Los nervios me mataban, era la primera vez. Trabajaba en una empresa muy importante en Korea. Era el secretario de dirección, pero por primera vez en lo que trabajaba allí, que serían como tres meses, iba a conocer al jefe, el cual había estado de viaje en Europa. Esperaba en mi mesa haciendo los papeles necesarios esperando el momento. Me habían contado mucho de él, cosas buenas como malas, al fin y al cabo, era el jefe. Necesitaba su firma en los documentos, anteriormente los envíaba por fax y él los firmaba, su caligrafia era hermosa, por no decir perfecta, pero ahora podría ver como los firmaba en persona. Suspiré sonoramente. La tensión era notable, la gente que trabajaba arduamente ahora lo trabajaba más y la gente que antes no trabajaba ahora trabajaba. Todos estaban nerviosos.
La puerta de la oficina se abrió, miles de ojos fueron a ella, esperando ver al manda más, pero apareció Taemin, el chico que se ocupaba de la página oficial y de correr los mensajes por las redes. El chico sonrió y se acercó a mí.
-Creo que lo he visto- dijo en voz muy baja para que nadie lo oyera.
-¿De verdad?- le dije igual de bajo-. ¿Cómo es?
Taemin llevaba trabajando el mismo tiempo que yo, ninguno de los dos sabía de él.
-Pues... los rumores se quedan cortos- dijo Taemin decepcionado-. Es un hombre mayor- dijo con un deje de tristeza.
Nuestros compañeros habían dicho que era un joven muy apuesto y varonil, alguna que otra estaba enamorada de él. Suspiré, nos habían mentido.
-Vete a tu puesto que como nos vean hablando...- dije al ver las miradas de las mesas más cercanas hacia nosotros.
Taemin asintió y se marchó a su mesa. Continué con los papeles indicados. ¿Cuándo llegaría?

Estuvimos a la espera. Me cansé de tanto esperar que dimos por echo que ya no vendría, era casi ya la hora de la merienda, desde la mañana sin aparecer. Me levanté de la mesa y me dirijí a la mesa de Jinki.
-Toma hyung- le dije-. Tienes que revisarlos.
Jinki asintió y me fui otra vez para mi sitio. Miré el reloj, ya era la hora de la merienda. Cogí mis cosas y me preparé para salir una media hora que me correspondía. Agarré la pequeña bandolera y salí no sin antes avisar a SeungHo.

Después de una rápida merienda volví a entrar en la oficina, la cual estaba agitada. Busqué a SeungHo para avisarlo de mi llegada.
-Veo que ya estás- dijo sonriendo.
-¿Qué pasa, hyung?- le pregunté.
Negó con la cabeza ante mi pregunta no formulada. Suspiré. Fui a mi sitio y continué con los papeles y papeles y más papeles.
La puerta de la oficina se abrió nuevamente, nadie miró, ya la gente se esperaba a algún bobo que nos ponía en tensión.
-Buenos tardes- dijo una voz aterciopelada.
Miré a aquella persona que había roto el silencio del lugar. Un hombre esperaba en frente de la puerta con una mujer, un chico y un hombre mayor a su lado. El chico no estaba nada mal. Tenía un cuerpo muy bien definido y una hermosa y fina cara. Vestía unos pantalones negros ajustados y una camisa blanca de botones. Su cabello fue lo que más me sorprendió, era blanco. Sonreí, era el compañero de trabajo por el que te daría igual ir a trabajar todos los días o hacer horas extras.
-Siento la tardanza- dijo con una enorme sonrisa llena de calidez.
Algunos suspiros de lastima fueron sueltos en la habitación, era fácil saber la razón de aquellos suspiros, un hombre así no estaba al nivel de ninguna de ellas... y de ellos. Me acerqué a mi compañero.
-¿Quién es?- le pregunté en voz muy baja sin quitar la vista de aquel chico.
-Es el jefe- dijo igual o más bajo.
Sus palabras se me atragantaron. *¿¡El jefe!?*
Todas las personas se levantaron después de haber asimilado su presencia, no me hice de rogar. El joven sonrió un poco culpable al interrumpir el trabajo y caminó por el pasillo para ir a la puerta del final, la puerta que estaba tan solo a unos tres o cuatro metros de mí. Pasaron en ella los que lo acompañaban y él se detuvo antes de entrar.
-Trabajen duro, chicos- sonrió.
Lo observé entrar y cerrar la puerta. Las persianas del despacho se cerraron y todo quedó en silencio. Mi corazón palpitaba a mil por hora, estaba de los nervios, ese hombre me había puesto de los nervios, su presencia era increíble, en todos los aspectos.
El día llegó a su fin. El jefe y las personas que estaban con él no habían salido todavía. Recogí mis cosas y salí acompañado de Taemin y Jinki.
Bajamos el ascensor en silencio, pues estaba lleno. Al abrirse las puertas la gente se dispersó y caminamos por la calle.
-Es increíble- dijo Taemin.
-¿Quién?- le pregunté.
Taemin se sonrojó.
-El chico que estaba en la puerta con el jefe- susurró.
Me reí, no me había fijado ni en el chico que estaba con él.
-No pensé que el jefe fuera tan joven- dije.
-Tiene un año menos que yo- añadió Onew.
Taemin y yo los miramos. Asintió.
-Nació en 1990 y yo en 1989- dijo riendo.
Solo me llevaba un año...
-¿Cómo un chico tan joven puede estar llevando una empresa tan importante?- le pregunté.
Onew levantó los brazos.
-La cogió cuando cumplió la mayoría de edad.
Lo escuchamos asombrados. Guau...
-Bueno chicos, hasta mañana- dijo Taemin.
Levanté la mano en forma de despedida y se marchó dando la vuelta a la esquina. Onew se metió en un portal pasos después.
Caminé a mi casa pensando en el día. Aquel chico era muy guapo, dejando de lado, lo increíble que era. Mi corazón latía ferozmente. Acaso... ¿estaba nervioso por el echo de pensar en él?

