Decaído, así se sentía Kibum, su mañana no fue como él la había esperando, claro que no. Empezando con su hija Amelie, que se reusaba a contestar sus preguntas, hasta el punto de decirle que la dejara en paz. Para colmo, tenía que soportar el humor que se cargaba Jonghyun, no le dirigió la palabra en ningún momento, se mantenía estoico en su lugar con cara de póquer.
El ambiente se sentía incomodo cuando los cinco se pusieron a desayunar, hasta que Jonghyun se levanto y se despidió de todos menos de él.


-sigue enojado…-frunció sus labios mientras seguía haciendo garabatos amorfos en su boceto.

-no es tu culpa Key, él solito se enoja por algo absurdo-articuló la rubia, quien se encontraba seleccionando las telas que le hacían falta- además, no es cuando él quiera o se le dé la gana sabes

-no debí haberme negado, hace mucho que…nosotros…bueno ya sabes-masculló el rubio, sentía que sus mejillas tomaron un tono más rosa de lo normal al hablar de esas cosas.

-ahí vas de nuevo, Kibum, hacer el amor es de a dos ¿cierto? Si uno no quiere entonces el otro tiene que entender, no te puede obligar. Tú que te matas trabajando, ¿para luego ir a tu hogar y seguir haciéndolo, terminando cansado hasta más no poder para que ese despues venga y te exija que lo atiendas en la cama? No, no y no

-¿y si se va a buscar en otro lugar lo que yo no le doy? … tengo miedo que me deje – musitó en un susurro

-si lo hace entonces es un tonto, un gran estúpido… mírate Kibum, pareces de 25 años, nadie te creería de mas, tienes una hermosa figura, que a pesar de haber tenido a 3 bellas criaturas, te sigues conservando a la perfección

- ¿y qué? hay mujeres más bellas ahí afuera, en su trabajo, en cualquier lugar que te imagines

-pero te escogió a ti ¿o no? , si no te engañó en estos años, ¿qué te hace pensar que lo hará ahora? …

-lo sé…- suspiró llevando sus manos a su cara, no quería pensar que Jonghyun, su Jonghyun lo engañaría, tan solo la palabra lo entristecía

-… ¿y si hoy le preparas una cena especial?- el rubio la miro enseguida con una sonrisa en su cara por la gran idea que tuvo si querida amiga.

-¡eso are!, tengo que llamar a mi madre, gracias Luna – sin más, se levanto de su lugar plantando un beso sonoro en la mejilla de la joven para luego salir e ir a buscar a sus pequeños.

-¡omma! – Jonghyun corrió hasta colgarse de su cuello alegremente, detrás de este salió su nena, quien hizo que la cargara en sus brazos.

-vamos niños, espérenme en el coche, que yo estaré aquí hasta que salga su hermana

-está bien omma –sin protestar mas, ambos acataron las órdenes de Kibum.

Key se mantenía moviendo su pie ansioso, ya era de hora de que Amelie saliera del colegio. Y ahí la vio, venia riendo con sus amigas hasta que ambos conectaron miradas.

Se despidió rápidamente de ellas para despues acercarse a él.

-¿Qué haces aquí?- le preguntó

-vine a buscarte, y no empieces con que “te dije que puedo venirme sola” porque esta vez es diferente, ahora súbete al coche -

-¿por qué esta ella aquí omma?-indagó su hijo al verlos subir al automóvil.

-cállate enano- pronunció su hermana mayor mientras se daba vuelta y le sacaba la lengua.

-¡omma mírala!

-dejen de pelear- encendió el motor poniéndolo en marcha -¿extrañan a la abuela? Por que hoy se irán a quedar con ella

-¿en serio? Genial – contestó ilusionada la menor

-¿hasta cuándo nos quedaremos con la abuela?- preguntó Amelie, quien miraba las calles por la ventana.

-pasaran el fin de semana con ella, el lunes por la mañana yo los voy a buscar para que vayan a al colegio

-me gusta ir donde la abuela – murmuró su pequeño.

Quedaron en silencio hasta llegar a esa casa donde había nacido, le traía muchos recuerdos, sentimientos encontrados. Los hizo bajar a los tres, se acercó a la puerta para tocar el timbre, esperando a que su madre le abriera.

-oh, hijo mío – su sonrisa se ensanchó, lo tomó en sus brazos por un rato, repartiendo besos en sus mejillas

-omma traje a los niños –

-pasen mis pequeños – se abrió paso para que los cuatros entraran al cálido hogar, cada uno la abrazó y dejando un dulce beso en su rostro

- vendré por ellos el lunes ¿sí?

-¿no te quedaras un rato más?

