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You never left me
Título: You never left me.
Autor: Faby Estrada.
Parejas: JongKey & 2Min... sorpresa~ ajám xD
Tipo: TwoShot/fluff.
Nota: Espero no se aburran, el sábado subo la continuación.
Dedicado a: A Cleiis porque la amo mucho y siempre me apoya en lo que decida. Muchas gracias, nena, por siempre estar ahí para mí :c & a 'Dara porque ha tenido un mal día y espero que esto la anime un poco(?) Te amo, babe~ *3*
En el interior de su casa, KiBum contemplaba desconcertado el rostro de su primo. Delante de él, Minho estaba regio, con los brazos cruzados frente al pecho y la mirada puesta fijamente en su rostro. A KiBum le era difícil parpadear, inclusive respirar. ¿Qué había dicho?
—Entonces, ¿qué dices? —Le preguntó Minho, su ceño levemente fruncido. Probablemente estaba extrañado de su repentino comportamiento.
—No lo sé —contestó—. ¿Cuándo dices que viene?
—Mañana por la mañana.
El corazón se le contrajo súbitamente y, a pesar de que Minho se lo había dicho minutos antes, la noticia le cayó como un balde de agua fría. Todo su cuerpo se estremeció mientras se rodeaba lentamente con los brazos.
—¿Qué sucede, Key? —Le preguntó él.
KiBum negó con la cabeza. No podía contarle a Minho la emoción, y al mismo tiempo, el terror que sentía por lo que le estaba pidiendo.
—¿Por qué tiene que ser en mi casa?
El alto suspiró y dejó caer los brazos a los costados.
—El imbécil me avisó no hace mucho y sabes que yo aún vivo con mis padres. Además, mi mamá está de un humor de perros recientemente y lo último que quiero es que tenga una pelea con uno de mis mejores amigos —hizo una pausa y se acercó lentamente a él—. Bummie —alzó los brazos y lo sostuvo por los hombros—, no lo hagas si no quieres…
—Si quiero —lo interrumpió—. Está bien, tráelo aquí mañana, será bienvenido.
Minho estrechó los ojos, deslizando las manos hasta sus mejillas, obligándolo a mirarlo.
—¿Estás seguro?
Key sonrió, posando una de sus manos sobre la de él.
—Seguro, primo. Sabes que él, además de ser tu mejor amigo, también es el mío.
Aquello no había sido del todo cierto, y mientras se alejaba de su primo, dando la vuelta para ir a la cocina, KiBum recordó al chico del que estaban hablando.
Jonghyun.
Se acercó al refrigerador, increíblemente tenso. No podía decirle a Minho que había pasado algo más que sonrisas y abrazos entre él y Jonghyun. Y no era porque se avergonzara, pero simplemente no tenía caso. Además, eso había pasado hace tanto tiempo y había durado tan poco, que no valía la pena contárselo ahora.
—¿De verdad estás bien?
Key giró sobre sus talones, topándose con su primo recargado en el marco de la puerta, observándolo con preocupación.
—Perfectamente —contestó, veloz; tratando de calmarse para no hacer tan evidente su confusión. Lo último que quería ahora, era que Minho se diera cuenta de que algo no iba bien respecto a Jonghyun.
—Bien —dijo Minho, acercándose a él—, pero no será solo él viviendo aquí una temporada.
KiBum abrió los ojos de golpe. Oh no, mierda. Lo único que le faltaba era que Jonghyun viniera con una mujer.
—¿Está casado?
La carcajada que Minho soltó, le hizo saber la respuesta antes de que se la dijera.
—Por supuesto que no —habló, riendo mientras lo rodeaba con los brazos—. Y no hablaba de una chica, hablaba de mí. Yo vendré con ese patán y viviré con ustedes hasta que él consiga un departamento propio.
Key respondió a su abrazo, dándole golpecitos en la espalda.
—¿Y por qué vas a hacer eso?
—¿Bromeas? —Preguntó, alejándose para mirarlo a los ojos —Esta es la excusa perfecta para estar con Taemin.
—Estás idiota si crees que dejaré que traigas a mi pequeño a casa sólo para tener sexo con él.
Minho se alejó mientras le sonreía y KiBum supo que no iba a poder hacer nada para cambiar la decisión del alto. Maldición, de alguna manera, su primo siempre era capaz de convencerlo para todo. Inclusive para pasar tiempo a solas con su querido Taemin.
KiBum se sonrojó de repente y su mente se quedó llena con la palabra “sexo”, combinado con el nombre de Kim Jonghyun.
Oh Dios, sintió una ráfaga de deseo en todo su cuerpo cuando una imagen de Jonghyun desnudo y duro, le vinieron a la mente. Jesús, nunca se arrepentiría de haberle dado su preciosa virginidad a él. Y aunque los dos eran adolescentes experimentando con sus cuerpos, KiBum no lo había hecho con nadie más después de que Jonghyun se fuera de Seúl para estudiar música.
—¿Bummie?
Parpadeó un par de veces y empujó lejos sus corrompidos pensamientos.
—Lo siento, ¿qué decías?
Minho frunció el ceño fuertemente, haciendo que sus cejas casi se juntaran por completo.
—Estás actuando demasiado raro, ¿qué es lo que te pasa?
—Nada, simplemente estoy contento.
Key supo que su primo no le creyó en lo más mínimo, pero para su alivio, él no le preguntó nada más. Dios, si él tan sólo supiera.
Minho se acercó de nuevo, dándole un abrazo rápido.
—Vengo mañana con mis cosas y con el inútil de Jonghyun. Te mandaré mensaje cuando salgamos del aeropuerto, ¿de acuerdo?
—Sí.
Y con eso, Minho dio media vuelta y se fue, dejándolo solo.
