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Mensaje por Sou-Tan Mar Mayo 14, 2013 7:20 pm

Titulo original: Arrepentimientos inservibles.
Autora: Danna (YO :D)
Genero: ¿Angustia, drama?
Pareja: 2min
Duracion: Intento de drabble que no salio como lo esperado LOL
Nota: Me abstuve de descripciones y anexe varias cosas para evitarles el llanto xD


Sonriente caminaba con mis manos en los bolsillos de mi chaqueta, se sentía como si la felicidad durara por siempre, la misma felicidad que hoy causa en mi un dolor nostálgico.

El clima era bueno, y la brisa que acariciaba mi rostro hacia mejor el ambiente. Dejarlo todo para buscar un sueño junto a ti nunca fue un problema. No había preocupaciones, el pasar de los días veraneros no fue intenso esos días.

Sin dejar de sonreír abrí aquella puerta de la que un día fue nuestra habitación, fue entonces, cuando todo en lo que un día creí se desplomo ante mis ojos. Es gracioso y parece de novela, pero si, estabas ahí, con alguien más.
Intente reírme de mi mismo pero solo conseguí que el llanto aumentara su intensidad, y aun ahora, tus palabras y tu cálida sonrisa siguen en mí, ¿Tonto, no?

Y aunque esto lo diga riendo, créeme, no es la misma sonrisa que te brindaba entonces.

Aquella sonrisa que se desvaneció entre sollozos…

Solo atine a salir corriendo, en un desesperado intento por despertar, pero no fue un sueño. Mi juventud y torpeza estaban en su máximo esplendor, pero ellos, al igual que mis ojos, han perdido su brillo.

Sigo intentando olvidarte, ¿Un poco tarde para tratar, no?, te sonrió falsamente y me miras nervioso, como si mis palabras te estuvieran incomodando, pero ¿Sabes? No creo que debas tomarle tanta importancia, arrepentirse no es válido.

Mis ojos se pierden mirando el café en mis manos y tus palabras parecen enredarse en tu lengua, me causa gracia, es como si pudieras comprenderme, pero no, no quiero que pienses así. Dices que me veo un poco más…menos yo.

Aquella mirada que fue invadida por la frialdad…

Es una sorpresa que también lo notes, al menos no soy el único. Supongo que el tiempo no ha pasado en vano.

He podido darme cuenta, que no puedes ir por ahí confiando en todos, crecer es parte de la vida, ¿No es así? Pero no me mires con tristeza, no deberíamos quedarnos solo con las emociones de juventud, hay que ver más allá del odio y el amor, lo aprendí gracias a ti.

Aquella inocencia que se perdió en la oscuridad…

La forma en que me expreso parece abrumarte, dices que es extraño escucharme hablar así, pero no encuentro de que otra manera debo decirte que lo que paso es parte de un pasado que no vale la pena recordar.

Pero, ¿Sabes? Hay algo que jamás podré decirte, y es que aunque intente ser fuerte, supongo que sí, en algún momento logre odiarte, pero actualmente, con el pasar de los años, pude dejar atrás esos sentimientos, porque ahora, parece que no siento nada.

Aquellas emociones que ahora vagan en las tinieblas…

No puedo decir que deseo nunca haberme cruzado contigo porque mentiría, no existe un “si tal vez hubiera…”. Agradezco por todos los buenos recuerdos.

Y aunque en algún momento todos querríamos cambiar algo, no puedo ni pude desear no haber llegado más temprano ese día, porque ya no somos niños, que no ven lo que sucede a su alrededor y son felices sin saber. No existe felicidad cuando es todo un teatro para esconder la realidad. Por eso, solo me queda despedirme.

Tomas la mano que te extiendo mientras dudas, creo que me has descubierto, supongo, que pase mucho tiempo contigo como para que te dieras cuenta que no quedan ni rastros de la persona que conociste, y aunque contradiga la mitad de mis palabras anteriores, desearía poder recuperar todos los sentimientos que perdí.

Fueron parte de aquella felicidad, que nunca fue real.