-lo siento omma, tengo que arreglar algunas cosas – tomó su bolso y sus anteojos negros, caminando ambos hacia la puerta – cuídalos por favor

-sabes que lo haré, yo los amo mucho

-bien, Jonghyun odia las zanahorias, en la mañana come cereal, si le das yogurt despues le hace mal, Mika se conforma con cualquier cosa, no les des muchos dulces por que le darán caries, Amelie es vegetariana así que nada de carne para ella, también…

-lo sé bummie, yo los cuidare no te preocupes, conmigo aprenderán a comer de todo

-está bien, me voy – la estrechó en sus brazos por última vez regalándole una sonrisa - ¡adiós amores!

-¡adiós omma!- sin más salió de la casa entrando nuevamente a su automóvil, solo le faltaba comprar un par de cosas para la noche especial, hoy lo sorprendería, sí que lo aria.


Colocó el último sándwich de miga en el tapar, lo tapó para ponerlo en su mochila, junto con la gaseosa y algunos dulces.
Para terminar, se puso su saco tomando las llaves de la mesita y así salir rumbo al trabajo de Minho. El mayor no sabía que Taemin iría a verlo, quería que fuera sorpresa.

Con ese pensamiento, Taemin subió al autobús, colocándose detrás para bajar más rápido cuando llegara a su parada. Se había vestido con sus mejores prendas, su pelo estaba más brillante y suave, olía a uvas, como le gustaba a Minho.

Bajó del transporte al divisar el edificio donde su novio trabajaba. Suspiro nervioso mientras entraba por las puertas enormes, había gente yendo y viniendo, algunos con trajes, otros con ropas normales, mujeres con falta y camisas apretadas, tanto que pensaba que no podían respirar con esas prendas.

Se sentía perdido, y más si algunas personas lo miraban como si fuera de otro mundo.

Se acercó vacilante hacia donde estaba la recepcionista.

-disculpe… - susurró tratando de llamar la atención de la pelinegra, quien se encontraba llenando algunos papeles – perdone – habló un poco más fuerte, pero esta no le hacía caso- disculpe señorita – musitó esta vez mas fuerte de lo debido, la joven lo escaneo de arriba hacia abajo, levantando una ceja.

-¿sí?

-estoy buscando a Choi Minho ¿sabe donde lo puedo encontrar?- le preguntó educadamente

-¿para qué lo busca?-rezongó de mala gana

-cosas personales – trato de no gritarle ya que esta era capaz de llamar a seguridad, y si lo sacaban no podría darle la merienda a su novio.

Sin más preguntas, la joven tecleo algunas palabras en su computadora, a la vez revisando algunos papeles esparcidos.

-está en el piso 4 , se encuentra en una importante....

-gracias – sin más salió corriendo hacia el ascensor escuchando que la chica le gritaba cosas de lejos.

Una sonrisa surco por sus labios rosados, seguro que Minho se sorprendería de verlo, se pondría feliz, de eso estaba seguro.

Las puertas del ascensor se abrieron de par en par al llegar al piso deseado, camino desconcertando leyendo todas las puertas para encontrar la correcta, la que dijera el nombre de su enamorado en esa placa de oro.

Llego hasta el fondo de aquel corredor, mientras lograba oír risas, muy fuertes para su gusto, una de ellas era de una mujer, y la otra se le hacía sumamente conocida.

Choi Minho, había encontrado su despacho, pero no estaba solo, eso lo podía escuchar. Con el corazón en la boca, Taemin abrió un poco la puerta, tratando de no hacer ruido, le echo un vistazo encontrándose a una mujer muy bella, de pelo castaño y falda negra, estaba posada en el escritorio, feliz mientras se reía con su Minho, quien se encontraba en su sillón de cuero.

Había comida china esparcida en aquel escritorio, que ambos disfrutaban alegres.

No sabía que pensar, ¿Quién era ella? ¿Minho le estaba siendo infiel con aquella mujer? ¿Ella era la causa de sus llegadas tarde a casa?, cuando trato de sacarse esas ideas de la cabeza observó algo que lo dejo con la boca abierta.
Esa joven había tocado el pecho del pelinegro, desabrochando los botones de la camisa que traía mientras el otro la miraba con una sonrisa.

No quiso ver más, con lágrimas en los ojos se echo a correr, no le importaba si chocaba con las personas de ahí, no le importaba si llamaban a los de seguridad, ya no le importaba nada.

Al estar afuera, cerró los ojos dejando salir esa agua salada, la que bañaba sus mejillas hasta perderse por su cuello, saco su celular, marcando aquel numero que se lo sabía de memoria.

-¿hola?

-Onew… ven por mí por favor, te necesito

-¿Taemin? ¿Estás bien? ¿Por qué estas llorando?

-hyung ven por favor…

-¿Dónde estás?

-estoy cerca de aquella plaza que fuimos cuando éramos jóvenes

-quédate ahí, ya voy para allá

-gracias…

Espero sentado en aquel banco blanco, se limpio los restos de lágrimas con un pañuelo mientras esperaba la llegada de Onew. Era el único el cual lo entendería, no quería llamar a Kibum, él ya tenía sus propios problemas como para poder lidiar con los de él.