A Jonghyun le dolía la cabeza y estaba empezando a ponerse de mal humor. Deseaba con todas sus fuerzas estar inclinado sobre un retrete en vez de estar caminando por el aeropuerto de Seúl buscando a su mejor amigo. ¿En donde mierda estaba Choi Minho? Se suponía que iba a estar esperando por él, pero el desgraciado no estaba por ninguna parte.
Rindiéndose en la búsqueda del alto, se dirigió a una cafetería para pedir un americano, solo y bien cargado. Dios, necesitaba tanto el café, sentía que en cualquier momento la cabeza le explotaría.
—¿Para llevar? —Le preguntó la chica detrás del mostrador, con una sonrisa de oreja a oreja. Vaya, aquella muchacha no era nada disimulada al observarlo de pies a cabeza, pero estaba perdiendo el tiempo. Jonghyun tenía muy claro desde hace tiempo que no le gustaban las mujeres. Había aprendido que estaba en su naturaleza aferrarse a un hombre como si fuera lo último del planeta y rápidamente querían algo serio, un compromiso. Claro, no todas eran así, pero Jonghyun había tenido la mala o buena suerte de no toparse con ninguna que le hiciera cambiar de opinión.
—Sí —respondió, seco e indiferente, moviendo el pie contra el suelo en un gesto impaciente y desinteresado.
Jonghyun suspiró aliviado al ver que la chica se alejaba mientras la sonrisa se le desvanecía. Bien, ahora podía irse del local sin un número telefónico apuntado en un pedazo de papel.
—¡Aquí estás!
Giró en redondo, encontrándose con el gesto molesto de Minho.
Jonghyun lo observó durante un rato, el desgraciado seguía tan o más alto de lo que recordaba, además de que se notaba que había estado haciendo ejercicio. En ese cuerpo no había ni rastro del chiquillo flaco y larguirucho que jugaba fútbol con él como si su vida dependiera de ello. No, frente a él estaba un hombre con una constitución hermosa y musculosa, y la cabellera castaña que antes era larga y ondulada, ahora estaba corta y pelinegra.
—¿Qué? —Preguntó el recién llegado, cruzando los brazos frente al pecho—. ¿Te has enamorado de mí?
—Puede ser —contestó, sosteniéndole la mirada durante largos segundos.
Ninguno de los dos se quedó con esa expresión durante más tiempo, se echaron a reír y caminaron para darse un abrazo fraternal.
—¡Has cambiado demasiado! —Exclamó Minho, alejándose y retomando su postura inicial. —Cuando te vi dirigiéndote hasta aquí, dude un poco que fueras tú, pero estuve completamente seguro al reconocer tu andar de prostituta recién violada.
—Tan idiota —rió Jonghyun—. ¿Estás seguro que no fue tu reflejo el que viste para que pensaras eso? Te recuerdo que, el que camina como si tuviera un poste de luz enterrado en el culo, eres tú.
Lejos de enojarse por sus comentarios estúpidos, ambos comenzaron a reír sin importarles que las personas los miraran como si hubieran perdido la cabeza, y tal vez, reprochando sus expresiones poco educadas. Pero, ¡qué importaba! Tenían años de no verse y eso era lo único que querían y sabían hacer.
—Siento haber llegado tarde —dijo Minho, poniéndose serio—, pero había un tráfico del demonio. Intenté llamarte al celular, pero me mandaba directo a buzón.
—No hay problema, mi celular lo dejé, no tenía caso que lo trajera a Seúl. Aquí me compraré otro.
Jonghyun se acercó de nuevo al mostrador cuando la chica confirmó que su pedido estaba listo. Pagó y se giró sin recibir una sonrisa de aquella mujer. Perfecto, el mensaje había llegado claro y directo.
Agarró su maleta y salió del local siendo seguido por Minho.
—¿En dónde voy a quedarme? —Preguntó, mientras sorbía un poco de café.
La última vez que habían hablado, Minho le había dicho que no tenía espacio en su casa, pero pensaría en alguien que pudiera recibirlo. Demonios, odiaba no tener más amigos en Seúl. Bueno, eso no era del todo cierto, tenía al primo de Minho, tenía a Kim KiBum.
—Con KiBum —contestó Minho.
Jonghyun se detuvo por un momento. ¿Había eco en su cabeza, o de verdad Minho había mencionado el nombre del protagonista de sus más grandes y eróticos sueños?
—¿En serio? —Preguntó como un idiota. Incapaz de creerlo, esto era demasiado bueno para ser verdad. Desde que se fue de Seúl hasta el momento en que volvió, había estado pensando en KiBum, en lo maravilloso que era estar a su lado, en lo mucho que le gustaba su voz, sus besos, sus caricias. Dios, necesitaba tanto volver a verlo y asegurarse de que la chispa entre ellos siguiera viva.
Jonghyun sabía que, de ser así, no dejaría que KiBum fuera de nadie que no fuera él.
—Sí, ayer le comenté sobre esto y me dijo que estaba bien.
Salieron del aeropuerto en dirección al auto del alto, pero Jonghyun apenas y podía poner atención a lo que le decía su amigo. Estaba completamente absorto en sus pensamientos, tanto, que se le había olvidado por completo beberse el café que aun llevaba en la mano para su, ahora inexistente, resaca. ¿De verdad era posible que pensar en alguien tan fervientemente te dejara en blanco?
—¿Qué tal el vuelo? —Preguntó Minho, agarrando su maleta y poniéndola dentro del coche.
Jonghyun se encogió de hombros.
—No lo sé, en cuanto me subí, me dediqué a dormir y derramar baba por la quijada. La aeromoza me despertó cuando llegamos aquí.
—¿Dormiste todo el tiempo?