Última edición por americanidiotdshineegirl el Sáb Ago 10, 2013 1:34 am, editado 1 vez (Razón : estaba horribleeee. ¡Que miedo xD!)
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Mensaje por Sou-Tan Miér Ago 07, 2013 8:51 pm

Escuchar. (YOU-TPR):


Arrepentimientos Inservibles. (Another ver.)


Tiritando un poco, tomo el pomo de la puerta y lo giro. La mano que sostenía la suya apretó su agarre dándole ánimos. Miro a su lado, y la sonrisa tan sincera de siempre le dio el valor para terminar de abrir la puerta de su casa.

Serios e imponentes, sus padres yacían sentados en el sofá de la sala, su padre leía el periódico con los lentes en el puente de la nariz, y su madre miraba la televisión. Lo mismo de siempre.

Fue su monotonía inquebrantable la que le hizo temblar aun mas. Siendo ellos así, tan redundantes, conservadores y amantes de la rutina diaria, siempre se pregunto como reaccionarían ante eso. Ellos siempre acostumbrados a lo predecible, ¿Que tipo de respuesta recibiría?

Subió los pocos escalones de la entrada, y sin soltar la mano de su novio entro por completo en la que en ese entonces era su casa. Siempre supo que arriesgaba, estaba consiente de eso, y no importaba.

“Dijiste que tenias algo importante que decir, dilo ahora”, soltó su padre sin mirarle a los ojos, el no creyó en sus palabras, su hijo siempre decía eso y terminaba por contar una tontería. En cuanto al gesto de ambos jóvenes de estar tomados de la mano, no presto atención a eso, sabia que los jóvenes siempre sacaban cosas extrañas, y reñirlos por eso solo conseguía fastidiarlos.

El periódico cayo al suelo, y su mandíbula casa abandona su lugar. Su mente empolvada y sus creencias podían ablandarse y tolerar algo tan simple como las demostraciones de afectos un tanto comprometedoras, pero aun no estaban preparadas para la homosexualidad, y menos en su propio hijo. Taemin  era consiente de ello también, y ya se había preparado psicológicamente para la reacción de sus progenitores: Negativa.

Aun así, los consuelos susurrados de el no fueron suficientes para que las lagrimas de su madre, el silencio de su hermano, y las palabras de su padre no dolieran.


Ese, fue el primero de muchos obstáculos.


Rodeándolo por los hombros, el mas alto dejo un beso en su mejilla, brindándole un poco de calor. Terminaba la primavera, sin embargo seguía haciendo frío.

Un frio que no pudo comparar a las miradas que las personas indiscretamente les dedicaban de forma reprobatoria hacia cualquier acción mientras caminaban, se colo por entre sus ropas.

Todos sus conocidos, familiares y amigos, hicieron lo mismo, sin detenerse a intentar entenderlo, solo alejándose y juzgando duramente. Solo le quedaba Minho y nadie mas. Cuando comenzaba a sentirse mal, recordaba las miradas cargadas de amor, sus sonrisas juguetonas, su compañía reconfortante, y entonces no dudaba en que todo valía la pena estando a su lado.

Bajo su mirada, discutiendo internamente consigo mismo sobre las personas que parecían fastidiarse solo con su presencia. Siempre le pareció tonto que todos criticasen solo por ignorancia, y cuando supo su orientación sexual, esa frase tomo mas importancia, “Las personas tienden a temer lo que no entienden, y se cierran a ello.”

Con preocupación, una mano alzo su cabeza desde su mentón, y la persona junto a el le indico con la mirada que todo estaba bien.

Esa actitud preocupada, esa palabras de aliento, los abrazos protectores que le costaba corresponder, todo de el le hacia entender que mientras se tuvieran el uno al otro nada podía estar mal.  

Si caían, lo harían ambos, si lloraban, secaban sus lagrimas, si reían, lo harían juntos. Eran diferentes, no obstante, el cariño mutuo los unió.