-Taemin… - levanto la mirada al verlo acercarse preocupado – oh pequeño ven aquí – acepto gustoso que lo estrechara en sus brazos, eran tan cálidos como los recordaba- ¿Qué paso?

-solo abrázame y no me sueltes – murmuro jadeante, ocultando su rostro en su pecho.

-mírame- tomo delicadamente su cara haciendo que lo mirara-¿quieres venir a mi casa?

-si… -respondió sin vacilar, el mayor le tomo de la mano conduciéndolo hacia su coche, entraron en el para luego dar marcha al automóvil.

El camino a casa de Onew fue en total silencio, el mayor no quería preguntarle nada pensando que eso incomodaría al menor, por otro lado Taemin no tenía ganas de dar explicaciones, aunque sabía que tarde o temprano tendría que hacerlo.

-Sulli está en casa de sus padres, pasa – habló mientras se hacía a un lado para que el menor pasara a su departamento compartido- ¿quieres chocolate caliente?

-bueno – murmuro sin mirarlo

-ponte cómodo, ya vuelvo –

Se quedo parado observando el lugar, era muy cálido y acogedor, había estantes con adornos y fotos del mayor con su novia. Tenía tres sofás, uno grande y dos individuales de color café, frente a estos estaba el plasma. Nunca había estado ahí, y se regaño mentalmente por no visitarlo muy seguido. A pesar de que Onew siempre estaba cuando lo necesitaba.

-aquí tienes – asintió agradecido mientras tomaba asiento en aquel sillón- ¿me dirás que paso?

- ¿hyung… me… me puedo quedar aquí hoy?- pidió suplicante dando un sorbo a la bebida caliente- no quiero volver a mi departamento…

-¿te peleaste con Minho?

-solo… solo déjame quedarme ¿sí? Por favor

-claro – le sonrió cálidamente despeinando sus cabellos, le agradeció por no indagar mas en el asunto.

Ya eran las diez de la noche, ambos se encontraban mirando la tele en el sofá más amplio, cubiertos por una manta roja, los dos con sus tazas de chocolate caliente. A afuera había empezado a llover, las gotas arremetían contra la ventana, los truenos no se hicieron de esperar, parecía que el cielo se caería en cualquier momento.

-¿Cuándo vuelve Sulli nonna?- preguntó de repente

-mañana, pero ceo que con esta lluvia no lo hará – suspiro dándole un sorbo a su bebida- la llamare – lo vio alejarse mientras tomaba su teléfono.

Se veía tan animado cuando hablaba con ella, sus ojos tomaban un brillo especial, aquel que alguna vez lo miraba a él.

-yo también te amo… claro quédate ahí hasta que la lluvia pare, mándale saludos de mi parte… yo también te extrañare… adiós amor – sin más cortó la llamada sentándose nuevamente en su lugar – se quedara en la casa de sus padres- comentó Onew

-mmm… hyung ¿qué arias si descubrieras que Sulli te es infiel?

-¿Qué pregunta es esa minnie?

-solo quiero saber que arias…- lo miro expectante a su respuesta

-bien… si yo la descubrí siéndome infiel y ella no me lo ha dicho, tengo que hacérselo saber, sabes, mantener las apariencias de una relación perfecta y llorar por los rincones no me ayudaría en nada, eso sería alargar mi agonía y explotar en el momento menos indicado. Si ya se la verdad, le preguntaría el por qué de su engaño, capas sea su culpa o la culpa de ambos.

-¿tu… la perdonarías?

- … lo aria, pero ya no sería lo mismo, la confianza se pierde quedando en nada, el amor… el amor queda pero no sabes si de la otra parte lo sigue sintiendo… de todos modos ¿por qué lo preguntas?

-mañana te lo diré, estoy muy cansado hyung- se levanto estirándose. Saco su celular del bolsillo para mirar la hora, encontrándose con 10 llamadas perdidas y 5 mensajes de Minho, no los había escuchado por que lo tenía en vibrador, no le contestaría, simplemente lo ignoraría- hyung… si llama Minho no le digas que estoy aquí

-está bien pequeño, ve a dormir- sin más se adentro en la habitación que Onew le asignó, poniéndose el pijama prestado. Se adentro en las mantas tratando de dormir, no quería pensar en nada, solo quería estar en paz.


Encendió las velas que le faltaban para así terminar con lo preparado, la comida ya estaba servida, las luces estaban apagadas, siendo la Lucerna la única que daban luz a la casa.

Aliso su camisa blanca, aquella que le quedaba muy sexy igual que sus pantalones de cuero negro.

Su pelo rubio estaba perfectamente peinado, sus ojos avellana se encontraban delineados de negro para resaltarlos más.
Se había echado perfume con olor a fresas, todo era perfecto, solo faltaba que su marido llegara a casa y viera todo lo que había preparado para él.

El sonido de llaves lo exalto poniéndolo nervioso, se puso en una pose sexy esperando que se acercara a la sala.