—Por supuesto, no había dormido nada. La noche anterior me fui a mi fiesta de despedida y sólo llegué a mi departamento para recoger mis maletas e irme al aeropuerto —negó con la cabeza mientras sacaba un resoplido—. Por poco y me deja el avión.
Minho entró al coche al tiempo que lo hacía él.
—¿Cómo rayos le hiciste para que no te prohibieran pasar por ir en estado de ebriedad? —Cuestionó, sorprendido mientras encendía el motor del coche y salía del estacionamiento.
—¿Yo? —Sonrió—. Sé disimular muy bien, además, no estaba tan ebrio, había dejado de beber bastantes horas atrás y en el aeropuerto me tocó la suerte de que todas las empleadas que se encargaban de la seguridad y esas mamadas fueran mujeres. Una simple sonrisa opaca el hedor a alcohólico.
—¡No puedo creerlo! —Rió el alto, adentrándose en las calles atestadas de Seúl.
Jonghyun le devolvió la sonrisa, se acomodó en su asiento y se dedicó a divagar.
Recordaba muy bien el día que conoció a KiBum. Él y Minho estaban practicando fútbol en el parque que frecuentaban desde que se habían conocido, cuando KiBum llegó con el ceño levemente fruncido para reprender a su primo por no haber ido a comer a su casa.
Por supuesto, Minho había hecho caso omiso a su semblante de fastidio y se echó a reír mientras lo abrazaba, y al ver que los dos chicos lo ignoraban por completo, Jonghyun decidió carraspear fuertemente, haciéndoles ver que él todavía seguía ahí y fue entonces, cuando KiBum había reparado en su presencia.
Jonghyun estaba sin camisa, siempre era así. Se acaloraba y se la quitaba sin importarle quién lo viera. Además, en aquel entonces, su cuerpo era el de un tipo flaco y desnutrido, sin músculos. Pero KiBum se había sonrojado al verlo y Jonghyun se había dado cuenta.
—Soy Kim Jonghyun —había dicho, ofreciéndole la mano.
KiBum había mirado a Minho, como pidiéndole permiso para estrechar su mano y presentarse, y luego lo había mirado a él, haciéndolo respingar. Dios mío, la chispa de la atracción fue inmediata entre ellos, Jonghyun estaba seguro, y fue cuestión de tiempo para que hiciera combustión.
Él recordaba bastante bien el primer beso que le había dado a KiBum. Habían estado jugando con sus manos durante largo rato antes de inclinar sus cabezas y rozar sus labios. Recordaba muy bien cómo KiBum se había quedado estático, con los ojos bien abiertos y, seguramente, la mente en blanco.
Ambos habían sido tan inexpertos, pero esos besos suaves e inocentes, fueron cambiando por unos apasionados que incluían lengua y una pizca de caricias sazonadas con amor.
Todo había sido tan bonito, y no dijeron nada de su relación, por miedo y por cuestiones de seguridad. Bueno, él no había tenido problema de gritarlo a los cuatro vientos, pero KiBum estaba seguro que, si sus padres se enteraban, iban a separarlos de la peor forma posible.
—¿Jonghyun?
Parpadeó un par de veces y dio tomó un poco de café, disimulando su falta de atención.
—¿Qué?
—¿En qué estás pensando? Has estado muy callado.
—¿Sí? —Volvió la mirada hacia su mejor amigo—. No pensaba en nada interesante, créeme —mintió descaradamente, sonriéndole y urgiéndolo para que avanzara cuando la luz del semáforo cambió a verde.
Cuando el coche se puso en marcha, Jonghyun recargó la cabeza, volviendo a sus increíbles divagaciones. Dios, casi podía sentir las manos de KiBum acariciando cada parte íntima de su cuerpo.
Se revolvió en el asiento, obligándose a no pensar en eso sino quería una erección empujando la cremallera de sus pantalones. Además, no podía llegar a casa de KiBum luciendo así.
—Ya casi llegamos —anunció Minho.
—¿KiBum estará despierto? Es muy temprano —Preguntó. Eran las ocho de la mañana, lo cual en su idioma, significaba que era de madrugada.
Minho soltó una carcajada.
—¿Bromeas? Fue Key quien me despertó a las seis de la mañana para que no se me hiciera tarde para ir a recogerte. En serio, el teléfono no dejó de sonar hasta que me digné en contestarlo —resopló—. Si no lo hubiera visto alguna vez dormido, diría que mi primo no es de este mundo.
Ahora fue Jonghyun el que se echó a reír. El sabía, y de primera mano, que KiBum sí podía dormir. Jesús, quería volver a estrecharlo entre sus brazos, volver a compartir la cama con él y velar sus sueños.
—¿Qué es tan gracioso?
—Nada.
El alto hizo un sonido de disgusto.
—Bueno, como sea. No me da tiempo de escucharlo porque hemos llegado.
Cuando aparcaron frente a una casa blanca de dos pisos, Jonghyun pensó que el corazón se le saldría del pecho y se pondría a correr en círculos alrededor de él. Joder, ahora más que nunca necesitaba ir al baño y sacar toda la mierda de anoche, pero ahora dudaba que aquel malestar fuera por la fiesta. Dios, ¿desde cuándo se ponía nervioso por ver a alguien?
Dejó el vaso de café en el auto de Minho, y salió.
—Oye —rezongó Minho—, ¿no sacarás tu maleta?
—No —contestó, ignorándolo mientras avanzaba hacia la puerta de la casa.
No podía esperar más tiempo, tenía que verlo, tenía que…
Antes de que pudiera subir los dos escalones que estaban frente a la puerta, ésta se abrió con demasiada rapidez. Jonghyun se quedó estático, viendo como un chiquillo de cabello rojo salía disparado de la casa. Oyó un quejido, un entusiasmado grito con el nombre de su amigo el alto y luego, una risa gutural.