Capitulo 2

La mañana llegó rápido. Me vestí y salí por la puerta de mi apartamento. No tenía coche y debía ir caminando, como esa mañana.
El sol aún no salía, serían menos de las seis de la mañana. El fresco de la brisa era reconfortante. Pocas personas pasaban por la calle. Al girar la esquina me encontré a dos chicos corriendo, estaban muy locos, quién podía correr a esas horas de la mañana. Dejé de tomarlos en cuenta, aunque uno de ellos se me hacía conocido. Solo pude apreciar risas provenientes de ellos. Aceleré el paso. Al pasar por delante de la casa de Taemin esperé abajo. Al rato después bajó él con su sonrisa habitual, sus cabellos negros jugaban con el viento, le quedaba muy bien así, poco tiempo atrás lo llevaba castaño.
-Bueno días hyung- dijo con una enorme sonrisa.
-Buenos días Taeminie- le contesté.
Caminamos hasta llegar al gran edificio en el que trabajabamos. Subimos en el ascensor. Poca gente había a esa hora, la mayoría comenzaba a aparecer a partir de las seis y media. El ascensor se detuvo en nuestra planta, abrimos la puerta, Jinki estaba sentado en su sitio tomandose un café.
-Hola chicos- dijo riendo-. Parece que somos los primeros, como siempre.
Reimos ante su comentario. Coloqué mis cosas en su lugar fijandome que en la mesa habían unos documentos que yo no recordaba haber dejado ahí. Los revisé, tenían la firma del jefe, el cual todavía no sabía si quiera su nombre. Su trazo con la pluma era explendido. Pasé un dedo encima de su firma. Los guardé en el cajón de mi mesa y fui a los chicos con una sonrisa.
-Yo quiero café también- le dije a Taemin que iba a hacerse uno.
Me senté al lado de Onew.
-¿Visté los papeles sobre tu mesa?- afirmé-. Los ví está mañana y me pareció extraño, nunca dejas papeles fuera de su lugar.

Poco a poco la oficina comenzó a llenarse y con eso llego la hora de trabajar. El jefe ya estaba en su despacho, pero esta vez estaba solo. Lo había visto unas cuantas veces verlo salir apresurado.
*Tiri tiriririri*
Apreté el botón del telefono.
-¿Podría pasar por mi despacho, señor Kim?- me dijo con su voz melodiosa.
-Ahora mismo- le contesté.
Taemin me vió levantarme y me guiñó el ojo. Toqué la puerta del despacho y desde dentro se pudo apreciar un sonoro adelante. Al entrar me sorprendí de lo hermoso que era, aunque no dejaba de ser simple. Dos grandes estanterias recorrían el despacho, en medio de él una mesa llena de papeles, una computadora. Detrás de ella una silla con un hermoso hombre, que detrás de sí, había un enorme ventanal que dejaba ver los edificios de la ciudad y entrar la luz del sol. Mi jefe alzó la vista y me sonrió. Acogedora sonrisa.
-Buenos días- dijo levantandose.
Hice una pequeña reverencia, pero él se acercó a mí y me dió la mano. Me quedé un poco impresionado.
-Lo siento,- me dijo entre risas-. Es costumbre.
Asentí.
-Bueno- se alejó de mí hacía la estanteria de la derecha-, creo que no me he presentado- dijo revolviendose sus cabellos blancos-. Soy Kim JongHyun, y soy el encargado de la empresa.
-¿Encargado? Eres el jefe de la empresa- dije riendo.
Ante mi comentario Jonghyun comenzó a reirse.
-Tienes razón- me guiñó un ojo.
No pude evitar sonrojarme.
-Yo soy Kim Kibum, el secretario de dirección- le dije sonriendo.
Jonghyun me devolvió la sonrisa, pero luego se puso serio, se sentó en la silla y cogió unas hojas.
-Toma asiento que esto va para largo- dijo con un suspiro.
Algo iba mal y era evidente. Tomé asiento y esperé a que dijera algo. Jonghyun me pasó unos papeles que plasmaban las ganancias y perdidas de la empresa.
-¿Esto es verdad?- le pregunté sin dejar de mirar los papeles.
-Sí, es lo que ves. En mi ausensia, las ganancias han bajado un 30%- me dijo.
No me lo podía creer. ¿Cómo podía ser eso?
-Tenemos que cambiar eso, hacer que las ganancias se incrementen, y para ello he vuelto antes de tiempo. No pude terminar el contrato con una empresa emprendedora en Europa, por ello, tendré que marcharme nuevamente, pero, antes de irme quiero solucionar todo y que no vuelva a ocurrir. Confio en mis trabajadores, al igual que espero que ellos confien en mí, pero ahora... no puedo confiar en que no vayan a hacer lo mismo. Por ello quiero darles a entender que gracias a ellos la empresa continua en pie, y que gracias a ellos la empresa va a continuar en pie- me dijo.
Era un hombre muy apuesto y respetuoso, no cualquiera haría eso.
-Y... ¿qué pinto yo en esto?- le pregunté.
-Fácil, quiero que me ayudes a emprender de nuevo las ganancias, que des ideas para poder cambiar esto- contestó con una sonrisa-. Eso es lo que conlleva ser secretario de dirección.
Asentí ante sus palabras, no era mala la idea, dejando de lado, que no tenía idea como poder cambiar todo. No estaba especializado en ello.
Ante aquel silencio la puerta se abrió rápidamente, ocasionando la mirada de Jonghyun y mía en ella. Un chico alto y con ojos de rana miraba al peliblanco. Jonghyun se levantó rápido del asiento.
-Espero tú ayuda, Kibum- me dijo antes de salir apresuroso.
Miré como su cuerpo salía del despacho y me dejaba solo. Me acerqué a los ventanales y miré las grandes vistas que se apreciaban tras ellas. Tomé aire y sonreí. Miré la mesa de mi jefe, no tenía ninguna foto ni nada. Lo dejé pasar, no hice más. Miré los documentos que me había dicho que podía llevarme y salí del despacho, no sin antes darle una pequeña miradita más.
Me senté en mi lugar y suspiré. No se me ocurrían ideas, ¿cómo podía yo un inexperto poder solucionar tal problema? Guardé los documentos que Jonghyun me había entregado y los metí en la gaveta con llave de mi escritorio. Miré el reloj, era la hora del descanso. Taemin y Onew me esperaban en el bar que estaba al lado del edificio. Tomé asiento a su lado.
-¿Y?- preguntó Taemin muy interesado.
-Y ¿qué?- le pregunté.
-¿Qué te dijo? ¿Se presentó? ¿Cómo es? ¿Cómo es el despacho? ¿Viste al alto entrar? ¿Qué le dijo? ¿Qué relación tienen? ¿Qué...?- le levanté la mano para que se detuviera.
-Una por una amigo- le dije riendo.
Onew no lo pudo evitar y también rompió en risas.
-Se presentó y se llama Kim Jonghyun- dije intentando no sonrojarme al recordarlo-. Es una persona muy... buena, apuesta, varonil, amable...- me detuve antes de parecer un loco enamorado-. El despacho es increíble. Tiene dos grandes estanterias llenas de libros y un ventanal al final del despacho, con unas vistas increíbles- dije riendo-. Sí, vi al alto entrar y parecía agitado, pues no dijo nada, con solo mirar a Jonghyun-hyung, él se levantó al vuelo. No sé que relación tienen Tae- dije ya entre risas-. ¿Cómo voy a saberlo?
Onew y Taemin recibieron mis palabras con agrado.
-Joo~ Yo quería saber que relación tienen, son muy cercanos, ¿no?- dijo apenado.
-Solo los he visto juntos dos veces- dijo Onew riendo-. Las veces que hemos visto al jefe después de su ausensia.
-¿Para qué te llamó?- dijo Taemin comiendose un trozo de carne que el camarero había traido, ya no hacía falta pedir, él chico ya sabía lo que queríamos.
-Pues porque...- dudé en decirlo, pero ¿qué más daba? eran mis amigos-. No digais nada, pero las ganancias han bajado en su ausensia y me pidió sugerencias para poder cambiar eso. Pues él se tiene que marchar otra vez para Europa para cerrar un contrato con una empresa de allá.
Taemin y Onew estaban asombrados.
-Es normal- dijo Taemin-. Nadie trabaja como deberían hacerlo, desde que llegó Jonghyun-hyung la gente está trabajando más arduamente, es notable de quienes se trata.
-No quiero que le digais a nadie, por favor- les dije-. Pero, si alguna idea... no dudeis en decir.
Los chicos asintieron.

