vez que lo vio?


Un joven de cabello largo, negro y lacio se encontraba recargado frente al mostrador de cristal viendo los nuevos modelos de celulares que habían salido. El los miraba abriendo en demasía sus pequeños ojos.

— ¿Comprarás uno? — le preguntó su alto novio.

— No—negó con su cabeza. —No lo necesito.

— ¿No? — el alto soltó la mano del de ojos pequeños

— Tengo uno así que no necesito otro.

— Pero…

— Además… mientras sirva para comunicarme contigo es mas que suficiente.

El chico de los ojos grandes lo miró con desapruebo por lo que el otro intentó cambiar el tema por uno más fácil de llevar.

— MinHo…— se separó del vidrio y tomó delicadamente la mano de su novio. —¿Qué piensas de teñirme el cabello?

— ¿Teñirás tu cabello? — preguntó sin detenerse.

—Bueno… es para la obra. —jugaba con la mano del alto.

—Ah…si, esta bien. — dijo sin interés y volteando hacia atrás.




Si JinKi se había pintado el cabello tres días antes de la obra, no era por que lo hiciera por dicha obra. Si no más bien quería verse bien, quería que él se fijara mas en el. Quería que él le dijera lo hermoso que el era para aquel alto. Se tiño el cabello de un rubio oscuro que le quedaba a la perfección, o eso era lo que le decían sus amigos y familiares que lo habían visto. El alto ese día que lo vio puso cara de asombro al ver su cabello y solo se limitó a decir le que no podía salir con él en ese momento que ya sería otro día.
Desde asía dos semanas ya no había venido a visitarlo y tenía dos días que verdad no lo había visto ni en mensajes de texto. El se preguntaba el por qué de su rechazo, el por que se mostraba tan frio con él. Nunca, pero nunca el alto se había comportado de esa manera con el por lo que este asunto le preocupaba mucho, pero no lo demostraba. El era maduro, no se permitiría sufrir por algo así. Aunque, ya estaba casi muerto por dentro.

—Hijo… — su madre irrumpió en sus pensamientos. — ¿estás bien?
El volteó rápidamente por el susto que le había provocad su madre. —Oh! Si. —intentó sonreír lo más alegre que pudo.

— ¿Estás seguro? — su madre insistió.

—Claro. —sonrió nerviosamente— ¿Por qué preguntas?

—Porque soy tu madre y te conozco perfectamente. —ella le sonrió esta vez, tocando su ondulado cabello rubio.
El solo pudo bajar su mirada junto con su rostro y que los pensamientos que estaban rondando en su mente volvieran nuevamente a desesperarlo. —Yo…

—Eres prudente y maduro. — tomó el rostro del chico y lo levantó para que la mirara a los ojos. —Y creo que esas dos cosas son unas de tus muchas virtudes.

La madre soltó el rostro de su hijo y esta vez tomó suavemente las manos de su menor para apretarlas fuertemente e intentar traspasarle el amor, el cariño; la fortaleza que quería infundirle a su preciado hijo en esos momentos. —Pero, creo que a veces es bueno llorar y pedir explicaciones.
El chico no entendió lo que su madre quería decirle. — ¿llorar? ¿Por qué voy a llorar madre?

—Lee JinKi, te conozco, eres mi hijo; y se perfectamente el porqué del cual estas así. — el chico volví a desviar la mirada y se sintió como si fuera el hombre invisible. ¿Cómo su madre sabia como se sentía en esos momentos? —Es bueno ser maduro, pero también es aburrido y muy desesperante. Tu madures no te permite hacer preguntas y solo dejas que las cosas sigan su rumbo. Sientes, que si haces preguntas parecerás un pequeño niño.

—Me es difícil madre…

La mujer se sentó a su lado en la cama y lo rodeó en un abrazo cálido. —No creo que el propósito de MinHo sea hacerte pasar por esto, pues el conoce como eres. Pero… a veces las cosas pasas por una razón y te quieren enseñar algo.

—Pero mama… — se despegó un poco de ella para poder mirarla. — no quiero ser como esas niñitas empalagosas que están a cada momento intentando saber donde se encuentran. Yo no soy como ellas.

— ¿Pero quisieras hacerlo no? — la madre le sonrió entre risas.

—Yo…—quería gritar que sí, pero como siempre, por el siempre tiraba su orgullo. —Mama, soy más grande que el ¿Cómo me vería haciendo eso?