Miró sobre su hombro, consiguiendo que los ojos por poco se le salieran de sus órbitas. Aquel pequeño se había trepado al cuerpo de Minho y lo estaba besando como si no hubiera un mañana.
—¡Taemin!
Desvió su atención de nuevo hacia el frente y sintió las piernas temblarle.
KiBum estaba parado en el umbral, con el ceño levemente fruncido y la mirada puesta en la escena que montaban Minho y su novio. Estaba absolutamente perfecto, desde el cabello bien peinado, hasta la ropa que se le ajustaba al cuerpo como una segunda piel. Dios Santo, había cambiado demasiado, se había puesto más hermoso, se había teñido el cabello de rubio y estaba un poco más alto.
—Taemin —continuó KiBum, sin percatarse de su presencia—, Taemin, es de mala educación dejarme hablando solo, pequeño demonio. Te estaba contando algo muy importante y tú simplemente desapareces en cuanto escuchas el sonido del desastroso auto de Minho. Taemin, ¿me estás escuchando, siquiera? Taem…
Y por fin, KiBum reparó en su presencia, haciendo que su mundo se pusiera completamente de cabeza. Aquellos ojos felinos lo miraron de la cabeza a los pies, la boca acorazonada se abrió ligeramente mientras su todo cuerpo se tensaba. Jonghyun pudo notar la rígida postura del rubio, y habría estado muy desilusionado y pensando que KiBum no se alegraba de verlo, sino hubiera sido por esas motitas rosas adornando sus mejillas.
Y ahí estaba otra vez, Key siempre hacía eso cuando lo miraba, esa sonrisa tímida, los ojos rebosando deseo y alegría.
—Hola, Key —su voz salió en un susurró grave.
Jonghyun pensó que KiBum le contestaría con un seco “hola”, pero se sorprendió al ver la manera en que Key le dedicaba una enorme sonrisa, antes de inclinarse y rodearlo con los brazos. Instantáneamente, Jonghyun correspondió a su abrazo antes de que su cerebro pudiera reaccionar. Joder, estaba hecho papilla.
Estrechó con fuerza el cuerpo delgado de KiBum mientras cerraba los ojos y enterraba la nariz en su pelo. Key olía muy bien: a jabón, shampoo y perfume. Dios, Jonghyun podría quedarse de esta manera por el resto de su vida.
Autor: Faby Estrada.
Parejas: JongKey & 2Min... sorpresa~ ajám xD
Tipo: TwoShot/fluff.
Nota: Espero no se aburran, el sábado subo la continuación.
Dedicado a: A Cleiis porque la amo mucho y siempre me apoya en lo que decida. Muchas gracias, nena, por siempre estar ahí para mí :c & a 'Dara porque ha tenido un mal día y espero que esto la anime un poco(?) Te amo, babe~ *3*
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En el interior de su casa, KiBum contemplaba desconcertado el rostro de su primo. Delante de él, Minho estaba regio, con los brazos cruzados frente al pecho y la mirada puesta fijamente en su rostro. A KiBum le era difícil parpadear, inclusive respirar. ¿Qué había dicho?
—Entonces, ¿qué dices? —Le preguntó Minho, su ceño levemente fruncido. Probablemente estaba extrañado de su repentino comportamiento.
—No lo sé —contestó—. ¿Cuándo dices que viene?
—Mañana por la mañana.
El corazón se le contrajo súbitamente y, a pesar de que Minho se lo había dicho minutos antes, la noticia le cayó como un balde de agua fría. Todo su cuerpo se estremeció mientras se rodeaba lentamente con los brazos.
—¿Qué sucede, Key? —Le preguntó él.
KiBum negó con la cabeza. No podía contarle a Minho la emoción, y al mismo tiempo, el terror que sentía por lo que le estaba pidiendo.
—¿Por qué tiene que ser en mi casa?
El alto suspiró y dejó caer los brazos a los costados.
—El imbécil me avisó no hace mucho y sabes que yo aún vivo con mis padres. Además, mi mamá está de un humor de perros recientemente y lo último que quiero es que tenga una pelea con uno de mis mejores amigos —hizo una pausa y se acercó lentamente a él—. Bummie —alzó los brazos y lo sostuvo por los hombros—, no lo hagas si no quieres…
—Si quiero —lo interrumpió—. Está bien, tráelo aquí mañana, será bienvenido.
Minho estrechó los ojos, deslizando las manos hasta sus mejillas, obligándolo a mirarlo.
—¿Estás seguro?
Key sonrió, posando una de sus manos sobre la de él.
—Seguro, primo. Sabes que él, además de ser tu mejor amigo, también es el mío.
Aquello no había sido del todo cierto, y mientras se alejaba de su primo, dando la vuelta para ir a la cocina, KiBum recordó al chico del que estaban hablando.
Jonghyun.
Se acercó al refrigerador, increíblemente tenso. No podía decirle a Minho que había pasado algo más que sonrisas y abrazos entre él y Jonghyun. Y no era porque se avergonzara, pero simplemente no tenía caso. Además, eso había pasado hace tanto tiempo y había durado tan poco, que no valía la pena contárselo ahora.
—¿De verdad estás bien?
Key giró sobre sus talones, topándose con su primo recargado en el marco de la puerta, observándolo con preocupación.
—Perfectamente —contestó, veloz; tratando de calmarse para no hacer tan evidente su confusión. Lo último que quería ahora, era que Minho se diera cuenta de que algo no iba bien respecto a Jonghyun.
—Bien —dijo Minho, acercándose a él—, pero no será solo él viviendo aquí una temporada.
KiBum abrió los ojos de golpe. Oh no, mierda. Lo único que le faltaba era que Jonghyun viniera con una mujer.
