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Game Over
Hola~~! Aqui esta niña loca enfadando de nuevo :3 Y esta ves traigo un oneshot más random de lo que imaginé alguna vez que sería uno de mis intentos de historias .__. Si, esta vez sobrepase mi limite x) Y lo peor es que rompí mi pareja favorita .___. nada de 2min aqui T-T esta vez es hetero xD y a decir verdad ya extrañaba escribir un hetero (?) habia escrito puro yaoi ultimamente x)! Pero bueh~~ Aqui se los dejo espero les guste ya saben se recibe desde las criticas hasta los tomatazos :D e incluso me pueden aventar con él, yo lo haría -.- x)!
Título: Game Over
Capítulo: 1
Tipo: Oneshot
Género: Random (?) extraño, traición (?)
No. Palabras: 2808 Pareja: ._.
Entró a la cocina para comenzar a preparar aquel platillo que sabía era su favorito, colocó todo en el horno y mientras esperaba que este terminara fue a la mesa y arregló un poco…Estaba sentado frente al televisor, cuando recibió un mensaje. Lo revisó rápidamente deseando que fuese ella, pero era de un número desconocido.
“¿Sabes quién es ella en realidad? Esa mujer no es lo que parece.”
Era lo que contenía aquel mensaje, por su mente pasaron un montón de dudas pero aun así no le quiso dar importancia; después de todo ¿Quién engañaría a Choi MinHo? El mejor de toda su escuela y el más popular, blasfemias era lo que contenía aquel mensaje. Miró el reloj, no tardaría en llegar.
La puerta fue abierta y como si de un resorte se tratara, brincó del sofá para abalanzarse sobre aquella hermosa mujer. Pero se detuvo en seco al ver que no era ella.
-Ho-hola MinHo-hyung. –Saludó tímidamente aquel pequeño chico.
-¿TaeMin? –Estaba sumamente sorprendido de verlo a él y no a su novia. -¿Y YoungMin?
-Aquí estoy MinHo-ah. –Salió de detrás del de cabellos castaños. –Veo que hoy saliste temprano de la universidad.
-¿Eh? Si, si, si, hoy no nos dieron las últimas dos clases. –Respondió dejando pasar de lado el hecho de que su mejor amigo viniera con ella.
Ambos entraron cuando el moreno se hizo a un lado, no sin antes dejar el calzado en la entrada y colocarse aquellas pequeñas pantuflas de color blanco típicas de ese país. Y como siempre se quedó embobado con su figura estilizada, sus cabellos oscuros y su piel blanca de porcelana. Le siguió dejando atrás al de menor estatura.
-YoungMin~.-Le susurró en el oído rodeándola con uno de sus amoldados brazos mientras mordía un poco su cuello.
-Ah~-Gimió ante el tacto.-MinHo tenemos visitas.
-Olvídate de él.-La volteó para poder besarle.
No fue ningún beso tierno, fue uno más demandante, uno necesitado por parte del moreno. Comenzó a bajar por el cuello, dejando pequeños chupetones indicando que era de su propiedad. Sintió el tacto frio de las manos pequeñas avanzar por debajo de su camisa negra, remarcando su trabajado abdomen. Volvió a los labios que eran su adicción, Young le mordió el labio inferior.
-Arg.-Se quejó mientras se separaba, limpiándose la sangre que salía de aquella pequeña herida.
-Tenemos visitas. –Repitió para adentrarse de nuevo a la pequeña sala no sin antes darle una buena nalgada.
Los tres se sentaron sobre aquella mesa, ambos hombre frente a ella. TaeMin se sentía un poco incomodo ante la mirada del más alto que no desaprovechaba ninguna oportunidad para hacerle saber que aquella mujer era suya.
El de ojos avellanas sintió el pie de la muchacha subiendo por su pierna, haciendo erizar todos los vellos de su cuerpo. Pensó que no podía ser peor, pero se equivocó. Abrió los ojos de sobremanera al sentir como rozaba su entrepierna pero no hizo nada, solo sonrió de lado para mirar a MinHo que en aquellos momentos estaba concentrado en su comida o eso hacía parecer a simple vista por que la realidad era otra. Bajo la mesa la chica jugaba con la poca cordura de ambos jugando con ellos de la misma forma.