Entretenido movía sus dedos dentro de sus calcetines, miro a su alrededor y al ver las cajas vacías sonrió amplio mostrando su blanca dentadura. Se habían mudado juntos al fin y comenzar una vida nueva le emocionaba mucho.

Era joven aun, pero sabia lo que quería.

Por la puerta vio entrar a Minho con unas bolsas en las manos, traía comida. No habían comprado todos los muebles, por lo que tuvieron que comer en una pequeña mesita sentados en el piso.

Taemin no era de esas personas que mostrasen sus sentimientos, con Minho eso solo cambiaba un poco, pero lo suficiente como para hacerle saber que le quería, incluso si no lo demostrase, el pelinegro lo hubiese sabido, ya Taemin había hecho demasiado por el como para no estar seguro de ello.

Tal vez fueron eso sacrificios los que hicieron que el pelinegro se recriminara un poco.

Minho ya había vivido en Seul, y tenia un departamento, pero siempre quiso desligarse de sus padres -lo compraron para el-. Simplemente ellos eran parte de una historia de la que no se sintió feliz por ser protagonista.

Si algo tenían en común, era ese apetito voraz que hizo hizo terminar la comida en escasos minutos. No tenia nada que hacer, y el alto conocía esa mirada, por lo que intento correr, pero fue demasiado tardo, ya estaba sobre sus piernas, retorciéndose ante las cosquillas. Cada vez, el tenia algo diferente, sacando a relucir ese niño que Taemin nunca dejaba de ser por mas que creciera.



El verano a penas estaba llegando a su fin, hacia tres años que se conocían, y dos y medio que llevaban juntos.
Caminaba sonriendo inconscientemente, ganándose miradas desconcertadas, el cielo era azul pero, así era todos los días, ¿Por que sonreía el?

Había conseguido un nuevo trabajo, y llegaba temprano a casa. Definitivamente, las cosas iban de mejorando poco a poco. Después de todo, incluso detrás de la felicidad se esconde algo de tristeza, esa ya la habían pasado. Y para el, para Taemin, dejarlo todo para seguir un sueño junto a el nunca fue un problema.

Para lo que nunca se preparo, fue para la tristeza y decepción que le esperaba tras la puerta.

Fue como si una leve sombra gris arropara su ser por completo. Las palabras "Es el peor error de tu vida", resonaron en su cabeza como un tambor, taladrándole el cerebro, y las lagrimas le hicieron arder los ojos. Y rió, se burlo a carcajadas de si mismo, avisándole a las dos personas en la sala de su presencia, e impresionándolos un poco por su reacción.

Ellos tenían razón, todos, sus palabras, las ignoro, y entonces le parecieron reproches, todas y cada una de las voces en su cabeza que le echaban en cara lo estúpido que fue. Sin embargo, ya no quería saber mas de ello. Minho tenia a otra,entonces, estaba bien, no necesitaba que le dijeran que se fuera, lo haría sin escuchar ni una palabra, y que nadie le dijese nada, que nadie le pidiese disculpas, le hicieron las cosas mas fáciles.

El solo, siguió su camino, cambiando sin saberlo. Dejo aquello, atrás, no hablo de ello, y se refugio tras la rutina para persuadirse a si mismo de pensar en eso.Ya no tenia valor, o si lo tenia, solo que su positivismo era tan nulo que ver las cosas buenas se le hacia la tarea mas difícil.


~**********~

Tomo el café que le ofrecía la señorita sonriente tras el mostrador, por mas que intento devolvérsela, solo pudo alzar con mucho esfuerzo la comisura de sus labios. Lo caliente de la bebida traspasaba el envase, sus dedos lo agradecieron, y el aun se preguntaba a si mismo por que después de tantos años seguía usando esos guantes de lana con aberturas en la punta de los dedos.

El otoño se fue tan rápido como llego, dando paso al frió invierno. Tan frió, como el se había vuelto. Al salir de la cafetería, soltó su aliento en un resoplido, de verdad deseaba, que las buenas sensaciones en su cuerpo al ver las calles y arboles nevados volvieran, y remplazaran de un vez por todas lo sombrío de su apariencia.