—¿Está casado?
La carcajada que Minho soltó, le hizo saber la respuesta antes de que se la dijera.
—Por supuesto que no —habló, riendo mientras lo rodeaba con los brazos—. Y no hablaba de una chica, hablaba de mí. Yo vendré con ese patán y viviré con ustedes hasta que él consiga un departamento propio.
Key respondió a su abrazo, dándole golpecitos en la espalda.
—¿Y por qué vas a hacer eso?
—¿Bromeas? —Preguntó, alejándose para mirarlo a los ojos —Esta es la excusa perfecta para estar con Taemin.
—Estás idiota si crees que dejaré que traigas a mi pequeño a casa sólo para tener sexo con él.
Minho se alejó mientras le sonreía y KiBum supo que no iba a poder hacer nada para cambiar la decisión del alto. Maldición, de alguna manera, su primo siempre era capaz de convencerlo para todo. Inclusive para pasar tiempo a solas con su querido Taemin.
KiBum se sonrojó de repente y su mente se quedó llena con la palabra “sexo”, combinado con el nombre de Kim Jonghyun.
Oh Dios, sintió una ráfaga de deseo en todo su cuerpo cuando una imagen de Jonghyun desnudo y duro, le vinieron a la mente. Jesús, nunca se arrepentiría de haberle dado su preciosa virginidad a él. Y aunque los dos eran adolescentes experimentando con sus cuerpos, KiBum no lo había hecho con nadie más después de que Jonghyun se fuera de Seúl para estudiar música.
—¿Bummie?
Parpadeó un par de veces y empujó lejos sus corrompidos pensamientos.
—Lo siento, ¿qué decías?
Minho frunció el ceño fuertemente, haciendo que sus cejas casi se juntaran por completo.
—Estás actuando demasiado raro, ¿qué es lo que te pasa?
—Nada, simplemente estoy contento.
Key supo que su primo no le creyó en lo más mínimo, pero para su alivio, él no le preguntó nada más. Dios, si él tan sólo supiera.
Minho se acercó de nuevo, dándole un abrazo rápido.
—Vengo mañana con mis cosas y con el inútil de Jonghyun. Te mandaré mensaje cuando salgamos del aeropuerto, ¿de acuerdo?
—Sí.
Y con eso, Minho dio media vuelta y se fue, dejándolo solo.
A Jonghyun le dolía la cabeza y estaba empezando a ponerse de mal humor. Deseaba con todas sus fuerzas estar inclinado sobre un retrete en vez de estar caminando por el aeropuerto de Seúl buscando a su mejor amigo. ¿En donde mierda estaba Choi Minho? Se suponía que iba a estar esperando por él, pero el desgraciado no estaba por ninguna parte.
Rindiéndose en la búsqueda del alto, se dirigió a una cafetería para pedir un americano, solo y bien cargado. Dios, necesitaba tanto el café, sentía que en cualquier momento la cabeza le explotaría.
—¿Para llevar? —Le preguntó la chica detrás del mostrador, con una sonrisa de oreja a oreja. Vaya, aquella muchacha no era nada disimulada al observarlo de pies a cabeza, pero estaba perdiendo el tiempo. Jonghyun tenía muy claro desde hace tiempo que no le gustaban las mujeres. Había aprendido que estaba en su naturaleza aferrarse a un hombre como si fuera lo último del planeta y rápidamente querían algo serio, un compromiso. Claro, no todas eran así, pero Jonghyun había tenido la mala o buena suerte de no toparse con ninguna que le hiciera cambiar de opinión.
—Sí —respondió, seco e indiferente, moviendo el pie contra el suelo en un gesto impaciente y desinteresado.
Jonghyun suspiró aliviado al ver que la chica se alejaba mientras la sonrisa se le desvanecía. Bien, ahora podía irse del local sin un número telefónico apuntado en un pedazo de papel.
—¡Aquí estás!
Giró en redondo, encontrándose con el gesto molesto de Minho.
Jonghyun lo observó durante un rato, el desgraciado seguía tan o más alto de lo que recordaba, además de que se notaba que había estado haciendo ejercicio. En ese cuerpo no había ni rastro del chiquillo flaco y larguirucho que jugaba fútbol con él como si su vida dependiera de ello. No, frente a él estaba un hombre con una constitución hermosa y musculosa, y la cabellera castaña que antes era larga y ondulada, ahora estaba corta y pelinegra.
—¿Qué? —Preguntó el recién llegado, cruzando los brazos frente al pecho—. ¿Te has enamorado de mí?
—Puede ser —contestó, sosteniéndole la mirada durante largos segundos.
Ninguno de los dos se quedó con esa expresión durante más tiempo, se echaron a reír y caminaron para darse un abrazo fraternal.
—¡Has cambiado demasiado! —Exclamó Minho, alejándose y retomando su postura inicial. —Cuando te vi dirigiéndote hasta aquí, dude un poco que fueras tú, pero estuve completamente seguro al reconocer tu andar de prostituta recién violada.
—Tan idiota —rió Jonghyun—. ¿Estás seguro que no fue tu reflejo el que viste para que pensaras eso? Te recuerdo que, el que camina como si tuviera un poste de luz enterrado en el culo, eres tú.
Lejos de enojarse por sus comentarios estúpidos, ambos comenzaron a reír sin importarles que las personas los miraran como si hubieran perdido la cabeza, y tal vez, reprochando sus expresiones poco educadas. Pero, ¡qué importaba! Tenían años de no verse y eso era lo único que querían y sabían hacer.
—Siento haber llegado tarde —dijo Minho, poniéndose serio—, pero había un tráfico del demonio. Intenté llamarte al celular, pero me mandaba directo a buzón.
—No hay problema, mi celular lo dejé, no tenía caso que lo trajera a Seúl. Aquí me compraré otro.