-pero que… - Jonghyun lo vio desconcertado dejando su saco en la silla

-buenas noches yeobo, te prepare la cena – le comunicó un tanto meloso mientras se le acercaba hasta quedar frente a él – siéntate – dejó un casto beso en sus labios para luego alejarse y tomar asiento al lado de su marido.

Lo miraba de reojo mientras comía, Jonghyun no había hablado en ningún momento, su rostro estaba sin expresión alguna, no se veía feliz ni enojado, técnicamente se encontraba sin emociones.

-… ¿cómo te fue en el trabajo?- indagó mientras tomaba su copa de vino con su mano, dándole un pequeño sorbo.

-bien

-que bien – por primera vez no sabía de qué hablar, ni que decir, pensaba que si preguntaba o simplemente le dirigía la palabra el mayor se enojaría. Se sentía como si fuera un completo extraño junto a él, como si todo lo que habían vivido no existiera.

Tenía que cambiar eso, no quería estar así con el mayor, quería a su puppy de vuelta, a ese que se alegraba al verlo, ese que le regalaba sonrisas de las más hermosas, aquel que lo besaba y abrazaba a toda hora, aquel que no se cansaba de decirle cuanto lo amaba.

-Jonggie ¿estás cansado?-se levantó de su lugar, sentándose en el regazo del mayor, aquel que lo miraba inexpresivo- ¿quieres que te haga unos masajes?- poso sus manos en su pecho, moviéndolas suavemente - ¿o quieres hacer otra cosa?- dirigió sus labios a su cuello, besándolo lentamente.

Sin perder tiempo, choco sus labios contra los del mayor, besándolo con avidez, siendo correspondido por él.

Se sintió feliz al sentir las manos de Jonghyun en su espalda, bajando lentamente hasta quedar en su cadera .Mordió esos labios gruesos que se abrieron dando paso a su lengua ansiosa.

Jonghyun lo tomo fuerte de las piernas levantándose así para dejarlo encima de la mesada , con él entre sus piernas, jaló fuertemente de sus cabellos rubios , dejando expuesto su cuello blanquecino.

Se quejo bajito por la brutalidad del mayor, quien se encontraba dejando marcas por toda su extensión, succionaba salvajemente su piel blanca, dejándola roja.

El castaño le desabrocho la camisa, manoseando todo su pecho a su gusto.

-¿estás en celo gatito?- gruño en su oído haciéndolo gemir-¿ahora si quieres que te folle?- tomo sus cabellos fuertemente jalándolo para atrás

-Jonghyun, eso… eso duele –logro articular posando sus manos en la mano que lo halaba.

-dime, ¡¿tienes alguna escusa para que no te coja perra?!- gritó colerito tomándolo por el cuello, lo cual lo asusto mucho, no parecía él, lo desconocía.

-me estas lastimando…déjame – trato de empujarlo pero fue imposible, con su mano libre no tuvo otras más que darle una cachetada en su mejilla izquierda, logrando que lo soltara -¡¿Qué te pasa Jonghyun?¡¡ casi me matas!- lo empujo lejos para poder bajarse de la mesada

-¡no, que te pasa a ti Kibum! ¡Te me estabas restregando como una completa puta!

-¿puta? ¡¿Eso piezas que soy?! Solo trataba de impresionarte maldito estúpido –vocifero exaltado, tenía ganas de llorar, pero no lo aria, no le daría el gusto

-¡¿pues sabes qué?!¡No lo lograste, así que mejor deja de tratar de actuar como la esposa sexy que no eres y mejor dedícate a cuidar de nuestros hijos! ¡Para eso es que sirves!- se quedo mudo procesando lo dicho, no pudo evitar dejar salir sus lagrimas, eso le había herido, y mucho.

-¡jódete Jonghyun! ¡Eres un completo imbécil, no te acerques a nuestra habitación! Duerme en el sillón o en la calle no me importa una mierda, estúpido – sin más salió corriendo hacia su pieza, echándose llave al estar dentro.

Dejo fluir su llanto en silencio, su cuerpo temblaba por los espasmos que le producía llorar.

-te odio Jonghyun… te odio por amarte tanto…

El móvil se empeñaba en hacerlo despertar de su sueño divino. A tientas lo tomó llevándose el celular al oído sin abrir los ojos y molestarse en fijarse quién era el que lo llamaba.

-¿hola? … Minho ¿Qué quieres?...no, Taemin no está aquí… ¡¿Cómo?!... ¿llamaste a Onew o a sus amigos? – Preguntó exaltado mientras se levantaba rápidamente de su cama, poniéndose los primeros jeans que se encontraban a su alcance- ¡Choi Minho, si me entero que le hiciste algo te juro que te dejo estéril!... ¿¡y ahora me vienes a informar que Taemin no durmió en su departamento?!... ash eres un inepto, si se algo te aviso…. Si si adiós- se miro en el espejo que yacía posado en una esquina de la habitación, se peino un poco para luego tapar con un poco de polvo las ojeras que tenía, sus ojos estaban hinchados de tanto llorar la noche anterior.

