Un nuevo reto se presenta en mi carrera, ahora no solo bailar y cantar era suficiente para mí, ahora deseaba componer, pero como no tenía ni idea de cómo hacerlo.

Todas las noches me sentaba frente a mi pequeña mesa que fungía como escritorio, pero simplemente la inspiración no llegaba, a veces sentía como venia en camino y justo cuando estaba por entrar por la puerta me veía se burlaba en mi cara y se alejaba dando pequeños saltos de felicidad.

Siempre escuchaba de mis compañeros el clásico “No te presiones Minho, tu musa llegara cuando menos te lo esperes”, pero yo no deseaba esperar yo quería tenerla sentada a mi lado, llenando mi cabeza de ideas para canciones, mínimo para una simple rima.

Desesperado una noche lance mis libretas destinadas para las canciones, frote mis manos en mi cabeza como esperando que las ideas surgieran asustadas de entre mi cabello esponjado, pero no ocurrió, reí un poco por mi estúpida reacción y me tire de espaldas en la cama –“No definitivamente no estoy hecho para ser compositor…”- cerré mis ojos unos instantes, luego escuche una tenue risa, me incorpore de inmediato y examine la habitación iluminada por la luz de la luna, una mujer vestida de blanco levantaba con cuidado mis libretas y comenzaba a ojearlas, giro sobre si y pude ver su rostro, ese divino rostro que memorice al instante, una divinidad de cabello claro –“…como entraste aquí…”- pregunte nervioso ante tal belleza –“…vengo a ayudarte…acaso no deseabas eso…” su voz era demasiado gruesa para ser una mujer, me levante para encender la luz y pude apreciar mejor su cuerpo, era delgado, estético, no llevaba un vestido largo como supuse al principio, no, era unos pantalones sueltos con una camisa de tiras largas, casi como una túnica, eso fue lo que me hizo pensar que era un vestido, me acerque más y descubrí que era un chico –“en serio como entraste y que quieres?”- volví a decirle mientras se sentaba a un lado de mi –“vine a darte la inspiración que tanto deseas”- era extraño en cualquier otro momento de mi vida sacaría a un desconocido a patadas de mi recamara, pero a este pequeño chico ni siquiera me atrevía a rozarlo, sonreí un poco –“¿acaso eres mi musa?”- le pregunte en tono sarcástico –“Puedes llamarme así, si lo deseas”- fruncí mis cejas y agite mi cabello –“Que no se supone que deberías ser una mujer, las musas son mujeres o no…”- ese perfecto ser se levanto de la cama y se dirigió delicadamente a mi improvisado escritorio –“…a través del tiempo nos han dado muchos nombres, muchas formas, pero al final de cuentas somos lo mismo…”- demonios comenzaba a hablar como un desquiciado, supongo que no estaba bien de la cabeza –“…alguna vez has estado enamorado de una mujer?”- qué clase de pregunta me hacia ese rubio desconocido –“…si…claro… ¿por qué?”- alzo una ceja –“y has escrito alguna canción pensando en ella?…”- mi boca se abrió un poco antes de negar con mi cabeza –“lo ves…no necesariamente tiene que ser una mujer…”- me acerque violentamente a él –“acaso me estás diciendo gay?...”- volvió a reír descaradamente, burlándose de mi –“…no…solo estoy diciendo que tu fuente de inspiración no necesariamente debe tener forma de mujer, puede ser un hombre o incluso un ave de bello plumaje en tu ventana…la fuente de inspiración es lo que tu deseas que sea…”- sus palabras me tenían confundido, que es eso de “Fuente de inspiración”, supongo que se refiere a … ¡vah! no se a que se refiera y no importa si él me ayuda a realizar mi ambición de ser compositor puedo vivir con el hecho de que mi musa en realidad es “muso”, aunque probablemente esto sea un descabellado sueño –“ has comprendido la idea verdad”- me dijo al tiempo que tomaba mi mano –“supongo que sí, bueno señor fuente de inspiración…mmm ese nombre es muy largo no cree, no tiene algún apodo más corto a algo así…”- le dije mientras dejaba que me sentara en la mesa y se ubicaba a un lado de mi –“…mmm nunca antes alguien me lo había preguntado…de hecho no sé si tenga uno…desde que recuerdo siempre me han llamado `muso’…”- entrecerraba sus ojos azules –“…que tal si tú me das uno…”- ladeé mi cabeza un poco para apreciar mejor esa divina sonrisa –“mmmm…Taemin…que te parece si te llamas Taemin…”- ambos meditamos un poco antes de asentir al mismo tiempo, irrumpiendo en ahogadas risas –“…bueno Taemin que vas a hacer para inspirarme…”- él se levanto del escritorio como asustado –“…no lo sé, según tú que se supone debo hacer…nunca antes alguien me había pedido algo así, simplemente me sentaba a su lado y ellos comenzaba a escribir como locos…tu eres raro…”- una alucinación creada por mi mente me decía que era raro debería sentirme ofendido –“pues no lo sé…como siempre te visualice como una mujer…pensé que llegarías bailarías un poco alrededor de mi mientras entonabas alguna canción inspiradora…o algo así…pero eres…”- me hizo girar en la silla y me levanto –“creo que eso si puedo hacerlo…”- yo estaba en medio del cuarto observando como esa delicada figura se balanceaba de un lado a otro de manera angelical, ni en mis mas buenos sueños había visto a mi musa moverse de esa manera, era muy bueno en lo que estaba haciendo y parecía disfrutar con cada movimiento que realizaba, poco a poco mi boca se abrió y me cuerpo cayó en la cama, estaba en primera fila para disfrutar del más experimentado bailarín del mundo, termino con un giro perfecto e hizo una reverencia, yo aplaudí levemente. Taemin parecía un poco agitado así que se dejo caer de espaldas sobre la cama –“ahora que sigue…así cantar una canción…mmm…cual será la adecuada para esta ocasión…ah ya se”- dejo que su voz se escurriera por mis oídos, una divina voz que me hipnotizo, me tire sobre mi costado muy cerca de él, admiraba su perfecto rostro, esos divinos ojos azules, sus espesos labios rojizos, esa piel durazno, ¿sería tan aterciopelada como ese delicioso fruto? Sin pensarlo deje que mi mano comenzara a rozar delicadamente sus mejillas, era aun más suaves que la misma seda y tan tibias como un ave, mi mano subió y retorció un poco esos hilos dorados que tenia por cabello, Taemin giro un poco su rostro y sonrió sin dejar de cantar, no tengo idea de cuánto tiempo estuve observando a mi `muso’ que la mañana llego a mi sin darme cuenta, cuando voltee a mi costado solo estaba mi libreta, -“fue un lindo sueño”-me dije, abrí mi cuaderno y en la primera hoja estaba la letra de una canción, la más hermosa que haya tenido el placer de leer, acaso la había escrito yo?, parecía ser mi letra, pero no recordaba haberla hecho, esto es lo que me inspiro mi `muso’, mi Taemin.