—Hijo, todas las parejas en algún momento son así. Si no fueran de esa manera entonces no sentarían nada por la otra persona. —el chico intentaba comprender lo que su madre le decía. —Amor, es tan normal.

El joven soltó un gran y largo suspiro, de aquellos de los que te has aguantado sacar en mucho tiempo. —Yo sé que aunque demuestres estar bien por fuera, por dentro estas que no aguantas y quisieras llenarlo de preguntas. —La madre depositó una de sus trabajadas manos en el rostro de su hijo

—Si sigues así, tu corazón también puede romperse.

Aquella madre se levantó no sin antes depositar un dulce beso sobre la frente del joven y de desearle que tuviera dulces sueños. —ah… JinKi. — la madre se detuvo volteándose hacia él. —pero tampoco abuses mucho, tienes razón, esas chiquillas pueden ser muy molestosas — el rió quedamente—A veces es bueno ser un poco maduro, claro… no siempre.



Un nuevo día llegó, y hoy era el día de la obra. Era un día como cualquier otro pero a la vez no tanto y él no sabía el porqué. Estarían sus padres, sus amigos; y sobre todo él. Se lo había prometido, lo había jurado; el dijo Estaré ahí. Así que inmediatamente se levantó tomó su celular y envió un mensaje antes de ir a ducharse.


Ya quiero verte hoy, te quiero.


Después de haber escrito lo mas cursi, para él, se dirigió al baño para tomar una ducha que le ayudara a limpiar esos pensamientos que andaban nadando en su mente y que lo distraían en sobremanera. Que lo preocupaban.
Terminó de ducharse y se vio en el espejo, miraba el nuevo color de su cabello. Miraba su reflejo y se decía a si mismo que no debía preocuparse, que por un momento debía ser un poco mas… normal. Su mama no era la única que le había dicho eso, Key, unos de sus mejores amigos siempre le había dicho que si bien el era muy lindo y gentil con MinHo pero no tenía que ser tan maduro siempre.

Miró aquella agua de tocador con un olor a fresas que su amigo le había regalado y colocó un poco, por no decir mucho, sobre su cuello y pecho. Saló del baño y tomó su ropa para vestirse, miró el reloj de pared y vio que se le estaba haciendo tarde. Terminó de vestirse y antes de salir de su cuarto tomó su celular y lo reviso. Había 2 nuevos mensajes.´

“No podré ir, que salga todo bien.”


¿Qué salga todo bien?, pensó. Él lo había prometido, el se lo prometió. El dijo que iría. Y tan solo así como si fuera cualquier día le estaba diciendo que no iría. Y sobretodo “Que salga todo bien” ¡Madres¡ Desde hace dos semanas nada estaba saliendo bien. Quería contestar el mensaje con un sencillo ¿Por qué no iras?, siempre guardando la madures. Pero recordó que había otro mensaje y lo abrió esperando que fuera una mala broma de MinHo.


“Lo siento pero…”


¡Con una mierda! ¿Pero qué MinHo? ¿Acaso puedes ser tu maduro por un momento y decir las cosas de una sola vez?
Rápidamente salió del mensaje y entró al editor para comenzar a escribir su mensaje. ¿Pero qué le diría? Aunque en su ente sabia a la perfección sus dedos no sabían cómo plasmarlo en las teclas de ese celular. Recordó las palabras de su madre y también recordó que no quería ser como esas niñitas hostigosas.

Frente a su cama y frente a la ventana de su cuarto se debatía entre escribir el mensaje o no. Miraba el cielo mas azul, parecía un día perfecto allá afuera. El celular terminó cayendo al suelo estrepitosamente haciendo que todas sus partes se esparcieran sobre el suelo. Y no era que él lo haya aventado en un arranque de ira, no él era maduro como para hacer algo así. Simplemente sus fuerzas abandonaban su cuerpo e hicieron que su mano fuera aminorando el agarre de su celular haciendo que callera. Y no solo parecía que el celular fuera a caer, parecía que el también. Su mirada se había vuelto muy nublada a causa de las lagrimas que rogaban por salir y ver el maravilloso mundo de un enamorado. Pero el era maduro.

Se dio media vuelta y salió de su habitación bajando las escaleras de su casa de dos pisos. No era rico, pero la carnicería de su padre les daba lo suficiente como para vivir muy cómodamente. Bajó tranquilamente y tomó algunas cosas que iba a necesitar para la obra. Entró a la cocina, vio a su madre e inmediatamente dio la vuelta.