Suspiro al recordar lo que había pasado ayer, Jonghyun ni se había aproximado para pedirle disculpas de todas las barbaridades que le había vociferado en su cara, de sus arranques de agresión hacia su esposo.

Se miro el cuello dándose cuenta que tenía unas pequeñas marcas moradas con forma de dedos, no le había apretado tan fuerte pero fue suficiente como para marcarlo.

Trato de olvidarse de los hechos pasados para centrarse en el ahora desaparecido Taemin, le preocupaba que algo le pasara a su pequeño.

Decidió, bajo las escaleras esperando encontrarse con Jonghyun, pero tal fue su sorpresa que no se hallaba por ningún lado, estaba confirmado, había salido sin avisarle siquiera. Era sábado, y trabajo no tenia, lo más probable es que se haya ido por ahí a hacer quien sabe que.

9:15 a.m, se apresuro en terminar su café para luego tomar su abrigo y salir a la calle. No tenía idea por dónde empezar a buscarlo, intento llamarlo un par de veces pero solo lo mandaban al buzón de voz.

Comenzaría en la casa Onew, capas y el menor se encontraba allí. Con el coche estacionado a las afueras del edifico del mayor, subió las escaleras sin molestarse en esperar al ascensor llegando así agitado a la puerta de su hyung.

Toco un par de veces hasta ser recibido por nada más ni nada menos que por Taemin, portaba un buzo de gran tamaño color verde agua , sus cabellos despeinados y sus ojos a medio abrir.

-¿Kibum?

-por dios Taemin – se abalanzo al menor encerrándolo en sus brazos – ¡no me vuelvas a asustar de esta manera escuchaste!

-¿Qué hice? ¿Por qué te asuste?- pregunto un confundido Taemin

-¡como que porque! No dormiste en tu cama, Minho está desesperado buscándote

-de él no me hables, no quiero saber nada- los ojos del castaño se tornaron tristes, el rubio lo miro desconcertando acercándose a su amigo.

-¿Qué te hizo minnie?- tomo su rostro con delicadeza haciendo que lo mirara

-Minho no me quiere Kibum, nunca lo hizo- sus orbes marrones se volvieron cristalinos negándose a soltar alguna lagrima traviesa- él… él me engañó

-¿Qué? Espera ¿él te engaño? Pero… ¿Cómo? – indago asombrado el mayor haciendo que ambos se sentaran en el sofá

-ayer… fui a donde trabaja para llevarle la merienda y… y cuando subí a su despacho lo vi ahí con… con una mujer –trago saliva ruidosamente para no romperse a llorar nuevamente – ella lo estaba tocando Kibum… y él se dejaba, yo lo vi con mis ojos, lo vi - dejo de resistirse apoyando su cabeza en el pecho del rubio y largarse a lloriquear.

-ese hijo de…. Ash ¡solo deja que lo ponga en su lugar! A mí me va a escuchar – susurro entre dientes. Su mano derecha se mantenía en las hebras de Taemin, meciéndolo levemente, dejando en el aire los hipidos lastimeros del castaño.

No soportaba verlo sufrir, no se lo merecía, Taemin nunca había hecho daño a nadie, siempre fue muy respetuoso y sin maldad, muy buena persona con los ajenos y siempre alegraba a quien fuera que lo conociera.

Por eso sentía rabia, mucha rabia contra Minho por hacerlo sufrir así, por hacerlo llorar hasta que sus ojitos estén chiquitos y rojos, por hacer que su enorme sonrisa que siempre poseía se esfumase , mostrando así una mueca de la más dolorosa.

Podría decirse que su pequeño experimentaba la misma angustia que él, aunque Taemin sabía que Minho lo engañaba, en cambio Kibum solo soportaba los cambios de humor que se cargaba Jonghyun, sin saber el por qué de su violencia.

-Kibum… ¿cómo vas con Jonghyun hyung?- pregunto el castaño, mientras de limpiaba la nariz con un pañuelo.

-… bien, podría decirse- contesto sonriéndole.

No quería preocuparlo más, lo que pasaba con Jonghyun y él, se quedaría entre ellos. Sea como sea trataría de arreglar lo que estaba mal con el moreno.

-no quiero volver donde Minho… me quiero quedar aquí, por favor no le digas que me viste

-… está bien, pero tarde o temprano tendrás que enfrentarlo Taemin, no puedes ocultarse para siempre o pretender que se solucione solo

-ya lo sé, pero ahora no estoy listo

-¿Onew te dejo quedarte aquí por un tiempo?

-no le eh preguntado, pero lo haré, aunque creo que incomodaría aquí- el rubio le quito algunos mechones de su frente para luego suspirar.

-ven conmigo, no creo que a Jonghyun le moleste- los ojos del castaño se iluminaron al escucharlo haciendo que se parara de la emoción

-¿lo dices en serio?