Otra vez es de noche y espero sentado en mi cama a que Taemin aparezca si es una alucinación mía, es probable que pueda volver a crearla, pero el tiempo pasa y no aparece, tomo la libreta y leo la canción –“no, esto no me gusta, no es buena”- arranco la hoja dejando caer la libreta mientras la hago pedazos, me dirijo a la cama y me dejo caer pesadamente sobre un costado y aprieto mis ojos –“por qué hiciste eso?...”- giro emocionado al escuchar esa melodiosa voz, trato de que mi alegría no se note tanto –“…por que no es buena…no es lo que esperaba…”- suspira un poco con la hoja que había destrozado pocos minutos atrás intacta en la libreta –“…bueno definitivamente eres raro…nunca me había tocado alguien tan exigente…pero no importa…yo vendré cada noche hasta que puedas hacer algo que realmente te guste”- por alguna razón sonreí triunfante –“y que deseas que haga esta noche, bailar y cantar otra vez…”- medite unos segundos –“esta vez solo canta, me gusta tu voz…”- di unas palmaditas sobre el colchón, él se acostó boca arriba como el día anterior y comenzó a tararear una canción, por mi parte volví a embelesarme en ese divino rostro, ese cuerpo perfecto, por primera vez me alegraba que mi fuente de inspiración no fuera un ave de bello plumaje, incluso que no fuera una mujer . Vuelvo a acariciar ese rostro, bajo lentamente por su pecho, Taemin extiende su mano y la pasa por mi barbilla, esta vez me uno a su tarareo mientras ambos nos perdemos en la vista del otro.