— ¿Ya estás listo? — su madre habló antes de que saliera de ahí.

—Oh si! — se volteó y sonrió. —Los veo allá. —se acercó y beso la mejilla de ella.

Todo lo hizo lo más rápido que pudo y se dirigió a la salida principal, su madre lo seguia por atrás. Colocó sus zapatos y abrió la puerta sin mirar atrás.

—JinKi… — llamó su madre.

En ese momento el sintió ganas de volver a llorar pero nuevamente logró controlar sus pequeños y hermosos ojos. —¿Estás bien cariño?. — el volteó rápido y solo asintió. —Te veo allá.

Cerró rápidamente la puerta y comenzó a caminar para tomar un taxi, realmente se le había hecho tarde y todavía tenía que vestirse para la obra. Subió al taxi y solo, solo espero a que el taxi llegara a la universidad. Si, solo esperó, porque no quería pensar en nada completamente. No quería que nada le recordara a lo que había sentido momentos atrás, no quería saber absolutamente nada. Sentía que si eso regresaba esta vez no podría aguantarlo y rompería a llorar o a gritar como un desquiciado, y esa madurez se iría de él.

—Hyung, llegas tarde. —dijo un chico de mirada felina.

—Lo siento. —dijo sin ganas.

— ¿Pasa algo? — lo tomó por los hombros.

Sin duda su madre y Key, como le decían solo unas cuantas personas, lo conocían a la perfección y sabían cada uno de sus estados de ánimo, aunque siempre tuviera una sonrisa en su rostro.
Se sentó en una silla para que comenzara a arreglarlo y a retocarlo, a lo que Key comenzó terminando se secar su cabello. En cada respiración intentaba controlar sus sentimientos, tenía miedo de que salieran en forma de lágrimas y alguna sustancia viscosa perteneciente de su nariz.

—Hyung… —Key había terminado con su cabello y ahora comenzaba con su rostro. —a veces es bueno desahogarse con su mejor amigo. —el de ojos chicos soltó un suspiro.

— ¿Onew necesita hablar conmigo? —en ese momento entraba un joven de cabellos castaños y de no tan alta altura.

—Cállate y siéntate Jong. —el nuevo solo miró con falso enojo y obedeció inmediatamente.

—El no vendrá. —detuvo lo que estaba haciendo. —Yo… yo solo quiero saber que ocurre. — el mayor soltó intentando no llorar.

—Pues pregúntaselo. —Key esparcía un poco de base liquida por el rostro del mayor.

—Pero… no quiero ser tan infantil al pensar estas cosas. Yo no… —iba a seguir ablando si no hubiera sido por que el rubio casi le jalaba los cabellos.

—Es que ese es tu problema. —intentó calmarse para volver a proseguir con lo que estaba haciendo—No estás siendo infantil, tú tienes derecho a saber lo que está pasando.

— ¿Pero y si es algo malo? — el rostro del mayor denotaba desesperación. —¿Y si… y si ya se cansó de mi?

—Por dios hyung!! ¿Cómo se te ocurre pensar algo así? —se detuvo para pensar un poco. —Bueno, yo ya me cansé de que tú seas tan maduro, deja un poco de madures para otras personas. — esto último lo dijo mas fuerte, no para que precisamente JinKi lo escuchara. — ¿Y que si fuera así? Aun así tienes derecho a saber que ya no te quiere y que no te haga sufrir de esta manera. —comenzaba a delinear suavemente sus ojos. —aunque sufres por que quieres. —un bufido se escuchó atrás de ellos a lo que el chico felino puso una cara enojada.

Key terminó de arreglar a Onew. Le puso unas medias y unos zapatos con pequeños tacones para evitar que se cayera. Una falda a cuadros rojos y poco arriba de las rodillas, aproximadamente cuatro dedos arriba de la rodilla. Su cabello lo dejó así y gracias a que se pintó el cabello no hubo necesidad de poner una peluca. Si, el papel que interpretaba el era el de una chica a la que siempre le rompían el corazón; e irónicamente siempre se preguntaba el “¿porqué?

Onew se miró en un largo espejo y soltó un gran suspiro. —Parezco un travestí. —eso casó risa en el más bajo de todos.