Terminamos de comer y subimos a nuestro puesto de trabajo. Muchos mensajes llegaban a mi móvil de Taemin con ideas locas y alguna que otra cosa más. Reí ante sus ocurrencias. Continué ojeando y rellenando papeles. Una llamada rompió el silencio de mi mesa. Era un número desconocido.
-¿Sí?- pregunté.
-¿Kibum?- le oí decir. Mi sangre se heló-. ¿Podrías por favor ir a mi despacho y traerme unos papeles de una carpeta negra que están en la estanteria?
-Sí, faltaría más, pero ¿a dónde?
-¿Sabes de la empresa Noriko?- me preguntó.
-Sí sé- le contesté.
-Pues llevamelos ahí. Pregunta en recepción por mí, gracias Kibum.
Colgó y me dejó allí, con el teléfono en mis manos. Lo guardé en el bolsillo trasero de mi pantalón y fui a su despacho.
-Te van a pillar, Kibum- me dijo Jessica antes de entrar en él.
Le hice una mueca y entré. Busqué esa carpeta en la estantería, estaba bien escondida, con todos esos libros y carpetas de colores oscuros pasaba inadvertido. Fui a mi mesa y agarré mi bandolera, guardé la carpeta y salí de la oficina, no sin antes avisar a SeungHo de ello.
Llegué a la empresa Noriko.
-Hola, buenas tardes, busco a Kim Jonghyun- le dije a la chica de recepción.
La mujer me miró.
-Está en una reunión ahora mismo y no puede entrar- dijo la chica.
-El señor Kim me dijo que le llevara unos documentos, digame donde se encuentra por favor- le dije ya un poco irritado.
-¿Cómo puedo verificar yo eso, chico?- preguntó ya molesta.
Me quedé callado, lo podía llamar, pero ¿molestarle? El teléfono de recepción sonó y la chica lo cogió su cara mostraba asombro.
-Sí- dijo antes de colgar-. Suba a la segunda planta, la primera puerta a la derecha.
Hice caso a sus palabras. Subí las escaleras rápido y busqué la primera puerta a la derecha. Toqué la puerta y me adentré dentro.
-Kibum- dijo Jonghyun sonriendo. Cogió la carpeta que le ofrecí-. Muchas gracias. Esperamé por favor.
Hice caso a su petición, me indicó una silla de la mesa y me senté a escuchar.
-No puedes decir eso- dijo el señor que estaba sentado en frente de Jonghyun.
-Disculpe- dijo Jonghyun-, puedo rebatir todo lo dicho por usted.
Jonghyun le mostró unos papeles de la carpeta que hacia poco le había traido.
-Las tasas se han elevado un 20%, pero no porque hayan subido pueden dañar a las empresas, podemos hacer que ellas no nos dañen y realizar una alianza para ello. Con ambas empresas podremos elevar las ganancias y reducir las perdidas, aunque es posible que los primeros meses consigamos unas pequeñas perdidas. No se deje engañar por lo que vea y analice la situación- terminó Jonghyun.
El señor estaba molesto por la seguridad que mostraba Jonghyun, no me había enterado de nada de lo que había dicho, pero me parecía un dios. El señor se levantó molesto y dio un pequeño golpe a la mesa.
-No diga tonterias muchacho- añadió el señor.
Jonghyun suspiró.
-Su empresa a perdido ganancias, ¿cómo me puedo permitir confiar en alguien de su calibre?- le dijo desafiante.
-Mi empresa ha bajado las ganancias, sí cierto, pero no por ello mi empresa no va a ser prometedora y no va a emprender, no se deje engañar por pequeños momentos, he estado en Europa ocupado y no he podido estar apoyando a mis trabajadores, pero sepa usted que ellos pueden hacer que elevemos las ganancias más de las que antes ganabamos, y si usted no desea hacer caso a lo que digo, no lo haga, cuando pierda ganancias, no venga a mí señor- le dijo Jonghyun levantandose de la silla-. Vamos Kibum.
Me levanté de mi lugar y me acerqué a Jonghyun.
-Mocoso- dijo el señor-. Te vas a arrepentir de tus palabras, tu empresa se hundirá más todavía, y al final chocará y caerá en el quiebre. Desde que tomaste el mando de ella, todo ha cambiado ha ido a mal.
Jonghyun le sonrió e hizo una reverencia.
-Buenas tardes, señor Park- le dijo antes de marcharse por la puerta seguido de mí.
Caminamos en silencio.
-Gracias Kibum, por traer los papeles, aunque no hayan servido de mucho- sonrió.
-Nada, señor Kim- le dije.
-Jonghyun- me dijo-, llamamé Jonghyun.
Sonreí.
-Pues Jonghyun-hyung, llamamé Key- dije riendo.
Asintió y me sonrió. Salimos de la empresa Noriko y nos subimos a su flamante volvo. Me puse el cinturón y me coloqué bien. Jonghyun puso el manos libres y marcó un número, arrancó y nos pusimos en marcha.
-¿Minho? Tenemos que hablar- dijo antes de colgar.