Cinco años habían pasado, y se rió cinicamente de como aun no había podido superarlo. Por mas que Key le dijera que era fuerte, solo el sabia como estaba por dentro, hecho pedazos, una imitación barata de si mismo. ¿Taemin? El ya no lo conocía.

Cruzo la calle, y sus ojos miel fueron a dar al suelo al ver lo que se encontraba ahi.

-Minho...-. Susurro en un largo suspiro.

Seul era una ciudad muy grande, no es como si no se hubiese imaginado encontrarlo de nuevo, pero sus reacciones siempre consistieron en ignorarlo, no en quedarse ahí, clavado en el suelo, frente a el, con la mirada gacha, siendo un masoquista consigo mismo.

Su cabello cubrió la mitad de su rostro, y respiro hondo antes de acercarse. Vacilo unos momentos, pero el ya lo habia superado, seria capaz de hablarle. Solo saludaría, jamas logro odiarle.

-Hola.

Miraba los arboles, esa época del año era su favorita hacia mucho, le costo mucho comprender, que los inviernos no pasaron iguales después de aquello. Logro lo que quería, se hundió y termino tan solo como siempre quiso. Sin buscarlo encontró la destrucción. La auto-destrucción.

-Taemin...-. Sonrió devolviendo el gesto. El pequeño había crecido unos centímetros, no sabia cuanto había cambiado. Pero era Taemin, y el no era del tipo que le echaría todo en cara. No obstante, con solo verlo, podía decir que no, no era lo mismo.- ¿Como has estado?

-Bien.-Mintió y se refugio en su bebida.-¿Que tal tu?

La respuesta del en ese entonces pelilargo, no le tomo por sorpresa, pero la falsedad detrás de cuatro letras le preocupo. Sonrió, para si mismo. Minho era una de las muchas personas que por mas que sintiesen, ya no tenían remedio y el lo sabia.

-Podría ser peor.- Se encogió de hombros y bebió de su café -también tenia uno-.- Supongo que no puedo exigirte honestidad, seria muy cínico.- Agrego mirando al cielo, mas para si mismo que para el.

Taemin se tenso, la serenidad de Minho, el tono de sus palabras y lo sombrío en el fondo de su gruesa voz, ademas de que hubiese sacado ese tema que daba por superado, le hicieron ver que aun no, no estaba listo. Y Minho sabia que era ahora o nunca, no supo si fue lastima o culpa, tampoco le importo, debía ayudarlo un poco, darle un empujón aunque el se negara, sino, se perdería para siempre, y eso, el no podría soportarlo.

-Se me hace tarde.-Volvió a mentir.-Fue bueno verte.-No mintió tanto.

Simplemente, no quería escuchar nada eso. Y al pelinegro le causo gracia que un hombre de veintiséis años se comportase como uno de quince. Luego la amargura de la decepción llego a el. Creyó que para Taemin seria mil veces mas fácil, que si, le habría afectado, pero no a tal grado, no asi, nunca.

Le dio la espalda, listo para seguir su camino, y antes de eso, dio un sorbo a su café.

Minho suspiro y le tomo de los hombros estando Taemin de espaldas.

El estaba roto desde hacia mucho, si, lo había sufrido, lo mismo de Lee, pero de una forma mas cruel, mas hiriente. Siempre creyó en que existía esa posibilidad, en que tal vez se terminaría convirtiendo en su peor enemigo, en lo que mas odiaba, en alguien que destruiría todo, hasta si mismo.

Una vez alguien le hizo pensar que tal vez el podría ser bueno, que volver a querer no estaría mal. Pero su amor no valió nada, su amor no era del bueno, no fue suficiente como para evitar que hiciera lo mismo. Sus miedos y sospechas se confirmaron, destruyo las ilusiones de quien quería solo por una tontería, sin quererlo, sin anticiparlo, pero lo hizo.

No pidió perdón, no intento excusarse, ya no valía nada, ninguna de su palabras cambiaría el hecho de que había estado con alguien mas. Paso por eso, y lo único que quería era estar solo, y no escuchar excusas baratas.