—Woah! Hyung… tienes caderas. —eso desató la furia de el felino, mas no hizo nada. —Hyung, al contrario eres perfecto para el papel. No te puse un maquillaje pesado, te vez… lindo. —dijo sonriendo… lindamente.
Se miró por última vez y comenzó a caminar para salir de ahí. Quería que el día terminara rápidamente. —Hyung… —la voz del castaño hizo que los otros dos se detuvieran. —solo no seas tan infantil…—rió suavemente—a ti no te queda eso. — fue como si Jong hubiera pisado una bomba escondida en un terreno lleno de minas.—Si Hyung, que bueno que no eres como yo. —el felino salió rápidamente de la pieza. ¿Habría que salió enojado de ahí? Creo que no hace falta decirlo.
Habían pasado más de media hora desde que había empezado la obra y subió al escenario, el papel le quedaba a la perfección. Una chica a la que le han roto el corazón. En este momento era la única manera de expresar como se sentía por dentro, aun que fuera una “actuación.


En toda la obra no tuvo la confianza de dirigir la mirada al público, ni siquiera a sus padres que se encontraban en la primera fila. Ya casi era la última escena, una escena donde aquella chica le pregunta el ¿Porqué? de su actitud. El papel le exigía gritarlo, llorar; el corazón le exigía hacerlo. Y se reprendió por haber volteado hacia la ultimas de las filas de las butacas. El estaba ahí viéndolo seriamente, sus grandes ojos lo enfocaban.

— ¿Por qué? — gritó. — ¿Por qué te noto diferente?

El chico que interpretaba el papel del novio, o sea Jong, no se sorprendió en lo absoluto cuando el dialogo fue cambiado complemente. —¿Por qué tienes que comportarte así? —el “novio” giró de tal manera que Onew quedó frente al público.

—Acaso… ya no me amas…—sus ojos comenzaron a nublarse. —No seas tan infantil.

—Dime!. — gritó nuevamente, pero esta vez unas gruesas lagrimas escurrían por su rostro. —¿Acaso no soy digna de ti? — esta vez miró mas allá de Jong, sus ojos se encontraron con los de MinHo, que veía la escena tan expectante como todos los presentes ahí. Pero en ese momento solo importaba MinHo. —Por favor… —tomó suavemente la mano de su novio ficticio. —dime.
Se escuchaban los sollozos de JinKi por todo el recinto. —Lo siento, pero aun eres una niña. —eso era parte del dialogo, pero a Onew le dolió hasta lo mas profundo de su alma. —Pero… —en ese momento el de ojos chicos calló de rodillas en el escenario. Ese último acto de JinKi preocupó a Jong e hizo señas disimuladamente para terminar la obra. —adiós. —cayó el telón.


Todos habían aplaudido fuertemente cuando el telón cayó. Pero no todos estaban feliz; JinKi intentaba con todas sus fuerzas detener sus lagrimas que aun después de 10 minutos de haber terminado la obra seguían saliendo. Key intentaba darle fuerzas diciéndole que no s preocupara tanto y dando algunas palmaditas llenas de afecto en su espalda. —Miren quienes vinieron… —Jong entraba con unas personas, Onew rápidamente limpió sus lágrimas.—Oh! JinKi querido has estado fenomenal. —una señora se acercó rápidamente a el y lo abrazó. —Gracias. —sonrió en toda su extensión.
Sus padres, y los padres de MinHo elogiaron la forma en que había interpretado el papel, muchos padres se habían acercado a ellos y los habían felicitado por tener un hijo tan bueno en la actuación. —Gracias. — no paraba de agradecer y sonreír.

—Estuviste perfecto. —la sonrisa se le borró cuando volteó y vio a MinHo en el marco de la puerta.

Se recordó que no debía ser infantil y sonrió, tristemente, pero le dedicó una sonrisa a su… novio. —Gracias.

—Hijo, iremos a comer con los padres de MinHo. —el padre de JinKi se acercó y lo abrazó para despedirse. —llegaremos en la noche.

—Si padre. —les sonrió a los mayores. — vayan con cuidado.
Las dos parejas salieron de ahí dejando a los cuatro amigos parados ahí en un silencio demasiado abrumador para el de ojos pequeños. —Onew… —la voz de MinHo lo asustó. — vamos por un helado.