Choi levantó la mirada, YoungMin sonrió al ver en aquellos ojos lujuria y un fuego que conocía bastante bien. Esa noche no dormiría. En cambio la de TaeMin demostraba vergüenza e incluso algo de miedo, dios, ¿ese chico no podía ser más tierno? Se relamió los labios al saber que aquellos dos hombres le pertenecían. Se levantó, quería ver quién sería el primero en seguirle y como si fuese lo más obvio del mundo el primero fue MinHo. Le cerró la puerta en la cara, alegando que no haría absolutamente nada si aún seguían las visitas.
Rezongando volvió al comedor, donde se encontraba su “inocente” amigo. Se relajó un poco antes de pedirle de la manera más atenta que se fuera, TaeMin no tuvo que escuchar aquellas palabras para levantarse y caminar con rumbo a la salida.
-Gracias. –Escuchó cuando tuvo la mano sobre la perilla que apretó un poco más fuerte de lo usual.
-No tienes que darlas. –Y sin más salió del lugar.
Era el peor amigos de todos al haberse dejado seducir por la novia de su mejor amigo, pateó una piedra mientras se maldecía interiormente al haber caído así de simple ante la tentación, sin pensar un poco antes en las consecuencias.
Flash Back
Se encontraba acostado sobre aquella banca en medio del campus. MinHo había salido corriendo sin darle ninguna explicación, era la 5ta vez en la semana en que lo dejaba con las palabras en la boca. Podría ser muy despistado e inocente pero sabía muy bien el por qué de aquellas ojeras bajo sus ojos, sus caras de cansancio e incluso sus ausencias en la escuela. Después de que empezó a andar con aquella chica que en su vida había visto, su actitud cambió. Jamás pensó que terminaría cayendo bajo los encantos de alguien mayor.
No pudo darle más vueltas al asunto cuando se dio cuenta de que el sol le era tapado por alguien más. Abrió sus ojos encontrándose con un ángel, aquellos rasgos tan finos, aquella mirada de ojos como la noche que contrastaban de manera perfecta con su piel blanquecina. Se levantó con el corazón latiéndole a mil por hora pero no fue hasta que escuchó su voz que su corazón explotó al no caber de tanta felicidad al tener semejante perfección frente a sus ojos.
-¿Tú eres TaeMin? -¡Sabía su nombre!
-…-Su mente se puso en blanco, no supo que decir y solo asintió con su cabeza.
-Aww, cosita.-Le pellizcó la mejilla lo que causó que el castaño se sonrojara. –Perdón, me dejé llevar.
-N-no se preocupe. –Bajó la mirada apenado, era realmente tímido y aún más ante las mujeres.
-¿Sabes donde esta Min…?-Su pregunta quedó en el aire, ya que dos fuertes brazos le rodearon la cintura.
-YoungMin, ¿me buscabas? –Y a TaeMin se le vino encima el mundo al ver como su mejor amigo depositaba un beso sobre aquellos labios rojos.
No quiso ver más y se fue de allí, cuando volvió a ver a su amigo este le explicó la razón de que su novia estuviera buscándolo en la escuela.
-Le resultaste realmente tierno. –Dijo entre risas.-Y mira que no cualquiera se gana ello ante sus ojos, me voy a poner celoso.
-¡MinHo-hyung! ¿Qué cosas dices? –Trató de seguirle la corriente.-Pero sabes que nadie se resiste ante mi ternura.-Hizo un puchero el cual difícilmente se le resistía alguien.
-Jajaj, lo sé pequeño. –Le revolvió sus cabellos.-Sabes que si fueras mujer andaría contigo solo por eso.
-¡MinHo!-Le regañó.
-Vale, vale yo solo lo decía.
Esa no fue la única vez en que TaeMin se topó con Young, al principio pensó que buscaba a MinHo y al principio así fue. Pero al pasar el tiempo, él se convirtió en su confidente, en el hombro en el cual podía llorar cuando se peleaba con Choi. Comenzaron a convivir mucho más tiempo e incluso más que con el moreno. Hasta que llegó ese día, en el cual todo se convirtió en un gran enredo.
Habían ido por un helado a petición del menor, los ojos de la chica demostraban un poco de tristeza y él solo quería hacerle sonreír. Veían las tiendas de ropa desde fuera al no poder entrar con comida y se hacían bromas entre ellos, Young se sentía como una quinceañera al lado del bailarín e incluso más feliz y querida que con su novio.
No supieron como sucedió, simplemente pasó. La mayor había puesto sus labios sobre los de él, pero no le rechazó sino que le correspondió. La chica se enterneció al darse cuenta que era el primer beso del pequeño así que no pasó de una unión de labios. Se separaron sonrojados y sin una explicación coherente.