Paso el tiempo, y no se negó a si mismo que si, estaba arrepentido, pero asi debía ser, nada cambiaría lo sucedido, el daño estaba hecho. Aunque le doliera a el, aunque le doliera a Taemin, y tal vez el, ya lo había superado.

Se sintió bien por un momento, había hecho que alguien fuese igual de miserable que el. Pero luego recordó que era Taemin, y que un monstruo como el no podría compararse con ese pequeño ángel.

Entendía los riesgos que corría al estar junto a el, y el egoísmo no le permitió advertirle de nada.

Le destruyo las ilusiones a alguien que aun no estaba preparándose para vivir realmente. Dejo sus expectativas por el suelo. Y a el no le sucedió nada, el no lloro, no pudo sentirse triste, sus emociones habían quedado que sus recuerdos, los mismos donde el ya había vivido lo suficiente como para creerlos inútiles.

Siguió siendo el mismo miserable solitario de siempre.

Lo supo, Taemin creía estar roto, sin embargo, Minho si lo estaba y pudo ver que ese joven de cabello largo y mirada distante aun no lo estaba, el podía salvarse, el podía ser diferente.

-Pequeño ángel, no rompi tus alas, solo debes superar esto, tienes tiempo. Tu puedes ser diferente, no te quedes solo mirando al cielo en el que volabas. Eres fuerte, porque no le tienes miedo a enfrentar lo que sientes.

El pelilargo solo se quedo inmóvil, y las lagrimas, igual a las de ese dia inundaron sus ojos, sin luz, pero con vida aun, el no había muerto, el no era Minho, el aun no estaba tan roto, y el pelinegro noto eso.

Se giro mirándolo a los ojos, y sin previo aviso, lo abrazo. Le abrazo porque siendo sincero consigo mismo, no había podido superarlo, lo había escondido en un rincón, esperando que por si solo decidiese desaparece. Y no paso.

Dolía, dolía demasiado, tanto que Minho quedo paralizado, contagiado con ese dolor. Rió limpiando sus inútiles lagrimas.
Después de mucho tiempo, si, el lo quiso, y aunque intentase negarlo, lo quería para ese entonces, lo seguía haciendo.

No correspondió ese abrazo, solo acaricio su cabello. No dijo nada, sabia que Taemin aun necesitaba de eso.

Su relación termino muy mal, y ni intercambiaron palabras ese dia, en el que se desplomo sobre ellos la terrible realidad.

Cuando Minho conocio a Taemin, sus alas ya no tenían plumas, y todos sus huesos estaban quebrados. Ahora ya solo le quedaban unos cuantos.

Se separan, y se miran unos minutos en silencio. Necesitan superarlo, terminarlo bien, cerrar ese capitulo al cual al parecer ambos necesitaban dejar de aferrarse.

-Intente odiar. No pude, no te odio, nunca lo hice. Es gracioso-. Rió amargamente, y Minho le acompaño.

El mas alto se acerco a el, y limpio la ultima lagrima que caía rodando por su mejilla.

-Yo también, Taemin, te quiero.- Asintió sin poder dejar de llorar aun.-Solo tienes que…-. Las palabras le salían torpemente-. No te conviertas en lo que yo. Solo eso.

Taemin asintió apretando los labios, con los ojos húmedos de nuevo. Poso una de sus manos en el hombro izquierdo contrario, y Minho apretó fuerte su muñeca.

No habían reproches, ya no estaban para eso. Pero la culpa y el arrepentimiento seguían inevitablemente presentes, era parte de la naturaleza humana, es todo.

Se levanto sobre la punta de sus pies, y con su mano en el hombro del alto aseguro su equilibrio. No pudo evitar sentirse como su hermano mayor y sonreír ante eso, al besar dulcemente su frente y luego separarse, encontrándose con un Minho que desesperado trataba de cubrir su rostro.

El pelilargo limpio su lagrimas, y con una sonrisa amarga miro a Minho. Le costaría mas tiempo, solo un poco mas, seria difícil, pero lo haría, eso…dejaría de dolerle.