Jonghyun se acercó de nuevo al mostrador cuando la chica confirmó que su pedido estaba listo. Pagó y se giró sin recibir una sonrisa de aquella mujer. Perfecto, el mensaje había llegado claro y directo.
Agarró su maleta y salió del local siendo seguido por Minho.
—¿En dónde voy a quedarme? —Preguntó, mientras sorbía un poco de café.
La última vez que habían hablado, Minho le había dicho que no tenía espacio en su casa, pero pensaría en alguien que pudiera recibirlo. Demonios, odiaba no tener más amigos en Seúl. Bueno, eso no era del todo cierto, tenía al primo de Minho, tenía a Kim KiBum.
—Con KiBum —contestó Minho.
Jonghyun se detuvo por un momento. ¿Había eco en su cabeza, o de verdad Minho había mencionado el nombre del protagonista de sus más grandes y eróticos sueños?
—¿En serio? —Preguntó como un idiota. Incapaz de creerlo, esto era demasiado bueno para ser verdad. Desde que se fue de Seúl hasta el momento en que volvió, había estado pensando en KiBum, en lo maravilloso que era estar a su lado, en lo mucho que le gustaba su voz, sus besos, sus caricias. Dios, necesitaba tanto volver a verlo y asegurarse de que la chispa entre ellos siguiera viva.
Jonghyun sabía que, de ser así, no dejaría que KiBum fuera de nadie que no fuera él.
—Sí, ayer le comenté sobre esto y me dijo que estaba bien.
Salieron del aeropuerto en dirección al auto del alto, pero Jonghyun apenas y podía poner atención a lo que le decía su amigo. Estaba completamente absorto en sus pensamientos, tanto, que se le había olvidado por completo beberse el café que aun llevaba en la mano para su, ahora inexistente, resaca. ¿De verdad era posible que pensar en alguien tan fervientemente te dejara en blanco?
—¿Qué tal el vuelo? —Preguntó Minho, agarrando su maleta y poniéndola dentro del coche.
Jonghyun se encogió de hombros.
—No lo sé, en cuanto me subí, me dediqué a dormir y derramar baba por la quijada. La aeromoza me despertó cuando llegamos aquí.
—¿Dormiste todo el tiempo?
—Por supuesto, no había dormido nada. La noche anterior me fui a mi fiesta de despedida y sólo llegué a mi departamento para recoger mis maletas e irme al aeropuerto —negó con la cabeza mientras sacaba un resoplido—. Por poco y me deja el avión.
Minho entró al coche al tiempo que lo hacía él.
—¿Cómo rayos le hiciste para que no te prohibieran pasar por ir en estado de ebriedad? —Cuestionó, sorprendido mientras encendía el motor del coche y salía del estacionamiento.
—¿Yo? —Sonrió—. Sé disimular muy bien, además, no estaba tan ebrio, había dejado de beber bastantes horas atrás y en el aeropuerto me tocó la suerte de que todas las empleadas que se encargaban de la seguridad y esas mamadas fueran mujeres. Una simple sonrisa opaca el hedor a alcohólico.
—¡No puedo creerlo! —Rió el alto, adentrándose en las calles atestadas de Seúl.
Jonghyun le devolvió la sonrisa, se acomodó en su asiento y se dedicó a divagar.
Recordaba muy bien el día que conoció a KiBum. Él y Minho estaban practicando fútbol en el parque que frecuentaban desde que se habían conocido, cuando KiBum llegó con el ceño levemente fruncido para reprender a su primo por no haber ido a comer a su casa.
Por supuesto, Minho había hecho caso omiso a su semblante de fastidio y se echó a reír mientras lo abrazaba, y al ver que los dos chicos lo ignoraban por completo, Jonghyun decidió carraspear fuertemente, haciéndoles ver que él todavía seguía ahí y fue entonces, cuando KiBum había reparado en su presencia.
Jonghyun estaba sin camisa, siempre era así. Se acaloraba y se la quitaba sin importarle quién lo viera. Además, en aquel entonces, su cuerpo era el de un tipo flaco y desnutrido, sin músculos. Pero KiBum se había sonrojado al verlo y Jonghyun se había dado cuenta.
—Soy Kim Jonghyun —había dicho, ofreciéndole la mano.
KiBum había mirado a Minho, como pidiéndole permiso para estrechar su mano y presentarse, y luego lo había mirado a él, haciéndolo respingar. Dios mío, la chispa de la atracción fue inmediata entre ellos, Jonghyun estaba seguro, y fue cuestión de tiempo para que hiciera combustión.
Él recordaba bastante bien el primer beso que le había dado a KiBum. Habían estado jugando con sus manos durante largo rato antes de inclinar sus cabezas y rozar sus labios. Recordaba muy bien cómo KiBum se había quedado estático, con los ojos bien abiertos y, seguramente, la mente en blanco.
Ambos habían sido tan inexpertos, pero esos besos suaves e inocentes, fueron cambiando por unos apasionados que incluían lengua y una pizca de caricias sazonadas con amor.
Todo había sido tan bonito, y no dijeron nada de su relación, por miedo y por cuestiones de seguridad. Bueno, él no había tenido problema de gritarlo a los cuatro vientos, pero KiBum estaba seguro que, si sus padres se enteraban, iban a separarlos de la peor forma posible.
—¿Jonghyun?
Parpadeó un par de veces y dio tomó un poco de café, disimulando su falta de atención.
—¿Qué?
—¿En qué estás pensando? Has estado muy callado.
—¿Sí? —Volvió la mirada hacia su mejor amigo—. No pensaba en nada interesante, créeme —mintió descaradamente, sonriéndole y urgiéndolo para que avanzara cuando la luz del semáforo cambió a verde.