-Lo siento. –Sí, este chico era demasiado tierno disculpándose con ella cuando el culpable no era él.
-Yo…TaeMin creo que me he enamorado de ti. –Confesó sin más, sin siquiera importarle las miradas de las personas a su alrededor.
Le abrazó contra su pecho, queriendo hacerle entender que él también se enamoró. Que cayó ante la tentación y solo quería estar a su lado aunque sabia excelentemente bien que era prohibida.
Fin POV TaeMin.
Si, definitivamente era un hijo de perra haciéndose pasar por aquel pequeño TaeMin que jamás dañaría ni a una mosca, cuando la realidad era otra. Era la peor escoria, saber que aun andaban y saber que MinHo se desvivía por aquella mujer cada día, cada hora, incluso cada segundo le hacía sentir cada vez peor y seguir fingiendo ser su amigo del alma. Pero a pesar de que algunas veces deseara acabar con todo aquello, revelar la verdad a los cuatro vientos y después desaparecer gracias a las enormes manos de su amigo no podía, y aunque sonase muy contradictorio no quería. Le encantaba la maldita forma de vida que llevaba, amaba tener a aquella mujer entre sus brazos a escondidas. ¡Joder! Era demasiado excitante ir por primera vez en su vida en contra de las reglas, en contra de los valores que le inculcaron e incluso en contra de la confianza de su mejor amigo.
Pateó la piedra que tenia frente a él, lanzándola lejos. Gritó. Gritó tan fuerte como sus cuerdas vocales se lo permitieron. Deshaciéndose de aquel sentimiento de culpabilidad que le oprimía el pecho o tratando de hacerlo, porque al terminar debido a que sintió desgarrar su garganta se sintió igual o peor. Y aún más sabiendo que en aquellos momentos, él tocaba lo que creía suyo, lo que compartían.
-Compartimos todo. –Soltó entre risas, eran tan buenos amigos.
Una sonrisa un tanto enferma se apoderó de sus labios, aquella pequeña carita estaba deformada por una expresión que nadie se podría imaginar en aquel ser que aparentemente era la inocencia andando. Y eso era lo que le atraía a YoungMin de él: su inocencia y su lado enfermizo que había ocultado tan bien durante tantos años.
Las horas pasaron, convirtiéndose en días aquella cruel jugarreta siguió de la misma manera. Solo uno de ellos no lo sabía aunque lo sospechaba. Celos era lo que pensaba día y noche MinHo que eran, un largo año fue lo que duró aquel pequeño juego. Un año lo suficientemente largo para los tres como para ya no querer deshacerse de él, pero como en todo juego debe de haber un Game Over: este no fue la excepción.
-Tae vamos por tu helado, llevas días enfadándome con ello. –Aventó una bola de papel a su compañero.
-¡Hyung! –Regañó al ver como estaba sobre aquel sillón, saliendo de detrás de aquel libro.-Tienes que terminar el proyecto.
-Ya, ya. Lo sé, no tienes porque recordármelo. –Resopló mientras bajaba los pies de la pared y volteándose para poder sentarse normalmente sobre aquel sillón.
-Estoy aquí para eso. –Dijo sin más, no tenía el humor para las payasadas de él.
-¿No te cansas de estar encerrado, Minnie?
-No, pero sí de tus fiestas.
Ambos se miraron a los ojos, reclamándose mutuamente todo. Sacando sus mejores excusas y reclamos, deseando que el otro se rindiera. Pero ninguno parecía querer hacerlo, sabían tanto del otro que cada vez tenían un comentario mejor que el anterior y la pelea hubiese durado aún más si el mayor no se hubiese echado a reír a carcajadas después de un rato dejando al rubio con cara de curiosidad.
-Tae, Tae, Tae sigues siendo el niño berrinchudo que conocí.-Revolvió sus cabellos mientras este inflaba sus mejillas, no le gustaba que le tratase como niño chiquito. –La noona con la que andes definitivamente se llevará un trofeo enorme.
Abrió los ojos, ver la sonrisa sincera de él hacía que sintiera un enorme hueco en su pecho. Respiró hondo y tratando de formar una sonrisa en su rostro, correspondió con una mueca algo parecida.
El timbre de la casa sonó, el mayor se levantó y fue a abrir no esperaba ninguna visita más. Pero ver a YoungMin definitivamente no le molestó en absoluto.