-Hyung, por ahí no se va a la empresa- le dije intentando sonar normal.
-Vamos a pararnos en un lugar antes- me dijo. Dirigió la mirada a mi persona-. Espero que no te moleste.
Negué con la cabeza. Me daba igual el lugar al que fueramos, el delicioso aroma que podía apreciar de su perfume era perfecto, a demás de su voz y solamente su presencia.
-¿Alguna idea?- me preguntó sonriendo mientras esperaba a que se pusiera el semáforo en verde.
Puse una mueca.
-No...- dije tristemente.
-No te preocupes, todo saldrá cuando menos te lo esperes- me miró y me guiñó un ojo-. Yo tengo una, pero todavía no creo que pueda decirtela, no aún.
-Ahora haces que me ponga curioso, hyung- le dije de morros.
¿En qué momento había entrado en tal confianza con él?
-Podrás aguantar- dijo riendo.
El camino fue tranquilo con algún que otro comentario.
-¿Cómo es Europa?- le pregunté.
Jonghyun rió.
-La verdad, solo fui a España- dijo riendo-, y las Islas Canarias- dijo riendo.
Abrí los ojos sorprendido.
-Me encantaría poder ir allí...- dije en un susurro.
Jonghyun no dijo nada, no me había escuchado.
Al rato llegamos a una cafetería un poco apartada. Jonghyun me invitó a salir, le hice caso y entramos en la cafetería, a lo lejos pude divisar a aquel chico que había entrado agitado al despacho de Jonghyun el día anterior, por culpa de Taemin, empezaba a temer lo peor de ambos.
-Hola- dijo Jonghyun seriamente.
Entendí el ambiente, estabamos ahí, o más bien, estaban ahí para hablar de algo serio.
-Buenas hyung- le dijo el chico cara rana.
Me miró y se quedó quieto.
-No te preocupes- dijo Jonghyun-. Él es Kim Kibum, el secretario de dirección.
Me reverencié.
-Encantado- dijo el chico-. Yo soy Choi Minho, mejor amigo y compañero de negocios de este... hombre- dijo riendo.
Me regaló las mejores palabras que nadie me podría haber regalado, "mejor amigo". Tomé asiento al lado de Jonghyun y escuché la conversación de ambos.
-¿Qué ocurre Jonghyun-hyung?- preguntó Minho temeroso.
-Se negó a crear la alianza Minho- dijo el peliblanco en un suspiro.
-No te preocupes- le dijo-. Eso es lo de menos, lo importante es que puedas realizarla con la compañía de mi padre.
Jonghyun suspiró y bajo la cabeza poniendo sus manos en la cien.
-Si no pude convencer a ese hombre, dudo mucho que pueda con tu padre- dijo riendo tristemente-. Por mucho que me conosca desde hace muchos años hemos bajado en ganancias y eso... nos hace perder mucho.
La tensión se hizo presente.
-No te preocupes Jonghyun-hyung- le dijo Minho.
Muchas dudas revolvían mi cabeza.
-Solo espero conseguir que la idea que tengo surta efecto, porque entonces... no sé que más puedo hacer- dijo suspirando.
El móvil de Jonghyun sonó rompiendo la tensión. Cogió el móvil y sin mirarlo contestó.
-Kim Jonghyun- dijo-. Ya, estoy enterado de ello- volvió a decir tomando nuevamente silencio-. No se preocupe, lo sé, haré lo posible, llame para ver cuando lo puedo atender, sí... ahora mismo no sé- dijo sonriendo falsamente-. De acuerdo, lo espero. Muchas gracias señor Chang.
Colgó el teléfono y nos miró.
-Tenemos que irnos- me dijo-. Minho lo siento, pero tengo mucho que hacer, llamame y... bueno, no pude hablarte de aquello que tenemos pendiente, pero vas a ver que tengo razón.
Minho solo asintió con una sonrisa en el rostro y se despidió de mí con la mano, cual gesto yo copié. Seguí a Jonghyun al coche.
-Vamos a la oficina, tengo que hablar con todos- dijo seriamente.
Asentí y tomamos camino a el edificio de la empresa. Subimos el ascensor en silencio. Alguna que otra chica del ascensor miraba a Jonghyun con recelo, el cual miraba unos papeles muy en silencio. El ascensor se abrió y entramos a la oficina.
-Chicos- dijo Jonghyun en voz alta-. Dejad lo que estais haciendo esto es muy importante.
Cerré la puerta de la oficina, estabamos todos, no era la hora de comer ni de la merienda.
-No sé si ya sabeis, que seguramente la mayoría de ustedes está al corriente, hemos bajado ganancias- dijo Jonghyun con mucha seguridad y seriedad-. Por ello debemos incrementar lo que hemos dejado que baje, y lo más importante, que suban más- tomó silencio y buscó a alguien con la mirada-. Taemin- dijo señalando al pequeño-, tengo que pedirte que realices unos cambios, después pasa por mi despacho, quisiera hablar sobre ello. Mmm.. Los encargados de la publicidad necesito algo nuevo, impactante, que se salga de los esquemas, lo dejo todo en ustedes- dijo sonriendo a los de aquella sección alejada-. Ustedes- dijo señalando otra más-, necesito más fuerza, más velocidad y arranque, no quiero que esteis sentados sin hacer nada, aquí se viene para trabajar y para sacar adelante una empresa, no para jugar. Quiero que las ganancias suban, quiero poder hacer alianzas con nuevas empresas, para ello necesito propuestas buenas y prometedoras, además de que podamos darles a entender a dichas empresas que valemos mucho y que hacemos todo lo que nos proponemos.
Los chicos asintieron sonriendo. Muchas palabras de aliento salían de sus bocas para animar el ambiente. Sonreí, esa era su idea.
Jonghyun me pidió que lo siguiera a su despacho con Taemin. Lo llamé y fuimos juntos sonriendo.
-¿Me llamaba señor Kim?- preguntó Taemin.
Jonghyun asintió.
-Tengo muchas expectativas contigo, Taemin- dijo sonriendo-. Sé que eres muy bueno en tu campo, sino no estarías aquí, por ello quiero que elabores un trabajo con la web que deje a todos fuera de expectativas, ¿qué opinas al respecto?
Taemin asintió y elevó su mano a sus labios, en algo pensaba y dudaba en decirlo.
-Dilo Taemin, no te va a matar- le dije muy bajo.
Taemin se hizo con el valor y se acercó a Jonghyun. Señaló el portatil y Jonghyun sonrió levantandose de la silla, dejandole sitio para que se sentara. Taemin tomó asiento un poco avergonzado y comenzó a escribir en el ordenador. Jonghyun miraba atento sus pasos. Su mirada era seria y atenta, no comprendía como Taemin seguía tan seguro ante aquella mirada pegada en su trabajo. Tal vez yo era el único que se ponía nervioso ante ella.
-¿Qué te parece, señor Kim? - dijo Taemin.
-Jonghyun- dijo el peliblanco-. Me parece muy bien, parece que lo has pensado, es excelente, esas cosas son las que necesitamos, atrapar a los jovenes también, no solo a los mayores.
Jonghyun revolvió los cabellos de Taemin, el cual sonrió satisfecho, haciendome sonreir a mí también ante tal inevitable lindura.
-Key- dijo Jonghyun. Me alegré al saber que se acordaba de mi nombre de pila-. Quiero que estés atento ante las subidas y bajadas a lo largo de la semana, si no hay cambio alguno avisame, entonces, tendremos que tomar medidas drásticas.
Asentí ante sus palabras.

