Tic Tac, Tic Tac, Tic Tac


- ¿me amas?
- Como loco


Su sonrisa se ensanchaba tanto que sentía doler sus mejillas, pero era feliz no lo podía evitar esas palabras que siempre le habían costado pronunciar eran recibidas con sentimientos correspondidos su mente divagaba, lejos muy lejos de ahí.


No podía dejar de pensar en aquel chico de mirada tierna, que era el dueño de sus pensamientos durante todo el día y era el tema principal de sus sueños durante las noches podía jurar que tenía los ojos más hermosos que en su vida había visto, amaba el brillo singular que desprendían al hablar con emoción y como se cerraban en casi una línea cuando sonreía abiertamente.


Como olvidar la voz de ese chico que era como el coro de los mismísimos ángeles, cualquiera le diría que sonaba totalmente tonto su pensamiento pero para él, la voz de su chico era a lo que imaginaba seria el coro de los ángeles, arrullándolo durante las noches al escucharlo cantar desde su cama cuando ya estaba dormido o a punto de caer con Morfeo.


Ni que decir de su sonrisa, aquella por la que sentía derretir su cuerpo cual helado en verano, cuando veía la deslumbrante sonrisa del mayor, aun cuando fuera después de burlarse de él, Kibum solo fingía molestia para ocultar su débil reacción, aquella que hacia bailar a su corazón con arritmia desenfrenada.


La mayor adicción de todas podría decir que era su olor, el mayor que debía llamar Hyung por costumbres coreanas desprendía un fuerte olor, tanto que aun cuando Kibum tenía los ojos cerrados intentando conciliar el sueño y el travieso Jonghyun quería hacerle una broma, aun que usara todo el sigilo posible para no ser descubierto en el acto, el pequeño rubio ya sabía que Jonghyun estaba en la misma habitación. Sin embargo el siempre fingía no percatarse de ello.


Tic tac, tic tac, tic tac…


El sonido de las manecillas del reloj que ahora marcaba las 3:00 AM


El todopoderoso se removió entre las sabanas, molesto con su mente por aprovecharse del insomnio para hacer vagar por pensamientos cursis… otra vez


Tic tac, tic tac….


Definitivamente esas vacaciones, se estaban haciendo las más largas de su vida y el que pensaba que por fin podría dormir bien.