TaeMin siguió con lo que estaba haciendo, aún no entendía como había llegado hasta el punto de tener que ayudarle con su proyecto siendo él un grado escolar menor. Aunque de esa manera podía aprender algunas cosas y muy en el fondo sentirse menos culpable con lo que le hacía. El libro y la pluma cayeron de sus manos al ver quien había llegado, todos sus esfuerzos por ser un buen dongsaeng en esos momentos se fueron a la basura.
Trató de seguir con lo suyo pero no pudo evitar que sus manos comenzaran a temblar. La adrenalina comenzó a correr por sus venas cuando vio a MinHo desaparecer por las escaleras y a Young acercársele… Ya no fue consciente de sus actos, el otro TaeMin salió a flote.
Choi tomó una camisa del armario la que traía se había mojado de soda, su celular comenzó a sonar. Otro mensaje.
“Solo es cuestión de minutos para que descubras la verdad… campeón.”
Bufó, tiró el celular a su cama restándole importancia. Cambió de camisa y se fue con rumbo a la sala donde se encontraban sus dos visitas, bajó rápidamente con una sonrisa pero al llegar esta se borró de su rostro. No podía asimilar lo que sus ojos veían, TaeMin estaba sobre su novia en aquel sillón besándola. Por su mente pasaron demasiadas ideas, caminó hacia atrás chocando contra uno de los arreglos de su madre tirándolo al suelo. Los otros dos chicos se separaron rápidamente ante el ruido y él apareció con aquella misma sonrisa ante ellos sentándose en el medio de los dos.
-Disculpen la tardanza, solo que me mandaron un mensaje un tanto estúpido. –Rió un poco. – ¿Pueden creerlo? ¡Dios! ¿En qué pensarían? TaeMinnie si eres un amor.
Ninguno de los dos entendía la actitud del mediano, ¿De qué mensaje estaba hablando? Él pasó los brazos alrededor de ambos hombros acercándolos aún más a su cuerpo.
-Son mi única familia, no quiero que me fallen. –La voz se le quebró.
-Min-MinHo-hyung. –Habló con miedo.
-Sí… los vi.
Se separaron rápidamente de él, parándose. Se podía ver el temor en ambos ojos pero el futbolista solo veía el suelo mientras algunas lágrimas corrían por sus mejillas.
-Pero, saben… No me importa. –Se levantó y los abrazó de nuevo. –Por favor no me dejen.
Ahora los confundidos eran ellos, ¿Cómo una persona podía actuar de aquella manera después de una traición tan grande? ¿Tan grande era su obsesión que no podía ver más allá de sus ojos? El menor se separó, no podía más. Lo golpeó.
-No quiero que me perdones, no quiero que simplemente lo dejes pasar. ¡Golpéame! –Comenzó a gritarle lanzando más golpes que el moreno esquivaba fácilmente. – ¡Desquítate! ¡Mátame! Pero por favor no lo hagas tan fácil.
-Game over. –Fueron las únicas palabras que salieron de los labios de la muchacha.
Voltearon a verla, tenía una sonrisa sobre su rostro. Se miraron entre ellos y un pequeño “clic” hizo que todo encajara. Todo aquel tiempo aquella mujer había estado jugando con ambos, haciendo que su amistad se viese interrumpida. Años y años jurándose lealtad que se habían ido por el caño al conocerla, por ello apareció en sus vidas. Entrando inconscientemente en aquel juego donde no habría ganador solo dos corazones rotos y una amistad interrumpida por la culpabilidad de uno y el odio del otro. Siendo saboteado por la actitud incoherente del alto. Tomó su bolso para salir de allí.
-¿Por qué? –Quiso saber el pequeño, mientras observaba como el mayor caía al suelo de rodillas.
-Porque estaba aburrida.
Y sin más salió de aquella casa enfadada ya de aquel par…
Un chico con el cabello bicolor esperaba pacientemente debajo de aquella parada de autobús a que la lluvia parase cuando una chica se adentró al mismo lugar. No pudo ocultar su impacto al ver semejante belleza.
-Hola, soy YoungMin. –Comenzó la charla.
-JongHyun. –Estrechó su mano con una sonrisa boba sobre su rostro.
-¿A dónde te diriges?
-Con Key, mi mejor amigo.
-¿Enserio? ¿Puedo ir contigo?
-Sí, ¿Por qué no?
El juego ha comenzado…
Título: Game Over
Capítulo: 1
Tipo: Oneshot
Género: Random (?) extraño, traición (?)
No. Palabras: 2808 Pareja: ._.
Game Over.