Millones de sentimientos pasaron por su mente y corazón. ¿Cómo podía venir tan refrescante después de que en dos semanas no se había aparecido ni en retratos. —ah? —contestó cansado. —Quiero uno de esos helados que venden por tu casa.
Quiero uno de esos helados que venden por tu casa. Sin duda esa frase lo dejó mas frio del que el polo sur le podía producir. El solo gustaba de ir a comer helados cuando algo andaba mal y tenía que tomar una difícil situación. —Oh… —intentaba que sus voz no transmitiera la inseguridad de sus corazón. —Si, deja me cambio.

—No, asi vete. —se había dado vuelta, pero al escuchar esas palabras del alto volvió a dar vuelta pero esta vez fue muy rápido haciendo que se mareara. — ¿A sí? MinHo, estoy vestido de mujer.

—Te ves bien hyung. —dijo entre risas. —Solo… —el alto buscaba algo por toda la habitación —ten… — como pudo le quitó unos lentes oscuros a Key.

—Oyes…¿tú no tienes vergüenza verdad? . — Key se acercó amenazante al alto. — ¿Ni siquiera pedirás disculpas?
JinKi y Jong se miraron preocupados por la situación. A pesar de que quería gritarle y restregarle en la cara lo que estaba sintiendo, no quería que la situación se hiciera mas peligrosa. —No seas así Key… — el bajo puso una mano sobre los hombros de Jong. — ¿Así como Jonghyun? ¿Infantil? ¿Una niñita?

Jong tomó la mano del felino alterado y agitó la mano en señal de despedía aun cuando el otro le decía que lo soltara. — ¿Tienen problemas? —dijo MinHo extrañado por la situación. JinKi solo soltó un gran suspiro irónico. —Espérame solo voy por mis cosas.
Mientras reunía todas sus pertenencias analizaba afondo su situación, y llegó a la conclusión de que no estaba en condiciones de elegir si aun quería permanecer con MinHo a su lado por un poco mas de tiempo. — ¿Nos vamos? — dijo colocándose los lentes oscuros.



Las miradas de todos estaban sobre aquella linda señorita de lentes oscuros, gruesas y hermosas piernas. El alto solo se limitaba a reír bajo y a tomar fuertemente su mano.
Salieron del establecimiento aun tomados de las manos, la casa de JinKi quedaba a solo unas dos cuadras de ahí. El se sentía incomodo tomando la mano del alto, por eso la soltaba entre ratos; pero el de ojos grandes la volvía a tomar. El llegó a pensar que era porque iba vestido de chica y no había mucho problema al ver a una “pareja normal” tomados de las manos.

— ¿Pasa algo? — nuevamente había soltado la mano de MinHo.

—No… —intentó buscar una escusa—solo quiero sentarme un poco, los zapatos me han cansado.

Afortunadamente unos escalones pequeños se encontraban a una corta distancia, se sentó y acomodó, pero un sonido se escuchó. —No… las medias.

— ¿Qué paso? — preguntó el otro.

—Se han rotos las medias.

—Déjame ver…

—No!. —gritó. —está muy arriba como para alzarme la falda y enseñártelo.

—Oh, entiendo. — MinHo fue el único que rió por la situación.


Terminaron sus helados sin decir completamente nada, el alto se estaba comenzando a desesperar de la situación. —Onew…

—Vamos, he terminado. —dijo comenzando a caminar y dejando al otro ahí sentado.

Caminaron los últimos 50 o 60 metros que les quedaban por recorrer, en silencio. Onew sacó las llaves de una pequeña mochila e invitó a su novio a entrar. ¿Para qué? Se preguntó el, pero aun así lo hizo.
Subieron las escaleras, o el lo hizo y realmente no le importaba si el otro lo hacía o no. No sabía que había pasado pero estaba seguro de que en el camino eso de retener a MinHo un poco mas se había ido volando por ahí. Pero de algo estaba seguro, que si había una gota que derramara el vaso, el sacaría todo lo que sentía su corazón. No importando si MinHo le respondía o no, o si él lo abandonara. Pero el preguntaría, por lo menos sacaría un ¿Por qué?

Entró a su habitación y cerró la puerta quedándose en blanco cuando llegó exactamente a la mitad y centro de la habitación. Cerró los ojos para luego abrirlos y mirar fuera de su ventana. El cielo es muy azul hoy, perfecto. Se dijo así mismo.

—Onew ¿Me puedes decir que te ocurre? —escuchó a MinHo entrar y cerrar la puerta tras de el.