La noche llegó. Jinki, Taemin y yo caminabamos con algún que otro comentario sobre todo, cuando decidí decirlo.
-Taemin, ya sé- le dije sonriendo abiertamente.
-¿Ya sabes?- me preguntó confuso.
-Jonghyun-hyung y Minho son mejores amigos- le dije en voz alta y sin cuidado.
-¿Minho? ¿Mejores amigos?- dijo bajito, cuando por fin reaccionó-. ¿¡Se llama Minho!? ¡Son mejores amigos!- se puso a dar saltos de alegría, me incluí con él, sí, lo son.

Un mes pasó desde que Jonghyun había llegado y había decidido incrementar las ganacias, lo habíamos conseguido, las ganancias habían incrementado notablemente.
Todos trabajaban seriamente junto a mí. En el despacho se encontraba un silencioso y trabajador Jonghyun, que de vez en cuando me llamaba para preguntarme sus citas y demás.
Taemin me sonrió al pasar por mi lado, le contesté la sonrisa. Como si hubiera sido encendido un escandolo se escuchó desde el pasillo de fuera. Jonghyun se asomó y buscó la razón de aquellos gritos con la mirada, pero no lo encontró. Tranquilamente se fue acercando al lugar del escándalo, todos permanecían sentados mirando al jefe, el cual abrió la puerta de la oficina para poder observar a un hombre chillar barbaridades mientras era agarrado por guardias. La gente miró al señor con cara de asustados, de confusión... Ese señor se me hacía muy familiar, demasiado.
-Señor Park- dijo Jonghyun con una enorme sonrisa en el rostro haciendo una reverencia-. ¿Qué hace usted por aquí?
El señor más molesto ante las palabras de Jonghyun se zafó de los guardias y lo agarró por el cuello de la camisa. Los guardias iban a detenerlos cuando Jonghyun levantó la mano para que se quedaran quietos.
-Eres un maldito- le dijo a Jonghyun-. Por tu culpa mi empresa se puede ir al quiebre.
La gente al oir eso se horrorizaron. Parpadeé un par de veces. Yo había estado presente en la reunión de Jonghyun con tal señor.
-Relajese señor Park- dijo Jonghyun aún en tranquilidad-. Usted solo se arruinó, las tasas subieron y no supo jugar con el dinero, no es mi culpa, lo único que busca es encontrar algún culpable de su fallo y disculpeme señor, pero el único culpable... es usted- le dijo Jonghyun con una sonrisa en el rostro.
El señor se molestó aún más y alzó la mano derecha, la mano desapareció de mi vista para ir a parar en el rostro de el peliblanco, pero no llegó, pues el peliblanco la detuvo con su mano izquierda.
-No comience un juego que pueda perder, señor Park- le dijo ahora seriamente y amenazante.
El señor al pillar las palabras de Jonghyun lo soltó del cuello. La mano de Jonghyun aún agarraba la del señor. La soltó y le sonrió.
-Ahora, ¿quiere usted pasar a mi despacho, sunbae?- le dijo con una sonrisa.
El señor chistó y camino el pasillo hasta el despacho de Jonghyun, pasaron por mi lado y Jonghyun antes de entrar nos avisó.
-Continuad chicos- sonrió.
La puerta se cerró tras él y no pude evitar quitar la vista de ella. El señor estaba muy loco, me dio miedo lo que pudiera ocurrir ahí dentro. Un ruido me avisó de un mensaje en el contestador. Presioné el botón para escucharlo.
-Señor Kim su vuelo a sido elegido, será el día 21 a las cinco horas de la mañana. Gracias por confiar en nosotros.
El mensaje de voz se detuvo, ¿al día siguiente? ¿se iba a marchar a Europa nuevamente? ¿Cuántos días? ¿Cuánto tiempo?