Caminaba con una sonrisa sobre su rostro y un par de bolsas en cada mano, hacia una hora que había salido de clases y decidido ir a darle una gran sorpresa a su novia. Aún no podía terminar de asimilar que aquella hermosa noona le perteneciera, era un pensamiento que le alegraba el día al saber que era verdad. Comenzó a tararear una canción mientras subía hasta el segundo piso de aquellos departamentos, sacó la llave de su bolsillo y abrió encontrándose con la habitación en penumbras, cosa que no le sorprendió sabiendo que ella se encontraba en el trabajo en aquellos momentos. Entró a la cocina para comenzar a preparar aquel platillo que sabía era su favorito, colocó todo en el horno y mientras esperaba que este terminara fue a la mesa y arregló un poco…Estaba sentado frente al televisor, cuando recibió un mensaje. Lo revisó rápidamente deseando que fuese ella, pero era de un número desconocido.
“¿Sabes quién es ella en realidad? Esa mujer no es lo que parece.”
Era lo que contenía aquel mensaje, por su mente pasaron un montón de dudas pero aun así no le quiso dar importancia; después de todo ¿Quién engañaría a Choi MinHo? El mejor de toda su escuela y el más popular, blasfemias era lo que contenía aquel mensaje. Miró el reloj, no tardaría en llegar.
La puerta fue abierta y como si de un resorte se tratara, brincó del sofá para abalanzarse sobre aquella hermosa mujer. Pero se detuvo en seco al ver que no era ella.
-Ho-hola MinHo-hyung. –Saludó tímidamente aquel pequeño chico.
-¿TaeMin? –Estaba sumamente sorprendido de verlo a él y no a su novia. -¿Y YoungMin?
-Aquí estoy MinHo-ah. –Salió de detrás del de cabellos castaños. –Veo que hoy saliste temprano de la universidad.
-¿Eh? Si, si, si, hoy no nos dieron las últimas dos clases. –Respondió dejando pasar de lado el hecho de que su mejor amigo viniera con ella.
Ambos entraron cuando el moreno se hizo a un lado, no sin antes dejar el calzado en la entrada y colocarse aquellas pequeñas pantuflas de color blanco típicas de ese país. Y como siempre se quedó embobado con su figura estilizada, sus cabellos oscuros y su piel blanca de porcelana. Le siguió dejando atrás al de menor estatura.
-YoungMin~.-Le susurró en el oído rodeándola con uno de sus amoldados brazos mientras mordía un poco su cuello.
-Ah~-Gimió ante el tacto.-MinHo tenemos visitas.
-Olvídate de él.-La volteó para poder besarle.
No fue ningún beso tierno, fue uno más demandante, uno necesitado por parte del moreno. Comenzó a bajar por el cuello, dejando pequeños chupetones indicando que era de su propiedad. Sintió el tacto frio de las manos pequeñas avanzar por debajo de su camisa negra, remarcando su trabajado abdomen. Volvió a los labios que eran su adicción, Young le mordió el labio inferior.
-Arg.-Se quejó mientras se separaba, limpiándose la sangre que salía de aquella pequeña herida.
-Tenemos visitas. –Repitió para adentrarse de nuevo a la pequeña sala no sin antes darle una buena nalgada.
Los tres se sentaron sobre aquella mesa, ambos hombre frente a ella. TaeMin se sentía un poco incomodo ante la mirada del más alto que no desaprovechaba ninguna oportunidad para hacerle saber que aquella mujer era suya.
El de ojos avellanas sintió el pie de la muchacha subiendo por su pierna, haciendo erizar todos los vellos de su cuerpo. Pensó que no podía ser peor, pero se equivocó. Abrió los ojos de sobremanera al sentir como rozaba su entrepierna pero no hizo nada, solo sonrió de lado para mirar a MinHo que en aquellos momentos estaba concentrado en su comida o eso hacía parecer a simple vista por que la realidad era otra. Bajo la mesa la chica jugaba con la poca cordura de ambos jugando con ellos de la misma forma.
Choi levantó la mirada, YoungMin sonrió al ver en aquellos ojos lujuria y un fuego que conocía bastante bien. Esa noche no dormiría. En cambio la de TaeMin demostraba vergüenza e incluso algo de miedo, dios, ¿ese chico no podía ser más tierno? Se relamió los labios al saber que aquellos dos hombres le pertenecían. Se levantó, quería ver quién sería el primero en seguirle y como si fuese lo más obvio del mundo el primero fue MinHo. Le cerró la puerta en la cara, alegando que no haría absolutamente nada si aún seguían las visitas.