De nuevo la mañana llega sin aviso alguno y mi libreta es mi única compañera, una nueva canción aparece en ella, es tan buena como la anterior, pero al llegar la noche destrozo la hoja y vuelvo a gritar que no es buena, que no me gusta y corro a dejarme caer sobre mi cama, esperando escuchar esa voz. Esto se ha vuelto casi un rito nocturno, ya son varios meses desde que él me visita y me hace sentir un mundo de sensaciones que jamás llegue a pensar experimentaría por un hombre, si es una alucinación o un sueño ya no me importaba, yo solo deseaba que las noches llegaran para poder estar una vez más a su lado.

-“definitivamente eres muy exigente Minho…”- sacudía su cabeza, ¿ya se había cansando de mi?, ¿dejaría de visitarme? –“bueno, si soy muy exigente, bueno…la verdad es que…”- sin pensarlo siquiera me encontraba prendido de sus labios, acariciando su sedoso cabello , me separe lentamente para poder observar su reacción –“perdón, pero me he enamorado de ti…”- Taemin se acerco un poco mas –“no te preocupes, no es la primera vez que un humano se enamora de su fuente de inspiración, ni tampoco será la última…”- claro, si todos son tan divinos como él no es de extrañarse que suceda –“…pero esta es la primera vez que la fuente de inspiración se enamora de un humano…”- había escuchado bien, él también se había enamorado de mi, de un simple y desquiciado mortal, suponía que sí, porque de lo contrario no tendría sentido que en esos momentos él me besara con esa pasión, me recorriera con esa desesperación solo superada en intensidad por la mía, una verdadera divinidad estaba conmigo en estos momentos, un verdadero semidiós estaba bajo de mi agitado y pidiendo por más de mi. Era lo mejor que pudiera experimentar en mi vida, lo mejor que podría experimentar en todas mis próximas reencarnaciones, ese cuerpo delicado y estrecho agitado por mi movimiento dentro de su piel, por mis manos acariciando lo que lo hacía igual a mí, haciéndole gritar mi nombre desesperado y jadeante, un verdadero deleite de sabor en mi boca y en mi mente.

Al día siguiente mi habitación aun mantiene su aroma y su cuerpo esta delineado en mi cama, la costumbre le hace dejar mi libreta con una nueva canción en ella, si las publicara a estas alturas seria millonario, pero él ya no volvería a mí, por eso las apilaba en un rincón de mi closet, solo sacándolas para azotarlas contra el piso y esperar a su aparición. Unas delicadas manos rodean mi cintura y siento su frente acercase a mi espalda –“deberías comprar una nueva libreta…”- giro para encararlo y lo estrecho fuerte contra mi pecho –“supongo que si…”- lo beso apasionadamente –“…por que yo no dejare de venir, ni una sola noche…hasta que tu no me lo pidas…”- nos balanceamos lentamente por toda la habitación –“…nunca te pediría tal cosa…el día que tu no aparezcas…será el día que yo deje de respirar…y aun así mi espíritu permanecería en esta habitación para esperar por ti…”- nos dejamos caer sobre la cama –“Minho el día que tu dejes de respirar, será porque, por fin nos encontraremos juntos, para toda la eternidad…”-