Capitulo 4

El señor Choi salió del despacho acompañado de Jonghyun con una cara que mostraba seriedad y respeto. Jonghyun llamó al ascensor y se dirigió al señor Choi.
-Muchas gracias muchacho- le dijo el viejo-. Muchas gracias nuevamente, espero volver a hacer negocios con usted en un futuro próximo.
Jonghyun tomó su mano e hizo una reverencia.
-El placer es mio señor Choi- le dijo con una sonrisa.
El ascensor se abrió para dejar pasar al señor que despidió a Jonghyun con una reverencia, a la cual éste contestó con una igual. Cerró la puerta y entró en la oficina.
Iba directo a su despacho. No sabía si detenerlo. Me levanté de mi asiento y fui a él. Jonghyun me miró esperando a que hablara y le señalé el despacho. Sonrió y entró después de mí. Tomó asiento en su lugar y me miró antes de continuar con los papeles amontonados que lo esperaban.
-Jonghyun-hyung...- murmuré.
Me miró más atento con una hermosa sonrisa en su rostro, que lo único que conseguía era ponerme más nervioso.
-Tu vuelo...- dije un poco más alto.
-¿Ya avisaron de cuándo sería?- preguntó más curioso.
Asentí a sus palabras.
-Es el 21 a las cinco de la mañana- le dije intentando aparentar tranquilidad.
Jonghyun asintió y me sonrió.
-Gracias por decirme, Key- dijo cogiendo unos papeles.
-De nada- dije saliendo de la habitación.
Me senté en mi lugar e intenté contener las lágrimas que no paraban de salir de mi corazón. Suspiré y continué con mi trabajo, tenía unas ganas horribles de ir a mí casa y esconderme bajo las sabanas.

La noche llegó lenta y silenciosa. Taemin me avisó de que Minho lo había invitado a tomar unas copas y que iba Jonghyun, así que pensó en invitarme. Dudé mucho en contestarle, lo que menos me apetecía era ir de copas, pero era una oportunidad de estar con Jonghyun que no fuera dentro del horario laboral. Acepté después de una enorme batalla mental. Recogí mis cosas y salí para mi casa a cambiarme de ropa y darme una buena ducha. Después de hacer todo lo que me había propuesto fui al lugar en el que habíamos quedado, la casa de Taemin.
Esperé en la calle, no quería subir las escaleras, el ascensor del edificio estaba estropeado, y volver a bajarlas a los segundos después. Taemin bajó bien vestido y sonriente a la calle y me saludó con su enorme sonrisa.
-¡Hyung!- me gritó.
Lo miré sonriendo como él lo hacía.
-Taemin no chilles-le avisé sonriente.
Taemin se posó un dedo en el labio y tomó silencio riendo muy bajo. Se colocó a mi lado, me estaba poniendo de lo nervios, no paraba de mirar el reloj por cada segundo que pasaba. Lo detuve a la décima vez que lo hacía.
-Estate quieto, que me estás poninendo de los nervios- le dije amenazante.
Me sonrió y se detuvo. A los minutos después aquel flamante volvo que había subido en ocasiones estaba ante mis ojos. Un hermoso peliblanco lo conducía mientras movía la cabeza al ritmo de la música que el coche dejaba oir por los altavoces. Minho nos sonrió y se bajó del coche para ayudarnos a subir. Me puse nervioso al ver que me cedió su lugar. Me senté en el lugar del copiloto. Jonghyun me sonrió con esa sonrisa tan acogedora que veía todos los días, y que en tan solo unas cuantas horas no la volvería a ver hasta saber cuando. Suspiré y miré a la carretera que se extendía por delante nuestra. No quería cagar la noche con mis estúpideces.
Después de pasar un rato en el coche llegamos a un buen local. Entramos en él y nos fuimos directos a la barra.
-Cuatro chupitos de tequila- dijo Minho.
El camarero no se hizo de rogar y los puso sobre la barra un poco después. Cogimos uno cada uno y brindamos haciendo un sonoro ruido de cristal. Al momento el tequila bajó por nuestras gargantas, haciendome sentir un escalofrio.
La noche pasó alocada y entre risas. No supe si los demás bebían, pues solo me centraba en mis copas y en bebermelas todas.
En algún momento de la noche Minho y Taemin desaparecieron, dejandome con Jonghyun, el que había bebido lo mínimo para poder conducir.
-Vamonos ya, que es tarde- me avisó jalandome del brazo a la salida.
Me dejé guiar por sus fuertes brazos y lo seguí. Subimos al coche y arrancó.
-¿Y Taemin y Minho?- le pregunté.
-Son ya mayorcitos- me dijo riendo.
Lo pillé al vuelo, Taemin no era tan inocente como aparentaba.
-¿A dónde me llevas?- le pregunté.
-¿Dónde es tu casa?- dijo sonriendome.
-Mmmm... Creo que era cerca del edificio... espera no, era cerca de la casa de Taemin, era cerca de aquí- dije sin saber lo que decía, mientras intentaba aparentar que no estaba tambaleandome.
-¿Tan borracho estás?- preguntó mirandome seriamente-. ¿Cuántas veces en tu vida te has emborrachado?
Lo pensé mucho y caí en una conclusión.
-Una... creo- dije sin saber.
Chistó aguantandose la risa.
-Te tendré que llevar a mi casa- dijo al final.
¿Su casa? Sonreí alegremente, era evidente que estaba borracho, si hubiera estado sobrio no continuaría viviendo, hubiera muerto de sus palabras.
Me quedé en silencio. No tenía música ni nada de eso, conducía con cuidado y despacio, no quería que me mareara y bueno pues eso, manchara su coche.
Aparcó y se bajó del coche. Cogió una caja con cosas del maletero y mi bolso, para después abrirme la puerta y ayudarme a salir. No podía caminar recto, él estaba sosteniendo mi peso, mientras agarraba la caja y mi bolso.
Subimos el ascensor, que estaba arreglado y funcionaba de maravilla, se detuvo en el quinto piso y nos bajamos de él. Abrió la puerta de un apartamento y entramos. Dejó la caja en la entrada y el bolso lo colgó. Me llevó a una habitación con una cama de matrimonio y me echó allí.
-Duerme ya- me dijo muy bajito.
Me quitó los zapatos y la chaqueta, subió la sabana y tapó mi cuerpo entero.
-No...- susurré.
Jonghyun al escucharme se detuvo de salir de la habitación. Me miró interesado y en silencio.
-No te vayas- volví a decir.
El peliblanco se quedó en silencio y serio mirandome. Salió de la habitación dejandome solo y marchandose, a pesar de mis palabras. No escuché nada, solo sus pasos dentro de la habitación después de unos minutos. Lo miré, llevaba una bandeja con una taza que me paso para que tomara.
-Bebetelo todo- me dijo.
Agarré el café y mojé mis labios. Ardía, pero estaba muy bueno. Jonghyun se sentó a mi lado en la cama.
-Tomatelo y te acuestas a dormir- revolvió mis cabellos con una sonrisa.
-Jonghyun...- en algún momento dejé las formalidades-. No te vayas a Europa- le dije.
Jonghyun me miró asombrado ante mis palabras.
-Key es trabajo, debo ir- me dijo sonriendo y tranquilo.
-No quiero que vayas, no quiero- volví a decir.
Jonghyun se tornó serio.
Una lágrima se escapó de mis ojos.
-No quiero que te vayas Jonghyun, no quiero que te vayas- le dije.
Dejó de mirarme y se levantó, me daba la espalda.
-No seas así, Key. Es mi obligación, soy tu jefe, si no hago podreís estar en la calle, no hoy ni mañana si no es unos meses- me dijo en voz baja.
Me levanté de la cama y dejé el café sobre ella. Me acerqué a él despacio para no caerme. Lo rodeé y pasé por delante de él, quedando en frente. Me miró sin comprender. Me acerqué a sus labios y lo besé. Al principio no hizo nada, supuse que impresionado, pero después no se hizo de rogar y tomó el mando en el juego. Su manos rodearon mi cintura y las mías su cuello. Poco a poco nuestras manos se iban paseando por nuestros cuerpos, mientras nuestras lenguas jugaban en una intensa batalla. Me llevó hasta la cama. El café se derramó, solo le prestamos atención unos segundos, pues no queríamos dejar el intenso juego que estabamos teniendo.