Rezongando volvió al comedor, donde se encontraba su “inocente” amigo. Se relajó un poco antes de pedirle de la manera más atenta que se fuera, TaeMin no tuvo que escuchar aquellas palabras para levantarse y caminar con rumbo a la salida.
-Gracias. –Escuchó cuando tuvo la mano sobre la perilla que apretó un poco más fuerte de lo usual.
-No tienes que darlas. –Y sin más salió del lugar.
Era el peor amigos de todos al haberse dejado seducir por la novia de su mejor amigo, pateó una piedra mientras se maldecía interiormente al haber caído así de simple ante la tentación, sin pensar un poco antes en las consecuencias.
Flash Back
Se encontraba acostado sobre aquella banca en medio del campus. MinHo había salido corriendo sin darle ninguna explicación, era la 5ta vez en la semana en que lo dejaba con las palabras en la boca. Podría ser muy despistado e inocente pero sabía muy bien el por qué de aquellas ojeras bajo sus ojos, sus caras de cansancio e incluso sus ausencias en la escuela. Después de que empezó a andar con aquella chica que en su vida había visto, su actitud cambió. Jamás pensó que terminaría cayendo bajo los encantos de alguien mayor.
No pudo darle más vueltas al asunto cuando se dio cuenta de que el sol le era tapado por alguien más. Abrió sus ojos encontrándose con un ángel, aquellos rasgos tan finos, aquella mirada de ojos como la noche que contrastaban de manera perfecta con su piel blanquecina. Se levantó con el corazón latiéndole a mil por hora pero no fue hasta que escuchó su voz que su corazón explotó al no caber de tanta felicidad al tener semejante perfección frente a sus ojos.
-¿Tú eres TaeMin? -¡Sabía su nombre!
-…-Su mente se puso en blanco, no supo que decir y solo asintió con su cabeza.
-Aww, cosita.-Le pellizcó la mejilla lo que causó que el castaño se sonrojara. –Perdón, me dejé llevar.
-N-no se preocupe. –Bajó la mirada apenado, era realmente tímido y aún más ante las mujeres.
-¿Sabes donde esta Min…?-Su pregunta quedó en el aire, ya que dos fuertes brazos le rodearon la cintura.
-YoungMin, ¿me buscabas? –Y a TaeMin se le vino encima el mundo al ver como su mejor amigo depositaba un beso sobre aquellos labios rojos.
No quiso ver más y se fue de allí, cuando volvió a ver a su amigo este le explicó la razón de que su novia estuviera buscándolo en la escuela.
-Le resultaste realmente tierno. –Dijo entre risas.-Y mira que no cualquiera se gana ello ante sus ojos, me voy a poner celoso.
-¡MinHo-hyung! ¿Qué cosas dices? –Trató de seguirle la corriente.-Pero sabes que nadie se resiste ante mi ternura.-Hizo un puchero el cual difícilmente se le resistía alguien.
-Jajaj, lo sé pequeño. –Le revolvió sus cabellos.-Sabes que si fueras mujer andaría contigo solo por eso.
-¡MinHo!-Le regañó.
-Vale, vale yo solo lo decía.
Esa no fue la única vez en que TaeMin se topó con Young, al principio pensó que buscaba a MinHo y al principio así fue. Pero al pasar el tiempo, él se convirtió en su confidente, en el hombro en el cual podía llorar cuando se peleaba con Choi. Comenzaron a convivir mucho más tiempo e incluso más que con el moreno. Hasta que llegó ese día, en el cual todo se convirtió en un gran enredo.
Habían ido por un helado a petición del menor, los ojos de la chica demostraban un poco de tristeza y él solo quería hacerle sonreír. Veían las tiendas de ropa desde fuera al no poder entrar con comida y se hacían bromas entre ellos, Young se sentía como una quinceañera al lado del bailarín e incluso más feliz y querida que con su novio.
No supieron como sucedió, simplemente pasó. La mayor había puesto sus labios sobre los de él, pero no le rechazó sino que le correspondió. La chica se enterneció al darse cuenta que era el primer beso del pequeño así que no pasó de una unión de labios. Se separaron sonrojados y sin una explicación coherente.
-Lo siento. –Sí, este chico era demasiado tierno disculpándose con ella cuando el culpable no era él.
-Yo…TaeMin creo que me he enamorado de ti. –Confesó sin más, sin siquiera importarle las miradas de las personas a su alrededor.
Le abrazó contra su pecho, queriendo hacerle entender que él también se enamoró. Que cayó ante la tentación y solo quería estar a su lado aunque sabia excelentemente bien que era prohibida.