-claro, ve a vestirte, yo te espero aquí

-gracias Kibum hyung, eres el mejor- masculló para luego abrazarlo efusivamente.

Despues de un rato, el cual Kibum se la paso mirando las fotos de Onew y de paso dejando una nota donde le agradecía la estadía de su pequeño, Taemin salió ya vestido con sus prendas para así ambos salir hacia el automóvil.

Al llegar a la casa del rubio, ingresaron en esta, adentrándose a la cocina para preparar algo de comer. Entre risas, lograron elaborar una deliciosa comida, mientras Taemin ponía la mesa, Kibum vertía los alimentos en los platos de porcelana blanca.

Satisfechos, se acostaron en el sofá para mirar alguna película que encontrasen en la televisión. Por un momento se olvidaron de sus problemas, preocupación y tristeza que albergaban en su interior.



Eran ya las diez de la noche y Taemin ya estaba en el tercer sueño, en cambio Kibum se encontraba mirando por la ventana cada quince minutos para ver si Jonghyun se dignaba en aparecer, le preocupaba que algo malo le pasara estando a esas horas fuera de su hogar.

Suspiro resignado a que Jong no llegaría a dormir en casa esta noche. Sacó una manta de su armario para tapar el pequeño cuerpo de Taemin para luego dejar un beso en su tibia mejilla.

Cuando se había decidió en ir a dormir en su habitación, el ruido de un coche estacionándose en la vereda de su casa, hizo que se quedara en su lugar petrificado.

El sonido de las llaves moverse hacia eco en el gélido silencio hasta dar lugar al cuerpo de Jonghyun. Sus ojos cafés se encontraron de llenos con los suyos que denotaban un sinfín de emociones.

Sus manos sudaban mientras trataba de formar una oración coherente en su cabeza. No salía ningún sonido de su boca, su voz se había ido con tan solo ver su persona a metros de la suya.

Las manos del moreno sacaban la campera que portaba con sigilo para luego caminar hacia la sala, encontrándose con Taemin, quien se hallaba sentado en el sofá, tallando sus ojos con pereza.

El menor al percibir la presencia de otro en la sala, viro su cabeza hacia la izquierda topándose con el dueño de casa. Le sonrió cálidamente, mueca que fue desapareciendo al ver la cara de pocos amigos que se cargaba el mayor.

Con solo percibir la energía negativa que le enviaba Jonghyun entendió que él sobraba en ese lugar. Tenía que irse rápidamente de ahí si no quería problemas.

-h…hola J…Jonghyun hyung ¿Cómo…como estas?-pregunto temeroso mientras el nombrado lo observaba irritado-… am…espero que bien, yo ya me iba sabes- el menor se apresuro a ponerse su campera y zapatillas para luego acercarse a Kibum, quien se mostraba nervioso mordiendo su labio inferior- adiós Kibum hyung

-pero minnie ¿a dónde iras a estas horas?- mascullo bajito mientras acariciaba los cabellos de Taemin.

-creo que es hora de que regrese a mi departamento, a parte parece que a Jonghyun hyung no le agradó verme aquí- susurro bajito mientras se acercaba a la puerta

-lo siento Taemin- Kibum lo abrazo por última vez para luego dejarlo ir.

Se sentía mal de no poder alojar a su amigo en su casa, y todo porque su marido hacia incomodar a cualquiera que viera su cara enfadada sin ninguna razón.

Cerró la puerta despacio para luego apoyar su frente en esta, era hora de hacerle frente a Jonghyun, de hablar sobre su comportamiento ofensivo hacia él, de aclarar muchas dudas que tenia y sobre todo, de su actitud fría hacia su persona.

Camino calmado hacia la sala donde su puppy se posaba en el sillón, con la mirada perdida.

-Jonghyun… - balbuceó mientras se ponía en frente de este.

El susodicho levanto la mirada, encontrándose nuevamente con sus ojos avellana. El mayor resoplo fastidiado mientras se levantaba rápidamente del sofá queriéndose irse del lugar. Pero Kibum se lo impidió agarrándolo del brazo.

-Jonghyun espera

-¡déjame Kibum!- gruño enfadado soltándose del agarre haciendo que el menor trastabillara por la fuerza en la que se había desligado.

-¡no! ¡Vamos a hablar ahora! Ya me canse de tu actitud fría hacia mi Jonghyun- grito indignado dándolo vuelta para que lo mirara- me canse…y me duele tu conducta, me hace daño –pronuncio en un susurro.

Su voz ya no sonaba tan fuerte y decidida como el principio, se iba entrecortando a medida que le reclamaba. Sentía tantas ganas de llorar en ese momento, y sabía perfectamente que en cualquier momento se quebraría.

Sus ojos picaban hasta tornarse acuosos, ya no soportaba la mirada sin emociones que le dirigía Jonghyun, lo estaba matando.