—Yo… — apretó sus manos. — No sabes lo que he sufrido estas dos semanas… —aun seguía dándole la espalda—No quiero sonar como aquellas niñitas pero…—se limpió una lagrima.

—Onew ¿Qué te pasa?. — se acercó intentando tocar su hombro pero cuando Onew sintió el contacto rápidamente se volteó.

— ¿Qué qué me pasa? — esta vez alzó la voz. — Mas bien que pasa contigo. —se quitó los lentes dejando ver el delineador corrido y mezclado con sus lagrimas. —Pero claro, no me ves en dos semanas es obvio que no sepas lo que me pasa.

—Onew…

— ¿Sabes cómo me he sentido estos últimos días? ¿A caso lo sabes? —por fin estaba hablando y no iba a parar. —Onew… —el alto se acercó pero el otro se alejó. —MinHo… ¿caso ya no te gusto? ¿Ya no me … amas?

—Onew… —le gritó. —Puedes por favor…

— ¿Qué? ¿Dejar de ser infantil? —Listo! Lo que tanto había intentado no hacer, por fin lo hizo.

—Onew. —gritó aun mas fuerte provocando que mas lágrimas salieran de el. —¿puedes por favor… —el alto se tomó la sien. — mirar hacia la cama?


El de ojos pequeños miró hacia donde le habían ordenado mirar y vio una caja de cartón de un color rosa pálido con un moño azul cielo. Miró al alto antes de dirigirse a la cama y tomar entre sus manos esa caja. Se sentó en la cama y abrió cuidadosamente la caja. Había tiras de papel de color azul llenando el vacío que producía al contener un delgado celular color blanco. Tomó el celular, y recordó donde lo había visto. Era aquel celular que había visto hace dos semanas, el ultimo día que pudo darle el último beso a MinHo. Automáticamente levantó el rostro hacia MinHo que tenía una sonrisa en su rostro. Y fue cuando lo vio.
El cuarto estaba adornado con pancartas en las cuatro padres que decían frases como Te amo, Feliz día, Eres el mejor, MinHo y Onew por siempre. Se puso de pié y caminó a un cartel que estaba justo a lado de su ventad y sus ojos se nublaron al ver lo que decía. Eres solo mío. Tocó la cartulina como si fuera lo más sagrado que pudiera ver en el mundo y comenzó a llorar, mas.

—MinHo. —se giró para verlo, el se acercaba lentamente. —Lo siento.

El alto se acercó y lo abrazó, intentándole trasmitir sus más sinceros sentimientos. —No te preocupes, debió ser difícil. —se separó y se quitó la camisa para comenzar a secar sus negras lágrimas que corrían por su rostro. El de ojos pequeño intentaba controlar que ya no salieran mas lágrimas. —Te amo. —susurró besando su frente. —Creo…—el más bajo rió. —ahora ya sabes cuánto te amo.

—A sí como yo te amo. —el alto juntó sus labios en un tierno beso.



Onew rodeó con sus brazos el cuello del alto y se colgó de el. El menor introdujo su lengua intentando que el beso fuera más íntimo, que fuera más sensual. Con una de sus largas manos tomó las piernas de Onew y lo hizo que rodeara con sus piernas sus caderas. Lo cargó y lo llevó hasta el escritorio y como pudo tiró todas las cosas que ahí se encontraban. Cuando lo hubo soltado se separó un poco para besar su cuello y a acomodarlo a el de una manera cómoda. —En esa falda te vez… —susurró en su oído haciendo estremecer al que se encontraba sobre la mesa. —tus piernas. — con sus manos comenzó a recorrer desde las rodillas hasta que las introdujo debajo de la falda. —son tan sexys. —uno de sus dedos encontró la parte donde estaba rasgada la media. —aquí está. —introdujo uno de sus dedos en una parte rota y con un movimiento salvaje rompió la tela.

—MinHo, en verdad discúlpame. —el de ojos grandes dejó de besar su cuello para mirarlo con sus profundos ojos. —¿Pregúntame el porqué? —terminó de romperá las medias. —Anda pregúntame. —pasó una de sus brazos por las caderas del otro y lo levantó para bajar sus bóxers—¿Por qué no has… ah… venido? —MinHo había tocado algo muy sensible. —Trabajé. —MinHo sacó sus manos de debajo de la falda dejando su entrepierna e introduciendo sus manos debajo de la camisa del uniforme de Onew. —¿Trabajar? —JinKi se alejó un poco para verlo a la cara. —Quería regalarte algo que fuera comprado con mi propio dinero ganado. —para Onew parecía que el corazón se le iba a salir al escuchar eso. —Gracias . —JinKi unió nuevamente sus labios en un beso necesitado. —Ah….—el mayor gimió cuando sintió que algo se introducía en el. —MinHo…—el alto pegó la espalda de su mayor a la pared y comenzó a preparar la entrada del otro con sus dedos.