Fin POV TaeMin.
Si, definitivamente era un hijo de perra haciéndose pasar por aquel pequeño TaeMin que jamás dañaría ni a una mosca, cuando la realidad era otra. Era la peor escoria, saber que aun andaban y saber que MinHo se desvivía por aquella mujer cada día, cada hora, incluso cada segundo le hacía sentir cada vez peor y seguir fingiendo ser su amigo del alma. Pero a pesar de que algunas veces deseara acabar con todo aquello, revelar la verdad a los cuatro vientos y después desaparecer gracias a las enormes manos de su amigo no podía, y aunque sonase muy contradictorio no quería. Le encantaba la maldita forma de vida que llevaba, amaba tener a aquella mujer entre sus brazos a escondidas. ¡Joder! Era demasiado excitante ir por primera vez en su vida en contra de las reglas, en contra de los valores que le inculcaron e incluso en contra de la confianza de su mejor amigo.
Pateó la piedra que tenia frente a él, lanzándola lejos. Gritó. Gritó tan fuerte como sus cuerdas vocales se lo permitieron. Deshaciéndose de aquel sentimiento de culpabilidad que le oprimía el pecho o tratando de hacerlo, porque al terminar debido a que sintió desgarrar su garganta se sintió igual o peor. Y aún más sabiendo que en aquellos momentos, él tocaba lo que creía suyo, lo que compartían.
-Compartimos todo. –Soltó entre risas, eran tan buenos amigos.
Una sonrisa un tanto enferma se apoderó de sus labios, aquella pequeña carita estaba deformada por una expresión que nadie se podría imaginar en aquel ser que aparentemente era la inocencia andando. Y eso era lo que le atraía a YoungMin de él: su inocencia y su lado enfermizo que había ocultado tan bien durante tantos años.
Las horas pasaron, convirtiéndose en días aquella cruel jugarreta siguió de la misma manera. Solo uno de ellos no lo sabía aunque lo sospechaba. Celos era lo que pensaba día y noche MinHo que eran, un largo año fue lo que duró aquel pequeño juego. Un año lo suficientemente largo para los tres como para ya no querer deshacerse de él, pero como en todo juego debe de haber un Game Over: este no fue la excepción.
-Tae vamos por tu helado, llevas días enfadándome con ello. –Aventó una bola de papel a su compañero.
-¡Hyung! –Regañó al ver como estaba sobre aquel sillón, saliendo de detrás de aquel libro.-Tienes que terminar el proyecto.
-Ya, ya. Lo sé, no tienes porque recordármelo. –Resopló mientras bajaba los pies de la pared y volteándose para poder sentarse normalmente sobre aquel sillón.
-Estoy aquí para eso. –Dijo sin más, no tenía el humor para las payasadas de él.
-¿No te cansas de estar encerrado, Minnie?
-No, pero sí de tus fiestas.
Ambos se miraron a los ojos, reclamándose mutuamente todo. Sacando sus mejores excusas y reclamos, deseando que el otro se rindiera. Pero ninguno parecía querer hacerlo, sabían tanto del otro que cada vez tenían un comentario mejor que el anterior y la pelea hubiese durado aún más si el mayor no se hubiese echado a reír a carcajadas después de un rato dejando al rubio con cara de curiosidad.
-Tae, Tae, Tae sigues siendo el niño berrinchudo que conocí.-Revolvió sus cabellos mientras este inflaba sus mejillas, no le gustaba que le tratase como niño chiquito. –La noona con la que andes definitivamente se llevará un trofeo enorme.
Abrió los ojos, ver la sonrisa sincera de él hacía que sintiera un enorme hueco en su pecho. Respiró hondo y tratando de formar una sonrisa en su rostro, correspondió con una mueca algo parecida.
El timbre de la casa sonó, el mayor se levantó y fue a abrir no esperaba ninguna visita más. Pero ver a YoungMin definitivamente no le molestó en absoluto.
TaeMin siguió con lo que estaba haciendo, aún no entendía como había llegado hasta el punto de tener que ayudarle con su proyecto siendo él un grado escolar menor. Aunque de esa manera podía aprender algunas cosas y muy en el fondo sentirse menos culpable con lo que le hacía. El libro y la pluma cayeron de sus manos al ver quien había llegado, todos sus esfuerzos por ser un buen dongsaeng en esos momentos se fueron a la basura.