-… ¿no dirás nada?-las primeras lagrimas se hicieron presentes, deslisandose lentamente por sus tersas mejillas-¡SI YA NO ME AMAS DIMELO! ¡SI QUIERES DIVORCIARTE ENTONCES LO HACEMOS!... si te enamoraste de una mujer mejor que yo y más bonita, que te da todo lo que quieres, que te complace… entonces házmelo saber por favor, así se termina mi agonía.

Se dejo caer al suelo llorando con más fuerza, su cuerpo lo sentía pesado, ya no tenía ganas de nada, solo quería llorar hasta lograr sentirse mejor.

Sus jadeos eran fuertes y lastimeros. Todo se había acabado y eso le dolía hasta lo más profundo de su ser. Él lo amaba con locura pero no era recíproco.

Su cuerpo se puso rígido al sentir un par de brazos rodearlo con fuerza. El aliento ajeno en su cuello y la calidez que emanaba su cuerpo, hizo que se sintiera protegido pero de igual forma el llanto no cesaba.

-Kibum… que eh hecho contigo, perdóname por favor- Jonghyun estrecho su cuerpo frágil apegándolo más al suyo-lo siento tanto mi amor- pronuncio arrepentido mientras tomaba delicadamente el rostro del rubio repartiendo besos por toda su cara mojada, producto de las lagrimas.

-Jong… Hyun – logro pronunciar entre espasmos. Se dejó hacer en esos brazos fuertes, esos besos cálidos que eran distribuidos por todo su rostro con ternura. No sabía que pensar en ese momento, su mente estaba en blanco.

-bummie, amor perdóname, yo… estoy estresado, enojado conmigo mismo, con el trabajo, no tengo porque desquitarme contigo si tu no eres culpable de nada- removió su flequillo blondo para poder admirar esos ojos rojos que lo miraban curiosos- jamás podría enamorarme de otra persona, Kibum, eres el único para mi

-…me dolió todo lo que me hiciste pasar… y mas tu indiferencia-pronunció entrecortadamente, sus manos que estaban a sus costados, se aferraron a la camisa de Jonghyun temiendo que este se marchara otra vez.

-no sabes lo que me duele verte así, se que lo que te hice no se puede borrar fácilmente – susurró acariciando los hematomas que su esposo tenía en el cuello – pero te pido que me des una oportunidad para reparar mis errores

-sabes que aunque este enojado contigo no puedo decirte que no… porque te amo tanto- sus mejillas se tornaron rosáceas ante la mirada fija de su Jong, aquel que al escucharlo le sonrió como solía hacerlo antes para luego acariciar sus labios con el pulgar.

Parecía que todo había vuelto a la normalidad, Jonghyun lo miraba y trataba como antes, con tanto amor y cuidado que hacía que en su estomago revolotearan miles de mariposas ansiosas a cualquier contacto con aquel que lo hacía feliz.

Jonghyun fue acercando su rostro hasta rozar sus narices , sus alientos se entremezclaban, sus respiraciones eran cada vez más agitadas, ambos esperaban con ansias poder juntar sus labios y así entregarse a la embriaguez divina que les causaba al estar juntos.

Kibum no aguantaba solo tocar sus labios, así que en un rápido movimiento atrapo la boca del moreno con los suyos, comenzando con el dulce y calmados movimientos.

Aun en el piso, ambos sentados, besándose con anhelo, desesperación y sobre todo amor.

-bonito…vamos…a…dormir-decía entre besos el moreno levantándose y tomando a Kibum en sus brazos

-tengo sueño- el rubio se aferro a su cuello mientras el otro subía las escaleras hasta su habitación para así dejarlo acostado en la cama.

Ambos se cambiaron de ropa para luego acostarse en el suave colchón.

-duerme bebe- Jonghyun acerco su cuerpo encerrándolo en sus fuertes brazos morenos.

-ahora si podre dormir amor- antes de cerrar sus ojos, dejo un casto beso en esos labios carnosos.

-descansa vida…


El viento despeinaba sus cabellos al salir de aquel taxi. Suspiro resignado mientras tomaba el elevador hasta el piso 5.

Aunque creara una y mil formas de evitar a Minho sabía que de una u otra forma tenía que hacerle frente, como había dicho Kibum, tarde o temprano tenían que hablar de lo que había pasado , o mejor dicho de lo que había visto el castaño aquel dia.

Las puertas del ascensor se abrieron de par en par al llegar a su destino, camino calmado como queriendo nunca llegar a su puerta y tener que encontrarse con aquel que le había hecho infiel.

Tomo las llaves del saco para luego abrir la puerta lo más cauteloso posible. Se sentía aliviado al ver las luces apagadas ‘tal vez ya se fue a dormir’ pensaba Taemin, pero al ver que la sala se iluminaba dejando ver al alto sentado en el sofá individual, desecho rápidamente esa idea de su cabeza.

-¿Dónde estabas?- pregunto Minho mientras se paraba y caminaba hasta estar a metros de él

-en… en casa de mi madre – mintió, se apresuro a caminar hasta la cocina dejándolo solo en aquella sala.