Cuando el coche se puso en marcha, Jonghyun recargó la cabeza, volviendo a sus increíbles divagaciones. Dios, casi podía sentir las manos de KiBum acariciando cada parte íntima de su cuerpo.
Se revolvió en el asiento, obligándose a no pensar en eso sino quería una erección empujando la cremallera de sus pantalones. Además, no podía llegar a casa de KiBum luciendo así.
—Ya casi llegamos —anunció Minho.
—¿KiBum estará despierto? Es muy temprano —Preguntó. Eran las ocho de la mañana, lo cual en su idioma, significaba que era de madrugada.
Minho soltó una carcajada.
—¿Bromeas? Fue Key quien me despertó a las seis de la mañana para que no se me hiciera tarde para ir a recogerte. En serio, el teléfono no dejó de sonar hasta que me digné en contestarlo —resopló—. Si no lo hubiera visto alguna vez dormido, diría que mi primo no es de este mundo.
Ahora fue Jonghyun el que se echó a reír. El sabía, y de primera mano, que KiBum sí podía dormir. Jesús, quería volver a estrecharlo entre sus brazos, volver a compartir la cama con él y velar sus sueños.
—¿Qué es tan gracioso?
—Nada.
El alto hizo un sonido de disgusto.
—Bueno, como sea. No me da tiempo de escucharlo porque hemos llegado.
Cuando aparcaron frente a una casa blanca de dos pisos, Jonghyun pensó que el corazón se le saldría del pecho y se pondría a correr en círculos alrededor de él. Joder, ahora más que nunca necesitaba ir al baño y sacar toda la mierda de anoche, pero ahora dudaba que aquel malestar fuera por la fiesta. Dios, ¿desde cuándo se ponía nervioso por ver a alguien?
Dejó el vaso de café en el auto de Minho, y salió.
—Oye —rezongó Minho—, ¿no sacarás tu maleta?
—No —contestó, ignorándolo mientras avanzaba hacia la puerta de la casa.
No podía esperar más tiempo, tenía que verlo, tenía que…
Antes de que pudiera subir los dos escalones que estaban frente a la puerta, ésta se abrió con demasiada rapidez. Jonghyun se quedó estático, viendo como un chiquillo de cabello rojo salía disparado de la casa. Oyó un quejido, un entusiasmado grito con el nombre de su amigo el alto y luego, una risa gutural.
Miró sobre su hombro, consiguiendo que los ojos por poco se le salieran de sus órbitas. Aquel pequeño se había trepado al cuerpo de Minho y lo estaba besando como si no hubiera un mañana.
—¡Taemin!
Desvió su atención de nuevo hacia el frente y sintió las piernas temblarle.
KiBum estaba parado en el umbral, con el ceño levemente fruncido y la mirada puesta en la escena que montaban Minho y su novio. Estaba absolutamente perfecto, desde el cabello bien peinado, hasta la ropa que se le ajustaba al cuerpo como una segunda piel. Dios Santo, había cambiado demasiado, se había puesto más hermoso, se había teñido el cabello de rubio y estaba un poco más alto.
—Taemin —continuó KiBum, sin percatarse de su presencia—, Taemin, es de mala educación dejarme hablando solo, pequeño demonio. Te estaba contando algo muy importante y tú simplemente desapareces en cuanto escuchas el sonido del desastroso auto de Minho. Taemin, ¿me estás escuchando, siquiera? Taem…
Y por fin, KiBum reparó en su presencia, haciendo que su mundo se pusiera completamente de cabeza. Aquellos ojos felinos lo miraron de la cabeza a los pies, la boca acorazonada se abrió ligeramente mientras su todo cuerpo se tensaba. Jonghyun pudo notar la rígida postura del rubio, y habría estado muy desilusionado y pensando que KiBum no se alegraba de verlo, sino hubiera sido por esas motitas rosas adornando sus mejillas.
Y ahí estaba otra vez, Key siempre hacía eso cuando lo miraba, esa sonrisa tímida, los ojos rebosando deseo y alegría.
—Hola, Key —su voz salió en un susurró grave.
Jonghyun pensó que KiBum le contestaría con un seco “hola”, pero se sorprendió al ver la manera en que Key le dedicaba una enorme sonrisa, antes de inclinarse y rodearlo con los brazos. Instantáneamente, Jonghyun correspondió a su abrazo antes de que su cerebro pudiera reaccionar. Joder, estaba hecho papilla.
Estrechó con fuerza el cuerpo delgado de KiBum mientras cerraba los ojos y enterraba la nariz en su pelo. Key olía muy bien: a jabón, shampoo y perfume. Dios, Jonghyun podría quedarse de esta manera por el resto de su vida.
Re: You never left me
NÚMERO #1
No sé por donde empezar. #convulsiono. Ejem -Se cachetea- Muchas gracias por la bonita dedicación, en serio, leer algo tuyo el día de hoy me ha hecho sentir mucho mucho mejor. Y te agradezco de corazón, me sentía bien mierdis y esto me ha hecho enamorarme de nuevo y reír como loca aunque me duela la garganta ;u; ♥~~
Amore, I love u.
Ahora sí, con la historia. Shit~ ¿Por dónde empiezo con mi fangirleo extremo, en serio?
Hahaha! La trama se me hace super askdskjdhsajk~ o sea, dígase, entiéndase #bienchingonaymereceserunfic(?) LOL.
Y me daba la chiripiorca conforme iba leyendo. Tan lindos ellos dos, hace mucho que no leía historias {sobre todo oneshots} donde existiera de verdad el amor. Muchos eran sólo coger y ya ;-; pero éste se me ha hecho endemoniadamente tierno, y ya lo estoy amando. Hahaha, tu historia es tan...tan real, tú sabes. Es que los describe, primero flacuchos y luego todos crecidos, bien "maduritos" *~* ♥~
Aww...Me dejaste con tantas ganas de leer lo que sigue ùwú. Tan sexy que fue todo, y por sexy entiéndase maravilloso.