Trató de seguir con lo suyo pero no pudo evitar que sus manos comenzaran a temblar. La adrenalina comenzó a correr por sus venas cuando vio a MinHo desaparecer por las escaleras y a Young acercársele… Ya no fue consciente de sus actos, el otro TaeMin salió a flote.
Choi tomó una camisa del armario la que traía se había mojado de soda, su celular comenzó a sonar. Otro mensaje.
“Solo es cuestión de minutos para que descubras la verdad… campeón.”
Bufó, tiró el celular a su cama restándole importancia. Cambió de camisa y se fue con rumbo a la sala donde se encontraban sus dos visitas, bajó rápidamente con una sonrisa pero al llegar esta se borró de su rostro. No podía asimilar lo que sus ojos veían, TaeMin estaba sobre su novia en aquel sillón besándola. Por su mente pasaron demasiadas ideas, caminó hacia atrás chocando contra uno de los arreglos de su madre tirándolo al suelo. Los otros dos chicos se separaron rápidamente ante el ruido y él apareció con aquella misma sonrisa ante ellos sentándose en el medio de los dos.
-Disculpen la tardanza, solo que me mandaron un mensaje un tanto estúpido. –Rió un poco. – ¿Pueden creerlo? ¡Dios! ¿En qué pensarían? TaeMinnie si eres un amor.
Ninguno de los dos entendía la actitud del mediano, ¿De qué mensaje estaba hablando? Él pasó los brazos alrededor de ambos hombros acercándolos aún más a su cuerpo.
-Son mi única familia, no quiero que me fallen. –La voz se le quebró.
-Min-MinHo-hyung. –Habló con miedo.
-Sí… los vi.
Se separaron rápidamente de él, parándose. Se podía ver el temor en ambos ojos pero el futbolista solo veía el suelo mientras algunas lágrimas corrían por sus mejillas.
-Pero, saben… No me importa. –Se levantó y los abrazó de nuevo. –Por favor no me dejen.
Ahora los confundidos eran ellos, ¿Cómo una persona podía actuar de aquella manera después de una traición tan grande? ¿Tan grande era su obsesión que no podía ver más allá de sus ojos? El menor se separó, no podía más. Lo golpeó.
-No quiero que me perdones, no quiero que simplemente lo dejes pasar. ¡Golpéame! –Comenzó a gritarle lanzando más golpes que el moreno esquivaba fácilmente. – ¡Desquítate! ¡Mátame! Pero por favor no lo hagas tan fácil.
-Game over. –Fueron las únicas palabras que salieron de los labios de la muchacha.
Voltearon a verla, tenía una sonrisa sobre su rostro. Se miraron entre ellos y un pequeño “clic” hizo que todo encajara. Todo aquel tiempo aquella mujer había estado jugando con ambos, haciendo que su amistad se viese interrumpida. Años y años jurándose lealtad que se habían ido por el caño al conocerla, por ello apareció en sus vidas. Entrando inconscientemente en aquel juego donde no habría ganador solo dos corazones rotos y una amistad interrumpida por la culpabilidad de uno y el odio del otro. Siendo saboteado por la actitud incoherente del alto. Tomó su bolso para salir de allí.
-¿Por qué? –Quiso saber el pequeño, mientras observaba como el mayor caía al suelo de rodillas.
-Porque estaba aburrida.
Y sin más salió de aquella casa enfadada ya de aquel par…
Un chico con el cabello bicolor esperaba pacientemente debajo de aquella parada de autobús a que la lluvia parase cuando una chica se adentró al mismo lugar. No pudo ocultar su impacto al ver semejante belleza.
-Hola, soy YoungMin. –Comenzó la charla.
-JongHyun. –Estrechó su mano con una sonrisa boba sobre su rostro.
-¿A dónde te diriges?
-Con Key, mi mejor amigo.
-¿Enserio? ¿Puedo ir contigo?
-Sí, ¿Por qué no?
El juego ha comenzado…
Re: Game Over
PERRA!!!!!!!!!!!!!!
ASKFJSDFKGKDFHLGKH OPSSSS
LO SIENTO ES LO ÚNICO QUE PUEDO PENSAR EN ESTE MOMENTO....................JAJAJAJAJAAJ GRACIAS X COMPARTIRLO!!!
SALUDOS :HELLO:
ASKFJSDFKGKDFHLGKH OPSSSS
LO SIENTO ES LO ÚNICO QUE PUEDO PENSAR EN ESTE MOMENTO....................JAJAJAJAJAAJ GRACIAS X COMPARTIRLO!!!
SALUDOS :HELLO:
Pauletta
Onew!!!!
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