Sin duda la imagen que estaba ofreciendo su novio sobre la mesa con la espalda arqueada y sus piernas cada una alado de sus caderas era muy excitante para el. Sacó los tres dedos que había introducido en él y desabrocho su pantalón bajándolo hasta sus rodillas junto con sus bóxers. —MinHo-ah…—la forma en que sonó su voz hizo que su miembro se endureciera más. —Dime. —abrió mas las piernas del mayor. —Ah…—Onew soltó un gemido al sentir las masculinidad de MinHo entre sus piernas. —MinHo –ah. —sintió como comenzaba a entrar ese pedazo de carne dentro de su cuerpo. — ¿Tu…—el dolor le hizo arquear mas la espalda

—¿Tu me amas? — sintió como el miembro lo llenaba completamente.

—Al infinito… y mas allá.



Se encontraban acostados sobre la cama platicando sobre todo lo que habían pasado en los días que no se habían visto, sobre como se había sentido Onew en esos eternos días. —¿Dónde trabajaste? —preguntó JinKi quitándose lo que quedaban de las medias y poniéndose un decente pantalón. —Con tus padres. — MinHo había trabajado en la carnicería de sus padres para poder comprar algo pero con dinero que el había ganado con su esfuerzo y sudor. —O sea… mi madre sabia. —el mayor se tomó de los pelos. —Tu madre me contó como habías estado estos días, pero no pensé que fuera tan serio. —el alto rió pero el mayor aun seguía frustrado por haber actuado así todos estos días.

—Oh… casi se me olvida. —MinHo estiró su mano y busco debajo de la cama. —Ten. —Le entregó un peluche, era una vaca con un moño en su cuello. — ¿No crees que ya estoy muy grande para peluches? —tomó aquella vaca y la abrazó. —Pues… después de hoy no lo se amor. —los dos rieron. —Tiene nombre…

—¿Si? —al chico de los ojos pequeños se le iluminaron los ojos. — ¿Cómo?

—Adivina… —rió el menor.

—Oh MinHo no seas infantil y dime. —el alto bufó irónico a lo que el otro le fue inevitable el no reír. —Ven, acércate…

El ahora castaño se acercó a su novio para que susurrara algo en su oído. El rostro del mayor hacía gestos de no entender lo que el otro le quería decir. —Ah… ¿Minew? —se separó de él para mirarlo a los ojos intentando transmitirle el hecho de que no entendió el por qué del nombre. Acarició la cabeza de la vaquita y miró sus ojos como si ella le pudiera decir el porqué de su nombre.

—Ya, Min… —volteó a ver al alto quien no lo dejó terminar.

—O-new~— el alto novio alargó la ultima silaba. —Min…new… —Onew volteó rápidamente y sonrió bobamente. —Ya entendí. —dijo sonriendo enormemente y besando a la vaquita. —Ya… ¿y a mí?


— Muchas gracias. —se acercó a su rostro y susurró un Te amo sobre sus labios.

—Buen día, amor.

Espero y os haya gustado, no se... me siento enamorada xD ahahaha ok no. Pero me ha encantado escribir esto para mi anew~.
Chicas de esto se deriva un JongKey y repito, las que quieran que les avise digan YO! Las quiero mucho y gracias por leerme ^^.

En verdad te quiero nenita y espero que te la hayas pasado super en estos dias, y... es febrero asi que... estaré mas empalagosa de lo normal -ojalá no te aburras de mi ;_____;-. Te amo mi nenita.
Es obvio el por qué te mandé de regalo una vaquita, y te lo juro... anduve buscando por toda la bendita ciudad la vaquita perfecta para ti, y cuando la vi... ES ESTA! y sin dudar la compre para ti amor. Ya ves que te dije que el nombre de tu vaquita era raro y un poco.. chafa. Pues si ... es Minew, pero me encantó y hasta cierto modo es original ¿y sabes porqué?.