Te chulearía más el fic, pero oh dios. Muero de sueño, esto de estar enfermo es del asco :(
Muchas gracias por la dedicación, esperaré la conti. Te amo ♥~
Última edición por 'Dara el Jue Oct 11, 2012 9:48 pm, editado 1 vez
Re: You never left me
*----*
Sigo esperando la conti de este TWO-SHOT!!
akjdsakdj es que, aaww quedo re bueno!
Realmente quiero ver que mas va a pasar entre ellos!
¿Por que fue que Key lo dejo asi nomas?
Sigue querida escribiendo lo haces genial! :3
Espero que pronto subas la actu :3
Sigo esperando la conti de este TWO-SHOT!!
akjdsakdj es que, aaww quedo re bueno!
Realmente quiero ver que mas va a pasar entre ellos!
¿Por que fue que Key lo dejo asi nomas?
Sigue querida escribiendo lo haces genial! :3
Espero que pronto subas la actu :3
Última edición por gabii lockets el Mar Nov 06, 2012 12:26 am, editado 1 vez
Gabkim
Key
427
Re: You never left me
*O* alsnaklsnlas♥
debo saber maaaaaaaaaas! >w<♥
que emoción que emoción!! >.<♥
debo saber maaaaaaaaaas! >w<♥
que emoción que emoción!! >.<♥
enilk
minho *o* siempre el num.1 :D pero onew le sigue muy de cerca con su hermosa sonrisa y su tierna forma de ser ♥ y jonghyun cuando canta no puedo quitar mis ojos de el LoL ohh taemin es una lindura y key dios! es tan genial! *o* los quiero a todos!! pero minho es mi marido num 1 en el mundo ♥.♥ *la patean*
691
Re: You never left me
ahsdksakfsldahgklfd
Que bonito!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Me ha dejado echando baba jajajaja
D e solo imaginar el sonrojo de Kibum me derrito jajajaajaj
Un abrazo muuuuuuy fuerte y espero que ese Jjong lo trate como se merece....
PD...
Taemin es un demonio jajaja ¡¡¡Yo quiero un bebe así!!! (¿?)
Que bonito!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Me ha dejado echando baba jajajaja
D e solo imaginar el sonrojo de Kibum me derrito jajajaajaj
Un abrazo muuuuuuy fuerte y espero que ese Jjong lo trate como se merece....
PD...
Taemin es un demonio jajaja ¡¡¡Yo quiero un bebe así!!! (¿?)
Pauletta
Onew!!!!
1088
Re: You never left me
Que lindo esta tu twoshot
Y la forma en que escribes me agrada mucho, no me enredo al leerte keke
Que tiernos poniendose nerviosos y son saber como reaccionar al verse despues de tanto tiempo
Pero el amor es poderoso y no pudieron evitar expresar su amor al verse
Y ese Taemin es un demonio keke pero uno muy lindo se quiere comer a su novio
Espero con ansias tu actualizacion, saludos
Y la forma en que escribes me agrada mucho, no me enredo al leerte keke
Que tiernos poniendose nerviosos y son saber como reaccionar al verse despues de tanto tiempo
Pero el amor es poderoso y no pudieron evitar expresar su amor al verse
Y ese Taemin es un demonio keke pero uno muy lindo se quiere comer a su novio
Espero con ansias tu actualizacion, saludos
Re: You never left me
oshhh no se que decir!!!
llevo 15 minutos procesando todo y nomás no salen las palabras!!
Así que disculpa lo deforme de mi comentario (?)
es que no sé....
las imagenes de key sonrojado y como describes la conexion que tuvieron desde un inicio, fueron muy lindas me encantaron!!
ajajaja y tambien me imagine a taemin corriendo hacia minho LOL ese niño grosero que deja a key con la palabra en la boca~
Gracias!!
nos leemos *^*
llevo 15 minutos procesando todo y nomás no salen las palabras!!
Así que disculpa lo deforme de mi comentario (?)
es que no sé....
las imagenes de key sonrojado y como describes la conexion que tuvieron desde un inicio, fueron muy lindas me encantaron!!
ajajaja y tambien me imagine a taemin corriendo hacia minho LOL ese niño grosero que deja a key con la palabra en la boca~
Gracias!!
nos leemos *^*
mondrisT
KEY
491
Re: You never left me
Unnie, es realmente lindo
pero también es diferente, nunca imagine a
Key tan sonrojado y reservado n.n
y a Taemin tan exhibicionista con sus demostraciones
de amor x3, ok ya, pero en verdad me gusto mucho
el capitulo espero leer pronto la continuación, gracias por
compartirlo con nosotras y FIGHTING !! n.n :yupi:
pero también es diferente, nunca imagine a
Key tan sonrojado y reservado n.n
y a Taemin tan exhibicionista con sus demostraciones
de amor x3, ok ya, pero en verdad me gusto mucho
el capitulo espero leer pronto la continuación, gracias por
compartirlo con nosotras y FIGHTING !! n.n :yupi:
Honey Choi
The Flaming Charisma Minho ♥
250
Re: You never left me
Hermoso...
Este shot tiene potencial para ser algo mas LARGOoooo...
Pero bueno estubo LINDo y Me conformo.... Hahha...
Espero leer muchos JongKey tuyos mas adelante.. jeje
Este shot tiene potencial para ser algo mas LARGOoooo...
Pero bueno estubo LINDo y Me conformo.... Hahha...
Espero leer muchos JongKey tuyos mas adelante.. jeje
emodarkbaby99
Key
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