Abrí los ojos por la claridad que la ventana dejaba entrar. Me los restregué y me levanté encontrandome con un estúpido mareo por la resaca. Busqué al dueño de el depatarmento por todos lados de ella, sin encontrarlo. Me senté en la cama y suspiré.
-¿Dónde estás?- le pregunté.
Mi móvil comenzó a sonar provocando un gran dolor de cabeza. Fui a él y lo detuve, era la alarma que no la había quitado. Al lado del móvil me encontré con algo que no hubiera imaginado, una nota.
Key, me tengo que ir, mi vuelo ya habrá salido para cuando te hayas levantado. No te preocupes del desorden, la asistenta se encargará de ello. Cuando salgas cierra todo bien y no dejes nada encendido. Estaré atento de la empresa a pesar de mi ausencia, de todos modos, por favor cuidala y no dejes que no caigan las ganancias. Cuidate mucho y no tomes, que no te sienta bien. Perdoname por no haberte levantado, pero te veías muy tranquilo. Te diría que me esperaras, pero... no quiero hacerlo, pues estaré ausente un tiempo un poco largo. No quiero atarte a mí ni comprometerte. Esperame si de verdad lo deseas. Te amo Kim Kibum.
-Preparate Kim Jonghyun, porque cuando vuelvas te vas a enterar- dije entre lágrimas-. A demás idiota, yo te amo, ¿por qué no tendría que esperarte?