-¿a si? Por que cuando yo la llame estaba igual o más preocupada al no saber de tu paradero – se estremeció al escucharlo tan cerca- ¿en dónde estabas realmente Taemin? ¿Sabes lo preocupado que estaba por ti? Ni siquiera me respondías las llamadas

- quería estar solo – respondió dándose vuelta para enfrentarlo- necesitaba pensar

-¿pensar qué?

-sobre nosotros – mencionó, Minho lo miraba confundido por lo dicho- sabes… creo que lo nuestro ya no funciona

-¡¿pero qué dices?! ¿Acaso te estás escuchando Taemin?- rezongó indignado -¿pero… como? ¿Por qué? Yo te am…- no, no dejaría que le siguiera mintiendo con esas cosas, porque eso era su relación, una completa mentira, desde siempre lo fue, igual que las palabras que trataba de decir.

-¡no lo digas! ¡Por qué bien sabes que es mentira! – había explotado, era ahora o nunca, terminaría con esto de una vez por todas-¡tú nunca me amaste y lo sabes! Dejemos de mentirnos Minho, dejemos de pretender que todo está bien cuando no es así

-¿de qué hablas? ¿Acaso me quieres dejar? ¿Quieres terminar con lo nuestro? – sus ojos grandes buscaron con desesperación aquellos que se negaban a mirarlo

-yo puse todo de mi parte Minho… tu solito conseguiste que esto acabara de esta forma-

-¿ya no me amas Taemin? – preguntó quebrado mientras lo agarra de los brazos para que no huya

-… yo te amo Minho… - levanto la mirada por primera vez, clavando sus ojos con los ajenos- pero tú no sientes lo mismo

-¡por Dios, yo te amo Taemin!-

-¡¿ amarme?! ¡Dices amarme cuando vas y te revuelcas con la zorra de tu trabajo!! Eso no es amor Minho!- grito soltándose del agarre, no podía creer que le estuviera mintiendo en su cara-¡todo lo que sale de tu sucia boca son mentiras! ¡¿Sabes dónde te puedes meter tu amor?! ¡En el usado trasero de esa golfa con la cual te acuestas!

-¡¿de dónde mierda sacas que te engaño?! – grito de igual forma siguiéndolo hasta la habitación

-¡yo te vi Minho, te vi!- alego mientras tomaba su maleta negra y metía su ropa en esta- ¡estaban los dos muy acaramelados en tu puta oficina mientras dejabas que aquella mujer te manoseara!

-¡si es que viste todo, entonces abras observado que la saque rápidamente de mi oficina!

-no te creo… - sus ojos se estaban tornando acuosos, nunca le había gustado pelear y menos con él.

- Taemin por favor deja eso- el alto tiro la ropa ya puesta en la maleta para luego tomar sus manos con las suyas- no te vayas…

-dime… ¿alguna vez me has engañado? … aquellos días que decías tener reuniones y no volvías a casa hasta altas horas de la noche ¿era porque realmente tenias trabajo o… te ibas con aquella mujer?- sus lagrimas recorrían lentamente su rostro esperando a que le respondiera – contéstame con la verdad por favor…

-…yo… lo siento…- con solo esas palabras comprendió que si, Minho le había engañado y estaba seguro de que fue varias veces y no solo de una noche por calentura

-… tomémonos un tiempo… para….para pensar- se limpio bruscamente las lagrimas para luego volver a meter sus prendas en la valija –adiós Minho… - paso por su lado en completo silencio dirigiéndose a la puerta, miro por última vez la habitación en donde o había dejado esperando que …. Que saliera y le dijera que todo era mentira y que nunca lo había dejado de amar. Pero sabía que eso no era posible porque estaba confundido, aquella mujer había logrado confundir sus sentimientos.

Cerró sus ojos dejando salir las últimas lágrimas que derramaría por él. Solo el destino sabía como terminaría su relación.

Salió de ahí sintiéndose morir, salió corriendo por las escaleras importándole poco lo que pensaran las personas que lo veían salir destrozado del aquel edificio.

Sus pies lo llevaron inconscientemente a aquel lugar. Toco el timbre repetidamente esperando que le abrieran al llegar hasta el piso correspondiente.

-¿Taemin? – pronuncio aquella persona, quien traía una bata con los cabellos despeinados

-Onew hyung – se tiro a sus brazos haciendo que el mayor retrocediera unos cuantos pasos por la fuerza que había adquirido- todo termino…lo odio tanto – se aferro al cuerpo cálido de su hyung, quien no tardo en rodarlo con sus brazos, acariciando sus cabellos con una mano.

Lloro como nunca lo había hecho, sintiéndose protegido al estar con él. Onew era un amigo incondicional, buena persona y nunca dudaba en ayudar a aquel que lo necesitara. En esos momentos se arrepentía tanto el no haberlo elegido a él, seguro que su vida hubiera sido feliz estando a su lado, sin lagrimas, sin dolor.

-tranquilo pequeño… yo estoy aquí…