-Adiós, y gracias por los buenos recuerdos. De ahora en adelante, sonreiré al pensar en ti.-. Se dijo mas a si mismo.

Minho sonrió abiertamente por primera vez. Si, lo sabia, el podría salvarse de la oscuridad. Se dio cuenta, que el menor aun tenia unos pocos sentimientos hacia el, muy fuertes, y era mutuos, pero a ellos ya no les correspondía estar juntos.

Era mejor dejar todo ahí, hasta donde no debió llegar jamas. Separar sus caminos y si algunas vez volvían a cruzarse, se saludarían agitando sus manos y con una sonrisa, sin tristeza, sin dolor, sin rencores inservibles.

Taemin comenzó a caminar con las manos en los bolsillos de su abrigo, sonriendo mientras miraba al cielo, y llorando sin poder evitarlo. Estaba feliz, y Minho también. Compartían una felicidad triste.

Minho rió al pensar en la posibilidad de encontrarse en sus próximas vidas. Y quito sus lagrimas que parecía infinitas.

-Quiero ser feliz, y quiero que el lo sea también. Sus alas…-rió ante la ocurrencia del alto.-, creo que todavía pueden servirle…-. Susurro para si mismo mientras se alejaba.

Ambos estaban consientes de después de todo seguían queriéndose, pero quedarse con lo bueno de lo vivido y seguir adelante con la cabeza erguida, avanzando sin olvidarse, era lo correcto.

Fueron personas que se encontraron para aprender de las otras, y que al aprender todo lo que podían, ya no necesitaban estar mas juntas. Aunque no quisieran. Cuando aprendes a aceptar lo correcto, ya no puedes sentirte triste por eso.

Superar no es caminar sin mirar atrás

Taemin detuvo su andar, y giro suavemente su cabeza, viendo a lo lejos la pequeña figura de Minho despidiéndose sonriente con su mano. Le respondió el gesto para luego continuar su camino.

En uno de los maceteros del parque -al otro lado de la calle era lo que estaba ahí-, pudo ver como el sol que comenzaba a esconderse, derramaba su luz sobre las plantas, y como una pequeña flor se dejaba ver entre tanta nieve y ramas secas. El inverno se estaba despidiendo, la primavera estaba por llegar.

Respiro hondo. Era el comienzo de su nuevo camino, Minho tenia razón. Jamas olvidaría a ese pelinegro, y el cariño hacia el no se iría, y lo recordaría con felicidad, no con odio. Debía ser valiente y recuperar el valor que creía perdido, nadie dijo que seria fácil, pero podía con eso.

Es mirar atrás sin que te duela.

Minho se sintió orgulloso del pelilargo, el era…diferente, y estaba agradecido con alguien luego de mucho tiempo, por haber recibido su amor. Ya no se reprocharía nada. Aquel ya no era un niño, y estaba feliz de haberlo visto crecer, no de la manera que quisiese, pero era cierto. Puede que Taemin quisiese que Minho pudiese tener las mismas oportunidades, no obstante, Taemin solo era un ángel que sufrió, y Minho ya era parte de los caídos.




“Había una vez un pequeño ángel de alas hermosas. Tenia unas de las alas mas lindas, y poseía una gran inocencia al ser pequeño.
Por casualidad, terminaron ambos ángeles encontrándose. El ángel de alas rotas vio con emoción, como las alas del algelito seguían ahí, pero este por desgracia no las veía. Se lo hizo saber, y se sintió bien al saber que el angelito no le odiaba, y seguía queriéndolo.
El pequeño ángel ayudo a que el angelito volara de nuevo, y se despidió contento cuando este se fue a surcar por los cielos con sus hermosas alas. El pequeño ángel no pudo salvarse de la tristeza, pero fue feliz porque su angelito pudo ser fuerte y volver a surcar por los cielos.”

Escuchar (YOU-YUI):


Última edición por americanidiotdshineegirl el Miér Ago 07, 2013 8:54 pm, editado 2 veces (Razón : ninguna en especial)
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