-No estés triste hyung- me dijo Taemin.
Lo miré fulminantemente.
-Tu callate que todavía me tienes que decir que hiciste con esa enorme rana- le dije.
Estaba enfadado con el mundo. Taemin agachó la cabeza y se sonrojó. Apoyé la cabeza en mis manos. Estaba en casa de Taemin, me había ido de casa de Jonghyun después de ducharme y cogerle unas ropas prestadas, que tenían su aroma. Desperté a Taemin, pero no me importaba, tenía que explicarme mucho y aguantarme.
-Tengo hambre- dijo Taemin rompiendo el silencio.
Lo miré. Se había tirado al sofá y puesto la mano sobre su plano estómago.
-¿Cuándo va a venir Onew-hyung con la comida?- me preguntó.
Era evidente lo que trairía. Suspiré, no podía parar de recordar aquella nota que me había dejado Jonghyun. Tenía unas ganas horribles de ir a buscarle y darle su merecido por dejarme sin decir nada, pero no podía. Tenía que quedarme trabajando y allí. Otro suspiro más.
-Deja de suspirar hyung- agregó Taemin.
-Dejame- le contesté poniendo un puchero.
Las lágrimas amenazaban con escaparse de mis ojos, pues ya mi corazón lloraba a mares.
*Toc toc*
Taemin se levantó animado al escuchar la puerta y fue a ella. Onew con su enorme sonrisa entró, dandose cuenta del ambiente. Sacó las cajas de pollo de la bolsa y las colocó sobre la mesa. Cada uno comenzó a comer en silencio.
-Taemin, ¿cuándo nos vas a decir que hiciste con Minho?- preguntó Onew muy curioso.
Taemin toció, se estaba atragantando con un trozo de pollo. Al haberselo tragado bajó la cabeza.
-No ocurrió nada- dijo muy bajo. Chisté ante su comentario-. Bueno, nos fuimos después de avisar a Jonghyun-hyung y Key-hyung- añadió-. Estuvimos hablando de todo un poco y no recuerdo como acabamos en su departamento. Bueno, por lo demás...- murmuró.
Onew tenía los ojos abiertos como platos. Taemin era el menor y el más "inocente".
-¡Taemin!- le dijo Onew enfadado.
El pelinegro no pudo evitar reirse sonrojado.
Después de hablar sobre Minho y él, llegó mi momento.
-¿Qué te ocurre Key?- preguntó Onew.
Suspiré.
-A noche me "confesé" a Jonghyun y nos acostamos juntos-dije serio y triste.
Onew y Taemin sonrieron ante mis palabras, pero dejaron de sonreir al ver mi gesto.
-Cuando me levanté me encontré esta nota- dije pasandoles la nota.
Los chicos la leyeron con sumo interes y silencio. Onew me miró sin su sonrisa habitual y Taemin se mordía el labio mientras la leía.
-No te pongas triste, hyung- me dijo Taemin-. Él te ama.
Sus palabras me hicieron sonreir, él me amaba.
-No te preocupes hyung, existen los moviles- dijo riendo.
-Pero, no es lo mismo Taemin- le dije-. Después de observarlo todos los días... no es lo mismo.
Después de haber provado esos labios... Suspiré.
-No seas bobo, ¿cuánto va a estar fuera?- preguntó Onew.
Negué con la cabeza, no tenía idea.

2Meses después...
Abrí los ojos en la oscuridad de mi habitación. Suspiré. Entré al baño y me di una buena ducha. Solo había hablado con Jonghyun unas cuatro veces en dos meses. Dejando de lado la diferencia de horarios y que... él estaba muy ocupado. Cogí lo necesario para el día y salí para el trabajo. Esa mañana no iba con Taemin, pues el señorito iba a ir con Minho. Suspiré, a veces sentía celos, él podía estar con la persona que amaba, yo no podía. Saqué mi móvil y conecté los cascos, poniendo la música a todo volumen. Desde hacía como dos meses que escuchaba música, era la única manera de no pensar en todo, y sí, todo era él.
La música retumbaba en mis oidos. Seguía el ritmo de ella con la cabeza, era muy pegadiza. Los coches pasaban de aquí a allá continuamente. Giré la esquina y cambié de canción. De repente unas manos me rodearon paralizandome. No me moví ni hice nada, porque un aroma muy bien conocido me hizo sonreir. Los labios del asaltante fueron a mi cuello y lo rozó causando un suspiro y un gemido. Había esperado tanto ese momento. Los cascos calleron de mis oidos, dejando la música que oía de fondo. Sentí su aliento en mi oreja y como sus dientes la mordían. Gemí ante tal placer.
-Lo siento- me dijo muy bajito al oido.
Sonreí al sentir como me ruborizaba. Me di la vuelta y rodeé su cuello con mis manos. Nuestros rostros estaban muy próximos. Nuestras narices se tocaban y nuestros labios se rozaban. Sus ojos miraban los mios. Sonreí. Corté la distancia que nos separaba y tomé sus labios con los mios. Ante el contacto Jonghyun jugó con ellos como si llevaramos años sin vernos. Su lengua entró encontrandose con la mía, comenzando un juego no muy inocente. Sus manos subían por mi espalda debajo de la camisa. Sonreí, me había dado un escalofrio. Y todo se detuvo cuando mi móvil sonó. Nuestros labios se separaron y chisté molesto. Agarré el móvil y miré quien llamaba, vaya momento Taemin.
-¿Qué?- le dije secamente mientras miraba a Jonghyun, quien sonreía juguetonamente al verme tan molesto por interrumpirnos.
-Jonghyun-hyung vuelve hoy hyung- me dijo alegre por mí.
-Lo sé Taemin- le dije cortante.
El pequeño tomó silencio ante mi tono de voz.
-¿Cómo lo sabes?- me preguntó muy curioso y asustado.
-Porque nos estabamos besando hasta que tu llamaste- le dije muy muy molesto.
Jonghyun rompió en carcajadas al oir mis palabras. Su sonrisa... la había echado tanto de menos. Colgué a Taemin antes de que dijera nada, lo vería después.
-¿Por dónde ibamos?- pregunté juguetón.
-¿A dónde ibamos? A trabajar- dijo como si no comprendiera mi comportamiento.
Tomé silencio y puse una mueca que solo causó más risas en él.
-Hay que trabajar- me dijo sonriendo-. No querrás que tu jefe te llame la atención y te castigue, ¿no?- preguntó ahora en mi oido, causando un escalofrio y una sonrisa en mi rostro.
-Cierto, mi jefe está muy mal de la cabeza, tengo que tener cuidado- dije como si hubiera caido en la cuenta.
Jonghyun se rió más fuerte todavía. Ma agarró de la mano y me jaló para continuar a caminar.
-La camisa te queda perfecta- me dijo mirando al frente.
Me sonrojé al caer en la cuenta que llevaba su camisa. Me quedaba un poco larga de hombros, pero era perfecta.
-La cogí, lo siento- le dije avergonzado.
-No las pidas, te queda mejor que a mí- dijo sonriendome.
Me dió un beso en la frente y continuó caminando.
-¿Me esperaste?- preguntó serio.
¿Lo preguntaba de verdad?
-¿Por qué no tendría que esperarte, tonto?- le pregunté muy ofendido.
Sonrió y tomó mi rostro entre sus manos.
-Te amo Kim Kibum- susurró.
No me dejó decir más, nuestros labios se fundieron en uno, convirtiendonos en un solo ser.

Eran uno, y siempre lo serían.
La gente que pasaba por allí los miraba indiferente, sin comprender, que ambos se amaban como nadie había amado a nadie nunca.